Mientras Alejandro Sánchez Méndez, Marco Antonio Juárez Valdez y Román Armando Chávez Jaramillo siguen presos por crímenes que no cometieron y bajo la condición de “probables responsables” y sus padres buscan justicia, pasan los días y las instancias nacional y estatal de derechos humanos mantienen las investigaciones.
Alejandro, técnico contador financiero fiscal de 26 años, Marco Antonio, estudiante de diseño gráfico de 18 años, y Román Armando, chofer de 27 años, fueron sacados de sus casas en la Unidad Habitacional La Isla, en Tultitlán Estado de México, la noche del martes 14 de junio pasado, cuando agentes ministeriales del Edomex entraron a sus domicilios sin órdenes de cateo ni de aprehensión y los sustrajeron ilegalmente deteniéndolos. Los agentes no se conformaron con esto, sino que además amagaron a los habitantes, revisaron y saquearon dos viviendas, golpearon a un niño y una joven y trataron a quienes se cruzaron en su camino con groserías y violencia.
Animal Político fue a Tultitlán a platicar con los padres de los jóvenes detenidos y obtuvo su testimonio así como sus argumentos:
Los jóvenes, conocidos por sus vecinos como personas trabajadoras y serias (Animal Político pudo hablar con varios de ellos), desaparecieron prácticamente un día hasta que aparecieron en el Ministerio Público de Barrientos, con los cargos de secuestro y asesinato. A pesar de que no hay pruebas sobre los presuntos delitos, las autoridades presentaron a los jóvenes como parte de una banda de secuestradores llamada “Los Giovannis”.
La declaración del líder de esta banda decía que autoridades del Edomex lo presionaron para relacionar a los tres jóvenes de Tultitlán con su organización criminal bajo amenaza de represalias contra él y su familia.
Sobra decir que “equivocaciones” de la justicia en México hay suficientes como para perder la cuenta, sólo tomando en cuenta casos recientes podemos mencionar a Mariel Solís, quien acusada por uno de los asesinos y secuestradores de un investigador de la UNAM, cayó presa por órdenes de la Procuraduría del DF, para después ser liberada sin siquiera el “usted disculpe”. En este caso, el asesino también la inculpó por presiones de policías.
Más recientemente, otro caso muy relacionado con el de Tultitlán es el del allanamiento o cateo ilegal a la casa del Poeta Efraín Bartolomé, el cual sufrió no sólo el cateo ilegal, sino robos y violencia mientras las policías del DF y Edomex “buscaban” a integrantes de un grupo criminal El poeta tuvo que recurrir a los medios de comunicación para exigir y obtener algunas de sus pertenencias.
“¿De verdad estamos tan solos?” era la pregunta que Efraín Bartolomé se hacía en un texto escrito después de su vivencia en el cual se preguntaba también si las autoridades como Marcelo Ebrard, Felipe Calderón o aún Marisela Morales sabían algo de estos cateos. Pues bien, se puede responder que muchos de los ciudadanos sí están “tan solos” y las autoridades, a pesar de saber de estas denuncias, no hacen nada si el caso no se hace público y visible.
José Antonio Chávez, padre de Román Armando Chávez Jaramillo, uno de los detenidos en Tultitlán, se preguntó si “¿la ley es para todos o sólo para algunos?”. Chávez dijo que “pasó lo de sicilia, lo de la muchacha universitaria (Mariel Solís), el cateo al poeta (Efraín Bartolomé), lo de Alejandro Martí, y a todas estas personas sí les hacen caso porque hay dinero, y ahí Derechos Humanos sí se mueve rapidísimo y con nosotros que no tenemos los recursos tenemos que esperarnos dos o tres años hasta que ellos quieran.”
El padre de familia afirmó que en las visitas a reclusorios se empezó a dar cuenta de que hay gente que afirma lo mismo, que sus familiares están presos por crímenes que no cometieron y reflexionó que las detenciones arbitrarias son realizadas por mandos policiacos “que están nada más en busca de un hueso con la próxima entrada del nuevo gobernador”. Chávez agregó que “si la gente denunciara, se les caería el teatrito a todos ellos.”
Tultitlán, un municipio del Estado de México que está entre viejas vías y trenes, que se mantiene en construcción continua, y que se localiza a casi dos horas de viaje desde el DF, ha sido testigo de esta violencia y abusos policiacos.
Jose Antonio Chávez, Laura Valdez y Bertha Méndez, los tres padres y madres de familia, ya recorrieron incontables veces la distancia entre el DF y Tultitlán buscando justicia para sus hijos. Los tres sostienen una demanda contra la policia ministerial por robo y todos los delitos cometidos con la detención y el cateo ilegal en sus domicilios, sin embargo, las investigaciones de la PGJEM y de las comisiones nacional y estatal de Derechos Humanos les han dicho que deben esperar.
Laura y Bertha afirmaron, completando entre ambas sus palabras: “nosotros somos humildes, pero queremos justicia porque nuestros hijos son inocentes. Por eso hacemos esto a la luz pública, haciendo denuncias directamente contra policías incluyendo sus nombres.” Las madres agregaron: ” les destrozaron la vida a nuestro hijos porque están pasando por un proceso en un lugar en el que no deberían estar y a pesar de que son sanos que no fuman ni toman.”
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