“Lo sé, lo siento, percibo que estoy fuertemente posicionado” como aspirante a contender por la Jefatura de Gobierno del DF en 2012, afirma Gerardo Fernández Noroña )@fernandeznorona, actualmente diputado federal por el PT, fundador del PRD y exlíder del movimiento de deudores de la banca.
“Las cosas me han traído a esta posibilidad, la veo real, la veo viable”.
En la sala de su domicilio, ubicado a un costado de la plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico, rodeado por antigüedades, libros y pinturas, aclara que hasta ese escenario lo han llevado las mareas políticas, casi sin pretenderlo: “Yo he decidido hacer mi labor en la Cámara sin ningún cálculo político, si yo me moviera con algún cálculo político no haría lo que hago”.
Se refiere a las manifestaciones públicas que lo han llevado, en más de una ocasión, a confrontaciones físicas con cuerpos policiacos, y a sus acalorados discursos en la tribuna legislativa.
“La visión tradicional es que, como político, debes cuidar tu imagen, comportarte, aparecer como un tipo prudente”, pero su fórmula, afirma, es otra, y defiende su efectividad: “contrario a lo que se hubiera pensado, la gente valora que estés defendiendo posiciones, que estés confrontando al poder, que estés asumiendo riesgos y yo estoy en una situación muy satisfactoria, porque muchos años he hecho eso, y ahora tengo el enorme privilegio de que se me reconozca”.
El legislador da un sorbo a su té de hoja de coca, sin azúcar, y prosigue.
“Tengo un apoyo muy fuerte en Twitter, que no es el país, que no es la ciudad, que no es una encuesta, simplemente es un indicador. Tengo muestras de apoyo, sobre todo entre los jóvenes, cosa que me sorprende, porque los jóvenes han estado muy alejados de la política. He recibido comentarios que realmente me llegan, emotivos es el término, muy lindos, aunque suene cursi.” Es eso, afirma, lo que lo impulsa a ser jefe de Gobierno.
Habla pausadamente, con sobriedad, pero en un punto de su argumentación pone un énfasis espacial, que lo hace incluso alzar las cejas: “Fíjate, el que me vean como un político serio, como un político serio, me satisface mucho”.
– ¿Ha hablado de sus aspiraciones con Andrés Manuel López Obrador?
–No –responde–, ni lo haré. Él no tiene candidato, es muy cuidadoso en eso y va a apoyar a quien esté mejor posicionado, a quien más le ayude. Andrés Manuel es la fuerza fundamental del movimiento de izquierda en la Ciudad de México y quien vaya de candidato será beneficiario de eso. Pero debe ser alguien que Andrés Manuel no cargue, sino que ayude a impulsar su candidatura presidencial. Hombre, mujer o lo que sea…
¿Y Marcelo?
Hace tres meses, Fernández Noroña manifestó al actual titular de la administración capitalina, Marcelo Ebrard, sus intenciones de sucederlo en el cargo. “Quedamos de hablarlo, pero esa plática quedó pendiente, desde entonces no ha dado señales de vida. Ya no lo hicimos, porque se metió a promover la alianza con el PAN en el Estado de México, pero ahora que ha reculado, que apoyó a Encinas, ya hay condiciones otra vez para hablar, yo ya he dado un paso para buscarlo, y estoy esperando su respuesta. Si quiere platicar, lo haremos, si no quiere, pues no.”
Sin embargo, para el diputado federal está claro que el candidato de Ebrard es otro. “Al parecer, su propuesta es Mario Delgado. Él sabrá. En mi familia, donde son muy cabronas, mi abuela tenía un dicho: ‘En su casa lo conocen y de tú le hablan’. Mario Delgado es un buen compañero, pero no ha logrado la posición requerida como para aspirar a una responsabilidad de esa naturaleza.”
Aun así, afirma, el actual jefe de Gobierno no representa el factor determinante para la definición de la candidatura de izquierda en la capital del país, pues, dice, “Ebrard no logró hacer suya la base del Distrito Federal, la base es de Andrés Manuel. Marcelo ni siquiera en el DF le ganaría a Andrés Manuel. Entonces, yo no estaría preocupado.”
– ¿Siente amarrada la candidatura?
– No –es su respuesta–. Necesitaría comerme un húngaro entero, con todo y zapatos, para saberlo. Pero creo que tengo condiciones. Creo que es un buen momento. Creo que si no cometo errores voy a estar en una posición todavía mejor. Creo que si hago una tontería, pues eso me hará daño. Pero es muy difícil que haga una tontería.. Una tontería sería traicionar al movimiento y eso no pasará.
