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Persistir, insistir y nunca desistir, el camino de la acapulqueña Arlette para pisar la NASA
Persistir, insistir y nunca desistir, el camino de la acapulqueña Arlette para pisar la NASA
FOTOS: Facebook de Arlette
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Persistir, insistir y nunca desistir, el camino de la acapulqueña Arlette para pisar la NASA
La joven de 26 años, ingeniera bioquímica, participó en un proyecto que resultó seleccionado para ser enviado al espacio en diciembre próximo. Arlette busca ayudar a desarrollar tecnología para combatir el cáncer.
11 de marzo, 2023
Por: Beatriz García / Amapola Periodismo
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Era febrero de 2022 a la 1:00 de la tarde. Arlette Pamela aplicaba vacunas contra COVID-19 dentro de las instalaciones del Princess Mundo Imperial, donde se desarrollaba el Abierto Mexicano de Tenis. Una alerta en su celular le notificó sobre un nuevo correo electrónico: era una de las 60 seleccionadas para participar en el Programa Internacional del Aire y el Espacio de la NASA.

Había pasado una fase del programa. Venían más. Entre los 60 seleccionados hicieron seis equipos, cada uno elaboró un proyecto con miras a ejecutarse en el espacio. El equipo de Arlette ganó.

En diciembre próximo pisará por segunda vez la NASA, en el Centro Espacial Kennedy, en Estados Unidos, ahora para presenciar el lanzamiento de su proyecto al espacio, donde permanecerá seis meses para que se estudie su funcionamiento.

El antecedente que le llevó a la meta

Arlette Pamela Silva Hernández tiene 26 años, es originaria de Agua Caliente, localidad rural del municipio de Acapulco. Al ingresar al Instituto Tecnológico de Acapulco a estudiar Ingeniería Bioquímica, definía un camino que se había trazado mucho antes.

La joven contó en entrevista telefónica que un hecho trágico en la familia la puso en una meta: estudiar a profundidad el cáncer.

Arlette perdió a su tío por cáncer en la garganta. A sus 10 años, pensó que un día sería médica, estudiaría las causas y buscaría las alternativas para ese padecimiento.

Cuando Arlette comenzó a estudiar Ingeniería Bioquímica pensó: “Cambio el camino pero no la meta”. Esta carrera le permitiría incursionar en el área de la salud.

En el Instituto Estatal de Cancerología hizo su residencia y su tesis fue acerca del cáncer.

La ingeniería y la NASA

Arlette se enteró de la convocatoria que lanzó la NASA en 2021 para el Programa Internacional del Aire y el Espacio, pero la pandemia le impidió ingresar. El 2022 fue decisivo: ingresó.

La joven hizo un proyecto sobre procedimientos oncológicos no invasivos, idea que ya planteaba en su tesis.

Explicó que hay constancia de que los astronautas, al estar sometidos a la gravedad cero en el espacio, tienen un desarrollo celular distinto que, en bioquímica, podría servir para el combate al cáncer. Es decir, la creación de una cámara antigravedad como tratamiento.

Para los ingenieros de la NASA, el proyecto de Arlette calificó y la convirtió en una de las 60 jóvenes seleccionadas en el mundo para participar en el Programa Internacional del Aire y el Espacio.

Arlette es la primera guerrerense en formar parte de este programa de la NASA. El espacio que se ganó la llevó en noviembre pasado a Alabama, EU, a las instalaciones de la NASA.

La segunda fase de su proyecto

La ingeniera bioquímica pisó por primera vez la NASA el 13 de noviembre de 2022.

Entre los 60 seleccionados, crearon seis equipos. Los ingenieros de la NASA les plantearon un problema sobre ingeniería bioquímica y cada equipo debía desarrollar un proyecto, solo uno sería el ganador y permanecería en el programa.

Del 13 de noviembre al 20 de noviembre, trabajaron intensivamente de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche, en capacitaciones que recibieron de astronautas connotados. Arlette y su equipo trabajaron en el proyecto los siete días de la semana.

Crearon un mecanismo que tiene la finalidad de moverse como un músculo y permitir la apertura de objetos mediante mecánica, algo así como una pinza.

El 20 de noviembre, a la ingeniera y sus compañeros les informaron que su proyecto resultó ganador y que en diciembre de 2023 será lanzado al espacio para estudiarlo durante seis meses y determinar si es útil para cubrir una necesidad en la tierra. Arlette irá a presenciar ese lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy.

Pero para ir debe recorrer otro camino, buscar apoyos económicos para su traslado. Lo único que le ofrecen en EU es su estancia.

Arlette

Arlette está actualmente en Acapulco, busca la aceptación en un posgrado pero a la vez tiene ofertas de trabajo fuera del país y del estado, además de la oportunidad de ir a entrenar como astronauta análoga en Polonia.

Es una mujer muy activa, porque además de tener sus proyectos, es voluntaria en el cuerpo de bomberos de Acapulco, es primera respondiente en la Cruz Roja Mexicana, hace brigadas de salud con compañeros y forma parte de la asociación civil Transformación Colectiva con Equidad.

Todo esto la mantiene activa y la complementa, pero sigue con la mirada anclada en sus metas profesionales. Cree que es importante insistir, persistir y no desistir de los sueños personales, aun cuando los medios o apoyos parezcan desdibujados.

Este texto se publicó originalmente en Amapola Periodismo.

 

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Cuán grave es la crisis económica y energética que vive Cuba (y cómo se compara con el “periodo especial”)
11 minutos de lectura
Cuán grave es la crisis económica y energética que vive Cuba (y cómo se compara con el “periodo especial”)

Inflación, escasez de alimentos y medicinas, apagones, contracción económica, malestar y protestas sociales son algunos de los elementos que caracterizaron el llamado “periodo especial” que vivió Cuba hace tres décadas y que vuelven a presentarse en la crisis actual que atraviesa la isla. BBC Mundo te cuenta cuáles son sus similitudes y diferencias.

19 de marzo, 2024
Por: BBC News Mundo
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Para muchos cubanos es como un deja vu de una experiencia muy traumática.

La isla vive una contracción económica que dura varios años y afecta la producción de alimentos, la disponibilidad de medicinas y va acompañada también con una altísima inflación de 3 dígitos.

El peso se deprecia constantemente. Hay apagones. La economía no tiene un aliado internacional que permita un alivio financiero. También hay protestas sociales y emigración masiva.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reconoció en su cuenta de Twitter que “varias personas han expresado su inconformidad con la situación del servicio eléctrico y la distribución de alimentos”, pero acusó a los enemigos de la Revolución de intentar aprovechar este contexto con fines desestabilizadores.

“En medio de un bloqueo que pretende asfixiamos, seguiremos trabajando en paz para salir de esta situación”, añadió Díaz-Canel.

Según explica Pavel Vidal, profesor de economía en la Universidad Javeriana de Cali, esas son algunas de las similitudes entre la situación que atraviesa la isla en la actualidad y los primeros años de la década de 1990, cuando los cubanos vivieron el que probablemente haya sido el momento económico más duro que les ha tocado desde el triunfo de la Revolución en 1959.

Pascal Fletcher, quien fue corresponsal en La Habana durante aquellos años y actualmente es analista de BBC Monitoring, recuerda algunos de los cambios más visibles de aquella época.

“En aquella crisis económica que el entonces líder cubano Fidel Castro llamó eufemísticamente como “Período Especial en Tiempos de Paz”, los automóviles desaparecieron de las calles y caminos de la isla, las carretas tiradas por bueyes reemplazaron a los tractores en el campo y los cubanos cultivaron huertas en sus patios traseros y tejados en ejercicios de austeridad y resiliencia ‘revolucionarias’ para compensar la repentina escasez de suministros vitales”, señala.

Pero, ¿cómo se comparan estas dos crisis?

Cubanos pescan en el malecón
EPA-EFE/REX/Shutterstock
En el periodo especial el PIB cayó en torno al 35%.

Pavel Vidal señala que desde el punto de vista macroeconómico, hay algunos indicadores que cayeron más durante el periodo especial, mientras que otros son similares.

Señala, por ejemplo, que hace 30 años el PIB cayó 35%, mientras que ahora no se ha contraído tanto pues bajó 11% durante la pandemia, pero luego se recuperó un poco.

La inflación, en cambio, sí es similar entre ambos periodos, mientras el déficit fiscal llegó en aquel entonces a 30% y esta vez no ha subido tanto, pero se ha mantenido alto por más tiempo.

“Creo que son crisis muy similares. Tampoco puedo decir que es peor porque creo que la economía ahora está más diversificada: hay más opciones que no estaban abiertas en el periodo especial, cuando no había remesas, no había turismo y la economía estaba completamente estatizada”, apunta.

Pobreza “alarmante”

El experto cree que en la coyuntura actual, aquellos sectores de la sociedad cubana que reciben remesas o están conectados con el incipiente sector privado pueden estar lidiando con la crisis de una mejor manera que otros grupos.

“Los pensionados y los asalariados del Estado que dependen de un ingreso fijo en pesos cubanos que no se ha ajustado a la inflación… no hay datos oficiales, pero yo creo que ahí las cifras de pobreza son alarmantes. Sobre todo en este sector de jubilados, cuya situación se ve agravada por el envejecimiento de la población. Ahí hay una situación muy complicada”, afirma.

Un carro en La Habana
EPA-EFE/REX/Shutterstock
Por primera vez el gobierno solicitó oficialmente ayuda al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas.

Estas desigualdades entre distintos sectores de la isla son una de las razones por las que algunos economistas consideran que la coyuntura actual es más dura que la que se vivió en la década de 1990.

El economista Ricardo Torres, investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la American University en Washington, DC., sostiene que aunque vista desde la perspectiva de las cifras de PIB la crisis actual pudiera parecer más “leve” que la del periodo especial, hay que considerar algunos aspectos desde el punto de vista cualitativo “para entender el agobio de las personas y cómo se puede sentir la crisis”.

Deterioro continuado

Torres destaca, por ejemplo, que el periodo especial estuvo precedido por una etapa de crecimiento económico, mientras que la coyuntura actual se presenta “después de casi 30 años de crisis permanente”.

“En los años 90, el país venía con un cierto bienestar que se había logrado en la década de los 80 tanto en términos de consumo como en términos de la calidad y la profundidad de los servicios sociales, educación, salud, con éxitos deportivos de clase mundial. Y todo esto en una sociedad bastante más igualitaria en términos del ingreso de lo que hay ahora. No quiere decir que no había problemas, pero definitivamente era mucho más igualitaria en términos de los ingresos”, apunta.

Indica que aunque a partir de 1994, el PIB empezó a crecer nuevamente, hubo muchas áreas de la economía, de la sociedad y muchos grupos de la población que nunca recuperaron los niveles de vida y los niveles de actividad de la década de los 80.

Las diferencias entre esos dos puntos de partida iniciales también marcan, en su opinión, la capacidad del país de sobrellevar esta crisis.

Un día normal en el centro de La Habana
Getty Images
El aumento del precio de la gasolina ha causado gran preocupación entre los cubanos.

“La infraestructura de Cuba, la que se construyó después del 59, estaba prácticamente recién construida en los 90. Pensemos en las plantas eléctricas, en las carreteras. Ahora esa situación es bastante más diferente. Las plantas eléctricas tienen 30 años más de uso, excediendo quizá ya los parámetros para los cuales estaban diseñadas. Muchas carreteras, por ejemplo, nunca han recibido mantenimiento en los últimos 30 años”, dice.

“Entonces, la infraestructura física está en un estado mucho más lamentable ahora, más deteriorada que en los años 90. Quizás la única infraestructura que está relativamente mejor hoy es la de telecomunicaciones, pues ciertamente se ha ampliado la disponibilidad de teléfono móvil e incluso el acceso a internet”, agrega.

Torres añade que la isla ha perdido capacidades productivas.

Migración masiva

“Hay muchos menos centrales azucareros, mucha menos industria manufacturera, menos agricultura y ganadería, por ejemplo. Hay más hoteles y aeropuertos y algunos de ellos son más modernos que los que había en los años 80, pero el balance en términos de infraestructura no es favorable”, señala.

El experto indica que en estas tres décadas, la isla ha perdido mucho capital humano debido a la emigración y al envejecimiento de la población.

“Durante el periodo especial la atención en los hospitales, por supuesto, sufrió, pero nada que ver con la situación que se está viviendo hoy. Lo mismo puede decirse de la educación. Cuba venía con un sistema educativo robusto, con mucho capital humano. Eso ya no es así. Al contrario, ha habido una migración masiva de profesores bien calificados que afecta todos los niveles”, dice.

Una mujer con la bandera de Cuba en Miami.
Getty Images
Varios cubanoamericanos en Miami apoyaron con banderas a los manifestantes en Cuba.

Pero, además, asegura que se ha reducido el apoyo material que las personas pueden recibir del Estado, no solamente en términos de, por ejemplo, los medicamentos que pueden estar disponibles en un hospital, sino también en términos de los productos básicos que la gente recibe a través de la libreta de abastecimiento, sistema creado para controlar la distribución de ciertos productos básicos para la población.

“Eso que se mantuvo durante el periodo especial con ciertos problemas, ahora prácticamente ya no existe. O sea, se han reducido al mínimo los productos que dan por la libreta de abastecimiento. Los productos no llegan a las bodegas. Y a veces cuando llegan, lo hacen con meses de retraso”, señala.

En la visión de Torres, todos estos problemas resultan agravados por el hecho de que debido al aumento de la desigualdad, que hace que algunos sectores de la isla sean muy vulnerables a la crisis.

“Una crisis mucho peor”

“A pesar de que el gobierno no difunde cifras oficiales al respecto, se sabe que los niveles de desigualdad eran muy altos ya para 2019. Eso quiere decir que un grupo importante de la población llega a esta crisis actual con niveles de vida muy deteriorados, con carencias importantes en términos de vivienda, de acceso a servicios sociales. Entonces, llegan con mucha desventaja y esta crisis que las golpea duramente. Y no tienen ya ningún tipo de recurso o de reserva para enfrentar esta situación”, afirma.

Al igual que el periodo especial, cuyo disparador fue la caída de la Unión Soviética y del bloque comunista -con los que Cuba perdió la mayor parte de su mercado exterior así como jugosos subsidios-, la crisis actual también se vio alimentada por factores externos.

Entre estos, los expertos citan la debacle de la economía de Venezuela -que durante el gobierno de Hugo Chávez se convirtió en el primer socio comercial de La Habana-, la reimposición de sanciones por parte de EE.UU. durante el gobierno de Donald Trump, la pandemia de covid-19 e, incluso, la invasión rusa de Ucrania (que ha influido en el aumento del precio de los fertilizantes y de los alimentos en el mundo).

Una tienda de comestibles
Getty Images
La situación general de suministros de la isla suelen considerarse sensibles y un secreto estratégico.

A estos elementos hay que sumar lo que los economistas consideran como errores en las políticas internas, entre los cuales incluyen la reciente “reordenación monetaria” (un fallido intento por unificar el tipo de cambio), así como -en general- un conjunto de reformas económicas parciales e incompletas como -según señala Pavel Vidal- la iniciativa del exmandatario Raúl Castro de entregar a los agricultores en usufructo las tierras improductivas.

“El usufructo no le da al campesino la seguridad que necesita porque no tiene la propiedad de la tierra. Tienen millones de limitaciones para, por ejemplo, hacer construcciones en esa tierra y, además, la compra forzada por parte del Estado de una parte importante de la producción a precios ridículos hace que la actividad agropecuaria no sea financieramente viable”, apunta.

Agricultores en Cuba
Getty Images

La suma de todos estos elementos lleva a que la crisis actual sea “mucho peor” que la del período especial, según dice a BBC Mundo Emilio Morales, presidente del Havana Consulting Group y vicepresidente del centro de estudios Cuba siglo XXI.

“Es una crisis mucho peor, más profunda. Han pasado ya más de 30 años desde el periodo especial. Aquella era una crisis más económica que política y social y para salir de ella el gobierno tuvo que hacer algún ajuste, como permitir las remesas, la inversión extranjera, el turismo. Abrirse muy limitadamente al sector privado en aquel entonces. Todas esas medidas existen, están implementadas desde hace 30 años y el país se está cayendo a pedazos”, sostiene.

Una crisis multisistémica

“30 años después, esto se ha convertido en una crisis multisistémica. Es una crisis política, social, sanitaria, económica. Y todos esos factores de forma conjunta han generado esta tormenta que ahora mismo tú la ves en esta explosión social que está ocurriendo en diferentes lugares del país”, agrega en referencia a las protestas que se registraron en la isla el pasado 17 de marzo.

Torres, Vidal y Morales coinciden en señalar que el problema de fondo es un modelo económico que “no funciona”.

“La evidencia histórica es abrumadora en términos de que esos modelos de economía centralmente planificada, sobre todo de estilo soviético, no dieron resultado en ninguno de los países en los cuales se adoptó. Fíjate que las mismas China y Vietnam, a pesar de todavía tener partidos comunistas en el poder, ya hace más de tres décadas que aceptaron que ese modelo no era funcional y lo abandonaron”, apunta Torres.

Pavel Vidal indica que aunque se requieren cambios estructurales que no son de corto plazo, la isla ha pasado tres décadas haciendo reformas parciales e incompletas y el gobierno sigue apostando por la economía centralizada.

Una libreta de racionamiento
Getty Images
La libreta de racionamiento da acceso a alimentos a precios subvencionados.

“Ellos siguen diciendo que la empresa estatal socialista es el principal actor de la economía cubana, pero es justamente la empresa estatal socialista la que no ha podido ofrecer ni electricidad ni comida a los cubanos”, apunta.

Las autoridades cubanas, por su parte, culparon a las sanciones estadounidenses por las dificultades que atraviesa la economía cubana y acusaron al gobierno de EE.UU. y a los exiliados cubanos en Miami de incitar las protestas ocurridas en el oriente del país.

El 18 de marzo, el Encargado de Negocios de los Estados Unidos, Benjamin Ziff fue convocado al Ministerio de Relaciones Exteriores para escuchar “el firme rechazo a la conducta injerencista y los mensajes calumniosos del gobierno estadounidense y su embajada en Cuba ante asuntos internos de la realidad cubana”.

“También se llamó la atención sobre la responsabilidad directa del gobierno de los Estados Unidos ante la difícil situación económica por la que atraviesa Cuba en estos momentos y, en específico, ante las carencias y dificultades que enfrenta la población de manera cotidiana, con la depresión e insuficiencia de abastecimientos y servicios esenciales, bajo el peso e impacto del bloqueo económico diseñado para destruir la capacidad económica del país”, indica el comunicado del ministerio cubano.

Sin embargo, no está clara cuán persuasivo resulte el discurso oficial para disipar el malestar entre los cubanos.

“La confianza del pueblo cubano en sus líderes, los sucesores de Fidel, y su fe en la Revolución de 65 años que los medios estatales cubanos todavía elogian está en su punto más bajo históricamente, a juzgar por las quejas y demandas de los manifestantes que salieron a las calles de Santiago de Cuba, y otras ciudades y pueblos del oriente, el 17 de marzo”, señala Pascal Fletcher.

“Hartos y cansados”

Explica que junto a las exigencias de “electricidad y alimentos”, y los gritos de “libertad” y “Patria y Vida” –que se hicieron populares durante una ola previa de protestas antigubernamentales que se extendieron por toda la isla en julio de 2021–, muchos manifestantes en Santiago de Cuba también gritaron a los funcionarios del Partido Comunista que intentaron razonar con ellos “no queremos más muela”.

“Esto indica claramente que muchos cubanos están hartos y cansados de la propensión del gobierno a culpar siempre al embargo económico estadounidense de todos los males del país”, dice Fletcher.

“Los cubanos están clamando por soluciones internas y cambios por parte de su gobierno interno, no más retórica incendiaria dirigida al otro lado del mar contra el viejo enemigo “imperialista”, concluye.

Línea gris
Getty Images

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