Diez reos, algunos de ellos considerados de alta peligrosidad, se escaparon a noche del martes del penal del balneario turístico de Cancún (este), un caso que refleja la creciente problemática que enfrentan las cárceles en México.
[contextly_sidebar id=”M4khfM9g7V4pdbykDHB98ixusKkFkvzT”]La fuga se produjo alrededor de las 21:10 horas del martes. Fuerzas de seguridad estatales y federales activaron un operativo de búsqueda para localizar a los diez reos, informó la madrugada del miércoles en un comunicado el gobierno de Quintana Roo, donde se localiza Cancún.
“Los 10 internos golpearon y sometieron a un custodio, logrando con esto darse a la fuga”, señaló el comunicado.
Los reos después saltaron la barda del penal. Según testigos, al menos tres “utilizaron el servicio de un taxi” para huir de la zona.
De acuerdo con autoridades del penal de Cancún, con unos 630,000 habitantes y el principal destino mexicano visitado por extranjeros, algunos de los reos fugados son considerados de alta peligrosidad.
Medios de prensa de Quintana Roo señalan que los fugitivos pertenecen a dos bandas delictivas dedicadas a la venta de droga al menudo.
Cancún, que cuenta con exclusivos hoteles, ha quedado a salvo de los violentos enfrentamientos entre los cárteles pero es terreno para la venta de drogas al menudeo.
El penal del balneario, ubicado al otro extremo de la zona hotelera, se erige en una zona densamente poblada y uno de sus muros da hacia una transitada avenida.
“La seguridad se intensifica no sólo en los alrededores del penal, sino también en las carreteras de salida, terminales de taxis y autobuses y otros sitios en los que los reos puedan buscar refugio”, añadió el comunicado.
El penal de Cancún ha sido escenario de diversos incidentes en los últimos años. En octubre de 2015 se fugaron dos reos y en junio pasado una riña dejó cuatro lesionados.
Las cárceles mexicanas, tanto las estatales como las federales, enfrentan serios problemas de hacinamiento y seguridad que se han traducido en espectaculares fugas y violentos motines, protagonizados principalmente por narcotraficantes.
Hace un mes, en el penal de Barrientos, en una zona habitacional de un suburbio de Ciudad de México, se desató un motín que incluyó un espectacular incendio que dejó 17 heridos.
En medio de la confusión, tres reos consiguieron escapar de Barrientos, pero fueron recapturados días después.
En febrero pasado, un violento motín dejó 49 muertos en el penal de Topochico, en Nuevo León (norte).
Hace un año el poderoso narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán se escapó del penal de máxima seguridad del Altiplano, en el estado de México (centro), a través de un kilométrico túnel, pero fue recapturado en enero pasado.
Guzmán ya se había fugado en 2001 de otra cárcel.
Otro caso, conocido en junio, que refleja el alcance de la crisis del sistema penitenciario mexicano, fue la información confirmada por autoridades de que entre 2009 y 2012 el sanguinario cártel de los Zetas mató e incineró dentro del Penal de Piedras Negras, Coahuila (norte), a víctimas que traían desde el exterior.