Al final de un juicio de diez semanas en Noruega, un gran grupo de sobrevivientes y familiares de las víctimas salieron del tribunal mientras el asesino múltiple confeso, Anders Behring Breivik, comenzaba su última declaración ante la Corte.
Breivik admitió haber asesinado a 77 personas -muchas de ellas adolescentes- en dos atentados el año pasado.
La Fiscalía desea que se le declare enfermo mental y sea enviado a una institución psiquiátrica.
Su defensa sostiene que está sano; sus abogados dicen que los ataques de Breivik fueron políticamente motivados y que debería cumplir su sentencia en una cárcel común.
Los jueces anunciarán su veredicto dentro de dos meses.
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