El lunes 19 de agosto miles de alumnos de Primaria y Secundaria regresaron a clases. No fue así en algunos estados del país. Tan sólo en el estado de Oaxaca, cerca de un millón de estudiantes se quedaron sin clases. Ese día los profesores de distintas entidades viajaron al Distrito Federal para crecer el plantón que la organización mantenía desde el 9 de mayo, para protestar contra la Reforma Educativa (en específico lo relacionado con la evaluación magisterial, enfrascado en la legislación secundaria de dicha iniciativa) propuesta por Enrique Peña Nieto.
Un viernes antes, la Coordinadora había amagado con no iniciar el cliclo escolar 2013-2014. Tres días después su amenaza se había cumplido.
Cerca de 20 mil maestros provenientes de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán llegaron a la plancha del Zócalo capitalino. Ese mismo día comenzaron las movilizaciones y los profesores se manifestaron frente a la Cámara de Diputados para después dirigirse a la Plaza de la Constitución.
El 20 de agosto por la noche, a sólo un día de haber llegado a la Ciudad de México, profesores adscritos a la Sección 22 de la CNTE ingresaron a San Lázaro, donde se enfrentaron con granaderos, retuvieron a siete policías federales e incendiaron un automóvil. Esa misma noche, la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos aprobó con 19 votos a favor, una abstinencia y la ausencia de ocho diputados de izquierda, los dictámenes de las leyes secundarias a la reforma.
Tras varios días de movilizaciones, plantones frente al Senado y bloqueos en las principales avenidas de la capital, finalmente el 23 de agosto los maestros lograron agendar una reunión con la Secretaría de Gobernación de una sola forma: bloquear las entradas al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Ese día el aeropuerto fue cercado. Durante más de 10 horas, miles de maestros de la Coordinadora cerraron la circulación de Circuito Interior, a la altura de Oceanía, ocasionando que cientos personas decidieran caminar hasta la terminal aérea, que reprogramaran su vuelo y, en algunos casos, lo perdieran. Tras la reunión con Segob no hubo acuerdo.
Ese mismo fin de semana, el Gobierno del Distrito Federal anunció el cambio en la ruta del Maratón Internacional de la Ciudad de México, que se llevó a cabo el 25 de agosto, para evitar brotes de violencia, según Miguel Ángel Mancera.
Así transcurrió una semana. Bloqueos en Reforma, marchas a la Secretaría de Gobernación y el cierre de Periférico para protestar frente a las instalaciones de TV Azteca. Esa misma semana también acudieron a Televisa Chapultepec para exigir derecho a réplica.
Un día antes de la entrega del primer informe de gobierno de Enrique Peña Nieto, el 31 de agosto, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas convocó, ante la sorpresa de todos, a una movilización del Ángel de la Independencia al Zócalo de la ciudad, en defensa del Petróleo. Entre otras organizaciones, en la marcha participó la Coordinadora. Cuando la movilización terminó y en el templete ubicado en 20 de Noviembre (el mitin no había podido ser en el Zócalo) las organizaciones participantes hablaban, la CNTE fijó un posicionamiento claro: “Vamos a ir también por la defensa del petróleo”. Ese día, los maestros marcharon tanto en rechazo a la Reforma Educativa como a la Energética.
Los capitalinos estaban a la expectativa. Se anunciaron marchas y plantones para el 1 de septiembre por el primer informe de gobierno de Enrique Peña Nieto. Los maestros advirtieron que avanzarían desde temprano hacia la residencia oficial de Los Pinos.
Alrededor de las 11 horas comenzaron a marchar. Mientras los autodenominados anarquistas se enfrentaban con los granaderos, avanzaban pacíficamente sobre Reforma. De pronto decidieron cambiar la ruta trazada y avanzaron hacia el Congreso de la Unión donde se entregaría el informe. Ese día no habría mensaje presidencial. Ese día volvieron a haber detenciones irregulares.
Los profesores marcharon junto con el “Bloque negro” pero no se revolvieron con ellos. Mantuvieron su distancia y continuaron hasta el cerco formado por policías en Congreso de la Unión y Fray Servando. Minutos tensos. Finalmente los miembros del CNTE emprendieron la retirada. Ese mismo día se aprobó la Ley de General de Servicio Profesional Docente.
El DF no fue el único lugar en que protestaron los maestros contra la aprobación de la Reforma Educativa. El 4 de septiembre, como habían anunciado, miles de maestros se movilizaron en varios estados del país. Finalmente el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, salió a los medios de comunicación: “No negociaré con el CNTE”.
Al día siguiente, el 5 de septiembre, los maestros bloquearían de nuevo la entrada al Aeropuerto Internacional, sin embargo el impacto no fue el mismo que logró semanas antes.
Pronto Andrés Manuel López Obrador anunció su apoyo al movimiento magisterial pero no tardo en retirarlo ante la negativa de los maestros de cederle un espacio en el Zócalo para su mitin del 7 de septiembre.
Las interrogantes surgían. ¿Habría Grito y desfile en la capital del país? ¿Se irían voluntariamente o se usaría la fuerza pública?
Ayer 13 de septiembre, mientras Enrique Peña Nieto presidía la ceremonia de conmemoración de la batalla del castillo de Chapultepec, elementos de la Policía Federal entraron al Zócalo, negociaron con los dirigentes de la sección 22 del CNTE y abandonaron el campamento que desde hace semanas mantenían en la Plaza de la Constitución.
Hubo enfrentamientos esporádicos. Manifestantes lanzaban palos y piedras; las tanquetas de los Federales contratacaban con chorros de agua y de pronto todo terminó. El 15 se dará el Grito desde Palacio Nacional.