Tropas de la Guardia Nacional comenzaron a llegar a Los Ángeles la madrugada de este domingo por orden del presidente estadounidense Donald Trump, quien afirmó que “se deben tomar todas las medidas necesarias” para controlar las protestas contra las redadas de migrantes.
Trump asumió el control federal de las fuerzas de seguridad del Estado de California para desplegar soldados en la segunda ciudad más grande del país, una medida nunca vista en las últimas décadas y considerada “deliberadamente provocadora” por el gobernador de California, Gavin Newsom.
Soldados con cascos, armas automáticas y vehículos camuflados podían divisarse en el barrio de Compton de la ciudad californiana la madrugada del domingo en prevención de nuevas protestas.
Una “movilización masiva” de rechazo a las redadas contra inmigrantes fue convocada frente al Ayuntamiento para las 14:00 horas locales (21H00 GMT).
En los dos últimos días agentes federales dispararon granadas aturdidoras y gases lacrimógenos contra una multitud movilizada en contra de las detenciones de decenas de migrantes en una ciudad con fuerte población latina.
El gobernante Partido Republicano desestimó este domingo las advertencias de Newsom y otros dirigentes demócratas locales de que la represión podría exacerbar las tensiones.
“No me preocupa en absoluto”, declaró el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, en el programa “This Week” de la cadena ABC cuando se le preguntó al respecto. Añadió que Newsom “ha demostrado incapacidad o falta de voluntad, lo que motivó la intervención del presidente”.
Por otro lado, respaldó la posibilidad de recurrir a los marines en servicio activo, además de a la Guardia Nacional, una eventualidad evocada el sábado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
“Tenemos que estar preparados para hacer lo que sea necesario”, argumentó.
Las autoridades federales “quieren un espectáculo. No se lo den. Nunca usen la violencia. Hablen pacíficamente”, había publicado Newsom en X el sábado por la noche, calificando de “desquiciada” la amenaza de Hegseth.
“Estamos de acuerdo en que si alguien es violento, debería ser arrestado. (…) Pero no es esto lo que está sucediendo”, declaró este domingo a CNN la congresista demócrata californiana Nanette Barragán. “Tenemos una administración que ataca las protestas pacíficas”.
Un fotógrafo de la AFP vio incendios y fuegos artificiales iluminar las calles durante los enfrentamientos, mientras un manifestante que sostenía una bandera mexicana estaba frente a un automóvil quemado pintado con un eslogan contra el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), encargado de las redadas.
“Depende de nosotros defender a nuestra gente”, dijo una residente de Los Ángeles cuyos padres son inmigrantes, negándose a dar su nombre.
El presidente Donald Trump consideró que en la ciudad de Los Ángeles está ocurriendo una “invasión y ocupación” por parte de “extranjeros ilegales y delincuentes”, y calificó las manifestaciones contra las redadas de su gobierno como “disturbios de turbas violentas e insurrectas”.
“Ahora turbas violentas e insurrectas están pululando y atacando a nuestros Agentes Federales para tratar de detener nuestras operaciones de deportación, pero estos disturbios sin ley solo fortalecen nuestra determinación”, escribió en su red Truth Social.
“Estoy ordenando a la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, al secretario de Defensa, Pete Hegseth, y a la Fiscal General Pam Bondi, en coordinación con todos los demás departamentos y agencias pertinentes, que tomen todas las medidas necesarias para liberar a Los Ángeles de la invasión de inmigrantes, y poner fin a estos disturbios”.
Trump firmó una orden para enviar dos mil efectivos de la Guardia Nacional a Los Ángeles, según informó la Casa Blanca el sábado.
La Guardia Nacional, una fuerza militar de reserva, es usada en situaciones de emergencia como desastres naturales y, ocasionalmente, en casos de disturbios civiles, pero casi siempre con el consentimiento de las autoridades locales.
Es la primera vez desde 1965 que un presidente despliega ese cuerpo sin la solicitud de un gobernador estatal, según publicó en X el exdirector de Human Rights Watch Kenneth Roth, acusando a Trump de “crear un espectáculo para poder continuar con sus redadas migratorias”.
La Guardia Nacional está “específicamente entrenada para este tipo de situaciones multitudinarias”, declaró, en cambio, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en el programa “Face the Nation” de CBS el domingo, negándose a revelar en qué lugares de Los Ángeles se desplegarían las tropas.
Trump ha cumplido su promesa de tomar medidas enérgicas contra el ingreso y la presencia en el país de migrantes indocumentados, a quienes ha comparado con “monstruos” y “animales”.
Las redadas de ICE en otras ciudades estadounidenses han desencadenado protestas en los últimos meses, pero los disturbios de Los Ángeles son los más grandes y prolongados contra las políticas de la administración Trump hasta la fecha.
Una encuesta de CBS News realizada antes de las protestas de Los Ángeles mostró que una ligera mayoría de los estadounidenses seguía aprobando la represión a los migrantes.
Agentes de inmigración enmascarados y armados llevaron a cabo redadas en lugares de trabajo en distintas zonas de Los Ángeles el viernes y el sábado.
Fernando Delgado, un residente de 24 años, dijo que las redadas son “injustas” y que los detenidos son “seres humanos como cualquier otro”.
“Somos hispanos, ayudamos a la comunidad, ayudamos haciendo el trabajo que la gente no quiere hacer”, declaró a la AFP.
Los enfrentamientos han dejado al descubierto “el autoritarismo de Trump en tiempo real”, escribió en X este domingo el senador de Vermont, Bernie Sanders.
“Realizar redadas ilegales masivas. Provocar una contrarrespuesta. Declarar el estado de emergencia. Llamar a las tropas: inaceptable”, afirmó.
El viernes, 44 personas fueron detenidas por la Agencia de Inmigración y Aduanas de EU (ICE, por sus siglas en inglés) durante redadas contra inmigrantes en distintos puntos de Los Ángeles, California, “la mayoría son mexicanos”, dijo el cónsul, Carlos González a través de un video.
“Hasta el momento se tiene conocimiento de las detenciones de poco menos de 50 personas inmigrantes, probablemente la mayoría mexicanas, como resultado de los operativos de ayer viernes 6 de junio”, comentó.
Entre los detenidos está David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios de California, quien está acusado de obstaculizar el trabajo de agentes federales, informó el fiscal Bill Essayli.
Huerta resultó herido mientras documentaba una redada de control de inmigración en el centro de Los Ángeles, fue atendido en un hospital y luego trasladado al Centro de Detención Metropolitano donde comparecerá el lunes.
Por los hechos, la alcaldesa de California, Karen Bass se pronunció en contra de las redadas, pues Los Ángeles es considerada una “ciudad santuario”.
“Como alcaldesa de una ciudad orgullosa de su población inmigrante, quienes contribuyen a nuestra ciudad de tantas maneras, estoy profundamente indignada y entristecida por lo sucedido”.
Mencionó que estas tácticas siembran terror en las comunidades y perturban los principios básicos de seguridad y debido proceso.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) señaló su preocupación por los recientes operativos llevados a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en diversas ciudades de los Estados Unidos, en particular en Los Ángeles, California, los cuales han resultado en la detención de personas migrantes, entre ellas, nacionales mexicanos.
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“El Gobierno de México reitera su compromiso inquebrantable con la protección y defensa de los derechos humanos de los mexicanos en el exterior, independientemente de su situación migratoria. En este sentido, hace un llamado respetuoso pero firme a las autoridades estadounidenses para que todos los procedimientos migratorios se realicen con apego al debido proceso, en un marco de respeto a la dignidad humana y al Estado de derecho”, expresó en un comunicado.
El régimen de los ayatolás asegura tener cientos de instalaciones subterráneas donde construyen, almacenan y lanzan los cohetes y drones contra Israel.
“El terreno contribuye a la victoria”.
El ejército de Irán ha seguido al pie de la letra esta observación del militar prusiano Carl von Clausewitz (1780-1831), quien en su tratado “De la guerra” indicó que los ríos, bosques, montañas y otros accidentes geográficos, además de obstaculizar “el avance del enemigo”, también proporcionan “la oportunidad de organizarnos sin ser vistos”.
Así, los militares iraníes han aprovechado las escarpadas montañas que atraviesan el país para construir debajo de ellas una red de túneles en los que almacenan misiles de distinto tamaño y capacidad.
A estas instalaciones subterráneas las han bautizado con el nombre de “ciudades de misiles”. Y meses antes de que Israel comenzara a bombardear Irán, bajo el argumento de que quería “neutralizar” su programa nuclear, líderes militares del país persa presentaron la última de ellas.
El término “ciudades de misiles” es utilizado por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) para describir a las bases subterráneas de cohetes que viene construyendo desde hace décadas.
Estas instalaciones consisten en una serie de túneles vastos, profundos e interconectados que atraviesan el país, a menudo ubicados en zonas montañosas, explicó Farzad Seifikaran del servicio persa de la BBC hace unos meses.
En las instalaciones se almacenan y preparan para su lanzamiento misiles balísticos y de crucero, y otras armas estratégicas como drones y sistemas de defensa aérea.
En un video difundido en febrero pasado por el CGRI, se pueden ver imágenes en cámara rápida de una fila con casi una docena de camiones con lanzaderas de cohetes colocadas en sus remolques, los cuales están estacionados en unos túneles sinuosos.
Luego la toma se traslada a una playa, donde un misil es disparado desde la parte trasera de un camión hacia el mar.
Sin embargo, en el artículo del servicio persa de la BBC se recuerda que los comandantes militares iraníes han asegurado que estas “ciudades de misiles” no son sólo lugares de almacenamiento de cohetes, sino que algunas de ellas también sirven como fábricas “para la producción y preparación de cohetes para que entren en funcionamiento”.
Se desconoce la ubicación exacta de estas bases y también su número. No obstante, el general Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aeroespacial del CGRI, al presentar la última de estas instalaciones, aseguró que tienen “muchas”.
Hajizadeh fue uno de los altos mandos iraníes que murió al inicio de la actual campaña militar de Israel en contra del régimen de los ayatolás.
Las autoridades militares iraníes han construido estas “ciudades de misiles” subterráneas con el objetivo de protegerlas de eventuales ataques por parte de Israel como los que están ocurriendo desde el pasado 13 de junio.
“Irán construyó estas bases para almacenar y poder lanzar sus misiles sin que pudieran ser detectados por los satélites”, aseguró a BBC Mundo Behnam Ben Taleblu, director del Programa de Irán de la Fundación para la Defensa de la Democracia, un centro de estudios con sede en Washington (Estados Unidos).
El fallecido general Hajizadeh, en el video en el que mostró la última de estas instalaciones, aseguró que la misma fue construida a 500 metros de profundidad y que había sido reforzada bajo varias cubiertas de concreto.
De ser ciertas estas características, hasta el ejército estadounidense tendría problemas para destruirlas con sus bombas más poderosas, admitió Michael Ellmer, ex infante de la Marina de EE.UU. y analista de la firma de inteligencia londinense Grey Dynamics, en un artículo publicado en 2021.
“Sin embargo, de lograr impactar en las bahías de lanzamiento que los iraníes han perforado en la roca (para lanzar algunos de sus misiles) se podrían inutilizar estas bases”, explicó.
No obstante, Ben Taleblu afirmó que el principal problema para destruirlas que tienen que afrontar Israel o EE.UU. es hallarlas.
“Hay que detectarlas primero. Hasta ahora no se sabe dónde están”, explicó a BBC Mundo.
En similares términos se pronunció Patrycja Bazylczyk, directora del Proyecto de Defensa contra Misiles del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), otro centro de estudios con sede en EE.UU.
Según Bazylczyk, “los objetivos subterráneos son difíciles, pero no imposibles de atacar”.
“La superioridad aérea israelí debería permitirle a sus aviones de combate equipados con bombas atacar estas ‘ciudades de misiles’, degradando aún más los inventarios iraníes”, señaló la experta a BBC Mundo.
Pero Irán no solo tiene enterradas sus bases de misiles, sino también parte de su flota de aviones de combate e incluso algunas embarcaciones.
En las imágenes difundidas por Teherán sobre estas bases subterráneas se observan misiles de crucero Kheibar Shekan, Haj Qasem, Emad, Sejjil, Qadar-H y Paveh.
Irán se ha jactado de que con estos cohetes podría atacar países que están hasta a 2.000 kilómetros de distancia; es decir que podría alcanzar a Israel, Arabia Saudita, India, Rusia o China.
Los misiles balísticos Emad fueron utilizados en el ataque que Irán lanzó contra Israel en abril de 2024 y que causó daños a la base aérea de Navatim, en el centro del país.
Sin embargo, durante el actual conflicto misiles como el Sejjil también han sido empleados por el ejército iraní, aunque han sido neutralizados por las defensas antiaéreas israelíes, de acuerdo con los reportes del Instituto de Estudios de la Guerra de Estados Unidos (ISW, por sus siglas en inglés).
El Sejjil es un cohete balístico de 18 metros de longitud, de dos etapas, que fue desarrollado por científicos iraníes en la década de 1990 y es uno de los que tiene mayor alcance (2.000 kilómetros de distancia).
El uso del Sejjil parece ser la demostración de los problemas que está enfrentando Irán para responder a los ataques israelíes, pues está teniendo que disparar sus cohetes desde posiciones más adentro de su territorio.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguran que han destruido entre la mitad y las dos terceras partes de las lanzaderas de misiles iraníes desde el inició de su actual campaña contra el régimen de los ayatolás.
A propósito del uso del misil Sejjil, desde el CSIS advirtieron que este cohete y otros modelos disponibles en el arsenal iraní podrían llevar una ojiva nuclear, aunque actualmente solo portan explosivos tradicionales.
Sin embargo, esto lleva a la siguiente pregunta: ¿Las “ciudades de misiles” están conectadas con el controvertido programa nuclear iraní que Israel desea destruir? Los expertos consultados por BBC Mundo aseguran que no hay evidencia de ello.
“Las principales bases de misiles iraníes, como la de Kermanshah, no están directamente vinculadas al programa nuclear, ya que los misiles que albergan son convencionales”, aseguró Sidharth Kaushal, quien es investigador del Real Instituto de Servicios Unidos de Reino Unido (RUSI, por sus siglas en inglés).
“Dicho esto, misiles como el Shahab-3 o el Khorramshahr probablemente serían candidatos para el lanzamiento de una ojiva nuclear, si Irán llegara a desarrollar una”, explicó a BBC Mundo.
Por su parte, Ben Taleblu aseveró: “Si Irán quisiera convertir en un arma su programa nuclear ya tiene los cohetes para ello”.
La inteligencia de EE.UU. estimaba que Irán poseía unos 3.000 misiles de distinto calibre y rango, el grueso de los cuales se encontraría en estas bases subterráneas, publicó el ISW.
El ejército israelí, por su parte, cree que el arsenal de cohetes de Teherán es de 2.000 y ha recordado que ya ha utilizado unos 370 misiles desde el pasado 13 de junio.
Desde este centro de estudios, consideran que la perdida de un número importante de plataformas móviles de lanzamiento, de sistemas de defensa antiaérea y de comandantes militares parecen estar dificultando la respuesta iraní, tal y como revela el hecho de que el número de misiles que ha disparado contra Israel en los últimos días es menor al de la primera jornada.
Sin embargo, los expertos consultados por la BBC aseguraron que las llamadas “ciudades de misiles” siguen representando una amenaza importante para Israel.
“Estas instalaciones son y ciertamente serán un objetivo para Israel, porque desde ellas se pueden disparar misiles que pueden alcanzar su territorio”, dijo Ben Taleblu.
Una opinión similar dio Bazylczyk, quien aseveró: “La destrucción de estas instalaciones limitaría aún más las posibilidades del régimen iraní de responder a las acciones militares israelíes”.
Esta semana aviones y misiles israelíes atacaron tres de estas bases subterráneas ubicadas en Jorramabad, Kermanshah y Tabriz, de acuerdo con un reporte del CSIS.
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