Autoridades federales “vaciaron” ayer el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Gómez Palacio al desalojar a más de 500 reos, en la mayor intervención de un penal estatal que se tenga registrada.
El desalojo, llevado a cabo por la Policía Federal y el Ejército, ocurrió en el transcurso del miércoles luego de que la tarde anterior un enfrentamiento dejó 24 muertos por un intento de fuga, entre ellos nueve custodios.
La mayoría de los reos fueron trasladados en camiones al Cereso de la ciudad de Durango, y los acusados de delitos federales fueron llevados a otros penales del país.
El Cereso sigue bajo custodia de la Policía Federal y en los próximos días determinará si sigue en funciones o se somete a remodelación.
La evacuación del Cereso culminó tres días de tensión en el penal, que iniciaron cuando la Policía Federal trasladó a 137 reos a otros penales la madrugada del lunes y posteriormente sacó a 54 internos más.
Esta acción derivó en protestas de familiares de reos que se tornaron violentas y los operativos alrededor del Cereso habrían provocado un intento de fuga el martes, con saldo de 15 reos fallecidos.
Según la Fiscalía General de Durango, 534 reos quedaban en el Cereso el miércoles y todos fueron desalojados.
Unos 200 familiares de reos continuaron sus protestas y bloquearon la carretera a Chihuahua desde el crucero de Hamburgo, en el Periférico, provocando un caos vial.
Funcionarios municipales dialogaron con ellos y fueron informados que sus familiares ya habían dejado el penal.
Más de la mitad, alrededor de 320, fueron trasladados a Durango en 11 camiones custodiados por un convoy de más de 40 vehículos de las policías Federal y Estatal con el apoyo de un helicóptero.
Al mediodía estos reos ingresaron al Cereso 1 de Durango donde purgarán sus condenas o seguirán procesos por delitos del fuero común.
Una parte de los reos federales fue llevada por tierra al penal de Guadalupe Victoria, Durango, que está bajo control de la Federación, mientras que otro grupo fue llevado vía aérea al nuevo penal de Hermosillo.
Un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos ubicó al Cereso de Gómez Palacio como el peor evaluado de los tres penales de Durango, con una calificación de 5.7, pero en gobernabilidad recibió una marca de 4.7, entre las peores del país.
En los últimos tres años, el Cereso de Gómez Palacio ha sido escenario de más de una decena de motines que han dejado 78 internos muertos.
En julio de 2010 se reveló que las autoridades del penal permitían la salida de reos para cometer masacres en bares de Torreón, lo que provocó la intervención del Gobierno Federal.
Lea la nota original en El Siglo de Torreón
