“Admitir que ha cambiado de tono y actitud no es apoyarlo. Iracundo o amoroso, López Obrador sigue creyendo en sí mismo como ser providencial. México necesita líderes democráticos y modernos, no redentores”.
Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.