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Asesinos de las dos periodistas podrían pasar hasta 120 años en prisión
Asesinos de las dos periodistas podrían pasar hasta 120 años en prisión
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Asesinos de las dos periodistas podrían pasar hasta 120 años en prisión
02 de septiembre, 2011
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informó que la averiguación previa iniciada por la muerte de las periodistas Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, es por el delito de feminicidio contra quienes resulten responsables.

A través de una tarjeta informativa, la dependencia indicó que de acuerdo con la legislación vigente, los homicidas podrían alcanzar una pena de 60 años de prisión por cada uno de los asesinatos que cometieron.

Respecto a la necropsia practicada a las víctimas, confirmó que la causa de la muerte es asfixia por estrangulamiento con algún tipo de soga. No se apreciaron huellas de tortura, pero cada cuerpo presenta dos impactos por arma de fuego.

Cabe señalar que los peritos de la procuraduría capitalina recabaron pruebas de ADN a las dos víctimas, como se establece en el protocolo de investigación para los casos de feminicidio.

El Ministerio Púbico de la Fiscalía Especializada en Homicidios, continúa recabando las declaraciones de familiares, amigos y compañeros de las víctimas.


Marcela, era fundamental para Contralínea

Miguel Badillo, director de la revista Contralínea, señaló que aunque no descartan ninguna de las hipótesis de la investigación, llama la atención la saña con la que fueron asesinadas Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, sobre todo porque la primera era la responsable de conseguir publicidad, y con ello recursos, para que la revista continuara publicándose, luego que, como el mismo Badillo ha denunciado, Contralínea haya sido “vetada” comercialmente por la administración de Felipe Calderón.

En entrevista con Carmen Aristegui, Badillo refirió que los asesinatos le llevan a considerar que “prácticamente todas las demandas que se interpusieron contra nosotros eran con el fin de eliminar la publicación,  como también era parte de una estrategia del gobierno federal a través del veto publicitario, durante los primeros años de este sexenio; estuvimos sujetos a una discriminación comercial publicitaria gubernamental, de manera directa nos lo dijeron, si unes todo esto, Marcela era la encargada de conseguir este financiamiento vía publicidad de la revista para mantenerla publicando de manera independiente. Jugaba un papel clave y muy relevante dentro de la empresa y de la revista misma.”

Asimismo, Badillo hizo una reconstrucción de los hechos:

“En un principio fueron secuestradas. Nosotros todavía tuvimos contacto con Marcela después de una junta que tuvo conmigo, salió de nuestras oficinas como a las 9 de la noche (del miércoles) y comentó que iba a su casa, lo cual nos parece extraño, porque vimos que no se fue directamente su casa sino que se reunió después con Rocío González en algún punto.

A las 10 de la noche, el subdirector le llamó a Marcela para cancelar una junta que tenían al día siguiente, ella le tomó llamada y le contestó bien; lo que nos dijo el subdirector, José Reyes, es que se oía ruido como si estuviera en una vivienda en un lugar cerrado, que se oía ruido, voces.

Al día siguiente, muy temprano, los hijos de Marcela, una joven de 18 años y un muchacho de 20 años, empezaron a hacer llamadas porque su madre no había llegado, lo cual era inusual. Cuando me llamaron a mí, alrededor de las 8 de la mañana, inmediatamente en quien pensé fue en Rocío González, porque era muy su amiga, le llamé y tampoco me contestó. Esto ya me llamó a sospecha. Después confirmamos que Rocío tampoco había llegado y ahí ya nos preocupamos y movimos a todos los reporteros para que empezáramos  a buscar y rastrear y presentar las quejas en las distintas instancias respectivas.

Llegamos a la procuraduría capitalina y ahí los colegas  de comunicación social nos atendieron y dimos con esto que había dos cuerpos de dos mujeres con carácter de desconocidos porque estaban desnudas, ahí nos enseñaron las fotografías donde confirmamos que se trataba de ellas. Todo esto lo hicimos entre las 8 de la mañana y las 12 de la tarde.”

Sobre las investigaciones, el director de Contralínea señaló que están a la espera de que las autoridades les den respuesta y que no descartan ninguna hipótesis:

“No quiero adelantar nada, me preocupa la saña con la ocurrieron, porque para un simple robo, haber pasado por esto, me extraña muchísimo. Hay hipótesis de que si llevaban dinero, que si sacaron dinero de la casa de cambio de la que Rocío González Trápaga era socia. La saña con la que son asesinadas las dos compañeras periodistas, más allá de que fueron asfixiadas, atadas, sujetadas, desnudadas, botadas en un jardín público, también se les dan dos tiros, que debieron de haber sido posteriores a las asfixia, según las investigaciones, nos da otro parámetro del crimen. Si es el robo, explíquenos por qué sucede todo esto y castiguen a los responsables.”

Asimismo refirió que Rocío Trápaga además de participar en una casa de bolsa, era propietaria de una bodega en la Central de Abasto, herencia de familia, y se dedicaba  a las relaciones públicas, luego que fuera 20 años reportera para Televisa, además de que junto con Marcela estaba haciendo una revista para un corporativo.

Esta mañana, las autoridades capitalinas desestimaron que el doble homicidio tuviera alguna relación con la actividad que realizaba Marcela Yarce Viveros en la revista Contralínea, así como la labor periodística independiente de Rocío González Trápaga.

El caso Contralínea

Las instalaciones de la revista, así como sus colaboradores, han sido agredidos en diversas ocasiones, por ejemplo, el sábado 10 de abril fueron allanadas –por cuarta ocasión durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa– las instalaciones de la publicación;  los delincuentes saquearon archivos periodísticos, administrativos y contables.

Asimismo, el viernes 16 de enero de 2009, a las 09:50 horas, fue detenido Miguel Badillo, director de las revistas Contralínea, periodismo de investigación, y Fortuna. Negocios y finanzas en cumplimiento de una orden de aprehensión promovida por la empresa Multigas, propiedad del Grupo Zeta Gas.

Con estas dos muertes, son 81 los informadores asesinados del año 2000 a la fecha, según información de Reporteros Sin Fronteras, además de 13 periodistas desaparecidos. En lo que va de 2011, son ocho los decesos registrados, de esta forma, México se convierte en el segundo país con mayores muertes de periodistas, sólo por detrás de Irak.

Aquí la entrevista íntegra:

Recuento de periodistas muertos en México de 2000 a 2011, según información publicada por Los Queremos Vivos:

Da click para agrandar. Gráfica: Mariana Hernández (@mariana1hdzc)

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