Este viernes, ahora sí, se debatirá en el pleno de la Cámara de Diputados el dictamen de reforma laboral que, por ahí del mediodía, tendrán que haber terminado de cocinar los legisladores que integran la Comisión de Trabajo y Previsión Social, donde la aplanadora del PRI,PAN y PVEM ha hecho uso del 70 % de la fuerza legislativa que tienen en San Lázaro para aprobar una reforma que por un lado, sus impulsores han dicho busca “mejorar las condiciones laborales” en México, pero por otro, contradictoriamente, favorece a las cúpulas sindicales del país.
Por espacios de tres días, los diputados de la comisión expresaron sus puntos de vista y fijaron sus reservas a los artículos que consideraban poco convenientes, el 83 % , pero finalmente se impusieron los intereses del sindicalismo en México -representados por el PRI cuyos integrantes encabezan estos gremios-, cuando se quitó de la propuesta original, presentada por el presidente Felipe Calderón, el tema de la transparencia y la democracia sindical.
Otro sector que resultará beneficiado con la reforma presentada por Calderón, será el empresarial. A diferencia de la transparencia y democracia sindical, el punto de la subcontratación (outsourcing en inglés), quedó en los mismos términos que los planteados por Calderón, lo que permitirá, de aprobarse el dictamen, que el sector empresarial contrate a sus trabajadores a través de bolsas de trabajo o empresas terciarias, desobligándose con ello a pagar prestaciones, seguridad social e indemnizaciones, en caso de ocurrir un accidente que ponga en riesgo la vida y salud del trabajador.
Las empresas outsourcing, con esta nueva reforma, se harán cargo de las prestaciones y la seguridad social de los trabajadores, por lo que publicada la iniciativa los diputados tendrán que entrar a otro dilema: regular a este tipo de empresas terciarias para que verdaderamente se hagan cargo de las obligaciones que contraerán con sus trabajadores.
El pago por hora, sin duda, será otro beneficio – no tanto en recursos, pero sí en imagen- que recibirán empresarios y autoridades. Con la reforma se podrá pagar a un empleado por cada hora laborada sin necesidad de contratarlo una jornada completa de ocho horas, como lo marca la ley. En esta modalidad, empleados y patrón (llámese outsourcing o empresario) son los que convienen el monto por hora, siempre y cuando no se exceda de la jornada máxima legal (ocho) y el sueldo no sea menor al salario mínimo establecido por jornada y que actualmente es de 62.33 pesos diarios (5 dólares) en la zona centro. Esta ecuación, si bien garantiza los derechos y la seguridad social del trabajador, le permitirá al patrón, si así lo desea, contratar al doble o triple de personas para demostrar que está generando nuevos empleos, lo que sin duda también se reflejaría en las estadísticas laborales oficiales del gobernante en turno.
La transparencia y democratización de los sindicatos, son dos temas que el menos en la presente reforma, no se concretarán, aún cuando el presidente Calderón impulso esas figuras. Ya en el debate de las reservas que se dio el jueves por la tarde en la Comisión de Trabajo, los diputados priistas se negaron a que se obligue a los sindicatos hacer públicos sus registros y reglamentos, so pena de negar su registro. Los priistas, en la sesión del miércoles, también rechazaron sancionar a líderes sindicales por no rendir cuentas y el voto libre y secreto para escoger a sus dirigentes, por lo que este viernes, en la última parte del debate de las reservas que se dará en comisión, asumirán la misma postura que retomarán en pleno.
El debate del jueves 27 de septiembre fue intenso y se espera que el de este viernes sea igual. Ayer por la mañana, antes de rechazar 22 reservas y aprobar 2 (garantizar el trabajo decente y erradicar condiciones que impliquen discriminación entre los trabajadores), el diputado del PRD, Martí Batres, sufrió un percance al estrellarse con una puerta de vidrio, que detuvo la sesión por casi una hora, mientras un grupo de manifestantes hacía una valla humana, en las inmediaciones de San Lázaro, en protesta por la discusión de la reforma. Pasadas las 15 horas, se decretó un receso de una hora que se prolongó a tres. Al regresar, los diputados de la Comisión de Trabajo traían un acuerdo amarrado bajo el brazo: Desechar 220 reservas y centrarse en 17 que les interesaban, entre estas la transparencia sindical. Poco antes de las 22 horas, cuando llevaban debatidas casi la mitad de estas reservas, el diputado Carlos Aceves del Olmo del PRI, presentó un malestar de salud -nada grave-, que forzó a decretar un receso hasta este viernes a las 10 de la mañana, justo una hora antes de la cita que tienen los diputados en el pleno para arrancar la discusión del dictamen de reforma laboral que por un lado sus impulsores dicen mejorara las condiciones laborales, pero por otro sigue protegiendo los intereses de cúpulas sindicales en México.
