La Fiscalía de la Ciudad de México aclaró que no hubo un secuestro contra 14 enfermeras y enfermeros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sino que se trató de una extorsión contra sus familiares.
Ulises Lara, vocero de la Fiscalía, explicó que no hubo siquiera un contacto físico con el personal de salud, pero que sí hubo familiares de enfermeros que pagaron un rescate a los extorsionadores, quienes aprovecharon que el personal médico provenía de diferentes estados del país, y se alojó en hoteles que han ofrecido sus espacios para quienes combaten la epidemia de COVID-19.
“En realidad a quienes están extorsionando son a los familiares y les impiden, mediante el mecanismo de presión y de miedo, que se comuniquen (con el personal médico)”, precisó el funcionario al programa Atando Cabos, de Radio Fórmula.
En un comunicado, la Fiscalía capitalina explicó que “los supuestos extorsionadores ejercían presión sobre los afectados, con el argumento de que serían detenidos pues sabían que en sus habitaciones tenían droga y armas, por lo que debían seguir las indicaciones de una persona, también víctima, a quien posiblemente obligaron, con amenazas, a hacerse pasar como uno de ellos”.
Además, la Fiscalía ubicó que el número telefónico utilizado por los extorsionadores dio origen en el penal de Altamira, Tamaulipas.
El vocero explicó que tras la denuncia de uno de los familiares pudieron vincular el caso con una extorsión, y que se investigará a los dueños de los hoteles, para saber cómo se facilitaron los datos de enfermeras y enfermeros a los extorsionadores.
“Es es parte del trabajo de investigación, eso es lo que tenemos que corroborar (posible complicidad de hoteles)… vamos a trabajar en ello”, expuso Lara a la periodista Denise Maerker.
Entre esos hoteles se encuentra uno denominado “Ambos Mundos” en la alcaldía de Miguel Hidalgo, que fue habilitado por el gobierno capitalino y la asociación de hoteles para albergar gratuitamente a personal médico que colabore en la atención de la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19.
De acuerdo con las primeras investigaciones, las víctimas son empleados del IMSS provenientes principalmente de Nuevo León, quienes forman parte de un grupo que había viajado a la capital para unirse a los esfuerzos oficiales de atención en la crisis sanitaria.