Ayer durante la sesión de la Cámara de Diputados la panista Augusta Díaz de Rivera le dio al petista Gerardo Fernández Noroña una cucharada de su propio chocolate al gritarle desde el estrado “Cállese y me escucha, como todos lo escuchamos”, cuando Noroña pedía la palabra para interpelar a la diputada. Lo más extraño, tal vez, es que Noroña sí se calló y ya no interrumpió.