A dos meses y medio de la inundación en Tula, Rodolfo Hidalgo y su esposa Sofía Ángeles regresaron al hogar que habitan desde hace 20 años con sus hijos.
Además de su vivienda ubicada en el fraccionamiento Chapultepec, el agua negra del río Tula también acabó con dos negocios familiares: una carpintería y una tienda de abarrotes, por lo que —dijo— tras la emergencia “se quedó en la calle”.
“Otra vez fuimos nómadas, vivimos en las casas de tres amigos, en las de vecinos que no sufrieron afectaciones y hasta en las habitaciones de un hotel que conseguí que me prestaran”, refirió.
Señaló que tenían que ver la forma de levantarse, de volver a su domicilio y no causar molestias, “porque en casa de un amigo te quedas tres días y se los agradeces mucho, pero después de ese lapso ya no te sientes cómodo, ya te sientes como arrimado”.
Indicó que en las reparaciones de su casa, ubicada en la calle Francisco Márquez, esquina con Agustín Melgar, hasta ahora ha invertido al menos 240 mil pesos, ya que tuvo que botar pisos y aplanados de las paredes y “empezar de cero”; también ha tenido que invertir en resurtir la tienda familiar.
Agregó que le falta el gasto de la nueva electrificación, que —calcula— costará aproximadamente 15 mil pesos, por lo que el apoyo que recientemente por parte del gobierno federal, 10 mil pesos, “es nada” en comparación con las pérdidas que tuvieron.
Comerciantes de Tula que perdieron toda su mercancía y el patrimonio también consideraron insuficiente el apoyo que recibieron por parte del gobierno federal como reparación de los daños y pérdidas derivadas de las inundaciones del 6 y 7 de septiembre pasados.
Angélica Villeda Mendoza, quien tenía una tienda de regalos al interior de la central de abastos, dijo que en su caso sufrió pérdidas por 240 mil pesos, por lo que recurso federal es “nada”, en comparación de lo que necesita.
“Los 10 mil pesos solo fueron para amortiguar los remozamientos de nuestros locales de venta, mismos que ya habíamos hecho mediante ahorros, préstamos familiares o endeudándonos con alguna financiera”, detalló.
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Agregó que ya reinició labores hace dos semanas; no obstante, cambió de giro, pues pasó de vender juguetes a poner una tienda de ropa americana que una de sus hijas le envía de Estados Unidos.
Villeda Mendoza consideró que sería posible empezar a recuperar su negocio poco a poco, si la federación les manda un apoyo económico adicional de 25 mil pesos, para completar los 35 mil pesos que habían anunciado autoridades federales como reparación del daño.
Sin embargo, se dijo consciente de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, “ya dio por pagados los daños” derivados del desbordamiento del río Tula, por lo que, estimó, sería “muy complicado” que les entregaran más dinero.
Entre el 6 y 7 de septiembre pasado, se registraron inundaciones en Tula, derivadas del derrame del afluente homónimo, las cuales afectaron a más de 35 mil personas e inmuebles comerciales, entre otros.
El pasado 5 de noviembre, el gobierno federal, a través de la Secretaría de Bienestar, entregó un apoyo de 10 mil pesos a cada damnificado por la anegación
Un día después, el 6 de noviembre, durante su visita a Tula, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dio por indemnizados a todos los afectados, puesto que la Secretaría de Bienestar aseguró que se tenía un 97 por ciento de avance en la reparación de los daños.
