
Para entender mejor
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco reportó el hallazgo de segmentos humanos en lo que calificaron como “crematorio clandestino” en las faldas del Cerro Cuauhtépetl en el municipio de Ahualulco de Mercado, cerca de donde se encuentra el Rancho Izaguirre en Teuchitlán, el cual era usado como centro de adiestramiento y exterminio por parte del crimen organizado.
“El día de ayer, 15 de julio, se localizó un crematorio clandestino en las faldas del Cerro de Cuauhtépetl, cerca de un campamento. Este hallazgo es impactante y nos recuerda la gravedad de la situación relacionada con la desaparición de personas en la región”, informó la agrupación.
Las personas buscadoras encontraron en la zona segmentos humanos calcinados, casquillos percutidos de armas de fuego, así como otros indicios que serán reportados a las autoridades correspondientes.
A través de una transmisión en sus redes sociales, el colectivo señaló que la persona que les alertó del lugar les dijo que al campamento llevaban “a las personas a entrenar” y que también eran asesinadas ahí.
“Ahí amarraban a las personas y las quemaban y lamentablemente sí, vamos encontrando bastantes restos calcinados, con casquillos (…) allá, más arriba, había unas sillas con disparos de arma larga, con agujeros”, mencionan en el video.

El colectivo dijo que es “alarmante” como en algunos casos se argumenta que “sin cuerpo no hay delito”, pero que al tratarse de la desaparición de personas, y especialmente cuando implica la eliminación de restos, “es un delito grave con graves implicaciones legales y éticas”.
De igual manera señalaron que Jalisco se ha convertido “en la fosa más grande del país”, esto tras el constante hallazgo de enterramientos y crematorios clandestinos, por lo cual exigieron investigaciones “con seriedad y se haga justicia”.

La Fiscalía de Jalisco informó que ya se encuentra en la zona realizando diligencias y que, tras una primera revisión por parte de policías municipales, no se trata de un “crematorio clandestino”, a pesar de que el colectivo halló segmentos humanos y otros indicios con signos de incineración.
“Después de una inspección inicial realizada por la Comisaría de Ahualulco del Mercado, ésta informó de manera preliminar que no se trataba de crematorios clandestinos”, señaló la dependencia.
A la vez, la fiscalía mencionó que personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses acudió al sitio a recabar indicaciones ya que era “imposible recibirlos en bolsas plásticas de supermercado, como lo pidieron integrantes de un colectivo”, ya que esto alteraría la cadena de custodia o la preservación de los hallazgos.
En el lugar hay elementos de la Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad, Comisión Nacional de Búsqueda, de las unidades de Investigación de Desaparecidos Zona Norte y Dirección de Búsqueda y ministeriales de la fiscalía.

Jalisco vive una crisis de desapariciones y es el estado con más casos con 15 mil 472 personas reportadas como desaparecidas o no localizadas, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda.
Personas buscadoras denunciaron que las desapariciones se triplicaron durante el gobierno de Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano, y señalan que en la actual administración, encabezada por Pablo Lemus, también del partido naranja, no ha habido avances a pasar de la creación de la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas.
El hallazgo de gran magnitud más reciente que se tiene en el estado es del de 249 bolsas con segmentos humanos en un predio de la colonia Las Agujas, en Zapopan, y el cual ha arrojado un preliminar de 37 víctimas localizadas, de acuerdo al último corte de la fiscalía.

En lo que respecta a la monogamia, los humanos se parecen más a las suricatas y a los castores que a nuestros primos primates.
En nuestra vida amorosa, nos asemejamos más a estas mangostas sociales y unidas que a nuestros primos primates, según sugiere una clasificación de monogamia elaborada por científicos.
Con un 66% de monogamia, los humanos obtienen una puntuación sorprendentemente alta, muy superior a la de los chimpancés y los gorilas, y a la par de las suricatas.
Sin embargo, no somos ni mucho menos la criatura más monógama.
El primer puesto lo ocupa el ratón californiano, un roedor que forma vínculos inseparables para toda la vida.
“Existe una liga de élite de la monogamia, en la que los humanos se encuentran cómodamente, mientras que la gran mayoría de los demás mamíferos adoptan un enfoque mucho más promiscuo para el apareamiento”, afirmó Mark Dyble, investigador del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge.
En el mundo animal, el emparejamiento tiene sus ventajas, lo que podría explicar por qué ha evolucionado de forma independiente en múltiples especies, incluida la nuestra.
Los expertos han propuesto diversos beneficios para la llamada monogamia social, en la que las parejas se unen durante al menos una temporada de reproducción para cuidar a sus crías y ahuyentar a los rivales.
Dyble examinó varias poblaciones humanas a lo largo de la historia, calculando la proporción de hermanos de padre y madre (individuos que comparten la misma madre y el mismo padre) en comparación con los medio hermanos (individuos que comparten la madre o el padre, pero no ambos).
Se recopilaron datos similares para más de 30 mamíferos monógamos sociales y de otras especies.
Los humanos tienen un índice de monogamia del 66% de hermanos de padre y madre, por delante de las suricatas (60%), pero por detrás de los castores europeos (73%).
Mientras tanto, nuestros primos evolutivos se sitúan en la parte inferior de la tabla: los gorilas de montaña con un 6%, y los chimpancés con solo un 4% (al igual que el delfín).
En último lugar se encuentra la oveja de Soay, de Escocia, donde las hembras se aparean con múltiples machos, con un 0,6% de hermanos de padre y madre.
El ratón californiano ocupó el primer puesto, con un 100%.
Sin embargo, estar clasificados junto a suricatas y castores no significa que nuestras sociedades sean iguales: la sociedad humana es completamente diferente.
“Aunque la proporción de hermanos de padre y madre que observamos en los humanos es muy similar a la de especies como las suricatas o los castores, el sistema social que vemos en los humanos es muy distinto”, declaró Dyble a la BBC.
“La mayoría de estas especies viven en grupos sociales similares a colonias o, quizás, en parejas solitarias que se desplazan juntas. Los humanos somos muy diferentes. Vivimos en lo que llamamos grupos con múltiples machos y múltiples hembras, dentro de los cuales existen estas unidades monógamas o de pareja estable”, explicó.
Kit Opie, profesor del Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio, afirmó que este es otro elemento clave para comprender cómo surgió la monogamia en los seres humanos.
“Creo que este artículo nos proporciona una comprensión muy clara de que, a lo largo del tiempo y en diferentes lugares, los humanos son monógamos”, declaró.
“Nuestra sociedad se parece mucho más a la de los chimpancés y los bonobos; simplemente hemos tomado un camino diferente en lo que respecta al apareamiento”, agregó.
El nuevo estudio fue publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences.
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