A cinco años de la construcción del proyecto Tren Maya del expresidente Andrés Manuel López Obrador en la Península de Yucatán, la actual titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena Ibarra, reconoció ante medios de comunicación el daño que este megaproyecto causó en el ecosistema forestal de la selva maya.
La Semarnat ratificó que realiza recorridos en la zona del Tren Maya para identificar cuáles serán las acciones de restauración que deberán aplicarse. Además, ya trabajan en el análisis de un posible decreto de área natural protegida para el sistema de cavernas y cenotes de la zona de Quintana Roo.
En la reunión, Marina Robles García, subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental, habló de las acciones que se realizarán en la península; mientras que Sergio Graf Montero, director general de la Comisión Nacional Forestal, señaló cuáles serán las medidas de restauración de bosque y manglar.
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Robles García también destacó que, junto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), se analiza el procedimiento a seguir para decretar al sistema de cavernas bajo la figura de reserva de la biosfera.
“Lo que tendríamos que considerar para conservar bajo una figura tipo Reserva de la Biósfera, por ejemplo. Esto que Pedro [Álvarez-Icaza Longoria, titular de la Conanp] y la secretaria mencionan, que es el sistema de cavernas y cenotes de la zona de Quintana Roo, y que forma parte de las acciones de compensación que nos parecen importantes tener”, señaló.
La titular de Semarnat habló también de quién debe pagar esa restauración, a lo que la subsecretaría de Biodiversidad y Restauración Ambiental reafirmó que quien tiene que hacerlo es “quien hizo la obra”.
Las acciones de restauración, según informó la subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental en la Semarnat, están dirigidas en diferentes sentidos. Por un lado, en mejorar los pasos de fauna junto con la eliminación de malla en los alrededores del tren.
“Ha sido una de las grandes preocupaciones de la comunidad, de especialistas en la zona y también de las comunidades que habitan ahí y eso tiene que ver, no solamente con pasos de fauna sino también con la eliminación de zonas que quedaron con malla, que no es necesario que tengan malla y que realmente impiden el flujo de la fauna”, explicó Robles García.
Otra de las acciones que se están revisando es la creación de caminos secundarios que se estaban realizando como consecuencia del proyecto Tren Maya.
Para atender lo anterior, Mariana Boy Tamborrell, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se encuentra revisando particularmente este caso.
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“Mariana está revisando y hemos parado el avance de algunos de los caminos secundarios que se estaban haciendo”, agregó.
La Semarnat explicó que realizan visitas a la zona del Tren Maya, ya que se encuentran trabajando en el diseño de compensaciones para ver si pueden cubrir las expectativas y los problemas que grupos de personas ven de forma cotidiana en el sitio.
Mariana Robles García dijo que, desde la Semarnat, no solo están pensando en el manejo del proyecto de restauración para Yucatán por las afectaciones que generó la infraestructura del Tren Maya que impulsó López Obrador en su sexenio, sino también por el conjunto de actividades que suceden en la península de Yucatán.
“El control y mejor manejo de la industria porcícola es también muy importante y también, el avance de los menonitas en varios de los sitios de la península”, señaló la subsecretaria.
Además de este sector, la Semarnat destacó que trabajarán en acción coordinada con el problema del desarrollo inmobiliario en la península, respecto a cómo ordenar y cómo colocar un mejor manejo a este tipo de desarrollo.
“Es parte también de lo que Mariana y el equipo de la Profepa han estado haciendo. Y esto nos lleva a lo que hemos identificado como dos de los grandes pasivos que se han acumulado y ha acrecentado con el desarrollo y el crecimiento poblacional de Yucatán, que son el problema del manejo de residuos y de las aguas residuales”, añadió.
La titular Alicia Bárcena Ibarra señaló que, por una obra como el Tren Maya, la península de Yucatán requiere una restauración integral en la que tiene que haber reforestación.
Sobre esto, Sergio Graf Montero, director general de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) habló del trabajo de reforestación que planean implementar en la península.
El funcionario señaló que además de este trabajo de compensación establecido por los daños relacionados con cualquier infraestructura, como lo es el megaproyecto ferroviario de Tren Maya, existe compensación por cambio uso de suelo que se da al fondo forestal.
Con él, se hace un programa de restauración que va alineado con las acciones que presentó la subsecretaria, Marina Robles García.
“Sacaremos acciones para la restauración de manglares degradados en toda la península de Yucatán. Apoyar a la restauración productiva con estos grupos de productores, chicleros que trabajan la selva y que son enriquecimiento de acahuales para producir especies de utilidad”, explicó Graf Montero.
El director de la Conafor dijo que estas acciones de restauración también se hacen en terrenos de otros, es decir, de personas que necesitan mejorar sus medios de vida.
“Lo que estamos buscando también es impulsar una restauración que le genere beneficios a la población propietaria de los terrenos que queremos también restaurar en el conjunto de la península”, agregó.
Sobre el trabajo con las comunidades, Bárcena Ibarra habló de la visita que tuvieron con chicleros que producen chicle del zapote (manilkara zapote) y que tienen un manejo de la selva muy interesante en Quintana Roo.
Para la titular de la Semarnat, las comunidades son las que pueden ayudar en la restauración.
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“¿Para qué van a contratar los consorcios que están en el Tren Maya empresas que vienen, plantan un árbol, en lugar de contratar los consorcios que están en el Tren Maya empresas que vienen, plantan un árbol y se les muere al día siguiente. Las propias comunidades pueden ser las que nos ayuden a restaurar el ecosistema forestal”, apuntó Bárcena Ibarra.
Desde 2001, el colectivo artístico chileno Casagrande ha lanzado lluvias de poemas sobre ciudades como Santiago, Madrid, Guernica, Londres y Dubrovnik transformando memorias dolorosas en momentos de belleza reflexión.
Sus ojos estudian atentamente el cielo con expectativa.
Esta vez, sin embargo, no observan con una sensación de miedo, ansiedad ni urgencia, sino con intriga y emoción.
Y su entusiasmo queda bien recompensado. Un helicóptero que sobrevuela en lo alto lanza una gran nube de cientos de miles de coloridas papeletas que se esparcen en el aire y caen revoloteando lentamente sobre la muchedumbre.
Hay gritos de asombro, muchos saltan para agarrar las esquivas papeletas, otros alzan a sus niños para alcanzarlas o esperan a que caigan al suelo para recoger todas las que puedan y ver qué contienen.
Son poemas. 100, para ser exactos -50 escritos por poetas contemporáneos chilenos y 50 por poetas de la localidad donde sucede el evento- impresos en 100.000 tarjetas del tamaño de un marcador de libro.
Esta lluvia de versos, en lugar de explosivos, transforma los dolorosos recuerdos del pasado en un momento de belleza y reflexión y convierte el espacio público en un ambiente de arte y literatura.
Ese es el propósito del colectivo artístico chileno Casagrande, que ya lleva más de dos décadas realizando estos eventos en diferentes ciudades del mundo, cuyas poblaciones civiles han sido víctimas de bombardeos aéreos.
El más reciente sucedió este miércoles 14 de mayo, en Rotterdam, para coincidir con el 85 aniversario del bombardeo nazi que devastó esa ciudad de Países Bajos.
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Casagrande está conformado por tres artistas chilenos: Julio Carrasco, Joaquín Prieto y Cristóbal Bianchi, todos nacidos en 1973, el año en que Chile sufrió el cruento golpe militar contra el gobierno democrático de Salvador Allende.
Surgieron como un colectivo cultural en torno a una revista que hacía arte interpretativo en espacios públicos, un género conocido como performance.
En 2001, decidieron aprovechar la apertura al público del Palacio de la Moneda, en la capital de Santiago -la sede presidencial que fue bombardeada por las fuerzas militares el 11 de septiembre de 1973- para “hacer un nuevo bombardeo, pero esta vez con poemas de poetas chilenos de nuestra generación”, expresó Joaquín Prieto a BBC News Mundo.
“Fue toda una experiencia liberadora”, relató. “Fue un momento en que volvíamos a reconocer un espacio simbólico, como el Palacio de la Moneda bombardeado, en una nueva instancia, en una nueva imagen, viendo caer estos poemas”.
La reacción fue tan grande que decidieron reproducir el proyecto en otras ciudades con la idea de lanzar poemas sobre los lugares que han sido bombardeados en el pasado sin ser objetivo militar.
Eso los llevó a Dubrovnik, Guernica, Varsovia, Berlín, Londres, Milán y Madrid. El más reciente evento lo realizaron este miércoles en Róterdam, la segunda ciudad de Países Bajos.
El 14 de mayo de 1940, a la 1:27 de la tarde (hora local), la Alemania nazi inició un bombardeo sobre Rotterdam que devastó la ciudad. La mayoría de los edificios históricos quedaron aplastados, salvo la catedral de San Lorenzo.
Contrario a la reconstrucción de otros cascos antiguos europeos tras los conflictos bélicos, Rotterdam se erigió de cero, con diseños de vanguardia y posteriormente la creación de la gran esplanada Binnenrotte, seleccionada por los artistas para su bombardeo poético.
“Es un lugar bien emblemático porque se volvió a reconstruir la ciudad con una arquitectura moderna, con las casas cubo y el edificio lápiz, pero al mismo tiempo está la catedral, como un recuerdo de lo que quedó en pie”, señaló el artista Prieto.
El lanzamiento de los poemas se realizó el mismo día del indiscriminado bombardeo alemán hace exactamente 85 años, sin embargo, es la única vez que los artistas de Casagrande hacen coincidir las fechas de sus eventos.
“Queremos que los bombardeos de poemas se inscriban también en la historia con otra fecha en la que las ciudades recibieron, no bombas, sino poemas”.
El colectivo chileno trabajó en esta ocasión en coordinación con el festival de poesía de Róterdam Poetry International que inicia la celebración de su 25.ª edición.
“Ellos han sido clave. Nos invitaron y comisionaron para hacer esto”, explicó Prieto.
El proyecto está armado con varios elementos. Como en ocasiones anteriores, Casagrande seleccionó poemas de 50 poetas chilenos de diferentes ciudades “avalados por sus publicaciones”.
Esta vez, la contribución local vino de otros 50 poetas neerlandeses escogidos por Poetry International, que también se encargó de hacer las traducciones correspondientes del y al español.
La temática de la poesía es variada y la única limitación es la longitud, pues los versos tienen que caber en un lado de un marcapáginas de 7 cm x 22 cm, y por el otro viene la traducción.
“Este año le hicimos un guiño a Gabriela Mistral [la premio Nobel de Literatura chilena] que recibió el galardón hace 80 años en 1945”, contó Prieto.
Los marcapáginas también vienen con un diseño especial que también se repite en la publicidad que se hace a través de las redes sociales y los medios locales y nacionales, además de en pancartas en sitios públicos.
El objetivo es que por lo menos asistan mil personas para que no quede un solo marcapáginas en el suelo. “Es algo bien importante”, dice Joaquín Prieto, “no sólo en términos de obtener los permisos sino también para darle sentido al proyecto”.
Pero en ninguno de los eventos han tenido problema con eso, ya que han contado con una asistencia de público entusiasta.
“Las reacciones son maravillosas, en primer lugar porque llega como una sorpresa”, dice Joaquín Prieto del evento que suele empezar cerca del crepúsculo y dura aproximadamente una hora.
Un helicóptero, en el que van Cristóbal Bianchi y Julio Carrasco con media tonelada de poemas, sobrevuela el lugar donde se congrega la multitud mirando al cielo.
Joaquín está en tierra, comunicado con sus colegas para indicarles por dónde mejor arrojar los marcapáginas con los poemas expertos.
De pronto se ve una nube que se expande y los marcadores de libro van cayendo lentamente sobre su eje, revoloteando y brillando con luces que se apuntan a la nube.
“Lo que me motiva es que al estar abajo veo esa sensación, esos gritos, esos aplausos cuando cae la nube”, describe Prieto. “La gente empieza a comportarse en verdad como niños”.
Saltan para agarrar los primeros poemas, alzan a sus hijos para que los alcancen, otros niños corren tras los poemas que flotan más lejos. Algunos sacuden los árboles para soltar los versos que han quedado atrapados. Incluso hay unos que abren los paraguas al revés para atrapar la mayor cantidad.
Cuando los empiezan a leer se dan cuenta de que hay muchos distintos y se dan a la tarea de coleccionar todos los que puedan. “Cuando por algún motivo tienen uno repetido, entonces lo intercambian con otra persona”.
Así, un lugar que en una época fue devastado por un bombardeo militar es transformado en lugar de paz, de intercambio cultural, de conexión y de reflexión.
A pesar de que el despliegue dura sólo una hora, el éxito del evento depende de una cuidadosa y larga preparación.
Joaquín Prieto señala irónicamente que es casi como preparar un operativo militar. “En un proyecto en general nos demoramos como tres años en realizarlo”, dice.
Deben entrar en contacto con las municipalidades e instituciones culturales locales. Además de comisionar y seleccionar los poemas, diseñar los marcapáginas, crear una estrategia de publicidad, está todo el análisis logístico.
Se estudian los espacios que se van a utilizar, se adquiere la autorización para usar drones de observación y luego para sobrevolar con el helicóptero, y deben adherirse a los estándares de seguridad. “En algunas ciudades han llegado a ser 12 permisos los que se requieren”, comentó Prieto.
Fuera de eso, el tema meteorológico es fundamental.
“Nuestro gran enemigo es el viento, cuando cambia”, reconoce el artista de Casagrande. “Pero ya tenemos experiencia y siempre hemos hecho que la mayoría de los poemas caigan donde está la gente”.
El grupo ahora trabaja con climatólogos que les entrega los pronósticos del tiempo, las temperaturas y el viento.
En la mira de Casagrande están las ciudades que representan las situaciones más dramáticas donde se lanzaron bombas sin ser un objetivo militar. Específicamente Dresde, Hiroshima y Nagasaki.
“Esos son lugares que nos interesaría hacerlos en el futuro”, afirmó Joaquín Prieto.
Sin embargo, son casos delicados, ya sea por el debate histórico que continúa sobre los autores, motivos y efectos de esos bombardeos, o por la manera en que esas ciudades prefieren conmemorar esos hechos.
“Hay una manera como conmemoran esto en Japón, que es con una ceremonia en silencio”, explica. “Es posible que tengan que digerir el proyecto más, cuál es el sentido, etc”.
Pero un miembro de Casagrande ya estuvo en Japón y siguen las conversaciones.
“Es un proyecto-arte. Lo importante aquí es la realización y las lecturas se lo dan las propias personas y los que les interesa darle la vuelta a lo que ha sucedido”, concluyó.
Las imágenes del Colectivo Casagrande y Poetry International tienen derechos reservados
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