Durante el primer día del cierre de 12 estaciones de la Línea 1 del Metro, de Pantitlán a Salto del Agua, no faltaron opciones para movilizar a los usuarios. En otras líneas del Metro, RTP, transporte concesionado e incluso Mexibús, miles de personas pudieron trasladarse a sus destinos, pero el tiempo que tomaron para llegar aumentó hasta en 40 minutos.
Gabriela Sánchez, por ejemplo, explicó que a diario realiza el recorrido de Guelatao, de la Línea A, a la colonia Roma, donde estudia su hijo. Ese trayecto cotidianamente le toma alrededor de una hora y 40 minutos.
Este lunes, ya sumaba dos horas de viaje y aún no había llegado a Pino Suárez, la estación más cercana a su trabajo.
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“Yo sé que esto va a valer la pena porque al final sí le hacía falta mantenimiento (a la Línea 1)… tardábamos hasta nueve, 10 minutos en abordar en cualquier estación de la línea rosa; entonces, creo que vale la pena el sacrificio que se está haciendo”, dijo.
Según estimó el secretario de Movilidad de la CDMX, Andrés Lajous, los trayectos por el cierre subirán entre 15 y 30 minutos. Sin embargo, usuarios entrevistados tanto en Pantitlán como en Balderas señalaron que sus viajes habían tomado más tiempo que lo que proyectó el funcionario, aunque confiaron en que, al paso de los días, en tanto las personas se van adecuando a las nuevas rutas, estos tiempos disminuirán.
Para agosto de 2023, cuando toda la Línea 1 haya sido modernizada y se tengan nuevos trenes para dar servicio, las autoridades han anunciado que el tiempo en los trayectos de los usuarios podría disminuir hasta en 45%.
Por ejemplo, ir de Observatorio a Pantitlán, el recorrido completo, actualmente toma entre 45 y 50 minutos. Con la modernización, las autoridades proyectan que el trayecto se recorra en 30 minutos y que cada tren pase con una frecuencia de 90 segundos.
María Josefina, vecina del municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, reconoció que el cierre de la Línea 1 le afectará mucho porque cotidianamente debe trasladarse al Hospital General, donde atienden a su hijo que tiene epilepsia y a ella que vive con diabetes y artritis.
A pesar de que la Línea 9 es una opción viable para llegar a destino, su infraestructura no es amigable para la mujer, quien no puede estar subiendo y bajando escaleras.
“Incrementó (mi trayecto) en casi una hora. El Metro es más bueno porque se va derecho y ahorita aquí el camión viene pare y pare por los semáforos, y ahí es mucha pérdida de tiempo”, dijo la mujer.
Pese a ello, consideró que la logística implementada para orientar a los usuarios fue adecuada.
“Nos van guiando, no vamos tan cerrados de ojos, van diciendo; entonces, eso está bien a pesar del mundo de gente que hay (…) yo pienso que ya los próximos días esto se va a ir agilizando y pues también nosotros debemos de tomar nuestros tiempos, porque no podemos andar peleando con la gente todo el tiempo”, agregó.
En Pantitlán, se observó que en ningún momento faltaron camiones de la RTP para trasladar a los usuarios a Balderas. De hecho, ninguno de los camiones salió de la terminal lleno de usuarios. Incluso, en la calle se dispuso a personal del Metrobús con máquinas portátiles para recargar las tarjetas de movilidad integrada y así evitar que el no tener saldo o que este fuera insuficiente ocasionara mayores retrasos.
“En general, es importante que las personas, y entiendo la molestia que genera, les pedimos una disculpa por los trabajos que estamos haciendo, pero que calculen 15 a 30 minutos adicionales”, insistió la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
Balderas, terminal emergente
En Balderas, la terminal provisional de la Línea 1 en tanto se llevan a cabo los trabajos, usuarios reprocharon que, a pesar del anuncio de las autoridades capitalinas sobre que no habría doble cobro por el uso de camiones RTP y después Metro, en algunos casos debieron pagar dos veces.
“Uno se sube con su tarjeta recargada a los autobuses que están poniendo de Pantitlán para acá (Balderas) y que no sirven las terminales. Aquí entras otra vez al Metro y debes pagar de nuevo. O cobran camión o cobran Metro, que se decidan. Y si cobran camión que den comprobante”, reclamó Jorge Rogelio González.
Otro de los reclamos tuvo que ver con el servicio exprés de Pantitlán a Balderas, el cual es proporcionado por unidades del Mexibús.
Tania, vecina de Nezahualcóyotl, narró que ella optó por esa opción de movilidad porque le pareció que sería la más rápida para llegar a Balderas a realizar sus actividades cotidianas, pero el plan no resultó como imaginó.
“Fue un caos, la verdad. El Mexibús viene muy despacio porque no se saben la ruta y, en lugar de apoyarlos (los del Metrobús), como buenos mexicanos, le recuerdan su 10 de mayo”, compartió la joven.
Esta ruta exprés hacia el primer cuadro de la ciudad que solo hace tres paradas —Hidalgo, Juárez y Balderas—, insistió Tania, puede ser una excelente opción para los usuarios, por lo que llamó a las autoridades a capacitar a los conductores para que el trayecto sea ágil.
Al igual que en Pantitlán, no se observó que hubiera falta de camiones para transportar a los usuarios, aunque en este punto fue más común el desconcierto de las personas sobre el cierre de la Línea 1 y las opciones de movilidad.
Línea 9, saturada
Desde el inicio del servicio a las 5:00 horas, la Línea 9 del Metro, que va de Pantitlán a Tacubaya, un recorrido similar al de la Línea 1, fue la opción de miles de personas, quienes saturaron los andenes en búsqueda de poder abordar los trenes. De hecho, elementos de la policía capitalina tuvieron que interrumpir el flujo de usuarios provenientes de la Línea A en tanto los andenes se liberaban.
Axel Saldívar, vecino de Nezahualcóyotl, explicó que a diario utiliza la Línea 9 para ir a su trabajo en la alcaldía Cuauhtémoc, pero previendo el cierre de la Línea 1 salió con 40 minutos de anticipación.
“Previendo retrasos que hay siempre en el Metro salgo con 20 minutos, hoy salí con 40 minutos (de anticipación)… y voy con buen tiempo (a mi trabajo), la verdad pensé que iba a haber un poco más gente, pero no veo tan lleno el andén”, explicó el usuario.
De acuerdo con el director del Metro, Guillermo Calderón, la también llamada línea café tuvo una afluencia de entre el 20% y 30% adicional a lo que cotidianamente se registra, con lo cual llegó al 90% de su capacidad.
Para liberar esta ruta, el funcionario llamó a los usuarios a también utilizar la Línea 5, pues en el primer día de cierre parcial de la línea rosa, no fue una ruta que se empleara como opción.
“La Línea 5 es una buena opción y tuvo ocupaciones bajas. Invitamos a nuestros usuarios a que prueben la opción de llegar al Centro vía Línea 5, combinación con Línea B. Es una opción rápida y no invierte más tiempo de lo que harían por la Línea 9 o por la Línea 1 misma. Entonces, es una buena opción, estaremos invitando a nuestros usuarios mañana a que la prueben para que en estos primeros días decidan y consideren sus óptimos traslados, sus óptimos tramos de viaje”, dijo Calderón en conferencia de prensa.
Para esta primera jornada de cierre parcial de la Línea 1, el gobierno capitalino desplegó a unos 2 mil 500 trabajadores de la administración para brindar orientación a los usuarios. En próximos días, anticipó la jefa de gobierno, este número irá disminuyendo hasta que queden unos 500 funcionarios apoyando el operativo de movilidad.
