Nadie sabe lo que habita en las profundidades del mar. Ese lugar oscuro y misterioso es quizá de lo poco que aún queda casi intocable por el humano. Desde épocas antiguas, la humanidad ha coqueteado con la idea de que en aquel territorio habitan extrañas criaturas, monstruos marinos tan terroríficos que preferimos no averiguar si son reales o no.
Ya sea en la religión, en los mitos de creación de muchas culturas, en la literatura o simplemente en la cultura pop, nos hemos encargado de llenar nuestras mentes de monstruos marinos que nos hacen temer nadar en las profundidades del mar más que hacerlo en las contaminadas aguas del balneario local.
Mi único acercamiento real con un Kraken es con el ron y aunque me he puesto borracheras de miedo con él, nada se compara con el terror que sentiría al toparme con esta criatura.
Según la mitología escandinava el Kraken es un calamar gigante que habitaba las profundidades del mar esperando que algún barco se acercara para atacarlo violentamente. Si el abrazo de sus enormes tentáculos no era suficiente, bastaba con el remolino que provocaba cada vez que se sumergía en el mar, para hundir las naves vikingas.
Si bien no existen registros reales de que el Kraken haya existido, la leyenda pudo haberse originado tras algunos avistamientos reales de calamares de 13 a 15 metros de largo.
Si bien los griegos son más famosos por sus bodas o por su gyros, lo que realmente nos encanta de ellos es su mitología. ¿Por qué? Porque la gente creativa nos cae bien. Dentro de su cabeza locona crearon a un despiadado monstruo acuático proveniente del inframundo que tenía la particularidad de regenerar sus cabezas cada que perdía una.
Les presentamos a Hidra, la serpiente policéfala quien solía andar por el lago de Lerna allá en el golfo de la Argólida, ya saben cerca de Nauplia (alguien debería hacer un Google Maps de la antigua Grecia). Y es que justo bajo las aguas que recorría esta horrorosa criatura existía una entrada al Inframundo y ella era la encargada de cuidarla.
Afortunadamente llegó el buen Hércules y su sobrino Yolao (no sabemos si Yolao derecho o Yolao izquierdo), y tras una fuerte batalla que incluyó flechas con fuego y espadas, Hidra murió.
De entre los mitos de la Biblia (o verdades según sea su creencia), encontramos a una de las bestias más horrendas creadas por Dios. Isaías tenía un libro y en el mencionó lo siguiente “esa serpiente sinuosa… el dragón que se encuentra en el mar”, ese era el Leviatán.
Era el quinto día de la creación y Dios andaba en labores de engendrar a todas las criaturas del mar. Así, tuvo la buena idea de crear al poderoso y magnífico dragón serpiente para que hiciera de gobernante del extenso reino marino.
De inmenso y largo cuerpo, revestido de una cubierta impermeable de escamas, iba por las aguas (no que fuera alcohólico, sino que nadaba mucho) con una fuerza explosiva. A su paso hervía el océano y sus más de 300 incandescentes ojos iluminaban el camino.