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Aprovecha tus vacaciones de diciembre con esta guía completa sobre los TAG IAVE, Pase, Televía y VIAPass: coberturas, costos y más
Aprovecha tus vacaciones de diciembre con esta guía completa sobre los TAG IAVE, Pase, Televía y VIAPass: coberturas, costos y más
Filas para pagar el peaje en casetas| Foto: Cuartoscuro
6 minutos de lectura

Aprovecha tus vacaciones de diciembre con esta guía completa sobre los TAG IAVE, Pase, Televía y VIAPass: coberturas, costos y más

Descubre qué TAG elegir para tus viajes estas vacaciones de diciembre, sus costos y beneficios. ¡Viaja sin filas y sin estrés!
08 de diciembre, 2024
Por: Redacción Animal Político

Estas vacaciones de diciembre muchas personas aprovechan para viajar por carretera a algún destino turístico o a visitar a sus familiares en otros estados, por lo que obligatoriamente hacen uso de las casetas de peaje. Una forma de acortar los tiempos es por medio de un TAG.

Los TAG son dispositivos que al acercarse a una caseta son reconocidos por una antena lectora, la cual realiza el cobro del peaje de forma automática sin necesidad de portar efectivo o realizar transacciones personales.

En México existen cuatro principales proveedores de servicios de TAG: IAVE, Pase, Televía y VIAPass. Cada uno de ellos tiene sus propios costos, cobertura de carreteras y dispositivos para funcionar.

Largas filas de automóviles para pasar las casetas durante las vacaciones
Largas filas de automóviles para pasar las casetas durante las vacaciones| Foto: Cuartoscuro

Si no sabes cuál elegir o cuál te conviene más, no te preocupes, esta es una guía completa para que puedas tomar la mejor decisión para tu bolsillo y tu tiempo.

Cobertura de los TAG IAVE, Pase, Televía y VIAPass

A la hora de pensar en adquirir un TAG, la cobertura se convierten en un asunto de suma importancia, ya que no todos los dispositivos se pueden usar en todas las carreteras.

IAVE es el TAG operado por Caminos y Puentes Federales (Capufe), el organismo público del Gobierno federal que opera las algunas carretera y puentes de cuarto. Por lo tanto, su dispositivo funciona en aquellas vías que operan ellos (puedes conocer cuáles dando click aquí), aunque también tienen convenios con otros operados, lo que les permite ampliar su cobertura (ve sus convenios aquí).

Pase también cuenta con cobertura nacional, opera en 13 corredores carreteros nacionales y también se puede usar en las autopistas urbanas de la Ciudad de México (ve el mapa aquí). Las carreteras nacionales en el que los puedes usar son:

  • México-Veracruz-Oaxaca-Cosoleacaque
  • México-Tizayuca-Tampico
  • México-Querétaro-Zacatecas
  • Estado de México-Morelia-Guadalajara
  • México-Acapulco
  • Guadalajara-Colima-Los Mochis
  • Los Mochis-Estación Don-Hermosillo-Nogales
  • Mexicali-Tecate-Tijuana-Ensenada
  • Monterrey-Nuevo Laredo-Reynosa-Matamoros
  • Saltillo-Torreón-Durango
  • Cosoleacaque-Minatitlán-Villahermosa-Campeche
  • Arco Norte

En el caso de Televía, esta también tiene cobertura en diversas carreteras del país, aunque no especifica exactamente los tramos (puedes consultar el mapa de cobertura aquí). Además, se puede usar en las siguientes autopistas urbanas:

  • Circuito exterior mexiquense
  • Viaducto Bicentenario
  • Autopista Urbana Norte
  • Autopista Urbana Poniente
  • Libramiento Elevado Puebla
  • Grupo de autopistas nacionales (Amozoc-Perote)
  • Autopista Saltillo-Monterrey

Finalmente, VÍAPass tiene cobertura principalmente en el Estado de México, aunque también tiene algunos tramos carreteros en el resto del país (puedes consultar su mapa aquí)

Costos de los TAG en México

Cada empresa de TAG maneja sus propios precios, si bien el costo de las casetas es el mismo, cada compañía vende su dispositivo a diferente precio y sus formas de recargar también varían, aquí te detallamos cada una para que no te sorprendan mientras viajas estas vacaciones de diciembre.

IAVE

El TAG de IAVE es una etiqueta adherible a tu vehículo la cual contiene en su interior la tecnología necesaria para funcionar. La compra se realiza por internet, tiene un costo de 79.74 pesos y aceptan tarjetas VISA, MasterCard y AmericanExpress. Se puede recoger en diversos puntos establecidos por Capufe o prepagar una guía de envío para que llegue directamente a tu domicilio.

TAG de IAVE en calcomanía
TAG de IAVE en calcomanía| Foto: Especial

Una vez que tengas tu TAG IAVE deberás crear una cuenta en el sitio para poder facturar, verificar tus viajes y precargar saldo, esto también se hace con una tarjeta de crédito o débito. Las recargas pueden ir de 50 y hasta lo 10 mil pesos.

Pase

El TAG de Pase se puede comprar de dos formas: en puntos de venta autorizados, donde el costo del dispositivo es de 150 pesos o en campo, es decir, en las carreteras, donde el costo es de 180 pesos (consulta esta guía para saber cómo ser ven los vendedores).

Además, cuentan con un modelo de calcomanía con un precio de 100 pesos en módulos propios, 150 en tiendas participantes y 180 en campo, así como un modelo exterior, que se atornilla en la parrilla con un costo de 580 pesos.

TAG clásico de Pase
TAG clásico de Pase| Foto: Especial

Una vez que tengas tu tag tendrás tres formas de pago:

  • Pospago con cargo a tu tarjeta de crédito: se te hará un cargo de mil pesos como fondo de garantía a menos de que vayas a usar BBVA, American Express o RappiCard otros bancos requerirán que llames para domiciliar tus pagos.
  • Prepago domiciliado: deberás llenar tus datos de facturación e indicar el monto de recarga con cargo a tu tarjeta de crédito de forma recurrente, pueden ser desde 500 hasta 2 mil pesos; la recarga se hará automáticamente cuando tu saldo llegue a 200 pesos.
  • Prepago: recargas tu TAG con un mínimo de 200 pesos y un máximo de 2 mil en más de 170 mil puntos de recarga, así como en la aplicación oficial pagando con tarjeta, paypal, mercadopago e incluso spei.

Aquí, al igual que con IAVE, también existe una aplicación que te permitirá monitorear todo lo relacionado con tu tag.

Televía

En el caso de Televía existen dos modelos comunes de Tag, el clásico con un costo de 150 pesos, aunque puede variar dependiendo el punto de venta y el Black, que tiene un costo de 200 pesos y se te envía a tu domicilio (puedes comprarlo aquí o en tiendas autorizadas)

Además de estos tienen un modelo exclusivo para automóviles eléctricos e híbridos con el que obtienes descuentos en algunas carreteras. Para autos blindados tienen un modelo especial que se coloca en el exterior, este se adquiere llamando al (55) 5265 8855.

TAG de televía
TAG clásico de televía| Foto: Especial

Para aprovechar el TAG de Televía deberás crear una cuenta en la página oficial, la cual te permitirá tener control de tus movimientos y ponerle saldo. También cuentan con su propia aplicación para facilitar los pagos y el control del dispositivo.

Televía tiene las siguientes formas de recarga:

  • Tiendas participantes: puedes consultarlas aquí.
  • Comprar saldo en línea: en el sitio oficial existe una sección para recargar, solo necesitas una tarjeta de débito o crédito
  • Domiciliar la compra de saldo: ingresa a tu cuenta, selecciona “Esquema de pago”, ingresa los datos que te piden, junto con los archivos y listo.

ViaPass

Esta empresa tiene dos sistemas: una calcomanía y una tarjeta electrónica portátil ambos tienen un costo de 150 pesos. En cuanto a los pagos tienen dos modelos:

  • Prepago: este se puede hacer con cargos recurrentes, transferencias STP, en establecimientos, pago por internet o desde la aplicación
  • Depósitos de garantía: estos están dirigidos a empresas, para el cual se debe poner en contacto con la compañía directamente.
Ambos modelos de TAG VIAPass
Ambos modelos de TAG VIAPass| Foto: Especial

Te recomendamos usar su aplicación, es la forma más sencilla de realizar recargas en tu TAG.

¿Cuál es el mejor TAG para tus viajes en las vacaciones de diciembre según Profeco?

En el año de 2023 la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un análisis de las quejas y el porcentaje de conciliación de IAVE, Pase, Televía y VIAPass, los resultados fueron los siguientes:

  • IAVE tuvo 3 quejas y concilió el 50 %
  • Pase tuvo 63 quejas y concilió el 90 %
  • Televía tuvo 23 quejas y concilió el 75 %
  • VIAPass tuvo 5 quejas y concilió el 100 %

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Imagen BBC
Los secretos de un peligroso río de la Amazonía que una comunidad indígena empieza a revelar
11 minutos de lectura

Cuenta la leyenda que el río Santiago se tragaba las canoas de cualquiera que intentara explorarlo. Ahora, una comunidad indígena está descubriendo especies sorprendentes en sus aguas.

09 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0

Nos subimos a una canoa de madera que se mecía sobre las aguas turbias del río Santiago, listos para visitar uno de los ecosistemas menos conocidos de la región amazónica.

Hasta hace poco, los científicos desconocían incluso qué clase de peces habitan esta parte del río, porque nunca había sido estudiada.

Ahora, tras dos días de viaje en buses y camiones desde Quito, Ecuador, la fotógrafa Karen Toro y yo nos acercábamos a nuestro destino: Kaputna, una comunidad indígena que ha descubierto nuevas especies de peces.

Rodeada de una selva virgen donde los jaguares, pecaríes y pumas todavía reinan con tranquilidad, Kaputna es una localidad en la ribera del río Santiago con 145 habitantes que son miembros de los shuar, una de las 11 naciones indígenas que viven en la Amazonía ecuatoriana.

A pesar de que Ecuador es considerado un punto central para la biodiversidad de peces de agua dulce, un grupo de científicos advirtió en 2021 que la falta de información sobre sus especies era “pasmosa” y que se necesitaba de manera urgente realizar más investigaciones.

Un grupo de residentes de Kaputna ha ayudado a llenar ese vacío, al descubrir una gran cantidad de peces que viven escondidos en el río, camuflados por las sombras marrones y plateadas, con bocas especialmente adaptadas para alimentarse de las rocas bajo el agua.

Gracias a los esfuerzos de monitoreo llevados a cabo entre 2021 y 2022, que combinaron conocimiento científico y tradicional, la comunidad indígena logró identificar cerca de 144 especies de peces en el río Santiago.

Cinco de ellas ya habían sido identificadas en otros países, pero nunca en Ecuador. Una de las especies todavía está siendo estudiada y podría ser totalmente nueva, de acuerdo a los biólogos que participaron en la investigación.

Algunos pescadores de Kaputna, como Germán Narankas, fueron como coautores del artículo científico que fue publicado con los hallazgos.

“Su conocimiento del territorio es esencial para descubrir las nuevas especies”, le dice a la BBC Jonathan Valdiviezo, un biólogo que participó en el análisis de muestras.

Una canoa en medio del río Santiago.
Karen Toro
El río Santiago, en la región amazónica ecuatoriana, había sido poco estudiado debido a su ubicación remota y peligrosidad.

Para Fernando Anaguano, el autor principal del estudio y biólogo de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés) que acompañó a Kaputna durante todo el proceso, el estudio marca un cambio trascendental en la forma en que los científicos trabajan con y reconocen a los colaboradores locales.

“No es usual que el trabajo de la gente local sea reconocido en las publicaciones científicas”, anota.

Un río que se traga las canoas

Las leyendas locales dicen que, antes de que aparecieran los botes a motor, la gente que se embarcaba por la parte baja del río desaparecía.

Un hoyo se “tragaba” las canoas y quienes venían de fuera nunca lograban llegar a la comunidad. Esta es la razón por la que esta zona se llama Kaputna, que significa “área donde el río fluye rápidamente”, de acuerdo con quienes viven allí.

Para llegar, tuvimos que conducir durante 10 horas desde Quito hasta Tiwintza, una localidad amazónica en la frontera con Perú.

A la mañana siguiente, Germán Narankas, un pescador de Kaputna, nos esperaba en la terminal de buses con su red de pescador que llevaba en la espalda.

“Hoy el calor va a ser infernal. No ha llovido en tres días”, nos advirtió, mientras se arremangaba para evitar quemarse con el sol. A las 09:00, la temperatura ya era de 35°C (95°F).

Emprendimos en camión un trayecto de 40 minutos hasta el puerto de Peñas, en el río Santiago, donde nos esperaba amarrada la canoa de Narankas, moviéndose por la fuerte corriente del río.

Las canoas equipadas con motores a gasolina, conocidas como peque-peques, son el único medio de transporte para llegar a Kaputna.

Narankas conoce el río Santiago como la palma de su mano. Incluso antes de hacer parte del proyecto de monitoreo científico, estaba familiarizado con los distintos tipos de peces que habitan el río.

En 2021, cuando comenzó el proyecto, aprendió a identificar las diferencias entre las especies y comenzó a llamarlas por sus nombres científicos.

Germán Narankas, miembro de la comunidad shuar, muestra una de las especies que él y su comunidad descubrieron
KarenToro
Germán Narankas, miembro de la comunidad shuar, muestra una de las especies que él y su comunidad descubrieron

El hombre recuerda que en 2017 vio una señal. Para los shuar, el río es más que un cuerpo de agua o una vía de acceso. En sus riberas se acostumbra a realizar el ritual de la ayahuasca, en el que se consume la planta también conocida como yagé. Los shuar creen que las visiones que esta produce revelan el futuro y guían las acciones de quienes la toman.

“Tuve sueños de que iba a cambiar el sistema. En las visiones, había un hombre que viajaba a otros países, y era yo, viajando con este proyecto. No lo sabía entonces”, dice.

Cuatro años más tarde, en 2021, los investigadores de la oficina de la WCS en Ecuador le pidieron ser parte del estudio enfocado en el descubrimiento de la biodiversidad del río Santiago.

Narankas y otros miembros de la comunidad recolectaron peces, les tomaron fotos y las subieron una aplicación llamada Ictio junto a otros datos importantes como la ubicación donde los habían capturado, el equipo de pesca que habían utilizado y las características de los animales.

“Había por lo menos tres de esos peces que nunca había visto en mi vida”, dice.

Durante el recorrido por el río, el sonido de los grillos ahogaba bajo el ruido del motor. A medida que nos interábamos en la selva, el agua se iba volviendo más cristalina.

“Hemos llegado al río Yaupi”, anunció Narankas. El Yaupi es uno de los afluentes del río Santiago, donde también se tomaron algunas muestras.

Este es el lugar de pesca favorito para los locales, porque las aguas son cristalinas y están libres de los residuos de la minería que han contaminado muchos otros ríos en la región del Amazonas.

En medio del follaje selvático, se divisan las banderas de Ecuador y Perú.

Narankas, su hermana Mireya y su hijo Josué se lanzaron al agua para pescar.

El pescador lanzó su red con todas sus fuerzas al río y luego la fue recogiendo lentamente para ver qué había logrado sacar: un pez al que él llama “carachama”, de unos 10 cm de largo.

Pertenece a la familia de los Loricariidae y esta especie en particular se llama Chaetostoma trimaculineum: un pez marrón, con algunas manchas oscuras y una boca redonda.

“Cerca de aquí encontramos una especie de pez que [los investigadores] dijeron que nunca había sido estudiado. Era muy parecido a esta carachama”, explicó Narankas.

El pez en cuestión era el Peckoltia relictum, una especie nueva en Ecuador. Mide aproximadamente 15 centímetros y usualmente se adhiere a las rocas.

Su boca es como una copa de succión y, en vez de escamas, tiene una especie de placas, una característica que distingue a las carachamas (Loricariidae).

Durante la investigación, Narankas y sus colaboradores también se llevaron algunos especímenes a una habitación en Kaputna, que funcionaba como un pequeño laboratorio donde medían y pesaban a los animales, les removían partes de sus tejidos con un bisturí y los preservaban en formaldehído.

“Fue muy emocionante aprender y recolectar información. Me siento un poco como una científica”, le cuenta a la BBC Liseth Chuim, una pescadora que hizo parte del monitoreo.

Dos mujeres indigenas en Ecuador señalan fotos de peces. Una de ellas tiene un bebé en brazos.
Karen Toro
Miembros de la comunidad con fotos de los peces que descubrieron.

“Tomábamos un pedazo de su carne y le cocíamos un sello con su nombre y un número”, explica Johnson Kajekau, otro residente de Kaputna que apoyó al equipo de monitoreo.

Uno de los peces que más recuerdan los tres es una especie de bagre que medía más de un metro. También, uno que tenía la “panza amarilla” y otro de color plateado.

El biólogo de la WCS Fernando Anaguano y sus colegas se encargaron de recolectar las muestras y llevarlas a laboratorios en Quito.

Revelar el misterio

Para los biólogos, la colaboración con los locales les permitió desbloquear un ecosistema que era un misterio para las personas de fuera de la comunidad.

“La cuenca del río Santiago es una de las menos exploradas. Hay muy pocos estudios que detallen la diversidad de peces que hay en ese lugar”, explica Anaguano, quien ha estado investigando peces de agua dulce por más de una década.

Lo atribuye a lo remoto de la región, las dificultades que había en el pasado para llegar hasta allí y también a que los peces de agua dulce con frecuencia han sido dejados de lado por los investigadores. Por lo general los investigadores se enfocan en grupos más “carismáticos” de animales, como los mamíferos o los pájaros y, cuando se estudian peces, por lo general se trata de especies marinas.

Sin embargo, señala Anaguano, los peces de agua dulce juegan un rol fundamental en los ecosistemas acuáticos y son fuente de alimento y recurso económico para las comunidades indígenas.

Hasta ahora, en investigaciones previas, se habían registrado cerca de 143 especies en un área extensa que incluye al río Santiago y sus afluentes por debajo de los 600 metros de altitud. Se le conoce como “zona ictiográfica de Morona Santiago” y tiene un área de 6.691 kilómetros cuadrados.

En comparación, el estudio con la comunidad Kaputna identificó un total de 144 especies en un área de apenas 21 kilómetros cuadrados dentro de esta zona. De esas especies, 77 no habían sido reportadas en las investigaciones anteriores del área de Morona Santiago.

La diversidad hallada en el estudio representa el 17% de todas las especies de peces de agua dulce en Ecuador (836) y el 20% de las registradas en la Amazonía ecuatoriana (725). Esto es un porcentaje muy significativo, considerando que el área de estudio donde estas especies fueron halladas es muy pequeña, según destaca Anaguano.

Fotos de peces sobre una mesa de madera y los brazos de una persona apoyados en esta.
Karen Toro
Miembros de la nación shuar documentaron 144 especies de peces, incluyendo estas cuatro. Las dos de abajo no se habían encontrado antes en Ecuador.

De hecho, la diversidad piscícola en la región amazónica es enorme.

Sus cuencas, localizadas en Ecuador, Perú, Colombia, Bolivia, Brasil, Venezuela, Guyana y Surinam, tienen la mayor variedad de peces de agua dulce del mundo. Se han registrado hasta ahora 2.500 especies y se estima que hay miles más por descubrir.

Esos ríos también son el hogar de la migración más larga en el planeta: la del bagre dorado, que viaja por cerca de 11.000 kilómetros entre las estribaciones de los Andes hasta los estuarios del Amazonas, en el océano Atlántico.

En riesgo

Sin embargo, los peces de agua dulce como los de la Amazonía están gravemente amenazados. Según el informe del Índice Planeta Vivo (IPV) sobre peces migratorios de agua dulce, sus poblaciones han disminuido un 81% en los últimos 50 años. Y solo en Latinoamérica, incluso más: un 91%.

Anaguano explica que, más allá de la contribución de los peces para mantener el equilibrio de la vida en el planeta, estos animales forman parte de la cultura y la cosmovisión de los pueblos indígenas.

La seguridad alimentaria es otro problema. “Los peces son fuente de proteína de las comunidades locales”.

Por eso, a través de este tipo de investigación que incluye la perspectiva de los pescadores, buscamos no solo conservar los peces sino también garantizar la sostenibilidad de la pesca a largo plazo”, añade Jonathan Valdiviezo, biólogo del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), donde se procesaron y almacenaron las muestras del estudio.

Para Valdiviezo, que tiene más de 17 años de experiencia trabajando con peces, uno de los puntos cruciales del proceso fue la capacitación que recibieron los pescadores de Kaputna para etiquetar correctamente las muestras.

“Eso nos ayudó a evitar problemas al registrar la especie y confusiones”, afirma.

Aun así, el descubrimiento estuvo lleno de giros y sorpresas. Durante el análisis de tejidos, que incluyó análisis de ADN, los investigadores descubrieron que uno de los peces que creían que era nuevo para la ciencia ya había sido descrito en 2011.

“Cuando nos dimos cuenta de que esta especie era muy rara, extrajimos ADN de un pequeño fragmento de músculo”, explica Valdiviezo. Luego, compararon los resultados con el tejido de otras especies relacionadas registradas en su base de datos.

“Es similar al proceso que se utiliza para determinar la paternidad”, explica el biólogo. Ante la duda, enviaron una muestra a Canadá, donde confirmaron que se trataba de un ejemplar de Peckoltia relictum, un pez ya conocido.

Sin embargo, se trataba de una especie nueva para Ecuador, al igual que otras cuatro descubiertas como parte de esta investigación.

Canoas
Karen Toro
Canoas “peque-peque” en el río Santiago.

Ambos investigadores creen que aún queda una gran cantidad de especies por descubrir en las turbias aguas del Santiago. Por ahora, dice Valdiviezo, siguen analizando uno de los bagres encontrados, ya que creen que se trata de una especie nueva para la ciencia.

Su principal característica es que tiene rayas negras por todo el cuerpo. Anaguano comenta que esperan publicar un segundo artículo, coescrito por los pescadores de Kaputna, este año.

Sentadas en Kaputna al atardecer, bajo un cielo estrellado, le preguntamos a Narankas qué significaba para él ver su nombre en el artículo publicado. Se le llenan los ojos de lágrimas.

“Me siento orgulloso”, explicó sonriendo.

Pero el impacto ha sido aún más profundo. Después de esta experiencia, en agosto de 2025, el joven de 34 años regresó a la escuela secundaria. En un año y medio espera graduarse y luego estudiar biología para seguir desvelando los secretos del río Santiago, cuya historia de descubrimientos científicos apenas comienza.

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Getty Images

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