
Al menos 56 asesinatos de actores políticos en México se han registrado durante el 2025, en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Entre ellos se encuentran siete casos de alcaldes, incluyendo el reciente homicidio de Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan, Michoacán, de acuerdo con datos de Causa en Común.
Según la organización, el pasado 15 de mayo fue asesinado el alcalde de Santiago Amoltepec, Mario Hernández García, y dos de sus escoltas en Oaxaca. En tanto, el 2 de junio, el alcalde de Metlatónoc, Isaías Rojas, murió en un hospital tras un intento de asalto en la autopista del Sol, en Guerrero.
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Días después, el 6 de junio, Salvador Bastida García, presidente municipal de Tacámbaro, y su escolta fueron asesinados a balazos en calles de la cabecera municipal.
En junio también, dos alcaldesas fueron atacadas y asesinadas en sus municipios. El día 15, Lilia García Soto, presidenta municipal de San Mateo Piñas, fue atacada por un grupo de personas armadas que ingresó al Palacio Municipal en Oaxaca.
Posteriormente, el 17 de junio, la presidenta municipal de Tepalcatepec, Martha Laura Mendoza, y su esposo Ulises Ochoa fueron atacados a tiros afuera de su domicilio en Michoacán.

Recientemente, el pasado 20 de octubre, el alcalde de Pisaflores, Hidalgo, Miguel Bahena Solórzano, fue ejecutado por sujetos armados en el exterior de su domicilio, de acuerdo con el registro de Causa en Común.
Este sábado, Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, fue asesinado en un ataque directo en el centro de la ciudad durante un evento público por el Día de Muertos. Un atacante fue abatido durante la agresión, aunque sigue sin ser identificado por las autoridades estatales.

En el registro de Causa en Común destaca el caso de Andrei Gamboa, director de Gobernación del ayuntamiento de Camerino Z. Mendoza, quien fue ejecutado en el municipio de Ixtaczoquitlán, en Veracruz.
El 13 de enero, cinco candidatos que buscaban la presidencia de bienes comunales en Huitzilac, Morelos, fueron asesinados en un domicilio. Las víctimas fueron identificadas como Silvia “N”, Juan Carlos “N”, Juan Manuel “N”, Juan “N” y Álvaro “N”.
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También se reportó el caso de Jaime Maciel Ramírez, director de Seguridad Pública de Coyuca de Benítez, en Guerrero, quien fue asesinado en inmediaciones de la carretera federal de Acapulco-Zihuatanejo, en febrero.
La organización registró la localización sin vida del juez tercero de distrito en materia de amparo en el Estado de México, Everardo Maya Arias, sobre un camino de terracería en las inmediaciones del panteón Santa Cruz Cuauhtenco, en el municipio de Zinacantepec.
Entre otros homicidios se encuentran en el registro los casos de Ernesto Vázquez Reyna, delegado de la Fiscalía General de la República en Reynosa; Bernardo Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, y del abogado David Cohen Sacal.

Aunque se ha dicho muchas veces que es mejor consumir la fruta entera y no su jugo por el aporte de fibras, no faltan estudios que le encuentran virtudes. interesantes a esta bebida.
En concreto, una investigación reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias.
Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, lo que contribuye a mejorar la salud cardíaca a largo plazo.
Los investigadores realizaron un seguimiento a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja pasteurizado puro cada día durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.
Entre ellos, NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen ponerse en marcha cuando el cuerpo está sometido a estrés.
Otro gen conocido como SGK1, que afecta a la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también redujo su actividad.
Estos cambios coinciden con hallazgos previos que indican que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.
El hallazgo ofrece una posible explicación a por qué el jugo de naranja se ha relacionado con una mejor salud cardíaca en varios ensayos.
El nuevo trabajo muestra que, a la vez que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica desencadena pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
Tiene sentido si pensamos que los compuestos naturales de las naranjas, en particular la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, pueden influir en los procesos relacionados con la hipertensión arterial, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.
La respuesta varió en función del tamaño corporal: las personas con más peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraban efectos más fuertes sobre la inflamación.
Una revisión sistemática de ensayos controlados en la que participaron 639 personas de 15 estudios descubrió que el consumo regular de jugo de naranja reducía la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.
Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo denominadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja.
Aunque estos cambios son modestos, incluso las mejoras leves en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante años.
A esto se le suma que, según una revisión reciente, el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el uso de energía, la comunicación entre las células y la inflamación. También puede afectar a la microbiota intestinal, que cada vez se considera más importante para la salud cardíaca.
Si nos decantamos por jugo de naranja sanguina, basta consumirlo durante un mes para que aumente el número de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación.
Las personas con síndrome metabólico son las que más pueden salir ganando. Una investigacion con 68 participantes obesos demostró que el consumo diario de jugo de naranja mejoraba el funcionamiento del revestimiento de los vasos sanguíneos (función endotelial), esto es, la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse.
Y eso se asocia directamente con un menor riesgo de ataques cardíacos.
Otro estudio, realizado con 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil, reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja el número de partículas portadoras de colesterol relacionadas con el riesgo de sufrir un infarto.
Sin embargo, un análisis más amplio de las concentraciones de grasas en sangre reveló que, aunque los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) –colesterol malo– suelen descender, otras mediciones lipídicas, como los triglicéridos y el HDL, no varían significativamente.
En cualquier caso, parece que beber jugo de naranja no solo aporta azúcar: aunque la fruta entera sigue siendo la mejor opción debido a su fibra, un vaso diario de jugo de naranja puro podría tener efectos beneficiosos para la salud que se acumulan con el tiempo.
Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
*David C. Gaze es profesor de Patología Química de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.