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Votar entre balas: ‘En Veracruz no se puede hacer campaña sin riesgo’
Votar entre balas: ‘En Veracruz no se puede hacer campaña sin riesgo’
Ilustración: Margarita Sousa @yue.ms
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Votar entre balas: ‘En Veracruz no se puede hacer campaña sin riesgo’
Veracruz elige en este año gubernatura y Congreso local; aunque no se renuevan las 212 presidencias municipales, el proceso electoral ya se tiñó de sangre, con el asesinato de dos aspirantes.
23 de abril, 2024
Por: Manu Ureste

Los mensajes llegaron al celular del candidato unos días antes de la votación

“Para qué te arriesgas, mejor retírate de la campaña”, decía uno. 

“¿Qué haces ahí? Vas a perder. Valora tu vida”, advertía otro. 

Pero ni Remigio Tovar Tovar, más conocido como René, ni el equipo de campaña de Movimiento Ciudadano con el que pretendía llegar a la alcaldía del municipio veracruzano de Cazones, los tomaron en serio.

—Minimizaron los mensajes, la verdad —dice en entrevista una persona que conoció al candidato y que pidió anonimato por motivos de seguridad—. Pensaron que eran mensajes de los ‘contras’ políticos y no del crimen organizado, porque nunca dijeron ‘oye, somos del cártel tal’ y tienes que bajarte.

Por eso, René, que lucía un peculiar bigotito fino ralo, continuó haciendo campaña con normalidad. Por eso, y también porque las encuestas y el hartazgo de la gente con los gobiernos priistas y panistas pasados le daban muy buenas posibilidades de ganar la alcaldía de Cazones; una localidad de apenas 24 mil habitantes del norte de Veracruz que vive de la pesca del cazón, un tipo de tiburón pequeño, aunque recientemente también comenzó a aflorar la producción de hoja de maíz para su exportación. Algo que, junto con el ‘huachicoleo’ de hidrocarburos, atrajo la atención del Cártel Jalisco Nueva Generación y de otros grupos que comenzaron a extorsionar a los productores. De hecho, los cobros de piso y la disputa del huachicoleo en la zona fue lo que convirtió a un pueblo en el que antes se podía dormir con las puertas abiertas para recibir la brisa del mar del Golfo, en un infierno de violencia. 

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Foto: especial

El día que mataron a René, candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cazones

En ese contexto hacía campaña René Tovar en el verano de 2021, quien apuró hasta el último día para atender a un grupo de 30 personas que bajó de las comunidades vecinas de Cazones para platicar con él. Era la tarde-noche del viernes 4 de junio. René llevaba desde muy temprano haciendo recorridos y afinando detalles para la votación. “Ya estaba agotado”, recuerdan testigos. Por eso decidió abrirse una cerveza y sentarse en un sillón para relajarse en lo que platicaba con la gente. 

Todo transcurría con normalidad, hasta que antes de las 21 horas un convoy con tres camionetas blancas y dos coches llegó a la casa. Los sicarios se presentaron como policías ministeriales y exigieron que saliera el candidato. Al negarse éste, los tipos, que según narraron testigos eran como 30, comenzaron a forzar la puerta de entrada, mientras René Tovar corría a la cocina que estaba en obras. Ahí se ocultó en el hueco de una pared utilizando una madera.

Tras forzar la puerta de entrada, los sicarios accedieron al inmueble. Arrodillaron a las personas que habían ido de las comunidades, les pusieron las pistolas en la cabeza, los amenazaron para que nadie levantara la mirada, y les robaron carteras y celulares. Luego, habitación por habitación, comenzaron a tumbar puertas y a buscar furiosos al candidato en lo que debieron ser minutos agónicos para Tovar, que permanecía oculto en el hueco de la pared escuchando las amenazas. 

Finalmente, lo encontraron, lo golpearon y lo subieron a una de las camionetas blancas. Nada más salir de la cabecera municipal, en un paraje ubicado en una comunidad cercana, lo bajaron y ahí lo balearon. René no murió en el acto. Fue trasladado en ambulancia a un hospital en Poza Rica, a unos 40 minutos de distancia, pero no se pudo hacer nada por su vida. 

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Tan solo dos días después se celebraron las elecciones en Cazones. Se eligió a su jefe de campaña como sustituto  —que dos semanas más tarde fue detenido y encarcelado como presunto autor intelectual del asesinato, acusación que niega la dirigencia estatal de Movimiento Ciudadano—, pero el nombre de René Tovar apareció en las boletas, ganando con más del 50% de los votos. 

Por primera vez en la historia negra del país, un candidato asesinado había arrasado en las urnas.

El 1o de enero de 2022, en Cazones tomó protesta como presidente municipal Miguel Ángel Uribe Toral, como uno más de los ediles de Movimiento Ciudadano en Veracruz. Pero meses después se alejó del partido naranja y se acercó a Morena y, la semana pasada, firmó un compromiso de apoyo a la candidata oficial a la gubernatura, Rocío Nahle, junto con tres alcaldes emecistas más.

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Miguel Ángel Uribe Toral. Foto: especial

***

René Tovar fue el último de los aspirantes a un cargo público asesinado en el proceso electoral de 2021. Antes de él, 29 candidatos, precandidatos o aspirantes fueron asesinados entre septiembre de 2020 y junio de 2021, en el que fue considerado el proceso electoral más violento en la historia del país. 

Un triste récord que podría verse superado en el actual proceso electoral. 

Hasta el pasado 20 de abril, cuando aún quedan 40 días de campaña, 25 aspirantes han sido asesinados en diferentes estados del país. Hay víctimas de los siete partidos políticos con registro nacional, en 13 entidades; casi todos aspiraban a una presidencia municipal. Y, aunque Veracruz no tendrá elecciones municipales en este año, está entre los estados más violentos.

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Violencia contra candidatos en Veracruz en elección 2021 frente a 2024

En 2021, ocho aspirantes veracruzanos fueron asesinados, en los municipios de Cazones, Misantla, La Perla, Cosoleacaque, Úrsulo Galván, San Andrés Tuxtla, Uxpanapa y Tierra Blanca. Fue el estado con más víctimas de violencia política.

En 2024, ya ha habido dos asesinatos, a pesar de que en la entidad solo se votará para renovar gubernatura y diputaciones, pues las elecciones para las alcaldías serán en 2025. 

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Cifras de violencia en Veracruz van a la baja, pero ciudadanos aseguran que no reflejan la realidad

Las campañas transcurren en un contexto donde, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la violencia ha ido a la baja en los últimos cuatro años: de los 1 mil 431 casos de asesinato en 2019, se pasó a 828 en 2023, una caída del 42%. Asimismo, en los distritos electorales 3 y 6, que incluyen a poblaciones del norte de la entidad, como Papantla, Tuxpan, Poza Rica y Cazones, las cifras indican que, salvo Poza Rica —que con 42 homicidios en 2023 tuvo un aumento del 121%—, los asesinatos también se redujeron, o no alcanzaron cifras considerables. De hecho, en el propio Cazones las estadísticas indican que, en 2023, solo hubo un asesinato y un total de seis en los últimos tres años. 

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No obstante, ciudadanos, aspirantes y dirigentes políticos entrevistados aseguran que las cifras no están reflejando con precisión el clima de violencia en el que los diferentes candidatos y candidatas tienen que moverse para hacer campaña.

Algunos casos recientes lo confirman: en agosto de 2023 fueron hallados ‘emplayados’ en congeladores los restos de al menos 18 personas en Poza Rica. El pasado 26 de enero, otros ocho cuerpos fueron abandonados en dos vehículos que estaban en un puente en Tuxpan. El 2 de marzo, también en Tuxpan, fueron hallados otros cuatro cadáveres en la colonia Independencia. Y solo unos días más tarde, el 19 de marzo, en Cazones llegó un grupo armado a bordo de una camioneta y ‘regó’ frente a las grandes letras de colores que anuncian a los turistas el nombre del pueblo los restos desmembrados de dos personas. Luego, a plena luz del día y frente a decenas de ciudadanos aterrados, hicieron disparos al aire frente al palacio municipal, mientras la policía se refugiaba en el inmueble sin capacidad de respuesta. 

No se puede hacer campaña con normalidad ni con unas mínimas garantías de seguridad en el norte de Veracruz. No hay garantías para los candidatos, ni tampoco para la ciudadanía —expone en entrevista un funcionario que forma parte de un partido político que hace campaña en el distrito de Papantla, y que por temor al crimen organizado pide que no se mencione su nombre. 

—Te puedo decir que si tú invitas ahora mismo a un grupo de personas a que te acompañe a un mitin, de 100 van a ir unos 15, a lo mucho. La gente no sale por miedo al narco

Cuestionado sobre si aceptaría contender por una alcaldía para el próximo año en alguno de los municipios que integran el distrito de Papantla, el funcionario se mueve incómodo en la silla.

—No, para nada —niega rotundamente—. Es demasiado peligroso. 

—¿Y si pide protección al gobierno del Estado? 

N’hombre, menos —ríe abiertamente—. No confío en el gobierno de Veracruz. Además, aquí ya han matado a candidatos que habían pedido protección. Eso no es garantía de nada.

—¿Usted cree que habrá elecciones libres el próximo 2 de junio?

El funcionario se mira las manos entrelazadas y reflexiona durante unos segundos. 

A continuación, toma aire y exhala un “pues quién sabe” cargado de incertidumbre. 

—No sabemos qué vaya a pasar. Pero por los pueblos y en las comunidades de aquí del norte del estado hay muchas amenazas de que si no votas por tal aspirante, pues te alinean a la fuerza. 

—¿Te alinean?

Sí, que viene el cártel y te alinea ‘a huevo’ —dibuja una sonrisa con un toque amargo, sarcástico—. Así amenazan a los taxistas, por ejemplo. O luego han venido candidatos a las comunidades que le dicen a la gente que ya trae el favor de tal cártel y que, o votan alineados todos por él, o les van a dar ‘cuello’. Y la gente, en lo que son peras o manzanas, pues vota por esa persona, o si puede no sale el día de la elección para evitar problemas. 

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***

Para llegar desde Xalapa, la capital veracruzana, hasta Misantla, una localidad de unos 65 mil habitantes ubicada a unas dos horas de trayecto en la región montañosa de la zona centro de Veracruz, hay que transitar por una serpenteante carretera estrecha que, literal, atraviesa una enorme masa de nubes que vuelan bajo y generan una inquietante neblina espesa. En mayo de 2021, en Misantla fue asesinado José Alfredo Gaspar Gutiérrez, candidato de Morena a la presidencia municipal.  

Aún quedan lonas con la imagen del aspirante asesinado, Manuel Hernández. Está foto fue tomada en Naolinco. Foto Manu Ureste

En este 2024, a diferencia de otras localidades del norte del estado, como la mencionada Cazones, donde casi no se aprecia propaganda electoral ni las clásicas bardas pintadas con los colores de los partidos, aquí sí se observan muchas lonas, especialmente de Morena, el partido del presidente López Obrador, del gobernador Cuitláhuac García, y de la aspirante morenista a sucederle en el cargo, Rocío Nahle

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Precisamente, en una lona arrugada y ya algo descolorida, que está colgada en el lateral de la fachada sin pintura de una casita humilde en Naolinco, a unos 50 kilómetros de Misantla, aparece el rostro sonriente de Nahle junto al de un hombre de unos 40 años, también sonriente, moreno, de escaso pelo negro, papada generosa, nariz prominente, y que viste una guayabera blanca. A un costado de la lona, junto a los dos morenistas que se abrazan por el hombro, aparece el ya clásico emblema del partido para sus elecciones internas que reza: ‘En la encuesta, Manuel Hernández es la respuesta’. 

Manuel Hernández aspiraba a una diputación local por el Distrito 8 de Misantla, al tiempo que ejercía como director de Política y Gobierno del Ayuntamiento de esa localidad.

El jueves 15 de febrero pasado, Manuel viajaba a bordo de una camioneta gris Nissan para salir de Misantla por una carretera en la que a ambos lados hay casitas de madera y negocitos de café de olla pintados con verdes y rosas estridentes. Era el mismo camino que solía hacer para dirigirse a su pueblo, Yecuatla, donde comenzó allá por 2010 su carrera política al interior del PRD. Era entre las 13.30 y las 14 horas, a la altura de la comunidad de Santa Margarita. Ahí, pasó un tope, otro, y cuando las ruedas traseras de su camioneta estaban aún arriba del tercero, justo delante de una pequeña carnicería al pie de la carretera, se le acercó una persona en una moto y le disparó a bocajarro. “Sonaron como si fueran cohetes”, explica un vecino. Al lugar todavía llegó una ambulancia, pero el aspirante falleció. Había recibido al menos siete balazos. 

Junto al lugar donde fue asesinado, en una barda de concreto donde todavía se aprecia el orificio que dejó uno de los impactos, alguien puso una cruz y un discreto ramo de flores. A unos pocos pasos del lugar, hay un par de lonas pequeñas con los rostros sonrientes de Rocío Nahle y la candidata morenista a la presidencia, Claudia Sheinbaum. Hasta abril de 2024, Manuel Hernández era el segundo aspirante asesinado en Veracruz en el presente proceso electoral, después de Wilman Monje Morales, exalcalde de Gutiérrez Zamora e integrante de Movimiento Ciudadano.

Manuel Hernández de Morena
Una corona de flores fue colocada en el punto donde asesinaron al aspirante Manuel Hernández en Misantla. Foto: Manu Ureste

Carlos conoció personalmente a Manuel. Era su amigo desde que ambos empezaron en política; uno en el PRD, Manuel, y otro, en el PAN; partidos ‘contrarios’ hasta que llegó la alianza a nivel nacional. Sentado al interior de un pequeño negocio, Carlos, que pide no mencionar su verdadero nombre, dice que aún no sabe por qué asesinaron a su amigo, y que tampoco detectó nada extraño en su comportamiento antes del suceso.

—Días antes estuvimos conviviendo y nunca nos dijo nada. Más bien, yo lo veía contento porque, aunque tenía difícil que él se quedara como candidato en la encuesta de Morena (finalmente la ganó el candidato del Partido del Trabajo), decía que ya era parte de un proyecto político. 

—¿Qué pudo haber pasado, entonces? —se le inquiere. 

Carlos insiste en que no hay todavía certeza, aunque tiene su hipótesis.  

—Era muy difícil que alguien lo provocara o que lo sacara de sus casillas. Manuel se distinguía por ser muy platicador y buen negociador, pero eso también le generó muchas envidias —plantea. 

—¿A qué se refiere con envidias?  

Carlos encoge los hombros y sonríe de lado. 

—Mira, en un pueblo, cuando tú no apoyas a alguien siempre se queda un rencor. Entonces, a los días de que esa persona no apoyara algo, tú podías ver a Manuel comiendo con él, porque esa era su forma de negociar y de llegar a acuerdos. ‘Así es como se convencen a los que no apoyan’, nos decía. Pero mucha gente se molestaba por eso, porque lo veían como que estaba en un equipo y en otro al mismo tiempo. 

—Y como él empezó en el PRD y luego se pasó a Morena —agrega—, pues eso también le generó críticas.

Al preguntarle si en este caso también pudo haber una intervención del crimen organizado, Carlos insiste en achacar el homicidio más bien a una disputa política, a un tema de “envidias”, pues asegura que es otro de los grandes generadores de violencia electoral en la zona. Aunque, desde luego, no descarta que alguien pudo haber utilizado al narco para matarlo, pues ya habido otros casos en la misma región, como el de Fredy Gaspar, precandidato de 33 años también de Morena que en el proceso de 2021 buscaba la alcaldía de Misantla. Fredy fue ‘levantado’, desaparecido tres días, y finalmente hallado muerto en un basurero de la localidad de Martínez de la Torre. 

Jacinto, un señor alto, algo encorvado, que viste un desgastado pantalón beige y una camisa, tampoco se llama así, y también era amigo del aspirante Manuel Hernández. Él tiene un hijo que, como Manuel, también quiere contender por un cargo público. Algo que le aterra, pues si bien es cierto que las cifras oficiales de violencia en Misantla no son especialmente graves —seis casos de homicidio en todo 2023—, no es menos cierto que, al igual que en otras localidades como Cazones, en la comunidad prevalece un ‘silencio’ autoimpuesto por la población para no hablar de violencia y un temor al crimen organizado. Especialmente, a cualquiera que vaya arriba de una moto, pues han sido varios los ataques con ese ‘modus operandi’. 

—Aquí hay personas que por unos 50 mil pesos matan a otras así de fácil —chasquea los dedos—. Por eso, aquí hay miedo a tus rivales políticos, miedo al narco, miedo al gobierno, y miedo hasta de que se te acerque alguien en un tope.

El hombre hace una pausa y se lleva la mano derecha a la nunca.

—Y por eso le estoy dice y dice a mi hijo que no se meta en política, porque en Veracruz eso es algo muy peligroso. Ya lo vimos desgraciadamente con el caso de Manuel —Jacinto entorna ligeramente los ojos y dibuja una expresión de pesadumbre en los labios—. Aquí no sabes si te van a chingar en tu casa de campaña, en un recorrido, o en un chingao tope. Porque acá llega cualquiera en una moto y se acabó todo. 

***

Sergio Gil, el dirigente estatal de Movimiento Ciudadano en Veracruz, presenta a Angélica Sánchez Hernández con el cinematográfico apodo de ‘la jueza de hierro’. Ella, sentada junto a él en su despacho en las oficinas del partido en Xalapa, sonríe tímida y asiente con la cabeza para agradecer el cumplido, pero sin perder el gesto serio y el semblante severo de quien pasó buena parte de sus 58 años de vida como jueza del Poder Judicial de Veracruz. 

Angélica, que lleva pintadas las uñas de ‘naranja fosfo’, el color del partido que la postula, al igual que la montura de sus lentes, y que luce un vestido blanco de flores, es candidata al Senado de la República. La mañana de este jueves 4 de abril ha tenido que interrumpir su campaña debido a que fue requerida, otra vez, ante la delegación en Veracruz de la Fiscalía General de la República por una acusación de portación de armas, una de las muchas acusaciones que la ya ex jueza ha tenido que enfrentar desde que el gobernador Cuitláhuac García la acusara públicamente de corrupción y de “soltar a delincuentes”, y luego de que la fiscalía veracruzana le abriera varias carpetas de investigación por presunta posesión de narcóticos, armas, tráfico de influencias, y hasta ataque a las instituciones de seguridad pública. Acusaciones por las que fue detenida con violencia en su domicilio, luego retenida en la agencia del Ministerio Público durante dos días, y más tarde encarcelada durante un mes, hasta su puesta en libertad luego de que un juez federal determinara que en su detención hubo violaciones graves al debido proceso.

Cazones Veracruz
Imagen de la plaza central de cazones, municipio de Veracruz, a 40 minutos de poza rica. Ahí, justo donde están las letras de colores, un grupo armado aventó los restos humanos de dos personas a principios de este mes de abril. Foto: Manu Ureste

La exjueza denuncia que todo lo anterior forma parte de una “persecución política” del gobierno veracruzano, luego de que, ante la resolución de un amparo, tuvo que dejar libre a un presunto delincuente; algo que enojó mucho al gobernador. Y por eso fue la primera candidata en Veracruz en solicitar medidas de protección al Instituto Nacional Electoral (INE), para que éste a su vez las solicitara a las autoridades de seguridad federales. Como resultado, un convoy de agentes de la Guardia Nacional la acompaña a todas partes día y noche.

—En Veracruz se habla mucho de la violencia del crimen organizado en las elecciones, pero muy poco de la violencia institucional —plantea el dirigente estatal Sergio Gil. 

—Nosotros hemos tenido que pedir protección a la Federación —continúa— porque nuestra candidata es una perseguida política del gobierno de Veracruz, que utiliza a la Fiscalía y todos sus recursos para perjudicar su candidatura. Y si el Estado, que es el que te tiene que cuidar y mirar por tu seguridad, es el que abiertamente te ataca, pues qué podemos esperar que pase en un contexto tan violento como el que vivimos.

Angélica, que tiene ambas manos entrelazadas sobre el regazo, carraspea al escuchar a su dirigente, y admite que, a pesar del apodo de ‘la jueza de hierro’, tiene miedo de salir a hacer recorridos para su campaña.

—¿De quién tiene miedo? —se le cuestiona. 

—Desgraciadamente, tengo miedo tanto del crimen organizado como de las autoridades. Porque no dudaría de que en el gobierno (de Veracruz) pueda haber quien opere a través de la delincuencia organizada para perjudicarnos. Y la delincuencia organizada, que ha hecho cosas atroces en el estado, es capaz de cualquier cosa por dinero, o por seguir controlando las zonas bajo su dominio.

—¿Cómo se hace campaña rodeada de agentes de la Guardia Nacional?

Angélica sonríe de medio lado y baja la mirada. Detrás de la silla donde está sentada hay una bandera de México y un mapa grande con las divisiones distritales del estado de Veracruz

—Es difícil, porque no me dejan sola ni un momento —vuelve a sonreír, ahora resignada—. Duermo siempre con el celular en la mano para avisarles de inmediato por cualquier ruido o cosa extraña. No me puedo bajar de mi vehículo sin que ellos hayan checado antes bien todo el perímetro, y no puedo ir sola a absolutamente ninguna parte. 

—¿Pero, entonces, cómo tiene contacto con la gente? —se le pregunta. 

—En las caminatas y recorridos ellos se mantienen siempre muy cerca de mí y de mi equipo, porque no solo me dan protección a mí, sino también a los otros candidatos del partido a los que acompaño o me acompañan. Nos cuidan a todos.

—¿O sea, hacen recorridos conjuntos entre los candidatos del partido para protegerse? 

—Sí, ha sido una mecánica de seguridad para los recorridos a pie. Vamos juntos y así nos sentimos más acompañados y un poco más seguros. 

—¿En estos recorridos ha tenido alguna situación de riesgo?

La exjueza apoya la espalda en el respaldo de la silla, y exhala algo cansada. 

—En la zona sur del Estado no hemos tenido problema, pero en la zona norte los elementos de la Guardia Nacional sí detectaron que éramos observados por halcones y seguidos, incluso. Pero los elementos están sumamente bien entrenados para detectar este tipo de circunstancias y a estos ‘halcones’. 

A continuación, se le plantea a la señora Angélica que tan solo unos días antes de la entrevista otra candidata fue asesinada, ahora en Celaya, Guanajuato. Y que, de acuerdo con las cifras de asesinatos, al terminar el proceso electoral 2024 estaremos, casi con toda probabilidad, en la elección más violenta de la historia del país. 

—Viendo lo que le acaba de suceder a la candidata Gisela Gaytán, no tiene miedo, Angélica? —se le pregunta. 

De nuevo, la exjueza se mueve en la silla y se toma unos segundos para reflexionar su respuesta, ante la mirada silenciosa del dirigente estatal Sergio Gil.

—Mire, miedo sí hay —admite mirando fijamente a su interlocutor—. Miedo sí hay —repite—. Pero también, como persona creyente que soy, tengo fe en que Dios me ha guardado por algo. Y por eso quiero dejar el mensaje a mis hijos de que en la vida uno tiene que afrontar las cosas como vienen y no darse por vencido. Porque tampoco puedes vivir con miedo, ni puedes vivir pasmado viendo lo que pasa. Muchos veracruzanos ya perdieron la capacidad de asombro ante las cosas tan terribles que vemos. Pero yo no quiero deshumanizarme de esa manera —niega ligeramente con la cabeza—, ni quiero dejarles a mis hijos esa herencia. Lo que quiero es dejarles el mensaje de que en la vida se debe luchar, más allá del miedo. 

Posdata: “Aquí nadie quiere ser funcionario de casilla”

A diferencia de lo que se puede ver en otras partes del estado, como en la capital Xalapa, Tuxpan, o en Poza Rica, donde la propaganda de los partidos y los miles de candidatos y candidatas inundaron bardas, lonas, y espectaculares desde mucho antes incluso de que arrancara el proceso electoral —de hecho, Sergio Gil, el dirigente de Movimiento Ciudadano, considera que esa violación a los tiempos es otro factor importante como generador de violencia política en el estado: “Hay candidatos que llevan más de un año en campaña abiertamente. Y el extender tanto los tiempos electorales por supuesto que genera muchas pasiones, sobre todo cuando lo bajas a temas municipales y distritales”, asegura—, en el municipio de Cazones apenas se ve alguna lona desperdigada por las calles semidesiertas por las que transita algún que otro taxi bajo el intenso sol del Golfo.

Tampoco hay rastro, quizá por la hora —las 15 horas de la tarde—, del grupo de capacitadores electorales del INE que, según ciudadanos entrevistados, llevan días acudiendo a la plaza central del pueblo para invitar a la población a que participen en el próximo proceso electoral. 

Sobre este tema de los capacitadores, Josué Cervantes Martínez, el delegado del INE en Veracruz, explicó en entrevista en su despacho en Xalapa que los más de 3 mil Capacitadores Asistentes Electorales y sus supervisores ya recorrieron prácticamente todo Veracruz para visitar a las 800 mil personas que resultaron insaculadas en un primer sorteo para ser funcionarios de casilla. 

—Visitamos todos esos domicilios y no tuvimos incidentes de manera sistemática ni recurrente. Los incidentes fueron ordinarios y aislados. Por ejemplo, que a varios capacitadores los mordió un perro —expuso Cervantes, que recalcó que ya tienen cubiertos “el 100% de los cargos” para cubrir las 11 mil 003 casillas que se desplegarán por todo el estado. 

—Como no son nueve funcionarios por casilla, necesitaríamos 99 mil, y tenemos un poco más de 160 mil personas que ya aceptaron ser funcionarios de casilla. Tenemos un amplio margen de alrededor de 60 mil personas que, aunque no van a ser designados, ya nos dijeron que sí. Y esto habla del interés de la ciudadanía y de su buena disposición de participar en las elecciones. 

—¿Y en todos los lugares la gente quiso participar tan activamente? —se le pregunta.

—Hay lugares donde tenemos mucha gente que aceptó y tenemos lugares donde apretadamente tenemos los nueve funcionarios. Y tenemos rechazos de gente que ni siquiera nos abrió la puerta, y gente que hasta invitaron a los capacitadores a desayunar. Por eso, mi pulso es que en Veracruz no hay un temor de la gente por ir (como funcionarios) a las casillas, ni para instalarlas, ni para ir a votar. 

En Cazones, en cambio, la situación no parece tan optimista luego del asesinato en 2021 del candidato René Tovar, y tampoco ahora, pues coincidiendo con el arranque del nuevo proceso electoral se han producido varios hechos de extrema violencia en el municipio, como el mencionado suceso en el que sicarios ‘regaron’ la pequeña plaza del zócalo con restos de cadáveres, o sin ir más lejos, que durante el día en que se llevó a cabo el recorrido para esta crónica al menos tres personas fueran ‘levantadas’ en la carretera que lleva a Poza Rica, lo cual desencadenó un operativo de policía estatal y de la Marina. 

—En estos días se han visto a los del INE en la plaza haciendo invitaciones para que la gente participe como funcionarios de casilla. Están promocionando con todo para convencer a la población. Pero la bronca aquí es que, con tanta violencia, nadie quiere ser funcionario de casilla. Porque la gente en Cazones tiene miedo y nadie quiere problemas con el narco —apunta un ciudadano de la localidad, que también pide anonimato por temor al crimen organizado. 

Sigue la cobertura de las elecciones 2024 aquí

NOTA: Este reportaje forma parte del proyecto “Votar entre balas, entendiendo la violencia político-criminal en México”, desarrollado por Animal Político, México Evalúa y Data Cívica. El informe completo puede consultarse en: https://votar-entre-balas.datacivica.org/

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