La “baja valoración” que se tiene de los servicios públicos, como son los sistemas de salud, pensiones, vivienda, entre otros, ha generado que muchos trabajadores mexicanos se pasen a la informalidad, revela una investigación hecha por el Centro de Estudios de las Finanzas Publicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.
“Eso permite que trabajadores que están en el sector formal de la economía acepten ser contratados en esquemas de informalidad o bien registrados ante instituciones como el IMSS con menores ingresos a los que realmente perciben”, explican los investigadores del CEFP, en cuyo estudio hacen un comparativo entre los impuestos que tienen que pagar los trabajadores solteros y sin hijos de los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Los altos índices de informalidad que posee México, son “una causa o efecto de los bajos niveles salariales promedio” que se tienen en el país, pero también repercute en una baja recaudación fiscal e inhibe la inversión, señala el documento, en el cual se menciona que México, junto a Estonia, son los países con mayores índices de informalidad dentro de la OCDE.
Una de las premisas del estudio, es que aun cuando México es de las naciones cuyos trabajadores pagan menos impuestos al salario, el beneficio no se ve reflejado en su economía. “La baja calidad de los empleos, (la) escasa capacitación de la mano de obra y los altos niveles de economía informal legal, contrarrestan el efecto que podrían tener los bajos costos salariales en nuestro país”.
Mientras en países como Bélgica, Alemania, Hungría, Austria e Italia los trabajadores tiene que destinar el 45 % de sus salarios al pago de los impuestos, en México el porcentaje es del 16.2%. “A primera vista, los resultados anteriores parecerían señalar que los bajos costos salariales asociados con el pago de impuestos y las contribuciones a la seguridad social son una ventaja comparativa para México; sin embargo, se deben considerar diversos factores con los que se puede o no establecer dicha ventaja”.
Uno de los factores que los investigadores tuvieron que tomar en cuenta para concluir que el pagar menos impuestos al salario no ha repercutido positivamente en la economía del país, es que el salario promedio bruto de los trabajadores mexicanos de tiempo completo en el sector formal, es de los más bajos de la OCDE.
En 2011, el salario bruto de un mexicano era de 11 mil 35 dólares por año, mientras que en Holanda era de 55 mil 165 dólares. Lo anterior significa que un mexicano percibe una quinta parte de lo que recibe un holandés.
Otro factor, fue el hecho que los trabajadores mexicanos sean los que menor salario perciben porque su nivel de escolaridad es de los más bajos dentro de la OCDE. En la tabla de posiciones, México ocupa el penúltimo lugar en ese rubro. Todo lo anterior, ha provocado que la inversión en México se inhiba y que los aparentes beneficios para el trabajador no se vean reflejados económicamente en sus bolsillos.
