Si ya urge salir de viaje, pero no quieres quemar vacaciones o no se avecina un puente, entonces tu gran opción es darte una escapada al pueblo ValQuirico, el cual puedes recorrer fácilmente en un día.
Contrario a lo que muchas personas piensan, este poblado ubicado en el estado de Tlaxcala no es uno de los 132 Pueblos Mágicos que existen en México.
Y es que, a pesar de su arquitectura casi medieval, tiene un origen bastante moderno.
Originalmente en parte de lo que hoy es ValQuirico se encontraban los vestigios de una hacienda porfiriana cuyas actividades se enfocaban en la agricultura y el ganado.
Posteriormente, aquí se construyó un club privado que no prosperó y ahí fue cuando surgió la idea de convertir el lugar que pareciera una recreación de la Toscana italiana.
Así fue como en 2015 se inauguró este lugar que fue desarrollado por un grupo de accionistas, quienes lo trataron como un proyecto inmobiliario y turístico, pues hay ofertas tanto como para comprar propiedades como para solo hospedarte.
Como ya podrás imaginar, todo el mundo quiere visitar este pueblo por su atractivo visual, pues te hará sentir como en otra época. Así que es obligatorio que pasees por sus calles empedradas (ya sea a pie o hasta en bicicleta).
Igualmente te recomendamos quedarte hasta que oscurezca, pues sus caminos parecen llenarse de magia al estar iluminadas por velas y antorchas.
Obviamente la atmósfera que ofrece ValQuirico es perfecta para el romance, y por eso es que muchos de sus restaurantes son ideales para continuar con una cita en este lugar.
Para que te sientas más en el tono de la Toscana, hay restaurantes que ofrecen comida italiana contemporánea, como Nuc Vermutería; lugares con comida mexicana e internacional, Coppelia; o hasta uno especializado en cortes y parrilla sudafricana, Out of Africa.
ValQuirico es perfecto para recorrer en un día, por lo que incluso podrías hospedarte en la ciudad de Tlaxcala o Puebla e ir de visita a este lugar.
Pero si deseas la experiencia completa, también hay varias ofertas de hospedaje; aunque eso sí, no esperes enormes hoteles como en otros lados.
Una opción es Canaria, hotel boutique con 14 habitaciones, un loft, un spa y se ubica en el corazón de ValQuirico. Es recomendado para parejas o chance familias pequeñas.
Villa Toscana es otra opción que solo ofrece suites y lofts para hospedarse. Sin embargo, ellos también cuentan con spa, cenas románticas y hasta tours guiados.
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El pueblo se ubica a 18 kilómetros de la ciudad de Tlaxcala; específicamente se encuentra en el municipio de Nativitas.
Si vas desde la Ciudad de México, ValQuirico se encuentra a unos 115 kilómetros de distancia.
Tienes que tomar la autopista México-Puebla. Cuando pases San Martín Texmelucan ponte vivo, pues tendrás que tomar la salida a Xoxtla. Ahí tendrás que continuar por kilómetro y medio y verás la entrada a ValQuirico a tu izquierda.
Tayeb ait Ighenbaz se vio obligado a elegir entre salvar a su hijo de 11 años o a sus padres cuando estos quedaron atrapados bajo los escombros tras el devastador terremoto en Marruecos del pasado viernes.
El pastor de cabras de una pequeña comunidad en las montañas del Atlas dice que está atormentado por la decisión que tuvo que tomar.
Tayeb estaba con su esposa, sus dos hijos y sus padres el viernes por la noche en su pequeña casa de piedra cuando esta fue sacudida por el mayor terremoto que ha sufrido el país en 60 años.
Acompaño a Tayeb a su antigua casa que ahora está en ruinas.
Todavía se puede ver parcialmente el interior de la construcción. Él señala los escombros mientras me dice: “Allí es donde estaban”.
“Todo pasó muy rápido. Cuando sucedió el terremoto, todos corrimos hacia la puerta. Mi padre estaba durmiendo y yo le grité a mi madre que saliera, pero ella se quedó a esperarlo”, dice.
Del otro lado, él solo podía ver a su esposa y a su hija.
Cuando regresó a la casa derrumbada, Tayeb encontró a su hijo y a sus padres atrapados entre los escombros. La mano de su hijo se asomaba entre los cascotes.
Sabía que tenía que actuar rápidamente, y se dirigió hacia donde estaba su hijo Adam, y comenzó a cavar deseperadamente para sacarlo.
Cuando fue a buscar a sus padres, atrapados bajo una gran losa de piedra, dice que ya era demasiado tarde.
“Tuve que escoger entre mis padres y mi hijo”, dice con lágrimas en los ojos.
“No pude ayudar a mis padres porque una pared cayó sobre sus cuerpos. Es muy triste. Vi como morían mis padres”.
Tayeb señala las manchas sobre su pantalón, y me dice que es la sangre de sus padres. Toda su ropa está dentro de su casa. No ha podido cambiarse desde que se produjo el sismo.
La familia vive ahora junto a sus parientes en carpas improvisadas cerca de su antigua casa. Tayeb cuenta que todo su dinero está en la casa, y que la mayoría de sus cabras han muerto.
“Es como haber nacido otra vez en una nueva vida. Sin padres, sin casa, sin comida, sin ropa. Tengo 50 años y tengo que empezar de nuevo”, dice.
Él no puede ahora pensar en cómo continuar, pero se acuerda de las lecciones que le enseñaron sus padres.
“Siempre me decían ‘sé paciente, trabaja duro, nunca te rindas’”.
Mientras conversamos, su hijo Adam se acerca vestido con una camiseta del club de fútbol Juventus con el nombre de Ronaldo en la espalda, y abraza a su padre.
“Mi papá me salvó de la muerte”, dice sonriendo.
Unos metros más lejos, camino a la ciudad de Amizmiz, otro hijo abraza a su padre.
Abdulmajid ait Jaefer dice que estaba en su casa con su esposa y sus tres hijos cuando comenzó el terremoto y “el piso se cayó”.
Su hijo Mohamed, de 12 años, salió del edificio, pero el resto de la familia quedó atrapada.
Abdulmajid cuenta que sus piernas quedaron atrapadas bajo los escombros, pero que un vecino lo ayudó a salir.
Luego pasó dos horas tratando de rescatar a su esposa y a una de sus hijas.
Las dos estaban muertas cuando logró sacarlas de entre los escombros.
Al día siguiente, el cuerpo sin vida de otra de sus hijas fue rescatado.
Abdulmajid, de 47 años, duerme ahora bajo un toldo frente a lo que quedó de su casa.
Puede ver la cocina, con la nevera aún de pie y ropa colgada puesta a secar.
Dice que no puede abandonar la zona porque necesita “hacer guardia” para proteger sus posesiones, y el recuerdo de su vida allí.
“Esa es mi cocina y mi nevera. Todos estábamos allí. Ahora solo puedo mirar hacia allí”, dice.
Antes del viernes, Abdulmajid dice que nunca jamás pensó en un terremoto. “Incluso ahora, no lo puedo creer”.
Mientras conversamos, un auto para cerca de nosotros y un grupo de gente baja para ofrecer sus condolencias. Otros que caminan por la calle se detienen para darle un abrazo al padre y esposo.
“Éramos cinco en mi familia. Ahora somos dos”, me dice con tristeza.
“Por el momento, solo puedo pensar en una cosa: mi hijo”.
Reporteo adicional: Wahid El Moutanna.
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