Ricardo Piglia, uno de los escritores más importantes de la Argentina, murió a los 76 años en Buenos Aires a consecuencia de una esclerosis lateral amiotrófica. Jamás dejó las letras, trabajó hasta el último momento y dejó varios libros de cuentos, cinco novelas y ocho ensayos. También escribió los guiones de películas como Corazón Iluminado, de Héctor Babenco, y La Sonámbula, recuerdos del futuro, de Fernando Spiner.
Ricardo Emilio Piglia Renzi nació en Adrogué, Argentina, un 24 de noviembre de 1940. A los 16 años se despidió de su ciudad natal y comenzó a escribir, situándose como el personaje principal de las historias que relataba en hojas de cuaderno: un diario del día a día. Ese fue el primer paso a sus ficciones, que trascendieron la literatura argentina para entrar a la Literatura.
No estudió Letras porque no quería leer por obligación. Entró a la Universidad de La Plata e hizo de la Historia su carrera universitaria pero de las letras su profesión de vida. Interesado en la creatividad y el estilo, sus maestros fueron Faulker, Borges y Roberto Arlt.
A pesar de la enfermedad degenerativa que padecía jamás se denominó como enfermo sino como un ser “un poco embromado de salud”. Veía a la esclerosis como esa broma injusta que le jugó la vida pero que no le impidió seguir creando, leyendo y escribiendo.
Su literatura fue marcada siempre por el reconocimiento dentro y fuera de Argentina. Obtuvo premios como el de la Crítica de narrativa castellana, el Premio de Novela Rómulo Gallegos, el Literario Casa de las Américas y ocho más.
A sus 16 escribió en su libreta:”Despedirse de la gente me parece ridículo. Se saluda al que llega, al que uno encuentra, no al que se deja de ver”. Este 6 de enero se fue sin despedirse, pero dejando la posibilidad de nuevos arribos porque con sus letras y sus diarios, persiste la eterna posibilidad de encontrarlo.