Con 16 votos a favor y 21 en contra, el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes de Estados Unidos logró un primer freno al proyecto de ley de impuestos y gastos que propone un impuesto a las remesas enviadas por personas migrantes.
La legislación, que el presidente Donald Trump y algunos republicanos calificaron de “un proyecto de ley grande y hermoso”, se centra en recortes de impuestos, seguridad fronteriza y producción de petróleo y gas en Estados Unidos.
Durante la sesión, los demócratas la criticaron por añadir billones de dólares a la deuda y recortar programas como Medicaid y el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SAP) para financiar exenciones fiscales para los estadounidenses más ricos.
Mientras que varios republicanos la promovieron como fiscalmente responsable, eliminando los impuestos sobre las propinas y encaminando al país hacia la prosperidad, varios miembros conservadores anunciaron su oposición al proyecto de ley, lo que representó un revés para Trump.
Cinco integrantes del ala conservadora sostuvieron que dicha iniciativa aumentaría el endeudamiento público y pondría en riesgo la estabilidad financiera del país. Solo eran necesarios tres votos de ese grupo para frenar su avance.
House Budget Committee fails to advance GOP Tax & Spending Bill, 16-21. pic.twitter.com/uv7DRrQpog
— CSPAN (@cspan) May 16, 2025
Esta mañana, desde su red social Truth Social, el presidente Donald Trump llamó a los republicanos a estar unidos ante el proyecto de ley.
Destacó que no solo recorta los impuestos de todos los estadounidenses sino que también le retitará el Medicaid a millones de inmigrantes indocumentados “para darlo a quienes lo necesitan”.
Aseguró que de no ser aprobado, “el país sufrirá mucho” con impuestos de hasta el 65%.
“No necesitamos “fanfarrones” en el Partido Republicano. ¡dejen de hablar y háganlo! Es hora de arreglar el desastre que Biden y los demócratas nos han causado”.
El coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, celebró el primer freno al impuesto del 5% a las remesas en Estados Unidos.
“Hace unos momentos, el Congreso norteamericano, la Cámara de Representantes rechazó el paquete fiscal del Presidente Trump, incluyendo el de las remesas, así es que me pareció muy importante, es un primer paso, porque nos asiste la razón, la razón social, la razón moral la razón histórica”.
Insistió es que es necesario una reunión interparlamentaria para tratar temas como la migración y seguridad.
Asimismo, el presidente de la Mesa Directiva, Sergio Gutiérrez Luna dijo que la comunidad migrante merece respeto.
“El Congreso de EUA detuvo el intento de imponer impuestos a las remesas. Incluso voces republicanas se opusieron. Es una señal importante: hay límites, y la comunidad migrante merece respeto”, publicó en su cuenta de X.
La presidenta Claudia Sheinbaum dijo este viernes que un proyecto que discute el Congreso de Estados Unidos para gravar las remesas que envían los migrantes viola un tratado entre ambos países para evitar la doble tributación, vigente desde 1994.
México es un importante receptor de remesas, principalmente de los migrantes que residen en Estados Unidos. En 2024, el país recibió 64 mil 745 millones de dólares, una cifra equivalente al 3.5 % del PIB.
“No estamos de acuerdo con este impuesto, lo plantean los congresistas republicanos. Primero, es discriminatorio y segundo viola un tratado firmado entre México Y Estados Unidos“, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum durante su habitual rueda de prensa matutina.
Más tarde, tras el rechazo del Congreso de EU a la iniciativa de imponer el 5 % a las remesas, la presidenta Sheinbaum, dijo que su gobierno estará pendiente de las decisiones que tomen legisladores de aquel país, por lo que reiteró a los connacionales a que contacten a sus congresistas para alertar que dicha medida es injusta.
“Está planteado que lo van a volver a discutir y vamos a seguir para evitar que pueda haber este este impuesto, que es muy injusto y además viola un convenio que se tiene con Estados Unidos. (…) Bueno, no se aprobó, pero hay que estar pendientes”, dijo.
El secretario de Hacienda, Edgar Amador, explicó por su parte que los flujos de recursos que mandan los migrantes ya pagan un impuesto sobre la renta, por lo que añadir este nuevo gravamen “sería una doble tributación”.
El gobierno mexicano envió una carta a congresistas estadounidenses el pasado 13 de mayo en el que detalla las razones por las que se opone a esta iniciativa, dijo el canciller Juan Ramón de la Fuente.
Además, una comisión de legisladores mexicanos de distintos partidos políticos viajará a Estados Unidos para reunirse con congresistas de ese país.
Las remesas son una importante fuente de recursos para miles de familias en México. Los estados de Chiapas y Guerrero, en el sur de México, son los que más dependen de estos recursos, según un análisis del banco privado BBVA.
En Chiapas, las remesas equivalen al 15.9 % del PIB estatal y en Guerrero al 13.8 %.
Shakira dice en entrevista con la BBC que la situación de los inmigrantes en Estados Unidos es “dolorosa”.
En las entrañas del estadio Hard Rock de Miami, una nota está pegada en la puerta de la oficina de producción de Shakira.
“Por favor, vuelve más tarde… a menos que estés en llamas”.
La nota rosa, escrita a mano, sugiere un nivel de estrés totalmente comprensible para el equipo que organiza la gira de estadios más grande del año.
Con 64 conciertos agotados en América, Shakira ha tocado para más de dos millones de fans.
“He trabajado durante más de un año, puliendo cada detalle del espectáculo, así que esta es una recompensa increíble”, declara la estrella.
No hay nervios ni peleas a gritos tras bastidores antes del concierto en Miami… y nadie está en llamas.
El ambiente es tranquilo y profesional. Los bailarines estiran en los pasillos, las costureras cosen cristales en los catsuits y los técnicos de guitarra revisan y vuelven a revisar las afinaciones.
Si te quedas un rato, descubrirás algunos datos sorprendentes de la gira.
“Viajamos con dos lavadoras y dos secadoras, que conectamos en cada sede”, dice la jefa de vestuario, Hannah Kinkade, quien apenas tiene 300 trajes que cuidar.
Cada atuendo debe renovarse antes de un nuevo espectáculo, dice, porque “Shakira baila con mucha intensidad y los bailarines también”.
“Los bailarines desgastan tanto sus zapatos que tenemos que repintarlos cada mañana”.
El director de escena, Kevin Rowe, nos muestra los oscuros pasillos bajo el escenario, donde el equipo tiene reservas secretas de Gatorade y café frío para sobrevivir al sofocante calor de Miami.
“O hace mucho calor o llueve mucho”, dice sobre trabajar en un espectáculo al aire libre. “Pero esa es la desventaja de vivir en el submundo”.
Sobre las 14:30, la banda comienza su prueba de sonido. Poco después de las 15:00, Shakira llega con sus caderas que no mienten, escoltada por la policía, y se une al equipo en el escenario.
Vestida con jeans plateados acampanados y una camiseta blanca sin mangas, no puede evitar bailar mientras evalúa el lugar de la noche.
“Vine aquí para el concierto de Beyoncé y estuvo impecable, así que más les vale que me hagan sonar así”, bromea con el equipo.
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¿O no es tan broma?
Shakira suelta la broma con un guiño, pero hay algo que todos reconocen entre bastidores: la jefa es una perfeccionista.
“Cuando está encendida, está encendida”, apunta la bailarina principal Darina Littleton. “Cuando entra, está lista, su personaje está listo, está entregada a tope”.
“Ella sabe lo que quiere, y si no lo consigue, lo conseguirá de una forma u otra”, señala el director musical Tim Mitchell, quien ha tocado con Shakira desde los 90 (incluso escribió el riff de flauta de pan en “Suerte”). Es muy meticulosa con cada aspecto del espectáculo: el sonido, lo visual, la iluminación, las pulseras, todo. Es increíble. No sé cómo lo hace”.
La obsesión da sus frutos.
El concierto de Shakira consiste en dos horas y media de drama musical: un desfile ininterrumpido de éxitos bilingües, 13 cambios de vestuario y movimiento constante.
Interpreta una danza del vientre de inspiración libanesa durante Ojos así; una rutina tribal con cuchillos para presentar Whenever, Wherever; golpea con fuerza una guitarra Flying V durante Objection (Tango); y hace que el público aúlle y rebuzne con una versión electrizante de She Wolf.
La gira se titula “Las Mujeres Ya No Lloran” en honor al último álbum de Shakira, inspirado en algunos de los desamores y trastornos personales más intensos que jamás haya vivido.
Su relación de 11 años con el futbolista Gerard Piqué se rompió, al mismo tiempo que su padre se sometía a una cirugía cerebral de emergencia, y las autoridades españolas la acusaron de fraude fiscal por 14.5 millones de euros (16.8 millones de dólares), en donde finalmente llegó a un acuerdo extrajudicial.
“Muchos de ustedes saben que los últimos años no han sido los más fáciles para mí”, dice en el escenario. “Pero, ¿quién no se cae de vez en cuando, no?”
“Lo que he aprendido es que una caída no es el final, sino el comienzo de un camino aún mejor”.
Más específicamente, la turbulencia la impulsó a un arrebato creativo que la puso de nuevo en el centro de la conversación cultural tras siete años de silencio musical.
En 2023, Bzrp Music Sessions Vol. 53, un tema creado con el productor argentino Bizarrap, estuvo lleno de dardos dirigidos a Piqué y su nueva novia (“cambiaste un Rolex por un Casio”) y ganó el premio a la canción del año en los Grammy Latinos.
Continuó con la temática en una serie de sencillos exitosos como el sarcástico “Te felicito” y “TQG”, un dueto con la también estrella colombiana Karol G, que ha acumulado mil 300 millones de reproducciones en Spotify.
“Es una gran inspiración para las mujeres”, dice una fan, con orejas peludas de loba, poco antes del show. “Lo ha hecho todo. Ella es poder”.
El compromiso de Shakira con el espectáculo es tal que quiere que nuestra entrevista sea después de que baje del escenario. Así que, poco después de la medianoche, sale de su camerino luciendo más fresca que un campo de margaritas.
“Les advierto que puede que no tenga mucho sentido ahora mismo”, dice riendo. “Todavía me estoy recuperando. Hoy hizo mucho calor y humedad. Así que cuando está así, o hay altitud, es un gran reto… pero vale totalmente la pena.”
¿Qué pasa cuando está cansada o enferma?
“Para montar un espectáculo de esta envergadura y que se celebre cada noche, no importa si estás triste, si tuviste un mal día, si estás enferma o si tienes tos; simplemente tienes que dar lo mejor de ti y, milagrosamente, lograr que suceda”.
“Y la adrenalina, de hecho, no me deja sentir el agotamiento ni lo exigente que puede ser. Te ayuda a superarlo”.
Tocar en Miami fue particularmente significativo, cuenta, porque es la ciudad a la que se mudó de joven con la esperanza de abrirse paso en el mercado pop occidental.
Para entonces, ya era una estrella en Colombia, pero sabía que el éxito internacional significaba cantar en inglés. El único problema era que nunca lo había aprendido.
“Tenía solo 19 años cuando me mudé a EU, como muchos otros inmigrantes colombianos que llegan a este país en busca de un futuro mejor”, afirma.
“Y recuerdo que estaba rodeada de diccionarios español-inglés y diccionarios de sinónimos, porque en aquel entonces no tenía Google ni ChatGPT para [ayudarme]. Así que todo era muy precario”.
“Y luego me adentré en la poesía y comencé a leer un poco de Leonard Cohen, Walt Whitman y Bob Dylan, tratando de entender cómo funciona el inglés en la composición de canciones. Creo que así es como me volví buena en esto”.
Últimamente, ha estado reflexionando sobre esas experiencias, su aceptación en EU y cómo eso contrasta con la actitud del gobierno de Donald Trump hacia los migrantes.
Al aceptar el Grammy al mejor álbum de pop latino a principios de este año, abordó la situación directamente.
“Quiero dedicar este premio a todos mis hermanos y hermanas migrantes en este país. Son queridos, valen la pena y siempre lucharé con ustedes”, sostuvo.
¿Cómo se siente, le pregunto, ser inmigrante en EU hoy en día?
“Significa vivir con miedo constante”, asegura. “Y es doloroso verlo”.
“Ahora, más que nunca, tenemos que permanecer unidos. Ahora, más que nunca, tenemos que alzar la voz y dejar muy claro que un país puede cambiar sus políticas migratorias, pero el trato a todas las personas siempre debe ser humano”.
Es una declaración contundente, pronunciada en inglés y en español, cuando Shakira se dirige directamente a sus fans latinoamericanos.
Esa conexión es la base del éxito de su gira: sus fans han crecido con Shakira y se ven reflejados en ella.
En Miami, el público abarca generaciones: madres e hijas cantan al unísono éxitos de los 90 como “Pies descalzos, sueños blancos”, y bailan al ritmo de un Waka Waka (This Time for Africa) para celebrar.
Por eso, el momento álgido del espectáculo llega durante “Acróstico”, la tierna balada que Shakira escribió para sus hijos, en la que les prometió que se mantendría fuerte tras la separación de Piqué.
Mientras canta, Sasha (12) y Milan (10) aparecen en las pantallas de video haciendo un dueto con su madre.
“Se me derrite el corazón cada vez que los veo en esa pantalla y escucho sus vocecitas”, reconoce la estrella. “Son todo para mí. Son mi motor y la razón por la que estoy viva. Así que tenerlos cada noche en el escenario es un momento precioso”.
Esta es la primera vez que los niños tienen la edad suficiente para ver a su madre actuar en concierto, y ella confiesa que tienen sentimientos encontrados al respecto.
“Cuando tengo un concierto, se estresan un poco porque quieren que todo salga perfecto para mí”, relata.
“Siempre están preocupados, como: ‘Mamá, ¿cómo te fue? ¿Te caíste? ¿Estás bien?’. Y trato de mostrarles que no hay un concierto perfecto. Está bien cometer un error”.
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