Por primera vez en la historia, México será la sede neutral de una negociación que permita tejer una salida a la crisis política que durante años ha vivido Venezuela por el enfrentamiento entre el chavismo y grupos de oposición y la injerencia de países extranjeros que se han jugado en el país bolivariano intereses geopolíticos.
La primera de una serie de mesas de negociación arrancará la tarde de este viernes 13 de agosto en el Museo de Antropología, en la Ciudad de México, con la participación de representantes tanto del gobierno de Nicolás Maduro como de los grupos opositores de Juan Guaidó y Henrique Capriles.
Las mesas de diálogo tienen la finalidad de que ambas partes lleguen a acuerdos que, en el largo plazo, permitan la celebración de elecciones libres y democráticas en el país, tras varios comicios en los que la oposición e incluso países extranjeros han acusado la comisión de fraudes desde el oficialismo.
Fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confirmaron a Animal Político que el encuentro de este viernes será encabezado por el Canciller Marcelo Ebrard y el diplomático Day Nylander, emisario de Noruega, país que ejercerá como mediador en este que es considerado un proceso de paz. Nylander también fungió como garante en la negociación que en 2019 llevó al acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC.
El chavismo estará representado en esta primera mesa por el diputado Jorge Rodríguez Gómez, presidente de la Asamblea Nacional, mientras que la oposición será representada por Gerardo Blyde, integrante de la Mesa de Unidad Democrática (MUD); Stalin González, cercano a Capriles, y Carlos Veccio, embajador venezolano en Estados Unidos y cercano a Guaidó.
Antecedentes de diálogo en Venezuela
Esta no es la primera ocasión que el gobierno de Maduro acepta participar en un diálogo con los grupos políticos opositores al oficialismo. En 2019, Noruega encabezó un proceso de negociación en Barbados; antes, entre 2017 y 2018, hubo otro intento de resolución con sede en República Dominicana. Ambos esfuerzos concluyeron sin éxito.
Esta vez, sin embargo, el gobierno mexicano tiene confianza en que los diálogos lleguen a buen puerto, pues el país ha sido un territorio neutral en el que ambas partes en conflicto han sido tratadas con ecuanimidad, de acuerdo con las fuentes consultadas.
Por un lado, explicaron, Maduro ha recibido siempre una deferencia de jefe de Estado (en contraste con otras naciones que han descalificado su gobierno y su investidura), mientras que los opositores han recibido refugio y la consideración de interlocutores con demandas legítimas.
Para México, que nunca había actuado como facilitador y sede de un proceso de resolución de conflictos, esta negociación consolida su papel de liderazgo político en la región latinoamericana, afirmaron las fuentes.
“Esta negociación demuestra que teníamos razón en la apuesta del diálogo, que creemos es la más efectiva, no solo para evitar un conflicto armado, sino para encontrarle una salida a esta crisis”, añadieron. “Mucho de esto es construir confianza, que uno confíe en el otro, en la palabra del otro, y se den pequeños acuerdos que al paso del tiempo demuestren, de manera factual, que lo que se prometió en la mesa se cumplió”.
Se espera que la reunión de este viernes no concluya con un acuerdo que resuelva una crisis política que se ha profundizado por años, pero sí con la disposición de las partes de volver a verse la cara y sentarse a la mesa de negociación.
