Un juez federal admitió a trámite una demanda de amparo promovida por familiares de personas desaparecidas en contra del retiro de cuatro memoriales colocados frente a Palacio Nacional y ordenó su resguardo a fin de evitar que el gobierno federal los destruya.
Los cuatro memoriales habían sido instalados frente a la sede del Poder Ejecutivo desde enero de este año pero el pasado 15 de marzo, militares los retiraron con el pretexto de actuar bajo las órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador .
Ante esto, las cuatro familias afectadas promovieron un amparo por considerar que el retiro de los memoriales violentan sus derechos humanos a la memoria, a la protesta, a la manifestación, a la legalidad y seguridad jurídica.
También presentaron una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por los mismos hechos.
A través de un comunicado firmado por organizaciones como la Glorieta de las y los Desaparecidos, la Red Regional de Familias Migrantes, Impacta Cine, entre otras, informaron que el amparo fue admitido por un juez de distrito en la Ciudad de México el pasado 16 de abril.
“Saludamos la decisión del juzgado, que dio un primer paso para defender y garantizar el derecho a la memoria de las familias que buscamos un ser querido desaparecido a través del resguardo de los memoriales en estado íntegro por parte de las autoridades que las tienen a fin de respetar y garantizar nuestros derechos humanos”, expresaron.
Si bien las familias celebraron la orden para resguardar los memoriales, también buscan que se ordene su reinstalación.
“Hacemos un llamado a la Juez Primero de Distrito para que al momento de resolver la suspensión definitiva tome en consideración que se trata de un acto de memoria y protesta, y como lo ha señalado la Suprema Corte de Justicia de la Nación, solicitar un permiso para eso es restrictivo de nuestros derechos”, señalaron en el comunicado.
Sobre la queja ante la CNDH, indicaron que no han recibido una respuesta concreta, solo les he llegado información de que esta no considera el retiro de los memoriales como una violación a sus derechos humanos. Sin embargo, se mantienen atentas a su determinación.
Desde el pasado 15 de marzo, organizaciones y colectivos han exigido a las autoridades que devuelvan íntegramente los memoriales a las familias de los desaparecidos.
También han solicitado brindar las facilidades para su reinstalación en el espacio público, una disculpa pública por estos hechos y el compromiso a respetar futuros memoriales. Además de que se busque y encuentre a todas las personas desaparecidas.
Frente a Palacio Nacional se encontraban los memoriales de Óscar Antonio López Enamorado, un migrante hondureño desaparecido en 2010; también el de Antonio Verástegui y su hijo Antonio de Jesús desaparecidos en 2009 en Coahuila.
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El de Alejandro Alfonso Moreno Baca, desaparecido en enero de 2011 en Monterrey y el de Marco Antonio Amador Martínez, un joven migrante hondureño desaparecido desde 2013 en Tamaulipas.
Todos los memoriales habían sido instalados entre enero y marzo de este 2024.
Colombia fue por años el principal aliado de Israel en la región. El anuncio de Petro se produjo ante miles de simpatizantes en Bogotá durante los actos de conmemoración del Día Internacional del Trabajo.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este miércoles 1 de mayo que su país romperá relaciones diplomáticas con Israel.
“Aquí, delante de ustedes, el presidente de la república informa que mañana se romperán las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel”.
El anuncio de Petro se produjo ante miles de simpatizantes en Bogotá, la capital colombiana, durante los actos de conmemoración del Día Internacional del Trabajo.
Petro ya había criticado duramente las acciones de Israel en Gaza en su guerra contra el grupo militante islamista Hamás.
“Hoy la humanidad, en todas las calles, está de acuerdo con nosotros. No puede volver la época del genocidio, del exterminio de un pueblo entero ante nuestros ojos, ante nuestra humanidad. Si muere Palestina, muere la humanidad y no la vamos a dejar morir”, añadió Petro en su discurso de este miércoles.
La ruptura de relaciones anunciada por el actual gobierno colombiano, el primero de izquierdas en la historia del país, supone un giro de 180 grados a las políticas de anteriores administraciones, que habían afianzado a Colombia como el principal aliado de Israel en la región.
Las relaciones entre Israel y Colombia se enfriaron progresivamente desde que las fuerzas israelíes respondieran con fuerza al ataque sin precedentes que Hamás ejecutó en su territorio el 7 de octubre de 2023.
La incursión de Hamás acabó con más de 1.2000 muertes y la toma de 240 rehenes. Las ofensivas de Israel en Gaza se han cobrado más de 34.000 vidas en Gaza.
Pocos días después de agudizarse el conflicto, Israel dijo que “suspendería las exportaciones de seguridad” a Colombia después de que Petro comparara el lenguaje del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, con el que usaban “los nazis con los judíos”.
En febrero de este año, Petro suspendió la compra de armas a Israel después de que decenas de personas murieran mientras buscaban comida en Gaza durante una ofensiva israelí.
El mandatario calificó esos actos como “genocidio”, dijo que recordaban al “holocausto” y añadió que el mundo debía “bloquear” a Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí.
Bolivia se había convertido hace unos meses en el primer país de la región en romper relaciones con Israel después del 7 de octubre.
En 2020, el entonces gobierno de Iván Duque firmó un Tratado de Libre Comercio de “última generación” con Israel.
Fue el paso con el que Colombia se afianzó como principal aliado de Israel en la región, ahondando en una relación que en los 20 años anteriores se había estrechado con rapidez.
Desde comienzos del siglo XX y durante la Guerra Fría, Colombia era a su vez un aliado capital para Estados Unidos en América Latina.
“Y la conjunción de intereses entre los dos países e Israel hizo que se creara un triángulo estratégico entre los tres”, le dijo en una entrevista a BBC Mundo Marcos Peckell, profesor de diplomacia y relaciones internacionales.
Tras el ataque a las Torres Gemelas en 2001 y la llegada al poder de Álvaro Uribe en 2002, Colombia se adhirió a lo que Estados Unidos llamó la guerra global contra el terrorismo.
Desde ese momento Colombia declaró a las guerrillas “organizaciones terroristas” y pasó de ver su propia guerra como un conflicto armado a verla como una “amenaza terrorista”.
Y fue entonces cuando los militares israelíes, que durante décadas enfrentaron movimientos que consideran terroristas como Hamás y Hezbolá, entraron de lleno a apoyar a las Fuerzas Armadas colombianas.
Entre 2002 y 2006, según cifras oficiales, la importación de material militar de Israel a Colombia se duplicó.
Las cooperaciones no han sido solo militares.
Durante los últimos 24 años, por ejemplo, miles de colombianos participaron del Mashav, un programa de educación de la Cancillería israelí que entrena a extranjeros en medicina, agricultura y tecnología.
Por eso ha sido tan común ver colombianos e israelíes pasando meses o años de intercambio en el otro país en busca de enriquecer su formación.
Los intercambios de esta “relación especial” son ahora una incógnita.
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