Con el rostro serio, alargado, la quijada dura, traje gris, camisa blanca, corbata roja y sin contar chistes en esta ocasión, Humberto Moreira, presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), negó las acusaciones que ha hecho la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ante la PGR, en las que se denuncia que durante su administración como gobernador de Coahuila se falsificaron documentos para que el Estado obtuviera créditos bancarios por al menos 3 mil 100 millones de pesos sin autorización del Congreso del Estado y heredando esa deuda a las administraciones futuras.
“Desconocía lo que se hacía en esos trámites”, respondió para deslindarse de la supuesta irregularidad en la que incurrieron exfuncionarios del estado de Coahuila durante su último periodo de gobierno, con el aval de funcionarios de la Secretaría de Hacienda federal –según denunció el propio Moreira-, para autorizar la adquisición de deudas bancarias a largo plazo. Mientras en la sala “Ruiz Massieu” del PRI Nacional, donde se celebraba la conferencia de prensa semanal de Moreira, brotaba un olorcillo a tacos de guisado, desayuno con el cual el dirigente nacional priista suele acabar sus encuentros con la prensa.
Es “muy clara” la posición de pegarle al presidente nacional del PRI, se quejó con el rostro algo desencajado el profesor Moreira, al señalar que en una nota publicada en el periódico Reforma no se le daba el mismo peso al hecho de que existieran funcionarios de Hacienda involucrados con la falsificación de documentos.“Ahí entre todo el cuerpo de la nota, ahí viene que hay funcionarios federales, pero no se le da el mismo peso, esto es de darnos cuenta y de ser objetivos, es exactamente lo mismo”, dijo Moreira, quejándose sobre la nota de este lunes 31 de octubre en el rotativo.
Se les borró la risa
El profesor Humberto Moreira no fue el único que sacó a relucir su cara seria en la conferencia de prensa del lunes. Si bien logró hacer reír a más de dos cuando se refirió a Ernesto Cordero como “El Chavo del 8” –David Penchyna, vocero nacional del PRI, explicó porque le pusieron a Cordero ese apodo: porque “no pasa del 8 por ciento de popularidad”-, durante la reunión la mayoría de los colaboradores que regularmente lo acompañan tenían el rostro muy parecido al de su dirigente: alargado, serio y en algunos casos hasta cabizbajos.
“Ante las acusaciones…¿ha considerado la posibilidad de dejar el cargo?”, le cuestionó uno de los reporteros a Moreira, a quien le respondió que no lo haría porque en este asunto él era el que estaba resultando “ofendido”, pues al igual que legisladores panistas en Coahuila y la SHCP, interpuso una denuncia penal ante la procuraduría de justicia estatal para que se investigaran los hechos por el cual dos de sus excolaboradores (Javier Villarreal y Sergio Ricardo Fuentes) fueran detenidos y liberados tras el pago de una fianza.
Aun con su respuesta, en el sentido que de no abandonaría la dirigencia del PRI, Moreira tuvo que reconocer que en caso de que el próximo candidato presidencial se lo pida, podría abandonar su cargo como dirigente nacional en febrero de 2012. “Cuando hay candidato en el partido se toman las decisiones de qué hay que hacer en el comité nacional, y esa es mi posición, no es de aferrarme y quedarme hasta el 2015, es una decisión que puede tomar el candidato”, dijo.
Ni los tacos probó
Las preguntas hechas por la reportera del periódico Reforma, Mariel Ibarra, fueron las que más incomodaron a Moreira y su equipo, mientras los diferentes medios de comunicación capturaban con sus cámaras el gesto del dirigente priísta que, a pesar de mostrarse tenso, no perdía la calma al responder los cuestionamientos.
-¿Usted no conocía esto?-, le preguntó la periodista luego de referirse a los señalamientos que hiciera la SCHP en la denuncia de la PGR, en el sentido de que las falsificaciones fueron hechas en su administración. “Lo desconocía. Lo conozco por el periódico y conozco que fue en marzo… pero es una investigación que se tiene que hacer”, se prestó a responder Moreira, mientras la secretaría general del PRI, Cristian Díaz -quien se encontraba a un costado del dirigente-, ocasionalmente observaba como con mirada perdida la mesa que los separaba de los reporteros, y David Penchyna, vocero nacional del PRI -que también se encontraba en la conferencia-, se lleva la mano a la boca cuando su dirigente hablaba.
-¿Desconocía lo que se hacía en su Administración?-, le volvió a preguntar la reportera, luego de una ronda de 4 preguntas que le formuló de manera seguida al dirigente, quien cada vez que ofrecía su respuesta tomaba aire para contestar pausadamente. “Desconocía lo que se hacía en esos trámites, sí, como seguramente, y eso quisiera pensar, el secretario Cordero, también desconocía lo que hicieron en su área, ¿no?”, fue lo último que respondió Moreira, quien a diferencia de otras conferencias de prensa, en las cuales suele hacer una invitación a los periodistas para comer los tacos de guisado o de canasta que manda traer de Coahuila, se marchó apresuradamente con un escueto y desganado “gracias”.
