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Un año después, padres de Johana siguen pidiendo justicia en el crucero donde fue atropellada
Un año después, padres de Johana siguen pidiendo justicia en el crucero donde fue atropellada
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Un año después, padres de Johana siguen pidiendo justicia en el crucero donde fue atropellada
06 de diciembre, 2019
Por: Ernesto Núñez
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Un año después, ahí siguen. Pilar Fuentes, Roberto Garrido y la fotografía de su hija Johana, que el 6 de diciembre de 2018 fue atropellada en la calzada México Xochimilco y la lateral de Viaducto Tlalpan.

Protegidos con cubre bocas, están parados a la intemperie detrás de un modesto altar donde han colocado la foto de Johana, tres veladoras, un ramo de rosas y una flor de Nochebuena.

Johana, de 33 años, vestida de negro, mira fijamente a los transeúntes desde una manta en la que puede leerse: “El día 06 de diciembre de 2018, entre las 6:40 y las 7:00 AM, fui atropellada. Y, desafortunadamente, perdí la vida en este lugar. Si sabes o viste algo, por favor comunícate al 5524398973”.

 

Su madre y su padrastro tienen más canas, más arrugas, y el amargo recuerdo de aquella madrugada, en la que les avisaron que Johana había sido arrollada por una camioneta negra que era manejada a exceso de velocidad por una señora que decidió darse a la fuga.

“Hoy hace ya un año que mi hija fue atropellada en este lugar, que perdió la vida. Seguimos en una lucha día con día, esperando encontrar a la persona que le arrebató la vida a mi hija. Ella está en un lugar, tal vez feliz donde se encuentra, pero nosotros aquí queremos justicia, y no la hemos encontrado”, advierte Pilar.

Durante seis meses, Pilar y Roberto fueron al lugar a plantarse todas las mañanas, de lunes a sábado, a la hora en la que su hija fue atropellada; desplegando la manta, encendiendo las veladoras y viendo pasar decenas de vehículos, con la esperanza de que alguien se detuviera a ayudarlos a identificar a quien atropelló a su hija.

O buscando, quizás ilusamente, que los culpables se conmovieran al pasar por el mismo sitio en el que Johana quedó tendida, perdiendo los signos vitales mientras llegaba una ambulancia que tardó más de una hora en recogerla y llevarla a la clínica más cercana.

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Después de unos meses, se paraban una vez a la semana, luego una vez al mes, hasta que sólo dejaron las velas y las flores.

Ante la falta de respuesta, regresaron a su vida cotidiana; ella, como vendedora de diarios y revistas, él como empleado en un restaurante.

Pero este viernes, al cumplirse un año, decidieron volver a poner las mantas, cambiar las veladoras y las flores, y reanudar su lucha.

“Originalmente, pensé en cerrar la calle, pero luego lo pensamos bien, y ¿para qué afectar a los demás?”, explica Pilar.

En estos meses, además de plantarse en el lugar del accidente, la familia de Johana emprendió el largo y tortuoso camino judicial.

Levantaron el acta, denunciaron a quien resultara responsable y, como suele ocurrir en México, emprendieron su propia investigación.

En febrero, después de que Animal Político dio a conocer su caso, fueron buscados por funcionarios de la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México, pero la averiguación no pudo avanzar por falta de pruebas.

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Pilar y Roberto lograron que una empresa ubicada en la zona les diera un video en el que se alcanza a ver cómo la camioneta negra se detiene después de atropellar a Johana; del vehículo baja una señora que se agarra la cabeza, y un joven que la tranquiliza. Segundos después, el joven sube a la señora del lado del copiloto, toma el control de la camioneta y huyen del lugar sin auxiliar a Johana.

En el video que vio Pilar se distinguía la matrícula de la camioneta, del Estado de México, con las letras NXC y los números 3 y 1, pero no se alcanzaban a ver los dos últimos dígitos.

Pero cuando la Procuraduría les entregó el video que se anexó a la carpeta, éste ya habido sido editado, volviendo borrosas la placa y las imágenes de las personas que estaban a bordo.

Tampoco se ve cuando la señora y el joven se bajan, intercambian palabras y vuelven a subirse al vehículo cambiándose de lugar.

“No hemos encontrado justicia por parte del gobierno, no nos han apoyado, yo he ido con el presidente Andrés Manuel López Obrador, con la jefa de gobierno, y nadie me ha apoyado hasta ahorita a la vuelta de un año. Yo sí exijo justicia para mi hija, porque parece mentira que ellos, teniendo todas las armas para dar con los culpables, no hayan podido hacer justicia”, lamenta Pilar.

Los familiares de Johana mantienen sus mismas demandas y dudas.

Quieren una cita con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y con las autoridades de justicia de la Ciudad, para reabrir la investigación, ver los vídeos originales y tratar de dar con la culpable.

Sospechan que la persona que atropelló a su hija es influyente, pues la actitud de los diversos agentes del Ministerio Público con los que han lidiado les hace pensar que la están protegiendo.

“Creemos que son influyentes y por eso no han dado con ellos. Y yo sé que mucha gente lo sabe, mucha gente sabe quién fue, y yo sólo exijo que haya justicia para mi hija”, insiste.

Aquel 6 de diciembre, Johana acababa de dejar a su hijo en el colegio que está a una cuadra de la curva donde fue atropellada. Después de despedirse de él, se fue caminando hacia el paradero de autobuses del Estadio Azteca, donde todos los días tomaba el transporte que la llevaba al trabajo.

Pero fue arrollada en el primer crucero que encontró en su camino.

Trabajaba en un puesto de paletas de la empresa Barrio Antiguo en un centro comercial de Coyoacán y, hasta el momento, su familia no ha recibido la indemnización que les prometieron por tratarse de un accidente ocurrido camino al trabajo.

El secretario de Movilidad, Andrés Lajous, jamás se comunicó con Pilar y Roberto, aunque en febrero dijo que atendería el caso.

La delegación Tlalpan se limitó a pintar rayas blancas en el crucero que, poco a poco, se han ido borrando.

Un año después, los autos siguen circulando a toda velocidad por esa curva, que en la madrugada es oscura y peligrosa.

Pilar y Roberto siguen ahí, indignados, intactas su molestia y su petición de justicia.

La fe que tenían en el gobierno, por tratarse de un “nuevo gobierno”, ya la perdieron.

 

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Etiquetas:
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