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En Sisal, Yucatán, empresa y exfuncionaria impulsan un complejo habitacional que viola normas ambientales
En Sisal, Yucatán, empresa y exfuncionaria impulsan un complejo habitacional que viola normas ambientales
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En Sisal, Yucatán, empresa y exfuncionaria impulsan un complejo habitacional que viola normas ambientales

El proyecto Villas 33 está pensado para tener siete niveles y 21 metros de altura, pese a que las normas de la zona permiten un máximo de tres pisos y alrededor de 10 metros. Vecinos y especialistas advierten sobre posibles daños ambientales en este pueblo mágico.
29 de marzo, 2023
Por: Información y Poder

Una exfuncionaria del gobierno de Mérida y una empresa impulsan un complejo habitacional construido con irregularidades y que pone en riesgo a uno de los ecosistemas más frágiles de la Península de Yucatán: el poblado de Sisal. Eugenia Correa Arce, quien fuera directora de la Unidad de Desarrollo Sustentable de Mérida, consiguió —a través de su consultora y mediante información falsa— la aprobación de una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que permitió echar a andar el proyecto Villas 33

El complejo habitacional se construye en el tablaje catastral 4195 de Sisal, municipio de Hunucmá, frente a la playa y a cinco kilómetros del centro de la localidad. 

La edificación se lleva a cabo a pesar de que viola el Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio Costero del Estado de Yucatán (Poetcy), pues se prevé que tenga siete niveles y 21 metros de altura, cuando en el poblado ninguna construcción tiene más de tres pisos y las normas establecen que cada construcción nueva debe respetar su “contexto”.

Los ruidos de las maquinarias durante la madrugada, la continua circulación de trabajadores y los desechos de materiales arrojados en la zona cercana a la ciénaga alertaron a los vecinos, quienes desde agosto de 2022 denunciaron los hechos ante las autoridades ambientales. Pero al día de hoy, las labores no han sido interrumpidas.

Al estar dentro de una Unidad de Gestión Ambiental (UGA), registrada como HUN06 BAR-AP1, el desarrollo debía cumplir numerosos requisitos para que fuera aprobada su MIA y la construcción pudiera comenzar. Uno de ellos era acatar la prohibición de deforestar un espacio de terreno mayor a 40%; otro, no tener más pisos que los indicados en su cálculo de capacidad de carga.

Sin embargo, la empresa a cargo del proyecto, Foster Corporation, en conjunto con la consultora de Eugenia Correa, Ambiente Sustentable, han deforestado casi 60% del terreno para construir un edificio de siete pisos de altura, cuatro más de lo permitido por las normas. 

Pese a estas irregularidades, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aprobó el proyecto el 4 de abril de 2022, solo 10 días después de haber iniciado el proceso de evaluación y sin ninguna observación, cuando estos procesos suelen tomar al menos un año, de acuerdo con los especialistas consultados. La obra fue aprobada por Hernán José Cárdenas López, suplente por la ausencia de un delegado de la Semarnat en Yucatán.

La solicitud ante la Semarnat fue ingresada el 9 de diciembre de 2021 por Paola Salcedo Gual, representando a Foster Corporation. El estudio de impacto ambiental del proyecto Villas 33 fue realizado por la consultora Ambiente Sustentable. 

El documento contempla la construcción de un complejo de 12 villas o departamentos, en seis niveles, con una superficie total destinada de 2 mil 124.889 metros cuadrados. Se estima que la afectación del terreno será de mil 189.94 metros cuadrados, es decir, 56% del total.

Dos especialistas consultados por Información y Poder analizaron el proyecto con base en lo que marca el Poetcy. El primer especialista estimó que, para estar dentro de los márgenes permitidos, la construcción solo podría ocupar 35.9% del terreno y tener un máximo de tres pisos. El segundo dijo que solo podría ocupar 30.1%.

“Con esto, lo que podemos decir es que se están pasando de lo permitido por demasiado; en todos los estudios que hemos realizado en Sisal, no hemos visto que se pase de un aprovechamiento ni siquiera del 50% del total del terreno, por lo que sí es muy raro que lo haya aprobado Semarnat y la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán”, dijo uno de los especialistas, quien pidió reservar su identidad por temor a represalias.

La consultora Ambiente Sustentable también realizó otro proyecto llamado Casa Sisal a solo 10 metros de distancia, en el tablaje catastral 77327, donde el porcentaje de utilización del terreno fue de 40%.

Esta compañía es propiedad de Eugenia Correa Arce, militante del PAN y quien fue funcionaria del ayuntamiento de Mérida en la administración 2018-2021. Aunque tenía cargo público, Correa seguía con sus actividades privadas para la obtención de la MIA para obras, por ejemplo, la Plaza Komchén, un centro comercial construido por la empresa Atipia Desarrollos, de la cual es socia junto con su hermano Emilio Correa Arce.

Para obtener la MIA de Villa 33, Eugenia Correa Arce informó que la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán le dio su “opinión favorable”, a pesar de que el proyecto no cumple con los requisitos de ley.

En tanto, Foster Corporation, dueña del terreno, mintió a la Semarnat en su solicitud. El diseño arquitectónico de la obra, desarrollado por el despacho Construdar+Toussaint, señala que el proyecto constaría de siete pisos con 14 departamentos, no los 12 mencionados en la MIA.

Foster Corporation es una empresa estadounidense de servicios de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas, cuyo representante legal es Jorge Vega Fitzgerald, que en 2007 compró el terreno por solo 149 mil pesos a la empresa Trans Caribbean Trust, de Theodore Conrad Wriley. 

Ambas son empresas con inversión y capital extranjero. Tienen como dueños a ciudadanos estadounidenses y fueron operadas por Vega Fitzgerald y Raúl Ballote Pantoja, abogado dueño de la firma Ballote & Associates Law Offices. Estos abogados han creado una red de empresas —Foster, Trans Caribbean, Premiere Properties, MT Caribe, Yucaland o Sandbox— que han adquirido decenas de kilómetros de playa en Sisal.

Lee: La estrategia de seguridad en Yucatán: intolerancia selectiva, detenciones arbitrarias y abuso policial

La denuncia contra el proyecto

El 29 de agosto de 2022, la Profepa recibió una denuncia contra la obra por parte de Karen Fisher y Raúl Ontiveros, vecinos de la zona. Entonces denunciaron que era evidente el daño ambiental y que se trabajaba en la construcción las 24 horas del día. Los denunciantes recibieron respuesta el 19 de octubre por parte de Víctor Hugo García Sánchez, jefe del Departamento de Denuncias Ambientales de la Profepa, pero afirman que hasta el momento solo hubo un par de visitas por parte de funcionarios y la construcción no fue clausurada ni apercibida.

“Desde que empezaron las obras observamos que todo estaba mal. De entrada, empezaron a edificar pegados a nuestra propiedad. No guardaron el 1.5 metros de distancia establecido por la ley. Nunca han respetado lo establecido en las leyes, que marcan que no se deben construir arriba de tres niveles; ellos superan por mucho esa medida. Removieron la arena, ahí había nidos de tortugas y de aves migratorias”, afirmó Karen Fisher.

Raúl Ontiveros comentó: “Nosotros denunciamos ante la Semarnat y es muy sospechoso que a obras más pequeñas sí las hayan venido a inspeccionar, que les hayan clausurado y sancionado, y ellos, que desde lejos se observa que no están haciendo bien las cosas, parece que nadie les puede hacer nada. Parecen intocables”.

El director de Ecología del ayuntamiento de Hunucmá, Luis Jiménez Yan, afirmó que no conoce los detalles de esta obra porque la alcaldesa Edna Marisa Franco Ceballos, quien llegó en 2021 con Morena, y el director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano del municipio, Luis Enrique Mex Canché, lo “saltaron” y a su departamento no le dieron la oportunidad de conocer la MIA. 

También dijo que, según el Poetcy de 2014, el máximo de altura que debe tener una construcción son 10 metros, pero este estaría completamente rebasado por la obra Villas 33, que tiene un total de 21 metros de altura.

Cuando Información y Poder trató de contactar a Paola Salcedo Gual, representante de Foster Corporation, recibió respuesta de Santiago Fernández, quien se presentó como abogado de Salcedo Gual y amenazó con demandar si el nombre de su representada o el suyo se publicaba en alguna investigación periodística.

El 1 de diciembre de 2020, Sisal fue elegido como pueblo mágico por su naturaleza e importancia histórica. Según datos publicados en el fotolibro Sisal, costa yucateca, elaborado por la UNAM, dentro de las reservas circundantes a la comisaría se han reportado alrededor de 333 especies de aves: 177 residentes, 142 migratorias y 14 residentes-migratorias.

Investigadores de la UNAM advirtieron que una mala planeación en el crecimiento urbano-turístico de Sisal lo podría llevar a un punto de quiebre, al grado de convertirse en el “Holbox Yucateco”. Por lo tanto, los desarrollos urbanos y hoteleros deben estar muy bien planeados y tomar en cuenta las características del suelo y del agua, puesto que es un entorno natural particularmente vulnerable.

La especialista del tema costero e investigadora de la UNAM Laura Elena Vidal Hernández advirtió que la zona, además de estar en la ruta de diferentes aves, tiene corredores hidrológicos, por lo que edificar fuera de la norma trae un costo muy elevado para todo el medio ambiente de esa zona de la costa yucateca.

“Si piensan en replicar esquemas de desarrollo masivos urbanísticos, empezaríamos a fragmentar y bloquear todos esos flujos naturales. Ya no podría ser una zona de migración de aves que vienen de Canadá y Estados Unidos, las aves son muy sensibles a las barreras físicas. Son muy sensibles a la calidad del agua. Si empezamos a usar masivamente el agua, por la construcción de grandes edificios y con ello la llegada de más personas, y empieza a drenarse el agua sucia a la ciénega o zona marina simplemente, vamos a dejar de tener aves. Entonces, eventualmente vamos a mermar el mismo atractivo natural que atrae a las personas. Vamos a arruinar este paraíso”, dijo.

La población teme que los desarrollos inmobiliarios irregulares se apropien de Sisal, privaticen sus playas, cambien el entorno natural, ahuyenten a los flamingos y contaminen sus manglares.

El pasado 6 de julio, pobladores del puerto de Sisal bloquearon la entrada a la comunidad para exigir a la Secretaría de Turismo (Sectur) que se le revoque la declaratoria de pueblo mágico, pues aseguran que esto solamente beneficia al sector privado. Los lugareños, que en su mayoría viven de la pesca, temen que se privaticen las playas, que también son un importante sitio de anidación de tortugas marinas. 

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Imagen BBC
¿Por qué los seres humanos chismeamos? Esta es la respuesta según expertos en evolución
5 minutos de lectura

El chisme es un comportamiento presente en casi todas las culturas, desde las ciudades bulliciosas hasta las comunidades hortícolas remotas. Pero ¿por qué nos atrae tanto?

12 de julio, 2025
Por: BBC News Mundo
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Puede arruinar tu reputación. Puede justificar tu comportamiento. Es entretenido. Y para muchos es un pecado.

El chisme (cotilleo o chusmear, como también se dice en algunos países de América Latina) es un comportamiento que los antropólogos han observado en muchas culturas, desde asentamientos urbanos hasta los más lejanos poblados rurales.

“El chisme está presente en todos nosotros y en cada cultura cuando se dan las circunstancias adecuadas”, le explica a la BBC Nicole Hagen Hess, profesora de Antropología de la Universidad Washington State en EE.UU.

Cuando pensamos en el chisme, podemos pensar en la imagen de una persona hablando a espaldas de otros con malas intenciones. Pero para Hess es algo más amplio.

El cotilleo es un intercambio de “información relevante para la reputación”.

Eso puede significar lo que amigos, familia, colegas o incluso rivales dicen sobre nosotros, pero también incluye lo que se dice en las noticias o en un evento deportivo.

“Bajo mi definición, no se necesita la ausencia de una tercera parte o de la persona que estés hablando, puede estar tranquilamente enfrente tuyo”, explica.

“Si estás hablando sobre esa persona, ya sea sobre su vestimenta o de lo que ha hecho, eso cuenta como chismear”, agrega.

Pero, por qué los humanos hemos llegado a este tipo de comportamientos es una pregunta que los investigadores quieren responder. Estas pueden ser algunas pistas.

Vínculo

La idea de que el chisme puede tener un rol positivo en la sociedad fue popularizado por el académico Robin Dunbar, un antropólogo británico.

De acuerdo a su teoría, en los primates, el aseo es un comportamiento higiénico, pero también social. Junto a crear vínculos, también puede ser usado para reconciliaciones después de peleas, diluir las tensiones y establecer la posición de cada uno de los primates en la jerarquía social.

Este proceso es conocido como “acicalado social” (allogrooming en inglés).

Pero como los humanos no tenemos pelo como el de los primates, el chisme y las conversaciones livianas pueden ser los equivalentes humanos de este “acicalado social”, que tiene el mismo propósito de crear vínculos, establecer el lugar en la jerarquía social e intercambiar información sobre otros, como por ejemplo en quién confiar y en quién no.

Para Dunbar, el lenguaje incluso evolucionó para permitirle a la gente chismorrear.

Dos hombres hablan entre sí en una oficina mientras dos mujeres en el fondo están concentradas en las pantallas de sus computadoras, trabajando.
Getty Images
Cuando pensamos en chismes, a menudo nos imaginamos hablando a espaldas de alguien con intenciones maliciosas.

En 2021, un estudio de la Universidad de Dartmouth en EE.UU. reveló que la gente que cotillea junta, además de influenciar en el otro, también se une más en el proceso.

“Especulamos que los participantes de este estudio establecieron un sentido de comunidad entre ellos, creando una ‘realidad compartida’ que sirvió para influir en el comportamiento y las perspectivas de cada uno, al tiempo que satisfacía el deseo inherente de cada uno de tener una conexión social”, se puede leer en la investigación.

Esta investigación también descubrió que el chisme ayuda a promover la cooperación dentro de un grupo, después de observar que los participantes estaban dispuestos a contribuir con más dinero en un juego grupal cuando tuvieron la oportunidad de cotillear entre ellos.

“El chisme no es una construcción monolítica y su definición es mucho más compleja y va más allá de que simplemente es hablar mal del otro como lo hemos aprendido”, concluye la investigación.

Kelsey McKinney, fundadora del podcast Normal Gossip en el que personas comunes y corrientes comparten sus chismes, sabe como una anécdota con contenido puede juntar a varios extraños.

Cuando comenzó la pandemia del covid-19 y las personas tuvieron que estar encerradas, la necesidad por historias se hizo más grande.

“Me di cuenta de que estábamos hambrientos”, explica McKinney.

“Mucho de nuestras vidas y de cómo percibimos el mundo es através de la narrativa que nos contamos y el chisme es la narrativa. Nos contamos las cosas entre nosotros, y por supuesto hay peligro, pero también hay muchas cosas buenas”, añade.

Supervivencia

Los humanos han evolucionado durante millones de años para aprender cómo es la mejor forma de protegernos de un potencial daño o peligro.

Para algunas mujeres, el chisme es una herramienta vital de estrategia para sobrevivir, particularmente cuando se navega en amenazas como una situación riesgosa en una cita.

Dos mujeres jóvenes estaban sentadas una frente a la otra en una mesa, chismorreando y riendo.
Getty Images
Ya sea que se trate de diversión, supervivencia o vínculos sociales, el chisme se ha convertido en una característica constante de nuestras vidas.

“Las mujeres están en una situación de desventaja física cuando se trata de pelear con un hombre. Eso es una información importante que deseas compartir con tus amigas o con tus más cercanas aliadas”, explica Hess.

La supervivencia y nuestro lugar en la sociedad también depende mucho de la reputación.

Tener mala reputación puede ser devastador, señala la experta.

De acuerdo a ella, puede dañar tu posición social, limitar tus oportunidades económicas e incluso afectar tu acceso a recursos como los alimentos.

“Si la gente habla de forma negativa en los chismes sobre ti puede causar un daño substancial”, anota Hess.

Además argumenta que el chisme es una forma social de control usada para mantener o mejorar la posición en una jerarquía social.

Para ella la gente trata de manejar cómo es percibida en sus entornos sociales, así que se vigilan unos a otros a través del cotilleo.

Y agrega que el chisme también sirve para proteger su propia reputación y, en algunos casos, socavar a los rivales.

“Los humanos son competitivos por naturaleza con otros miembros de su especie y el conflicto no es algo de lo que se van a desprender”, explica.

Entretenimiento

Para la mayoría de la gente, el chisme puede parecer una diversión inofensiva.

“Ese es el tipo de chisme en el que me especializo”, dice la podcaster McKinney.

Su fascinación por este tema, y ​​su pasión por contar historias, proviene de haber crecido en un hogar religioso donde le enseñaron que el chisme era pecaminoso.

“Un buen chisme es algo que inmediatamente sale de tu boca y se lo dices a otra persona”, argumenta.

¿Y un mundo sin él?

“¡Dios mío! ¡Qué aburrido!”, responde riendo.

Ya sea por diversión, supervivencia o vínculos sociales, el chisme se ha convertido en una constante en nuestras vidas: un “universal humano” que no debe ignorarse, dice la doctora Hess.

“El chisme tiene consecuencias reales”, explica. “Si solo fuera una conversación informal, aleatoria y falsa, no afectaría la forma en que las personas deciden distribuir beneficios a otros miembros de sus comunidades”.

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