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Madres buscadoras de Sonora encuentran un crematorio clandestino en Hermosillo
Madres buscadoras de Sonora encuentran un crematorio clandestino en Hermosillo
El crematorio clandestino fue localizado durante la búsqueda de uno de los hijos de Ceci Flores. Foto: Especial
3 minutos de lectura

Madres buscadoras de Sonora encuentran un crematorio clandestino en Hermosillo

El crematorio clandestino en Hermosillo, Sonora, fue localizado tras una llamada anónima que recibieron las madres buscadoras.
17 de octubre, 2023
Por: Redacción Animal Político

La líder de las Madres Buscadoras de Sonora, Ceci Flores, informó que la agrupación encontró un crematorio clandestino en Hermosillo. Este se suma al que fue hallado en Tlaquepaque, Jalisco, el 15 de octubre.

A través de un video, narró que el hallazgo ocurrió tras una llamada anónima sobre la presunta ubicación de Marco Antonio, uno de sus hijos que está desaparecido desde el 4 de mayo de 2019.

“Ruego a Dios porque entre estos restos calcinados no esté mi hijo, por el cual he luchado incansablemente”, dijo la activista, quien recibió la llamada mientras estaba en Washington en un encuentro de “Mujeres líderes: promoviendo la paz y la seguridad”.

El crematorio clandestino fue ubicado en la Calle 36 Sur, en predios del rancho san Francisco en Hermosillo, confirmaron las madres buscadoras de Sonora.

Durante la jornada de búsqueda que dio resultados positivos, el colectivo tuvo acompañamiento de elementos de la Guardia Nacional, Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, Policía Estatal y Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC).

Fosas clandestinas en México
Madres buscadoras de Sonora en el predio de Morelos donde, el pasado diciembre, se escucharon balazos mientras excavaban una fosa clandestina. (Lucía Flores)

Desaparecidos en Sonora

Datos del Observatorio Sonora por la Seguridad (OSS) detallan que hasta junio de 2023 en la entidad hay 4 mil 369 personas reportadas como desaparecidas y no localizadas.

También del 1 de enero al 31 de mayo se han registrado un total de 44 desapariciones, del total, 14 son mujeres y 44 hombres.

Por otro lado, el Colectivo Madres Buscadoras de Sonora contabiliza que desde 2019 que se creó la agrupación han encontrado más de 900 personas en fosas clandestinas y datos oficiales , contabilizan 281 fosas clandestinas en Sonora de 2006 a enero de 2023 y ocupa el octavo lugar a nivel nacional.

Hermosillo, Cajeme, Guaymas y Empalme están entre los 10 municipios con más desapariciones durante 2022 en la entidad, pues concentran el 37% de la totalidad de personas desaparecidas o no localizadas, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, (Rnpdno) en México al 14 de julio de 2023.

En los últimos años, colectivos de buscadoras han pedido el apoyo de autoridades estatales para realizar las búsquedas e incluso han hecho llamados a los grupos del crimen organizado para que no las agredan durante las jornadas.

buscadoras sonora ataque
Las madres buscadoras de Sonora han sido víctimas de ataques, por lo que han pedido al crimen organizado hacer una tregua para buscar a sus hijos. Foto: Cuartoscuro

Madres buscadoras de Jalisco encuentran crematorio clandestino en Tlaquepaque

El pasado 15 de octubre, el colectivo de Madres Buscadoras de Jalisco encontró un crematorio clandestino con restos humanos calcinados en el predio Artesanos, en Tlaquepaque.

A través de un video publicado en redes sociales, las buscadoras dieron a conocer las imágenes en las que se observan los restos, los cuales, aparentemente, tenían horas de haber sido calcinados.

“Acabamos de encontrar un crematorio, lamentablemente es infinidad de huesos y restos humanos calcinados, no nos imaginamos la magnitud de cuántos cuerpos pudieron haber sido quemados, ya que por todas partes hay huesos calcinados, sabemos que son humanos por la porosidad”; se escucha decir a una de las activistas.

De acuerdo con lo narrado por las madres buscadoras, los restos que pudieron identificar son algunas partes de dientes; estiman que el horno clandestino fue prendido hace aproximadamente 2 días.

“Todavía sale humo”, dijo la madre buscadora.

El lunes 16 de octubre la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas (FEPD) realizó actos de investigación de gabinete y campo con relación al hallazgo del crematorio ubicado por las madres buscadoras.

“En un predio abierto que aparentemente es utilizado como tiradero de basura se encontró un área en la cual se localizaron restos óseos”, detalló la Fiscalía de Jalisco.

 

 

 

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Imagen BBC
Racionalidad vs. Superstición: ¿Por qué incluso las mentes más lógicas creen en lo absurdo?
7 minutos de lectura

La mente humana intenta asociar distintos eventos que le permitan anticiparse a la realidad, lo que deriva en supersticiones.

17 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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Según he escuchado alguna vez, la actriz española Elsa Pataky llevaba calcetines de diferente color en una de sus primeras audiciones en Hollywood.

Con las prisas se puso los primeros que encontró por casa. La audición le fue genial. En el siguiente casting, volvió a su costumbre habitual de lucir calcetines emparejados, y la prueba le salió fatal. A partir de ese momento, Elsa Pataky siempre lleva calcetines de distinto color en sus audiciones.

Le dan buena suerte.

No dispongo de pruebas de la veracidad de esta anécdota, pero es un excelente modelo de cómo se forja y se consolida una superstición en nuestra mente. Confío en que Elsa Pataky no se moleste por utilizarla como ejemplo. Toquemos madera.

Tendencia predictiva

Una de las principales motivaciones de la mente humana es la necesidad de encontrar asociaciones entre distintos eventos que le permitan anticiparse a la realidad.

La selección natural ha favorecido la búsqueda de relaciones causa-efecto para descubrir las reglas del mundo y así promover la supervivencia y la reproducción.

Somos buscadores compulsivos de conexiones, arqueólogos de la regularidad, futurólogos intuitivos. Nuestro sistema cognitivo tiene alergia a la ambigüedad y a la incertidumbre. La asociación de eventos es el antídoto para esta “reacción alérgica mental”.

Las supersticiones son el lado oscuro de esa tendencia predictiva tan útil para la supervivencia: asocian eventos que, en realidad, no están relacionados de ninguna forma. ¿Qué tendrá que ver el color de los calcetines con las dotes actorales de Elsa Pataky?.

La tendencia humana a predecir el mundo inventa estas conexiones. Al fin y al cabo, el aprendizaje de asociaciones es la piedra angular de nuestra adquisición de comportamientos.

Con las supersticiones, esos mecanismos asociativos se pasan de largo, pecan por exceso.

Qué dice la ciencia

El primer acercamiento científico a la conducta supersticiosa la realizó en 1948 el psicólogo B. F. Skinner mediante un famoso estudio con palomas.

Skinner programó que la dispensación de comida ocurriera de manera automática cada quince segundos. Hicieran lo que hicieran, las palomas recibirían alimento con esa cadencia.

Transcurrido un tiempo, el científico norteamericano comprobó que la mayoría de las aves (seis de ocho, en concreto) habían desarrollado sus propios rituales supersticiosos para conseguir la comida.

Vaquita de San Antonio.
Getty Images
La superstición determina conexiones ficticias entre distintos eventos.

Una paloma daba vueltas sobre sí misma, otras movían la cabeza de un lado a otro y otra picoteaba el suelo.

Este fenómeno se denomina “condicionamiento adventicio” para diferenciarlo del aprendizaje por “condicionamiento operante”, cuando el animal aprende en función de las consecuencias positivas o negativas realmente causadas por su comportamiento.

Con humanos se han encontrado resultados muy similares mediante tareas en las que se instauran conexiones ficticias entre eventos.

De hecho, hay todo un campo de estudio en Psicología dedicado a las ilusiones de causalidad, que incluso se han relacionado con la proliferación de pseudomedicinas alternativas, como la homeopatía o el reiki, o las creencias paranormales.

El “sesgo de confirmación”

Cuando ya hemos creado una conexión causal entre eventos, uno de los mecanismos que fomenta su mantenimiento es el llamado “sesgo de confirmación”, que forma parte de nuestra caja de herramientas cognitivas.

Tendemos a prestar más atención a aquellos sucesos que confirman nuestras creencias que a los que las contradicen: “Siempre que lavo el coche, llueve”; “el repartidor de Amazon siempre llega cuando no estoy en casa”.

Trébol de la suerte.
Getty Images
Determinados objetos pueden convertirse en amuletos de la suerte para los supersticiosos.

Olvidamos con facilidad las numerosas veces que no se cumplieron tales predicciones. Y, al mismo tiempo, recordamos vivamente el momento en que ocurrieron esos incómodos eventos debido al impacto emocional que generan.

Otro mecanismo que favorece el mantenimiento de las supersticiones se basa en lo que los psicólogos denominan “profecía autocumplida”. Es decir, la propia creencia en una predicción puede hacer que se convierta en realidad a través de nuestras acciones.

Así, si obligamos a Elsa Pataky a llevar calcetines del mismo color para su siguiente audición, probablemente se pondrá muy nerviosa al no disponer de su amuleto y su rendimiento se verá seriamente afectado.

La actriz llegará a la conclusión de que se confirma su profecía, aunque haya sido ella misma quien se ha ocupado de ratificarla.

Nuestras supersticiones nos esclavizan: si las ignoramos, la ansiedad hará que rindamos peor. Que se lo digan a los deportistas, acumuladores compulsivos de manías, rituales y supersticiones.

“Por si acaso”

Las supersticiones son absurdas, pero generalmente fáciles de cumplir.

Se mantienen gracias al “por si acaso” y al “¿y si fuera cierto?”. Tocar madera, no pasar por debajo de una escalera, no brindar con agua, cruzar los dedos: todos son actos muy fáciles de realizar, muy baratos.

Herradura.
Getty Images
El físico Niels Bohr tenía colgada una herradura en la pared de su despacho para la buena suerte.

El físico Niels Bohr (1885-1962) tenía colgada una herradura en la pared de su despacho. Cuando le preguntaron cómo era posible que una de las mentes más analíticas de su tiempo creyera en amuletos, Bohr respondió: “No creo en ellos, pero me han dicho que dan suerte incluso a los que no creen en ellos”.

Tampoco cuesta tanto, ¿no? La conducta supersticiosa lo tendría más difícil si tuviéramos que realizar cien flexiones para acumular suerte antes de un examen. Somos tontos, pero no tanto como para ganarle a la pereza.

El vínculo con la cultura

A menudo, las supersticiones se implantan en el acervo de las tradiciones y costumbres de una sociedad. Nos permiten identificarnos con los valores de nuestra cultura, a través de hábitos y rituales compartidos.

Resulta sencillo imaginar que la superstición de Elsa Pataky se extendiera entre la población y que la gente llevara calcetines desparejados en el examen de conducir o en sus citas de Tinder.

Muchas supersticiones culturales tienen raíces centenarias o incluso milenarias, lo que dificulta mucho rastrear sus orígenes.

Parece que tocar madera proviene de las antiguas creencias celtas sobre las almas que habitaban los árboles.

Por su parte, los gatos negros se asociaban a las brujas durante la Edad Media, aunque en Escocia es símbolo de buena suerte. Una bonita demostración de la arbitrariedad de las supersticiones, por cierto.

El número trece tiene muy mala prensa. Según la compañía Otis, en torno al 85 % de sus ascensores instalados en edificios más de doce plantas omiten el botón con el número trece.

Parece que el origen está relacionado con Judas Iscariote, el comensal número trece en la Última Cena del cristianismo. El miedo al Viernes 13 combina esta superstición numérica con el recuerdo de la celebración del Viernes Santo, día fatídico en el que fue crucificado Jesucristo.

De la lógica a la intuición

Somos seres racionales… pero de los que toman raciones en los bares, tal y como declama la banda Siniestro Total en una de sus canciones. Nuestra racionalidad natural no es lógica sino bio-lógica o psico-lógica.

La evolución nos ha dotado de un arsenal de atajos cognitivos para procesar grandes cantidades de información y tomar decisiones rápidas (generalmente exitosas) con los datos parciales y ambiguos que recibimos del medio.

Un gato negra y una escalera.
Getty Images
Los gatos negros o pasar por debajo de una escalara pueden ser sinónimo de mala suerte para los supersticiosos.

En cambio, el ejercicio del pensamiento lógico y razonado requiere de la fatigosa tarea de disciplinar nuestra mente para prevenir las falacias y sesgos del pensamiento humano.

Ambos sistemas de pensamiento habitan en nosotros sin aparente conflicto.

Por un lado, un sistema intuitivo y automático que está guiado por reglas de andar por casa y que puede derivar en sesgos y falacias del pensamiento.

Por el otro lado, un sistema analítico y reflexivo pero más lento y más costoso, que en las condiciones adecuadas puede comportarse de manera racional y lógica.

Por eso, incluso en las mentes más racionales y analíticas pueden residir creencias irracionales y supersticiones absurdas. Que se lo digan a Niels Bohr, con su herradura de la suerte.

Cuando nos quitamos la bata del científico o la toga del juez, nuestra mente es tan crédula como la de nuestros antepasados prehistóricos. Cruzaremos los dedos para que la razón no nos abandone del todo.

*Pedro Raúl Montoro Martínez es profesor titular del Departamento de Psicología Básica I de la UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia, en Madrid.

Línea gris.
BBC

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