Reforma publica que la operación de pago a la estructura electoral del PRI con monederos electrónicos estuvo a cargo de una empresa “fantasma”.
El propio representante legal de la empresa Alkino Servicios y Calidad –la única a la que el tricolor reconoce haber contratado para pagos de operación electoral– reveló ayer que la entidad que tramitó el financiamiento al PRI por 66.3 millones de pesos con tarjetas de Monex fue Comercializadora Atama.
El PRI ha negado tener nexos con empresas “fantasmas”, de acuerdo con declaraciones de Jesús Murillo Karam.
“Atama fue quien encontró este sistema de envío del dinero, y ellos se los consiguieron (al PRI); como quien dice, ellos nos dieron el servicio, y nosotros, a su vez, lo pasamos al PRI”, aseguró en entrevista Rodolfo Antonio Jumilla, representante legal de Alkino, luego de que REFORMA acudió a su despacho en Iturbide 38-300, Colonia Centro.
“El PRI se acercó a nosotros como empresa que somos, que es Alkino, para que les buscáramos una estructura de cómo mandar el dinero o conseguirles el dinero en este caso, el PRI acercándose a nosotros, nos dimos a la tarea de buscar cómo conseguir ese dinero mediante préstamos”.
Atama, constituida el 27 de octubre de 2006, tiene como socios a Juan Óscar Fragoso Oscoy y Ramón Paz Morales.
El primero, según indagaciones periodísticas, falleció hace dos años y se dedicaba a la transportación de materiales de construcción; en tanto, Paz Morales es una persona sin empleo fijo que cuando puede consigue trabajos informales.
Los mismos nombres aparecen como socios de otra empresa considerada “fantasma”: Grupo Comercial Inizzio. Ninguno de los dos personajes tiene condiciones para ser empresario con manejos millonarios como los operados en la campaña electoral.
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