La Jornada publica hoy que Andrés Manuel López Obrador, de 58 años, es descrito por sus colaboradores como un candidato de plazas, más análogo que digital, pero en los trayectos de sus giras no es extraño verlo revisando noticias en su iPad o su laptop. De Santiago Creel, de 57 años, su equipo dice que está vigente en el uso de tecnología y hasta tomó un breve curso sobre redes sociales. Eso le ha permitido tuitear personalmente algunos de sus 2 mil 827 mensajes –el número más alto– frente a 196 de Peña, el que menos suma. El más joven de todos, Ernesto Cordero, de 43 años, suele usar mucho su Blackberry, lo mismo que Enrique Peña Nieto, de 45 años, y Josefina Vázquez Mota, de 51.
Los tres, miembros de una generación que pudo estar en contacto con computadoras desde jóvenes, son definidos por sus cercanos como políticos online, unos geek, como llaman a quienes les fascina la tecnología. ¿Será? Estudiosos del fenómeno de las redes y la política no lo ven así, y aseguran que por sus estrategias en redes, los cinco precandidatos se apegan más al perfil del político tradicional, sin importar que usen dispositivos tipo Blackberry o iPad.
Ninguno tiene el perfil de Barack Obama, el político online emblemático. Y no se trata, dice la investigadora María Elena Meneses, de que contesten tuitstodo el día; ni el estadunidense lo hace, para eso tiene un equipo. La clave de Obama fue la visión que tuvo para aprovechar las redes sociales en diversas actividades, como recaudar fondos, hacer comunidad y organizar a sus seguidores, así como responder a los republicanos. Los aspirantes presidenciales casi no interactúan con los usuarios de la web, siguen a pocos en Twitter, en la lógica de que ellos son las estrellas
, y recurren a “mercadólogos barateros que programanbots para amplificar su resonancia”, afirma. Los políticos mexicanos quieren usar Internet como si fuera la televisión
, explica Meneses. Pone de ejemplo eltwitcam de Peña Nieto, que duró menos de dos minutos.
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