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Con medicinas ancestrales, parteras crean resistencia y reciben a bebés de madres que migran en la frontera
Con medicinas ancestrales, parteras crean resistencia y reciben a bebés de madres que migran en la frontera
Foto: Cortesía Fetzer Institute
6 minutos de lectura

Con medicinas ancestrales, parteras crean resistencia y reciben a bebés de madres que migran en la frontera

Con baños de plantas, agua florida y respeto al cuerpo, la colectiva Partería y Medicinas Ancestrales atiende a mujeres de más de 150 países en la frontera norte, devolviéndoles la autonomía sobre su cuerpo.
30 de diciembre, 2025
Por: Alejandra González

En la frontera norte de México, donde las políticas del gobierno de Estados Unidos detienen el sueño americano, una colectiva ha levantado una trinchera de cuidados en Tijuana, Baja California, ayudando a miles de mujeres que migran a parir ante diversas trabas, como las barreras lingüísticas y la falta de documentación para recibir atención médica. 

Con un enfoque centrado en la calidez y el respeto al cuerpo, así como con baños de plantas y agua florida, la colectiva Partería y Medicinas Ancestrales ha realizado sus labores desde 2012, atendiendo nacimientos en familias de más de 150 países, entre ellos Guatemala, Salvador, Honduras, Venezuela y hasta Ucrania, así como a desplazadas internas de Michoacán y Guerrero.

El caso de Sandra es un ejemplo de la labor de la colectiva conformada por siete parteras. Aunque ella es mexicana, creció en Estados Unidos y un día, estando embarazada, decidió volver a su país de origen en medio de un panorama de incertidumbre. 

Lee: Nace Observatorio de Violencia Obstétrica en México ante falta de cifras y atención a las víctimas

“No sabía qué me esperaba del otro lado, pero ya en Tijuana me recibieron con cuidado, me escucharon, me acompañaron, por primera vez en mucho tiempo no tuve miedo”, dice Sandra en un testimonio para Fondo Semillas, organización que financia a Partería y Medicinas Ancestrales para que mujeres que migran puedan tener partos con amor. 

“En octubre nació mi hija. Cuando la abracé, sentí que después de tanto camino estaba en casa”, expresa. 

Sandra campaña madres que migran
Foto: cortesía Fondo Semillas

Parteras tejen lazos frente a crisis migratoria en Tijuana

La colectiva Partería y Medicinas Ancestrales comenzó sus labores en 2012, pero fue hasta cuatro años después cuando Ximena Rojas García, fundadora de la organización, acompañada por un grupo de parteras empezaron a apoyar a familias migrantes, lo que las llevó a convertirse en defensoras de derechos humanos “así sin planearlo”.

Ximena, originaria de Veracruz, se refiere al 2016 como el año de “una crisis humanitaria” debido a la presencia de cientos de personas migrantes varadas en la frontera en espera de poder presentar casos de asilo a Estados Unidos.

En ese momento, la fundadora de Partería dijo a Animal Político que decidió “poner en acción a la comunidad” y empezó a llevar agua, comida, incluso ropa para las madres migrantes. 

Posteriormente, y pese a las barreras de idiomas diferentes, Ximena se acercó a mujeres migrantes, muchas de ellas haitianas, con su bolsa de partera, sus dopplers -una técnica de ultrasonido no invasiva-. “Ahí en el asiento de atrás de mi carro empecé a checar a algunas de las mamás”, relata.

“Para muchas de ellas era la primera vez que escuchaban el latido del corazón de su bebé y fue maravilloso, que a pesar de la migración y de tantas cosas tan fuertes que habían pasado, pues que su bebé estaba bien, que su viaje había valido la pena”, expresa.

Trato respetuoso al cuerpo y medicina ancestral como forma de resistencia

El trabajo de Partería y Medicinas Ancestrales va más allá de lo clínico; es un acto de restitución de derechos humanos. En un contexto donde el sistema de salud pública ha negado atención a mujeres que migran en labor de parto por falta de una CURP o afiliación al seguro social, las parteras se convirtieron en una opción para garantizar la vida.

Para la colectiva, su enfoque se centra en la “partería pura y dura”, un modelo que integra la obstetricia basada en evidencia con un profundo respeto por la autonomía de las mujeres y de los bebés. 

Parteras en la frontera Partería y Medicinas Ancestrales
Foto: cortesía Fetzer Institute

“A lo mejor para esta persona es la primera vez que alguien le ha pedido permiso para tocar su cuerpo, que alguien le ha pedido permiso para tomar decisiones”, explicó Ximena, subrayando la importancia de devolverle a la mujer la agencia sobre su “territorio”. 

Ximena explica que de esa manera trabajan con calidez y respeto. Durante la consulta, y dejando a un lado la prisa, las parteras hacen una pausa por si la persona necesita expresar sus emociones, un baño de plantas, agua florida o por si las gestantes requieren un listón rojo alrededor de su vientre para sentirse protegidas y bendecidas. 

“Entonces, así es como incorporamos la medicina tradicional”, dice la fundadora de Partería, enfatizando que de esa forma continúan pasando estas prácticas a las siguientes generaciones.

Pero las parteras no solo atienden nacimientos, también son la primera línea de contención para mujeres migrantes, personas de las comunidades LGBTQ+, incluso hombres, que han sufrido abusos y violencias sistemáticas en sus países de origen y durante el tránsito hacia otro lugar. 

También lee: Repatriaciones de infancias migrantes alcanzan récord en 2024 y el Estado mexicano falla en su protección, señalan organizaciones

“Algunas de ellas tres o cuatro veces durante la migración han pasado por violencias sexuales o incluso […] no lo ven como ‘me violaron’, sino ‘lo tuve que hacer para seguir el camino’”, narra Ximena, destacando también que los hombres viven estas violencias, pero rara vez las nombran por estigma.

Ante el panorama de la militarización de la frontera y el aumento de las violaciones a los derechos humanos por parte de autoridades, las parteras se mantienen firmes. Su objetivo a largo plazo es crear una red de casas de nacimiento y sanación en todo México, recuperando la medicina tradicional para curar el “susto” y la tristeza que trae consigo el desplazamiento forzado.

Para Jimena, su trabajo es un acto político y espiritual: “El objetivo a gran escala es sembrar semillas de paz en el mundo […] si sanamos juntos, pues sanamos todos y esa es nuestra resistencia”.

Partería y Medicinas Ancestrales
Foto: cortesía Fetzer Institute

El impulso de Fondo Semillas y la campaña “Madres que migran”

Sostener la labor que realizan Ximena y las parteras requiere más que voluntad. El apoyo de Fondo Semillas ha sido crucial para profesionalizar y expandir su alcance. El financiamiento de la organización ha permitido la consolidación legal de la Partería, abrir casas de nacimiento en Tijuana y Ensenada, así como operar el proyecto “A Cuidar Van”, una unidad móvil que lleva servicios de salud sexual y reproductiva a la periferia y albergues.

“Fondo Semillas nos ha estado apoyando y ha sido una bendición porque podemos seguir haciendo esto que nos apasiona y pues queremos ser más parteras”, señala Ximena Roja.

Durante 2024, este apoyo permitió acompañar a más de 3 mil 500 mujeres de 70 países distintos, no solo en partos, sino en atención integral que incluye anticoncepción, manejo de duelo gestacional y acompañamiento a sobrevivientes de violencia sexual. 

Ahora, ante el incremento de personas que quedan varadas en la frontera, Fondo Semillas lanzó la campaña “Madres que migran”, una iniciativa urgente que busca recaudar 500 mil pesos antes del 31 de diciembre para sostener la labor de parteras y defensoras de derechos humanos, como es el caso de Partería y Medicinas Ancestrales, quienes esperan avanzar con su proyecto y llegar a más lugares. 

Diana Medina, subdirectora de la organización, advierte que la crisis migratoria se ha endurecido este año, saturando la capacidad de respuesta institucional. 

“Los servicios públicos en general no son suficientes […] En términos generales, las personas que migran no tienen acceso a servicios de salud. Las personas que vienen migrando que tienen un embarazo, pues tampoco lo tienen”, explica Medina.

En ese sentido, la campaña busca visibilizar y financiar a organizaciones como Partería y Medicinas Ancestrales, quienes ofrecen servicios gratuitos a mujeres embarazadas y primeras infancias que enfrentan barreras de idioma, falta de documentos y discriminación.

Fondo Semillas apuesta por entregar recursos flexibles y no etiquetados, permitiendo que las organizaciones cubran sus necesidades reales, desde sueldos hasta la compra de activos, sin las trabas burocráticas que a menudo imponen otros donantes.

Sigue leyendo: ‘Al parto se le debe dar tiempo y respeto, no prisas y violencia’: Mamá desobediente

La meta es reunir medio millón de pesos que irán a una bolsa común para organizaciones que trabajan temas de migración y partería. Las formas de apoyar incluyen:

  • Donativos directos en efectivo (deducibles de impuestos) a través de su sitio web.
  • La compra de productos con causa en la tienda Muxo.

La campaña estará activa hasta el cierre de año, buscando garantizar que, sin importar el origen o el idioma, la maternidad en tránsito sea acompañada con dignidad.

Campaña madres que migran
Foto: Facebook Fondo Semillas
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Imagen BBC
Somalilandia, el territorio que declaró su independencia hace más de 30 años y que solo Israel reconoce como nación soberana
7 minutos de lectura

Abordamos la curiosa historia de este territorio del tamaño de Nicaragua y hogar de unos 3,5 millones de personas considerado toda una rareza en el cuerno de África.

27 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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Bandera de Somalilandia
Getty Images

Este territorio semidesértico con un tamaño similar al de Nicaragua proclamó su independencia en 1991.

Sin embargo, pasados más de 34 años desde aquella accidentada declaración, Somalilandia no había sido reconocido como Estado por ninguna otra nación.

Esto cambió este viernes, cuando Israel se convirtió en el primero en reconocerlo formalmente como país independiente

El presidente de Somalilandia, Abdirahman Mohamed Abdullahi, calificó la declaración del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu como un “momento histórico”.

La decisión fue condenada, sin embargo, por los ministros de Asuntos Exteriores de Somalia, Egipto, Turquía y Yibuti, quienes en un comunicado afirmaron su “rechazo total” al anuncio de Israel.

El reconocimiento israelí podría alentar a otras naciones a seguir su ejemplo, lo que fortalecería la posición diplomática de la región independentista y su acceso a los mercados internacionales.

Abordamos la curiosa historia de este territorio de 137.600 km² y hogar de unos 3,5 millones de personas considerado toda una rareza en el cuerno de África.

mapa
BBC

El origen

Ubicada entre Etiopía y Somalia -Estado del que oficialmente forma parte- Somalilandia fue un protectorado británico hasta su independencia el 26 de junio de 1960.

Pero esa autonomía le duró poco, ya que cinco días después se fusionó con la Somalia italiana, también recién independizada. Fue una unión de la que muchos somalilandeses se arrepintieron apenas se concretó.

Las diferencias con sus vecinos del sur comenzaron casi inmediatamente después de que el Parlamento aprobara la ley que fundó la República de Somalia.

De hecho, el 20 de julio de 1961, un año después de la creación del nuevo Estado, se celebró un referéndum para redactar una nueva Constitución. A pesar del rechazo mayoritario de los somalilandeses, el texto salió adelante, convirtiéndose en la carta magna de la naciente república.

Y menos de una década, el país colapsó.

En 1967 Abdirashid Ali Shermarke fue elegido presidente y designó al somalilandés Mohamed Haji Ibrahim Egal como primer ministro.

Pero a los dos años, el presidente murió a manos de su guardaespaldas, en lo que fue un golpe de Estado liderado por el general Mohamed Siad Barre, quien se hizo con el poder.

Así fue como Somalia se transformó en la República Democrática de Somalia.

Soldados somalíes entrenan en Jijiga durante la guerra del Ogadén (1977), un conflicto ligado a las aspiraciones territoriales de la Somalia unificada tras la fusión con Somalilandia, que terminó en 1978 con la recuperación etíope del territorio.
Getty Images
Soldados somalíes entrenan en Jijiga durante la guerra del Ogadén (1977), un conflicto ligado a las aspiraciones territoriales de la Somalia unificada tras la fusión con Somalilandia, que terminó en 1978 con la recuperación etíope del territorio.

“Dejaré edificios, pero no gente”

El gobierno de facto de Siad Barre acentuó el descontento en Somalilandia e impulsó el deseo de muchos somalilandeses de tomar un rumbo diferente.

Aquel polémico militar marxista-leninista no sólo causaba disgusto en Somalilandia, sino en todo el país, y ese malestar desencadenó una revolución.

“Cuando me vaya de Somalia, dejaré edificios, pero no gente”, prometió Barre a finales de la década de los 80.

Y un informe encargado por las Naciones Unidas y publicado a principios de este siglo, determinó que “el crimen de genocidio fue concebido, planeado y perpetrado” por el gobierno somalí contra el pueblo isaaq en el norte de Somalia entre 1987 y 1989.

En esa época, la fuerza aérea somalí efectuó bombardeos a gran escala en Hargeisa, capital de la declarada República de Somalilandia, matando a miles de civiles y destruyendo parcialmente la ciudad.

Después de varios años de una sangrienta lucha, en 1991 Siad Barre fue derrocado, a lo que siguió una guerra civil.

Una mujer de Somalilandia, vestida con la bandera local, celebra frente a un centro de votación en 2001, en vísperas del referendo constitucional que buscaba legitimar la secesión unilateral del territorio respecto de Somalia.
Getty Images
Una mujer de Somalilandia, vestida con la bandera local, celebra frente a un centro de votación en 2001, en vísperas del referendo constitucional que buscaba legitimar la secesión unilateral del territorio respecto de Somalia.

Falta de reconocimiento internacional

El fin de régimen militar también hizo que Somalilandia declarara de manera unilateral su independencia. En ese entonces era, y aún sigue siendo, un oasis de relativa calma en una de las regiones más agitadas del mundo.

Más de tres décadas después, Somalilandia funciona casi como un país independiente, pero sin serlo, al menos oficialmente.

Tiene un sistema político propio, un Parlamento, su fuerza policial, una bandera, una moneda y emite sus propios pasaportes.

A la falta de respaldo internacional se sumó la crisis diplomática con Somalia tras el acuerdo firmado en enero de 2024 entre Etiopía y Somalilandia, que concedía a Addis Abeba acceso al mar a través del puerto de Berbera y abría la puerta a un eventual reconocimiento.

Mogadiscio lo denunció como una violación de su soberanía, al considerar a Somalilandia parte inseparable de Somalia.

Aunque Israel se convirtió esta semana en el primer país en reconocer formalmente a Somalilandia como nación soberana, el resto de la comunidad internacional no reconoce su independencia, incluyendo a Naciones Unidas, la Liga Árabe y la Unión Africana.

Un hombre introduce su papeleta en Hargeisa frente al emblema nacional de Somalilandia en un centro de votación durante las elecciones presidenciales de 2024.
Getty Images
Un hombre introduce su papeleta en Hargeisa frente al emblema nacional de Somalilandia en un centro de votación durante las elecciones presidenciales de 2024.

Comparaciones con Taiwán

El caso de Somalilandia suele compararse con el de Taiwán. Ambos parecen ser Estados en pleno funcionamiento y declaran con orgullo su independencia de vecinos más grandes, Somalia y China, que insisten en que son parte de sus territorios.

Percatándose de ello, Hargeisa y Taipei han estrechado sus relaciones y establecieron oficialmente lazos diplomáticos en 2020, desatando la ira de sus vecinos.

El representante taiwanés en Somalilandia, Allen Chenhwa Lou, describió en una entrevista con la BBC el mes pasado la relación entre los dos territorios como “beneficiosa para todos”.

“No necesitamos perseguir la independencia en este momento porque ya somos independientes. Lo que ambos necesitamos es reconocimiento. Ambos compartimos esta difícil situación”, agregó.

Un oasis de estabilidad

Aparte de la cuestión política y de la independencia institucional, Somalilandia también es mucho más estable que el resto de Somalia.

Es considerada por los expertos un ejemplo de democracia en la región. Sus mandatarios llegan al poder a través de elecciones reñidas cuyos resultados, a diferencia de otros países africanos, son respetados, incluso cuando gana la oposición.

Y, pese a ser una ciudad con mucha pobreza y contar con un muy alto nivel de desempleo, Hargeisa es una de las urbes más seguras de la región.

Centro de Hargesia
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Hargesia es la capital y ciudad más poblada de Somalilandia.

Como escribió la periodista de la BBC Mary Harper en 2016, en el marco de los 25 años de la declaración de independencia del territorio: “Somalilandia tiene paz y estabilidad relativa”.

“A veces viajo entre Somalia y Somalilandia en el mismo día y el contraste no podría ser mayor. En Somalia, como periodista occidental, no puedo moverme sin seis guardaespaldas fuertemente armados (…). En Somalilandia camino sola, incluso de noche”, aseguró.

El periodista somalí Farhan Jimale explica que esta relativa paz se debe a que Somalilandia ha estado trabajando en ello desde los años 90.

“Hubo ancianos locales, que actuaron como mediadores. Reunieron todas las comunidades locales y formaron un gobierno local que se comparte el poder”.

La visión de Somalia

Somalia considera a Somalilandia parte integral de su país.

En los últimos 10 años, Hargeisa y Mogadiscio han sostenido conversaciones de paz, pero para Somalia la integridad del país no es negociable, destaca Jimale.

“Sin embargo, reconoce a Somalilandia como una región que ha desarrollado sus autoridades locales”, prosigue.

En los últimos años, aunque el gobierno federal somalí ha logrado consolidar su control en Mogadiscio y otras grandes ciudades, los grupos islamistas, como Al Shabaab, siguen siendo una amenaza activa y han recuperado influencia en varias zonas del país.

Si Somalia logra la paz, tendrá menos razones para reconocer la independencia de Somalilandia.

“El principal argumento de los independentistas somalilandeses es que Somalia tiene que poner orden en su casa, antes de que ambas partes se sienten a conversar”, señala Jimale.

Pero si el país sigue sumido en una grave situación de inseguridad, la lucha independentista no cesará.

Pase lo que pase, es probable que la decisión final sobre la independencia de Somalilandia tendrá que venir de Mogadiscio, tal como sucedió con la secesión de la vecina Sudán del Sur, que el gobierno sudanés terminó aceptando luego de un referendo.

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BBC

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