Ezequiel, Joel Alberto y Petra Emilia, policías de Culiacán, Sinaloa, que habían sido secuestrados fueron localizados muertos la mañana de este domingo 2 de marzo.
Los cadáveres, que presentaban signos de violencia, fueron hallados a un costado de la carretera Culiacán-El Dorado, a la altura del puente de la vía La 12.
Los agentes municipales, quienes estaban adscritos a la sindicatura de Costa Rica, fueron privados de la libertad el pasado viernes en la carretera Culiacán-Mazatlán, en las inmediaciones del Campo Santa Rosa, cuando atendían un reporte.
Durante el incidente, uno de los policías logró activar el botón de pánico para solicitar ayuda, lo cual provocó una fuerte movilización de fuerzas federales y estatales de seguridad en la zona.
El día del secuestro de los uniformados, autoridades localizaron una patrulla de la Policía Municipal abandonada en la carretera, la cual sería en la que presuntamente viajaban los elementos afectados.
Desde que comenzó la ola de violencia en Sinaloa en septiembre de 2024, han sido asesinados 18 elementos de fuerzas de seguridad, tanto municipales, como estatales y de la Fiscalía.
Al menos 12 de los casos de homicidio de policías en la entidad ocurrieron en lo que va de este 2025, de acuerdo con datos de la organización Causa en Común.
La crisis de violencia e inseguridad, desatada por disputas internas del Cártel de Sinaloa, comenzó en septiembre de 2024 tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y la entrega de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, a autoridades de Estados Unidos, y ha dejado, con corte a enero y de acuerdo al gobierno federal, al menos 803 asesinatos.
Con información de Noroeste.
Sucede un día después de que el Departamento de Seguridad Interior anunciara que revocará el acceso de la universidad a los programas de visas de estudiantes.
La Universidad de Harvard presentó una demanda contra el gobierno de Trump, después de que este le revocara este jueves la facultad de matricular a estudiantes internacionales, intensificando la disputa entre la Casa Blanca y una de las instituciones más prestigiosas de EE.UU.
En la demanda presentada en Boston, la universidad denunció las acciones del gobierno como una “violación descarada” de la ley.
Este jueves el Departamento de Seguridad Interior de EE.UU. (DHS, por sus siglas en inglés) anunció que le quitará a la universidad el acceso a los programas de visas de estudiantes.
El gobierno de Trump afirma que Harvard no ha hecho lo suficiente para combatir el antisemitismo ni para cambiar sus prácticas de contratación y admisión, una acusación que la universidad ha negado enérgicamente.
Hay aproximadamente 6.800 estudiantes internacionales en esa universidad, que representan más de 27% de sus matrículas este año.
“De un plumazo, el gobierno ha buscado eliminar a una cuarta parte del personal estudiantil de Harvard, estudiantes internacionales que contribuyen significativamente a la universidad y su misión”, alegó Harvard en su demanda.
Harvard ha solicitado una orden para frenar la medida del Departamento de Seguridad Interior para revocar la certificación del Programa de Visitas de Intercambio de Estudiantes de la universidad, un mecanismo mediante el cual se el permite matricular a alumnos extranjeros.
“Condenamos esta horrible e injustificada acción”, expresó en una carta el presidente de la institución Alan Garber.
“La revocación continúa una serie de acciones del gobierno para tomar represalia contra Harvard por nuestra negativa a entregar nuestra independencia académica y someternos a la toma de control ilegal por parte del gobierno federal de nuestro currículum, de nuestro cuerpo docente y nuestro alumnado”, escribió.
El gobierno de Trump tiene en la mira a Harvard y a otras universidades élite, a las que acusan de no hacer lo suficiente para reprimir a los activistas pro palestinos, y de discriminar los puntos de vista conservadores.
Harvard ha dicho anteriormente que ha adoptado muchas medidas para abordar el antisemitismo, y que las exigencias del gobierno son un esfuerzo por regular las “condiciones intelectuales” de la universidad.
El gobierno ha amenazado con revocar la exención de impuestos de la que se beneficia la universidad y ha congelado miles de millones de dólares en subvenciones gubernamentales a la institución.
Harvard no solo es la universidad más prestigiosa de Estados Unidos, sino también la más rica de ese país y del mundo.
La institución acumula un “endowment” (fondo patrimonial propio que invierte para financiar sus actividades) de US$53.000 millones, más que el producto interno bruto de 120 países, entre ellos Islandia, Bolivia, Honduras o Paraguay.
Donaciones millonarias, inversiones exitosas y una estricta gestión han hecho de Harvard una entidad con recursos suficientes.
Su fortaleza financiera es una poderosa herramienta para resistir presiones políticas y económicas que harían tambalear a otras universidades.
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