Para entender mejor
Luis Armando Córdova Díaz, exdiputado federal y local del PRI en Jalisco y quien se desempeñaba como secretario de Alianzas Políticas y Agenda Ciudadana de dicho partido en la entidad, fue asesinado a balazos dentro de una plaza comercial en Zapopan.
De acuerdo con la Fiscalía del Estado, los hechos ocurrieron alrededor de las 8:00 horas de este martes 13 de mayo, cuando se recibieron reportes de disparos dentro de una plaza en la colonia Villa Real del mencionado municipio.
Como primeros respondientes acudieron policías municipales de Zapopan a verificar los hechos y, con apoyo de Servicios Médicos Municipales, corroboraron la presencia de “un hombre fallecido con visibles heridas de proyectil de arma de fuego”, quien se confirmó era Córdova Díaz.
El fiscal Salvador González de los Santos dijo que se investigarán distintos motivos del ataque en contra del político priista y que, tras revisar cámaras de vigilancia, se detectaron al menos a dos individuos como presuntos agresores, quienes habrían escapado en una motocicleta.
De igual manera señaló que se investiga un posible enfrentamiento en la salida de la plaza ya que se encontraron casquillos percutidos y “al parecer había escoltas”, por lo que no se sabe “si fue circunstancial” el hallazgo de estos indicios.
El exdiputado Luis Armando Córdova Díaz estaba en una cafetería a la espera de reunirse con otra persona, quien llegó momentos después de la agresión, detalló el funcionario.
Entre enero y marzo de este año se registraron 364 homicidios dolosos en Jalisco, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Laura Haro, presidenta del PRI en Jalisco, exigió a las autoridades abocarse en una investigación pronta y transparente para esclarecer el asesinato del exlegislador y hacer justicia, a quien calificó como un “priista dedicado y un compañero generoso”.
“Hoy tendría que haber sido un día de mucha alegría, pero una vez más la violencia nos pasa factura. Con profunda tristeza les informo que mi amigo Luis Armando Córdova Díaz, ex Diputado Federal, fue asesinado en Zapopan”, escribió la lideresa partidista.
Alejandro Moreno, dirigente nacional del partido tricolor, también condenó el crimen y señaló que es “un acto que refleja el nivel de violencia e impunidad que se vive en México”, por lo que exigió justicia y castigo a los responsables.
“¡Esto no puede quedar impune! Exigimos justicia inmediata y castigo ejemplar a los responsables. El pueblo de México no merece vivir con miedo. Merece un gobierno que actúe y dé resultados”, mencionó.
Cristina Ruiz, presidenta del PRI en el Estado de México, también expresó su sentir al señalar que “la violencia le arrebató la vida a un hombre íntegro, compañero leal y priista comprometido”. Otros militantes del partido tricolor también expresaron sus condolencias.
Aunque estas palabras estén incluidas en el diccionario de la Real Academia Española, eso no significa que pertenezcan a la norma culta.
Si necesitas saber lo que es una azotehuela, parrillar, un pósnet, rapear, un sérum, tutti frutti o yuyu, desde diciembre pasado lo puedes consultar en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia y de la Asociación de Academias de Lengua Española.
Más sorprendente puede ser descubrir que también están en el diccionario palabras como “almóndiga”, “toballa” o “murciégalo”.
Desde que existe una versión electrónica del DLE (como se conoce el diccionario), cada año se publican nuevas incorporaciones. En 2024, se llegó a la actualización 23.8 o, lo que es lo mismo, la octava actualización de la vigésima tercera edición, publicada en 2014.
Estas actualizaciones afectan tanto a nuevas palabras, como a la incorporación o revisión de acepciones, etimologías… sin que haya un número exacto estipulado. En la última edición supuso más de cuatro mil novedades (entre incorporaciones, modificaciones y supresiones); el número de entradas en el diccionario asciende a 94 mil.
El Diccionario de la Lengua Española es un diccionario de uso: para determinar si un término está asentado y podría incorporarse, existen bancos de datos que proporcionan sus datos exactos, como es el caso del CORPES XXI. Esto permite hacerse una idea de si está extendido el término.
En ese caso, al comprobar que una voz está suficientemente implantada al aparecer en el corpus con un número significativo de casos, ya sea en una zona geográfica, o en un estilo concreto, se incluye en el diccionario. Pero no siempre lo más documentado es lo más culto.
La Real Academia justifica la inclusión de los términos con el siguiente criterio de uso:
“El diccionario es una herramienta para entender el significado de las palabras y expresiones que se emplean en textos actuales y antiguos de las numerosas áreas hispanohablantes y de los distintos registros”.
¿Por qué, entonces, pueden preguntarse los lectores, no se incluyen neologismos como “juernes” (voz coloquial usada en España procedente de un cruce entre jueves y viernes, en la que se aplica al día jueves la característica del viernes de ser víspera de festivo) o “brillibrilli” (objeto con un brillo especial)?
De nuevo, lo amplio de su uso es el criterio esgrimido por la Academia:
“Trata el diccionario de recoger exclusivamente las palabras y acepciones de nueva creación que se consideran extendidas y asentadas en el uso de los hablantes. De ahí que muchos neologismos de creación muy reciente no generalizados deban esperar para poder incorporarse al diccionario”.
Lo que más suele llamar la atención de las voces registradas en el diccionario son aquellas vulgares o coloquiales, entendiendo por estas los usos ajenos a la norma culta, porque puede parecer que no son adecuadas a este tipo de obras.
El hecho de ser un diccionario de uso hace que en él tengan cabida voces que son incorrectas o se consideran “vulgarismos”. Pero incluirse en el diccionario no significa que deje de ser vulgar: es importante distinguir entre “estar incluido en el diccionario” (cualquier voz que aparezca en él) y “pertenecer a la norma culta” (uso perteneciente a un estilo cuidado).
Abreviaturas, como vulg. (vulgar) o coloq. (coloquial) nos informan del estilo al que corresponde su uso.
Muchos de los vulgarismos incluidos se mantienen porque fueron incluidos en el pasado:
“En general, solo se pueden encontrar en el diccionario algunos de los vulgarismos que se incluyeron en siglos pasados y que hoy, como mucho, siguen usándose en niveles de lengua bajos. Así, almóndiga entró en la primera edición del diccionario (en 1726), donde ya se consideraba una variante corrupta y sin fundamento de albóndiga”.
Otros, en cambio, son más recientes, como la palabra “conchudo”, que se introdujo en 1992 con esta definición: “2. adj. coloq. Am. Sinvergüenza, caradura”.
Por esta razón, la entrada para almóndiga es la siguiente:
almóndiga 1. f. desus. albóndiga. U. c. vulg. .
Se marca que es femenino (f.), pero también vulgar (vulg.) y en desuso (desus.), es decir, no pertenece a la norma culta, la misma indicación hecha en el Diccionario panhispánico de dudas:
“No debe usarse la forma almóndiga, propia del habla popular de algunas zonas”.
Aun así, tanto ha corrido el rumor de que estaba “admitido”, que la RAE se pronunció al respecto para aclarar que ni se ha incluido en el diccionario en época reciente, ni pertenece al lenguaje culto.
Por su parte, la palabra “cocreta” nunca se ha integrado en los diccionarios académicos, salvo en el Diccionario panhispánico, aunque advirtiendo de que “Es errónea la forma cocreta, usada a veces en la lengua popular”.
Tampoco ha estado en los diccionarios académicos fragoneta, que no está documentada en el CORPES XXI.
Otro ejemplo interesante es murciégalo, forma que “entró ya en 1734 como variante válida e incluso preferida de murciélago (…) y fue solo en ediciones posteriores cuando adquirió la marca de vulgar y desusada, según fue cayendo en desuso en la lengua culta general”.
Algo similar ocurrió con asín, también vulgar, de la edición de 1770 o toballa, en desuso.
Almóndiga, murciégalo, toballa o asín están en el diccionario aunque no pertenecen a la norma culta. Tampoco lo están brillibrilli o juernes, por no hallarse todavía suficientemente documentados. Si algún día se incluyeran, probablemente lo harían como coloquialismos, por lo que no pertenecerían a la norma culta, es decir, no estarán aceptados, aunque estén registrados.
*Amalia Pedrero González es profesora titular de lengua española de la Universidad CEU San Pablo, España.
Este artículo fue publicado en The Converation y reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
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