La Jornada publica esta mañana la información contenida en un cable filtrado por Wikileaks en el que se revelan los elogios al extitular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, por parte de la diplomacia estadunidense que además califica a su sucesor, Arturo Chávez Chávez, de “soldado de a pie” cuya selección por el presidente mexicano fue totalmente inesperada e inexplicable políticamente (cable 09MEXICO2701).
En uno de los primeros despachos confidenciales
que firmó como embajador, Carlos Pascual reseña, el 15 de septiembre de 2009, que el relevo en la PGR había sido largamente esperado
: “Era un caballo negro en la lista que había estado flotando en los círculos políticos desde hace algún tiempo”
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El actual abogado de la nación es descrito por Pascual como un diputado leal
al secretario Carlos Abascal en el sexenio de Vicente Fox y como alguien que enfrenta a fuertes detractores
en la comunidad de derechos humanos debido a los defectos percibidos
en su actuación como procurador de Justicia de Chihuahua, particularmente en lo que hace a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.
Los asesinatos ganaron atención internacional y las principales organizaciones de derechos humanos en el país y el extranjero han acusado a Chávez Chávez de no haber seguido enérgicamente los casos y afirman que incluso había ocultado pruebas
, señala el cable.
El embajador Pascual no desestima la postura de los defensores de derechos humanos: “Nuestras fuentes en la oficina de la Unión Europea se hicieron eco de las acusaciones de falta de sensibilidad, teniendo en cuenta que Chávez tenía poca comunicación con la comunidad de derechos humanos cuando el gobierno de Fox impulsó una estrategia nacional de derechos humanos”, se lee en el cable.
Para hacer el contrapeso, el embajador cita a sus insiders en el PAN, que le piden tomar en cuenta el difícil entorno de Chihuahua
para evaluar el desempeño de Chávez Chávez. “Dijeron que su reputación es de un tecnócrata ‘decente’ y ‘leal’”.
Acosado y ensangrentado
Pascual envía al Departamento de Estado dos teorías
sobre la nominación de Chávez: una, que Calderón, molesto con el rechazo del PRI a sus primeras selecciones, decidió impulsar a un soldado de a pie del PAN, leal y con experiencia
; la otra, que gana más impulso cada día, son los informes de que Calderón puede haber puesto a Chávez como un reto al PRI, es decir, que lo haya propuesto como una pieza sacrificable, pues si no pasa en el Senado podría nominar a (José Francisco) Blake o Juan Miguel Alcántara
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publica esta mañana la información contenida en un cable filtrado por Wikileaks en el que se revelan los elogios al extitular de la Procuraduría General de la Rep{ublica (PGR), Eduardo Medina Mora, por parte de la diplomacia estadunidense que además califica a su sucesor, Arturo Chávez Chávez, de “soldado de a pie”
cuya selección por el presidente mexicano fue totalmente inesperada e inexplicable políticamente
(cable 09MEXICO2701).
La propia oposición aplaca las interrogantes del recién llegado embajador. El perredista Tomás Torres asegura que será difícil para la oposición bloquear el nombramiento de un miembro clave del gabinete de seguridad
(unos días después de decir lo anterior a los funcionarios de la embajada, Torres es el único senador del PRD que se abstiene cuando su partido en pleno vota contra la ratificación de Chávez).
Y la entonces presidenta del PRI, Beatriz Paredes Rangel, le dice directamente al embajador Pascual que a menos que algo escandaloso se descubra en las audiencias, Chávez será acosado y ensangrentado, pero finalmente aprobado
.
Tal como ocurrió, sin demasiada sangre pese a las protestas fuera del Senado, el 25 de septiembre de 2009 Chávez fue ratificado con 75 votos en favor (PAN, PRI, PVEM), 27 en contra (PRD, PT y Convergencia) y la abstención del senador Torres.
La votación senatorial daba pie a la conclusión de Pascual: las credenciales fuertes
que Arturo Chávez tiene como panista le ayudarán con la Presidencia (de la República), pero hay quienes creen que el remplazo de Medina Mora es un operador político menos capaz, que se verá opacado por García Luna y obstaculizado por su bagaje considerable en materia de derechos humanos
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