Home
>
Analisis
>
Autores
>
Explicador político
>
Reforma judicial, una victoria pírrica
Explicador político
Explicador político
Periodista y explicador de la política de las cosas y las cosas de la... Continuar Leyendo
7 minutos de lectura

Reforma judicial, una victoria pírrica

Después de la victoria pírrica del lopezobradorismo, sigue ahora la implementación de una elección enorme e inédita: más de 800 cargos del Poder Judicial deberán renovarse por voto popular el 1 de junio de 2025. ¿Cómo hará el INE para organizar este proceso electoral en ocho meses?
15 de septiembre, 2024
Por: Ernesto Núñez Albarrán

El viernes, en dos actos, uno en el Senado y otro en la Cámara de Diputados, y con la ausencia de la oposición, las mayorías de Morena, PVEM y PT sesionaron para declarar la validez de la reforma constitucional al Poder Judicial.

Dichosos, soberbios y orgullosos de la rapidez con la que más de 20 Congresos estatales avalaron sus reformas, las bancadas del oficialismo se celebraron a sí mismos. Pronunciaron discursos cargados de loas al presidente Andrés Manuel López Obrador y al pueblo de México.

Y, sin reparo alguno, festinaron su triunfo sobre los partidos de oposición, sobre la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y sobre todos aquellos que se oponían a la reforma.

Cantaron victoria, pero su victoria es pírrica.

El bando vencedor perdió mucho en la batalla: credibilidad, dignidad republicana, prestigio, respeto de propios y extraños, y la gran oportunidad de comenzar bien la administración de Claudia Sheinbaum.

En su afán de mostrar el músculo de su mayoría, Morena y sus aliados terminaron exhibiendo las debilidades de su alianza. Ante la imposibilidad de convencer sobre las bondades de su reforma judicial, decidieron recurrir al chantaje, la extorsión y la amenaza para imponer los cambios.

Al estilo de su odiado Felipe Calderón, el presidente Andrés Manuel López Obrador terminó defendiendo el pragmatismo. La reforma se sacó al “haiga sido como haiga sido”, reuniendo a los diputados y senadores en sedes alternas, amedrentando a opositores, ignorando a los trabajadores del Poder que busca reformarse, pisoteando y burlándose de las minorías, amedrentando a un senador de MC en un estado como Campeche, donde ha quedado acreditado el uso faccioso de las instituciones de justicia, y recurriendo a lo más sucio del viejo PRIAN para conseguir el voto que les hacía falta.

Que el voto 86 en el Senado haya sido en el de Miguel Ángel Yunes Márquez -previo acto circense en mancuerna con su papá, Miguel Ángel Yunes Linares- muestra hasta dónde es capaz de llegar el nuevo régimen con tal de alcanzar sus fines.

La maniobra recuerda aquel episodio de 2005-2006, en el que Felipe Calderón entregó su candidatura al grupo de Elba Esther Gordillo con tal de que le ayudaran a derrotar a López Obrador. “La maestra” se lo cobró con creces, maniatando su gobierno, imponiéndole un subsecretario de Educación, un director de la Lotería Nacional y a un director del ISSSTE (Yunes Linares) que terminó apoderándose del panismo veracruzano.

Si alguien encarna la putrefacción del PRIAN, ése es Yunes, un político que militó décadas en el PRI y que, en 2001, como representante del tricolor ante el Consejo General del IFE, amenazó a los consejeros electorales con juicio político por haber aprobado la multa por el famoso Pemexgate (una trama de corrupción con la que se financió la campaña presidencial de Francisco Labastida en el año 2000). Un oscuro operador político con cuentas pendientes en Veracruz, que se refugió en el círculo más cercano de Elba Esther Gordillo para sobrevivir en el sexenio foxista.

Un mini gobernador (ganó las elecciones de 2016 para el periodo de transición que homologó el calendario electoral de Veracruz), al que le bastaron dos años para acumular riquezas y escándalos. El último, el intento de dejar a su hijo como gobernador en las campañas de 2018, cuando López Obrador y Cuitláhuac García se le atravesaron en el camino e impidieron la sucesión de padre a hijo.

Es muy sintomático que el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, haya recurrido precisamente a Yunes para conseguir a un traidor entre las filas opositoras. El elegido no deja ni el más mínimo lugar a dudas sobre la naturaleza de ese pacto. Es increíble que los Yunes hayan actuado por convicción y es altamente probable que su voto se haya comprado con una garantía de impunidad.

Por todo ello resulta nauseabundo el arreglo. Por todo ello, es incongruente que López Obrador pretenda negar que actuó bajo la lógica del “fin justifica los medios”. Por todo ello, resulta decepcionante que la presidenta electa se haya mostrado complacida y hasta haya dicho que la historia reivindicará a Yunes.

Su sexenio iniciará, ya no sólo con las dificultades generadas por una compleja reforma de casi imposible implementación, sino con la mácula de haber solapado una negociación entre bribones.

¿Qué sigue?

Ya no hay vuelta atrás. Pese a todo, es un hecho que, dentro de ocho meses, las mexicanas y mexicanos seremos convocados a las urnas para elegir más o menos a la mitad de los cargos del Poder Judicial (más de 800 jueces, magistrados y ministros), mientras la otra mitad de elegirá en 2027, junto con la elección federal intermedia.

Un día después de publicado el decreto de la reforma, comenzará el proceso electoral extraordinario de 2025 y, con ello, una serie de actividades para un proceso inédito y complejo.

El Consejo General del INE deberá reunirse siete días después de la publicación en el Diario Oficial de la Federación para declarar el arranque de la etapa de preparación. Se instalará una comisión especial de consejeras y consejeros (aún no se sabe quién será la o el valiente que se proponga para presidirla), y se trabajará en la propuesta de presupuesto que se pedirá a la Cámara de Diputados para financiar la elección.

Se prevé que el INE pida al menos 5 mil millones de pesos adicionales a su presupuesto ordinario, pues se trata de una elección nacional, de magnitudes semejantes a la que acaba de celebrarse en este 2024, pero aún más compleja en su organización y desarrollo. Para darse una idea, el INE ejerció 8 mil 800 millones de pesos para el proceso electoral federal que acaba de terminar.

Luego vendrá la convocatoria del Senado, que deberá emitirse en un plazo máximo de 30 días naturales, para la elección de la totalidad de ministras y ministros de la SCJN; las plazas vacantes de la Sala Superior y la totalidad de las Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial y la mitad de los cargos de magistradas y magistrados de circuito y juezas y jueces de distrito.

En esta primera elección, quienes ocupan actualmente estos cargos podrán participar y tendrán pase automático a los listados que aparecerán en las boletas, a menos de que ellos declinen, como lo ha anunciado -por ejemplo- la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña.

Ante la ausencia de legislación secundaria, los artículos transitorios de la reforma otorgan al INE facultades de emitir todos aquellos acuerdos que considere necesarios para normar la organización, desarrollo y cómputo de las elecciones.

El INE tendrá unos cuantos meses para determinar el número de casillas que tienen que instalarse. Si el pasado 2 de junio se instalaron 170 mil casillas, esta vez podrían ser más, pues cada casilla se dota con 750 boletas, esperando que en diez horas puedan participar 750 electores (suponiendo una participación del cien por ciento) a razón de uno por cada minuto y medio. Esto, con máximo seis boletas distintas, como ocurrió en algunos estados en este año: Presidencia, Senado, diputados federales, gubernatura, ayuntamiento y diputaciones locales.

Si en la elección de jueces y magistrados un elector pudiera recibir hasta 25 boletas, no se va a tardar un minuto y medio, sino hasta 10 minutos para emitir su sufragio. Y eso implicaría que el INE tendría que instalar muchas más casillas.

Al ser inédita, esta elección implica una manera distinta de reclutar y capacitar a los funcionarios de casilla (en 2024 se requirieron millón y medio para recibir y contar los votos el 2 de junio); implica una manera distinta de comunicar las elecciones, pues la ciudadanía no tachará un recuadro correspondiente a un partido o coalición -como lo hemos venido haciendo desde hace cien años-, sino que se deberá escoger un nombre de un listado y escribirlo en la boleta.

Al no estar involucrados los partidos políticos, las campañas serán hechas por el propio INE, autoridad a la que se le endilga la responsabilidad de que la ciudadanía conozca y distinga las propuestas de miles de candidaturas que podrían participar a nivel nacional.

Temas como la fiscalización de los ingresos y gastos de las campañas, la distribución de los tiempos oficiales para difundir el proceso, el diseño e impresión de materiales electorales (cuadernillos de capacitación, listados de candidaturas, boletas electorales, etcétera), la duración de las campañas, prohibiciones y límites en dichas campañas, la duración de la jornada electoral, la participación de observadores y la manera en la que se llevarán a cabo los cómputos de las elecciones, deberá definirlos el INE en los próximos meses.

Será una elección compleja que pondrá contra las cuerdas al INE, una institución que aún está en la mira de la mayoría oficialista y que se estará jugando su credibilidad -bien ganada y defendida en los últimos años- en este proceso extraordinario.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Estrecho de Ormuz: dónde está y qué impacto tendría su cierre para la economía mundial y el precio del petróleo
7 minutos de lectura

Tras los ataques sin precedentes de Estados Unidos a tres instalaciones nucleares en Irán el sábado, la amenaza de un posible cierre del estrecho —por el que pasa alrededor de una quinta parte del consumo mundial de petróleo— mantiene inquietos a los mercados.

23 de junio, 2025
Por: BBC News Mundo
0

El estrecho de Ormuz es uno de los pasos marítimos más importantes y estratégicos del mundo.

Alrededor de una quinta parte del consumo mundial de petróleo pasa por el estrecho de Ormuz, una ruta comercial que conecta a los productores de crudo de Medio Oriente con mercados clave en la región Asia Pacífico, Europa y América del Norte.

Se trata de un angosto canal que, en su punto más estrecho, separa a Omán de Irán por tan solo 33 kilómetros.

El curso marítimo crítico para el comercio global está ahora en el centro de la mirada de los mercados.

Tras los ataques sin precedentes de Estados Unidos a tres instalaciones nucleares en Irán el sábado pasado, a ocho días de que Israel desplegara la mayor acción militar contra la República Islámica, el mundo está expectante a la reacción de Irán y todo parece indicar que el estrecho de Ormuz es una de las cartas que podría jugar.

El parlamento iraní ya aprobó una medida que le permite a Irán cerrar el paso, aunque la decisión final corresponde al Consejo Supremo de Seguridad Nacional.

Ahora es Estados Unidos el que le ha pedido a China evitar que Irán concrete esa amenaza. ¿Pero cuál es la importancia estratégica de este estrecho y qué consecuencias podría tener un eventual cierre?

Un paso crítico

Limitado al norte por Irán y al sur por Omán y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), este corredor -que tiene solo unos 50 km de ancho en su entrada y salida, y aproximadamente 33 km en su punto más estrecho- conecta el Golfo con el mar Arábigo.

El canal tiene dos vías marítimas, y cada una mide apenas 3km.

Más allá de su extensión, el estrecho es lo suficientemente profundo como para permitir el paso de los barcos petroleros más grandes del mundo.

En la primera mitad de 2023, alrededor de 20 millones de barriles de petróleo pasaron diariamente por el estrecho de Ormuz, según estimaciones de la Administración de Información Energética de EE. UU. (EIA, por sus siglas en inglés), lo que representa un comercio energético anual de casi US$600 mil millones.

Esto lo convierte en el paso más importante para la producción petrolera mundial, incluyendo el crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que integran Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, así como la mayoría del gas natural licuado de Qatar.

Mapa del estrecho de Ormuz
BBC

Cualquier interrupción en el estrecho restringiría el comercio e impactaría en un aumento de los precios del petróleo a nivel mundial.

Pero su eventual cierre tendría un impacto particular sobre China, quien es el mayor comprador global de petróleo iraní y mantiene una estrecha relación con Teherán.

Con ese argumento fue que el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, pidió a China que intervenga e impida un eventual bloqueo por parte de Irán.

“Animo al gobierno chino en Pekín a que hable (con Irán) al respecto, porque dependen en gran medida del estrecho de Ormuz para su petróleo”, dijo en una entrevista con Fox News el domingo.

Donald Trump y Marco Rubio en el anuncio de los ataques a bases nucleares en Irán.
Getty Images
Marco Rubio fue uno de los tres hombres que escoltaron a Donald Trump cuando anunció su “exitosa” incursión militar contra tres bases nucleares iraníes el sábado.

“Si cierran el estrecho… será un suicidio económico para ellos. Nosotros tenemos opciones para lidiar con eso, pero otros países también deberían prestar atención. Les afectaría a ellos económicamente mucho más que a nosotros”, agregó.

¿Cuál sería el impacto de cerrar el estrecho?

El exjefe de la agencia de inteligencia británica MI6, Alex Younger, dijo a la BBC que el peor escenario posible en el conflicto en curso entre Irán e Israel incluía un bloqueo del estrecho de Ormuz.

“Cerrar el estrecho sería, obviamente, un problema económico enorme, dado el efecto que tendría sobre el precio del petróleo”, afirmó.

Sería un “territorio desconocido”, según Bader Al-Saif, profesor adjunto en la Universidad de Kuwait especializado en la geopolítica de la península arábiga.

“Tendría consecuencias directas en los mercados mundiales, porque veríamos un alza en el precio del petróleo y una reacción muy nerviosa de las bolsas ante lo que está ocurriendo”, dijo Al-Saif a la BBC.

Por supuesto, también afectaría a los países del Golfo, cuyas economías dependen en gran medida de las exportaciones de energía.

Arabia Saudita, por ejemplo, utiliza el estrecho para exportar alrededor de 6 millones de barriles de petróleo crudo por día -más que cualquier país vecino-, según investigaciones de la firma de análisis Vortexa.

¿Cómo podría Irán cerrar el estrecho?

Las normas de las Naciones Unidas permiten a los países ejercer control hasta 12 millas náuticas (13.8 millas terrestres) desde su costa.

Esto significa que, en su punto más estrecho, Ormuz y sus rutas de navegación se encuentran completamente dentro de las aguas territoriales de Irán y Omán.

Si Irán intentara bloquear los aproximadamente 3.000 barcos que transitan por el estrecho cada mes, una de las formas más efectivas de hacerlo -según expertos- sería colocando minas mediante lanchas rápidas de ataque y submarinos.

La marina regular de Irán y la marina del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) podrían, en teoría, lanzar ataques contra buques de guerra extranjeros y embarcaciones comerciales.

Sin embargo, los grandes buques militares podrían, a su vez, convertirse en blancos fáciles para ataques aéreos de Estados Unidos.

Imagen satelital del estrecho de Ormuz, 2017
Getty Images
Imagen satelital del estrecho de Ormuz (Archivo 2017).

Las lanchas rápidas de Irán suelen estar armadas con misiles antibuque, y el país también opera una variedad de buques de superficie, embarcaciones semisumergibles y submarinos.

Los expertos coinciden en que Irán podría bloquear el estrecho temporalmente, pero muchos están igualmente convencidos de que Estados Unidos y sus aliados podrían restablecer rápidamente el flujo del tráfico marítimo por medios militares.

EE. UU. ya lo ha hecho antes.

A fines de la década de 1980, durante la guerra entre Irán e Irak, los ataques a instalaciones petroleras escalaron hasta convertirse en una “guerra de petroleros”, en la que ambos países atacaban barcos neutrales para ejercer presión económica.

Los petroleros kuwaitíes que transportaban petróleo iraquí eran especialmente vulnerables y, finalmente, buques de guerra estadounidenses comenzaron a escoltarlos a través del Golfo, en lo que se convirtió en la mayor operación de convoyes navales desde la Segunda Guerra Mundial.

¿Bloqueará Irán el estrecho?

Aunque Irán ha amenazado en repetidas ocasiones con cerrar el estrecho de Ormuz en conflictos anteriores, nunca ha llevado a cabo dicha acción.

Quizá el momento más cercano fue durante la guerra de los petroleros a fines de los años 80, pero incluso entonces el tránsito por el estrecho de Ormuz nunca se interrumpió de manera grave.

Si esta vez Irán cumple su amenaza, el resultado podría ser diferente.

Aunque China aún no ha respondido al llamado de Estados Unidos, es muy poco probable que Pekín reciba con agrado un aumento en los precios del petróleo o interrupciones en las rutas de navegación, y podría utilizar su peso diplomático para disuadir al gobierno iraní de llevar a cabo el bloqueo.

La analista energética Vandana Hari dijo que el gobierno iraní tiene “poco que ganar y demasiado que perder” si cierra el estrecho.

“Irán corre el riesgo de convertir en enemigos a sus vecinos productores de petróleo y gas en el Golfo, y de provocar la ira de su principal mercado, China, al interrumpir el tráfico en el estrecho”, dijo Hari a la BBC.

China, en particular, compra más petróleo de Irán que cualquier otra nación: sus importaciones de ese país superaron los 1,8 millones de barriles por día el mes pasado, según datos de la empresa de análisis Vortexa.

Otras importantes economías asiáticas -incluidas India, Japón y Corea del Sur- también dependen en gran medida del petróleo crudo que pasa por el estrecho.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, posa ante las cámaras con una mano el pecho.
Getty Images
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, había dicho que una intervención militar estadounidense en Irán causaría “daños irreparables”.

El lunes, el gobierno chino manifestó que los ataques estadounidenses habían dañado la credibilidad de Washington y pidió un alto el fuego inmediato.

El embajador de China ante la ONU, Fu Cong, dijo que todas las partes deberían contener “el impulso de la fuerza”, según un informe de la televisión estatal.

En un editorial, el periódico estatal de Pekín, Global Times, también opinó que la participación de Estados Unidos en Irán “ha complicado y desestabilizado aún más la situación en Medio Oriente” y que estaba llevando el conflicto a un “estado incontrolable”.

*Con información de Adán Hancock, reportero de negocios de la BBC, y Gavin Butler, del servicio persa de la BBC.

línea gris
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...

Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.