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Gregorio y Claudio, dos trabajadores, murieron baleados por policías de Monterrey, denuncia testigo
Gregorio y Claudio, dos trabajadores, murieron baleados por policías de Monterrey, denuncia testigo
5 minutos de lectura
Gregorio y Claudio, dos trabajadores, murieron baleados por policías de Monterrey, denuncia testigo
05 de octubre, 2020
Por: Alberto Pradilla
@albertopradilla 

“Los policías al verme me pegaron en la cara, ni supe con qué, ya que todo fue muy rápido y me había tomado unas cervezas. Ya no supe nada por unos instantes, pero de repente quise volver en sí, abrí un poco el ojo y me percaté que los policías estaban parados frente a mis compañeros Gregorio y Claudio, escuché varios disparos de pistola”. Este es un fragmento de la declaración de Felipe Martínez, obrero de la construcción, ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) de Nuevo León.

Martínez se encontraba el sábado 26 de septiembre en una finca de la colonia Los Cristales, al sur de Monterrey, junto a otros cuatro compañeros de trabajo cuando fueron interceptados por una patrulla de Fuerza Civil, la policía estatal de Nuevo León.

Tras una supuesta discusión con los policías, dos de ellos resultaron muertos (Claudio Francisco Martínez, de 40 años, y Gregorio Santiago Margarito, de 20), otros dos heridos (Jaime y Venancio Santiago Margarito, de 38 y 28 años). Él fue conducido a la comisaría hasta que fue liberado horas después.

Ni la secretaría de Seguridad Pública ni la Fiscalía han dado una versión oficial sobre los hechos. De forma extraoficial se asegura que uno de los agentes llegó a ser desarmado durante una supuesta riña, pero no hay voceros que lo confirmen.

La Fiscalía señaló que “la carpeta de investigación permanece vigente en etapa de integración para determinar la conducta de involucrados, su participación en los hechos y en todo caso determinar responsabilidad”.

Mientras tanto, Seguridad Pública anunció que su unidad de Asuntos Internos también va a intervenir. El secretario, Aldo Fasci salió a defender a los uniformados alegando que el policía disparó por “instinto de supervivencia”.

Las familias de las víctimas, por su parte, reclaman que se investiguen los hechos y han presentado denuncias tanto ante la CEDH como ante el Ministerio Público de Nuevo León.

“Queremos justicia. No estamos conformes con lo que están diciendo. Queremos que no se detenga hasta hallar a los culpables de la muerte de mi hermano”, dijo a Animal Político Juana Santiago Margarito, hermana de una de las víctimas mortales y de los dos heridos.

“Te hubieras levantado y te hubiera dado unos plomazos”

Los hechos tuvieron lugar sobre la una de la madrugada del sábado 26 de septiembre. En ese momento los cinco trabajadores se encontraban de convivencia en el interior de la finca, donde tomaron cerveza y cocinaron en la parrilla. Todos se quedaban en ese lugar con permiso del patrón para no tener que pagar hospedaje y evitar contagiarse en los traslados en camión. Los tres hermanos llevaban apenas 15 días.

En un momento de la noche, según el testimonio de Felipe Martínez, Claudio y Gregorio salieron a comprar bebida mientras que el resto quedó en el lugar. Transcurrida una hora, escucharon ruidos y salieron a ver qué ocurría. Se encontraron a una patrulla con tres policías y sus compañeros tendidos en el suelo. Martínez declaró que, entre la discusión, metió las cervezas al interior de la finca y regresó a donde estaban sus compañeros. “Observé que los policías les estaban pateando”, dice la declaración.

Fue entonces cuando, según su relato, uno de los agentes le golpea, lo tira al suelo y escucha los disparos.

“Al escuchar esto me quedé acostado, pude ver que llegaron más patrullas al lugar, alcancé a divisar que estaban levantando a Jaime del piso, yo me encontraba entre el lado de Gregorio y Claudio, había sangre tirada”, explica la denuncia.

“En ese instante levanté la cabeza y un policía de Fuerza Civil expresó “te hubieras levantado hace rato y te hubiera dado unos plomazos”, me levantaron y me llevaron a la camioneta”, añade.

Los dos fallecidos fueron conducidos al Servicio Médico Forense (Semefo), mientras que a los heridos los trasladaron al hospital universitario. A Martínez, por su parte, lo condujeron a una comisaría donde le hicieron pruebas para determinar si había utilizado un arma.

“No es cierto”, alega el hombre, quien asegura no saber cómo funciona un arma, por lo que es imposible que él hubiese apretado el gatillo de una.

“Solo venían a buscar para su familia en tiempos difíciles”

“Ellos estaban conviviendo adentro en la casa, con música, bailando. No sé por qué fueron y les dispararon”, protesta Juana Santiago, hermana de una de las víctimas y dos de los heridos. Explica que Gregorio, Jaime y Venancio llegaron a Monterrey dos semanas atrás para trabajar en la obra.

Allí se encontraron con sus otros dos compañeros, a quienes conocían porque todos son originarios del municipio huasteco de Aquismón, en San Luis Potosí. Los tres hermanos trabajaban como guías turísticos en el Sótano de las Golondrinas, un abismo de más de 500 metros de profundidad que atrae a gran cantidad de visitantes. La pandemia por COVID-19 redujo drásticamente el número de turistas, por lo que se vieron obligados a buscar otro empleo.

“Son muchachos bien tranquilos, no andaban en pleitos”, explicó.

Desde el sábado, permanece en el hospital a la espera de la evolución de sus hermanos. Jaime tiene fracturada la pierna y recibió un balazo en el estómago. Venancio, por su parte, fue alcanzado por un proyectil que le traspasó el cuello. También tiene heridas en el brazo y la mano. “No sé si se quiso tapar”, dice su hermana. Sobre Gregorio, el fallecido, dice que “lo tenían de espaldas”.

La mujer dice estar molesta con la forma en la que se hizo público el suceso. “Me siento mal. Nos están calumniando. No son como ellos los están describiendo. Solo venían a buscar para su familia en estos tiempos difíciles”, dijo.

Gregorio Santiago Margarito, a quien todos conocían como “Goyito”, deja un hijo de un año de edad.

Gregorio Santiago Margarito, murió el sábado en Monterrey tras recibir disparos de agentes de Fuerza Civil. Foto: Cortesía.

Claudio Francisco Martínez, por su parte, deja otro hijo de seis años.

“Ellos no contaban con armas como están diciendo. No es cierto, llegaron aquí sin nada, sin dinero. De hecho el patrón tuvo que venir a buscarlos”, explica Juana, la hermana.

El martes, Gregorio Santiago Margarito y Claudio Francisco Martínez fueron enterrados en su comunidad en Aquismón. Sus familias denuncian que solo eran trabajadores que pasaban un día de descanso cuando fueron tiroteados por policías y exigen que los responsables sean castigados.

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