En el otoño de 2009 agentes de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) instalaron una línea de teléfono y cámaras escondidas en un panel en el techo y en la pared en la tienda Lone Wolf, en el estado de Arizona.
De acuerdo con el LA Times, los agentes dieron una sola instrucción al dueño de la tienda, Andre Howard: vende armas a todos los compradores ilegales que entren.
Por quince meses Howard obedeció y vendió armas a clientes con identificaciones falsas, fajos de billetes que normalmente rechazaría. Vendió pistolas, rifles y semiautomáticas. La ATF le afirmó que ellos seguirían las armas y que la vigilancia llevaría a los agentes hasta los violentos cárteles de la droga en la frontera suroeste de EU.
Cuando Howard se dio cuenta que no llegaban los arrestos, cuestionó a los agentes. Ellos respondieron “sigue vendiendo.” Así que cientos de miles de dólares en armas, incluyendo rifles sniper calibre .50, salieron de la tienda en el centro comercial de Glendale, Arizona.
El dueño de la armería hacía mucho dinero, pero también temía que alguien saliera lastimado. “Cada semana me preocupaba sobre algo así. Me sentía horrible y enfermo.”
La noche del 14 de diciembre en un cañón de Río Rico, Arizona, la Patrulla Fronteriza se encontró con bandidos mexicanos haciendo negocio con inmigrantes. De acuerdo con un tiroteo reportado por los agentes, dispararon ellos descargaron dos cartuchos de 12 balas que no penetran el cuerpo y que sólo provocan espasmos musculares. Los mexicanos regresaron los disparos. Entonces los agentes empezaron a disparar con armas más agresivas. Uno de los bandidos, Manuel Osorio Arellanes, sinaloense de 33 años, fue herido en el abdomen y las piernas. El agente Brian Terry, un ex marino de 40 años, también cayó herido.
Otro agente se acercó mientras Terry decía que no sentía sus piernas, que estaba paralizado. Una bala había cortado su aortay siendo alto y pesando 110 kg., era muy pesado para ser cargado. Los agentes pidieron un helicóptero por radio, pero Terry se desangraba rápidamente y murió en los brazos de sus colegas.
Los bandidos dejaron a Osorio-Arellanes y escaparon por el desierto, lanzando al piso dos AK-47 semiautomáticas compradas en la tienda de Howard.
Alrededor de dos mil armas de fuego de la tienda Lone Wolf y otras en el sur de Arizona fueron vendidas ilegalmente durante el programa de la ATF conocido popularmente como “Rápido y furioso”, que permitió que hubiera compradores que obtenían las armas sólo para entregarlas los traficantes ilegales. Pero el plan de la ATF para rastrear las armas nunca funcionó. Como demuestra el caso de las dos armas de la tienda Lone Wolf encontradas trágicamente, la ATF con una plantilla insuficiente, no mantuvo la pista de las armas.
El Departamento de Justicia afirmó la semana pasada en Washington que otra arma de “Rápido y Furioso” fue encontrada en una escena de crimen. Aunque aún faltan detalles, afirmaron que otras 28 armas vendidas bajo la supervisión de la ATF han sido encontradas en escenas de crimen en México. El gobierno no identificó los casos. El gobierno mexicano aifrmó que se han encontrado armas de “Rápido y furioso” en alrededor de 170 crímenes, pero sin detallar el número de armas.
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