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1 de junio: entre las urnas y el abismo
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Roberto Heycher Cardiel Soto es especialista en materia político-electoral, comunicación política e innovación. Dos décadas... Continuar Leyendo
3 minutos de lectura

1 de junio: entre las urnas y el abismo

La pregunta no es si México está en riesgo de autocratización. La evidencia es clara: concentración de poder, debilitamiento institucional, persecución de disidencias, amenazas sistémicas a la libertad de expresión y sobrerrepresentación legislativa que falsea la voluntad popular. La pregunta es si reaccionaremos a tiempo.
09 de mayo, 2025
Por: Roberto Heycher Cardiel

La democracia se está deshaciendo como una bandera vieja al viento. No ha muerto, como algunos insisten en proclamar con apuro, pero sí está enferma. Gravemente. Como cuerpo golpeado por dentro, sin sangre a la vista, pero con órganos vitales dañados. Lo que parecía una república en marcha se ha vuelto una parábola que declina. Este es ya un país distinto al que generaciones completas de demócratas soñamos construir.

Desde 2018 se ha emprendido un viraje que parece escrito en tinta invisible para quienes ostentan el poder. Bajo la promesa de una autodenominada Cuarta Transformación, el presidente Andrés Manuel López Obrador concentró el poder con una mezcla de carisma, polarización y estrategia clientelar. El lenguaje ha sido su principal arma: ha dividido al país en dos trincheras “el pueblo bueno” y “la mafia del poder”, borrando con esa falsa dicotomía la pluralidad que toda democracia requiere para respirar.

La política, en su sentido más noble, es diálogo entre distintos. Pero el régimen ha optado por otra ruta: debilitar instituciones, arrinconar a los críticos, extinguir los matices. Ha reemplazado el debate público con monólogos matutinos. Las becas y transferencias sociales, necesarias sin duda en un país desigual, han sido transformadas en mecanismos de lealtad electoral, sin evaluación, sin transparencia, sin futuro. Pan sin justicia. Pan sin ciudadanía.

El ataque al árbitro electoral ha sido uno de los actos más corrosivos. Lo que a generaciones tomó décadas construir, ha sido erosionado con discursos que buscan sustituir reglas por voluntades. Porque ahí está la clave: se gobierna como si la voluntad de uno bastara para definir el destino de todos. Como si la democracia no fuera más que una molestia pasajera en el camino hacia la “verdadera transformación”.

Imagen creada por Roberto Heycher con IA Herramienta GPT. Representa la elección judicial y sus efectos.
Imagen creada por Roberto Heycher con IA Herramienta GPT. Representa la elección judicial y sus efectos.

 

Pero hay resistencias. Y en ellas reside la esperanza. Millones salieron a marchar en defensa del INE autónomo. Miles se alzaron para defender la independencia judicial, a sabiendas de que sin contrapesos no hay derechos, y sin derechos no hay ciudadanos: hay súbditos. Esa ciudadanía, aún golpeada y a veces dispersa, es la que puede torcer el rumbo.

Luigi Ferrajoli lo advierte: toda democracia requiere límites al poder, no sólo para frenar abusos, sino para garantizar la dignidad de quienes no piensan igual. Adam Przeworski añade que la condición mínima de una democracia es la incertidumbre en las elecciones. Hoy, esa incertidumbre, la posibilidad real de que el poder cambie de manos, está en peligro. La elección judicial es tan profundamente antidemocrática que, sin importar quién gane las posiciones, el Poder Judicial independiente ya ha sido arrebatado por el régimen.

La pregunta no es si México está en riesgo de autocratización. La evidencia es clara: concentración de poder, debilitamiento institucional, persecución de disidencias, amenazas sistémicas a la libertad de expresión y sobrerrepresentación legislativa que falsea la voluntad popular. La pregunta es si reaccionaremos a tiempo.

Como escribió Mark Twain, la historia no se repite, pero rima. México ya vivió un siglo XX marcado por un partido hegemónico, elecciones sin competencia real y una cultura cívica secuestrada por el miedo o el conformismo. Hoy, el horizonte nos muestra señales similares. La diferencia es que ahora tenemos memoria. Y esa memoria es el primer dique frente al autoritarismo.

Recuperar la democracia no será obra de un solo líder ni de una elección ni de un discurso brillante. Será el resultado de un esfuerzo en coro: ciudadanía activa, instituciones autónomas que se rehagan a sí mismas, prensa libre, oposición unida en lo esencial, y una nueva ética pública que renuncie a la impunidad disfrazada de justicia social.

A veces, se necesita mirarse al abismo para decidir no caer. Estamos en ese umbral. La democracia mexicana no se restaurará con nostalgia, sino con coraje. No basta con decir “esto no debe continuar”. Hay que actuar. Porque como dijo Octavio Paz: “La libertad es el derecho de decir no. Pero también el deber de decir sí al porvenir”.

Y ese porvenir exige que digamos sí al pluralismo, sí a la participación. Porque si no cuidamos la democracia hoy, mañana solo podremos recordarla. O quizá, ni eso.

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Imagen BBC
‘Bombardeo de poemas’: un colectivo lanza versos en las ciudades que fueron blanco de explosiones
8 minutos de lectura

Desde 2001, el colectivo artístico chileno Casagrande ha lanzado lluvias de poemas sobre ciudades como Santiago, Madrid, Guernica, Londres y Dubrovnik transformando memorias dolorosas en momentos de belleza reflexión.

15 de mayo, 2025
Por: BBC News Mundo
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Es la hora del crepúsculo. Una numerosa multitud se congrega en el centro histórico de una ciudad que fue bombardeada años atrás y cuya memoria colectiva aún está marcada por esa violencia y destrucción.

Sus ojos estudian atentamente el cielo con expectativa.

Esta vez, sin embargo, no observan con una sensación de miedo, ansiedad ni urgencia, sino con intriga y emoción.

Y su entusiasmo queda bien recompensado. Un helicóptero que sobrevuela en lo alto lanza una gran nube de cientos de miles de coloridas papeletas que se esparcen en el aire y caen revoloteando lentamente sobre la muchedumbre.

Hay gritos de asombro, muchos saltan para agarrar las esquivas papeletas, otros alzan a sus niños para alcanzarlas o esperan a que caigan al suelo para recoger todas las que puedan y ver qué contienen.

Son poemas. 100, para ser exactos -50 escritos por poetas contemporáneos chilenos y 50 por poetas de la localidad donde sucede el evento- impresos en 100.000 tarjetas del tamaño de un marcador de libro.

Una multitud en Madrid mira hacia el cielo en espera de la caída de los poemas, mayo 2018
Colectivo Casagrande
Una multitud en Madrid mira hacia el cielo en espera de la caída de los poemas, mayo 2018.

Esta lluvia de versos, en lugar de explosivos, transforma los dolorosos recuerdos del pasado en un momento de belleza y reflexión y convierte el espacio público en un ambiente de arte y literatura.

Ese es el propósito del colectivo artístico chileno Casagrande, que ya lleva más de dos décadas realizando estos eventos en diferentes ciudades del mundo, cuyas poblaciones civiles han sido víctimas de bombardeos aéreos.

El más reciente sucedió este miércoles 14 de mayo, en Rotterdam, para coincidir con el 85 aniversario del bombardeo nazi que devastó esa ciudad de Países Bajos.

Puedes leer:

Artistas chilenos de la generación del 73

Casagrande está conformado por tres artistas chilenos: Julio Carrasco, Joaquín Prieto y Cristóbal Bianchi, todos nacidos en 1973, el año en que Chile sufrió el cruento golpe militar contra el gobierno democrático de Salvador Allende.

Surgieron como un colectivo cultural en torno a una revista que hacía arte interpretativo en espacios públicos, un género conocido como performance.

Julio Carrasco, Joaquín Prieto y Cristóbal Bianchi frente a un helicóptero
Colectivo Casagrande
Julio Carrasco, Joaquín Prieto y Cristóbal Bianchi, momentos antes de el “bombardeo” de poemas sobre Milán en 2015.

En 2001, decidieron aprovechar la apertura al público del Palacio de la Moneda, en la capital de Santiago -la sede presidencial que fue bombardeada por las fuerzas militares el 11 de septiembre de 1973- para “hacer un nuevo bombardeo, pero esta vez con poemas de poetas chilenos de nuestra generación”, expresó Joaquín Prieto a BBC News Mundo.

“Fue toda una experiencia liberadora”, relató. “Fue un momento en que volvíamos a reconocer un espacio simbólico, como el Palacio de la Moneda bombardeado, en una nueva instancia, en una nueva imagen, viendo caer estos poemas”.

La reacción fue tan grande que decidieron reproducir el proyecto en otras ciudades con la idea de lanzar poemas sobre los lugares que han sido bombardeados en el pasado sin ser objetivo militar.

Eso los llevó a Dubrovnik, Guernica, Varsovia, Berlín, Londres, Milán y Madrid. El más reciente evento lo realizaron este miércoles en Róterdam, la segunda ciudad de Países Bajos.

Un helicóptero sobrevuela cerca de la catedral de San Lorenzo, Rotterdam, lanzando poemas
Colectivo Casagrande/Poetry International/Eric Fecken
El evento del miércoles 15 de mayo de este año se realizó cerca de la catedral de San Lorenzo, una de las pocas estructuras que quedó en pie en Rotterdam tras el bombardeo nazi hace 85 años.

Lugar emblemático, fecha emblemática

El 14 de mayo de 1940, a la 1:27 de la tarde (hora local), la Alemania nazi inició un bombardeo sobre Rotterdam que devastó la ciudad. La mayoría de los edificios históricos quedaron aplastados, salvo la catedral de San Lorenzo.

Contrario a la reconstrucción de otros cascos antiguos europeos tras los conflictos bélicos, Rotterdam se erigió de cero, con diseños de vanguardia y posteriormente la creación de la gran esplanada Binnenrotte, seleccionada por los artistas para su bombardeo poético.

“Es un lugar bien emblemático porque se volvió a reconstruir la ciudad con una arquitectura moderna, con las casas cubo y el edificio lápiz, pero al mismo tiempo está la catedral, como un recuerdo de lo que quedó en pie”, señaló el artista Prieto.

El casco histórico de Rotterdam devastado por el bombardeo de 1940
Getty Images
El casco histórico de Rotterdam quedo completamente devastado por el bombardeo de 1940.

El lanzamiento de los poemas se realizó el mismo día del indiscriminado bombardeo alemán hace exactamente 85 años, sin embargo, es la única vez que los artistas de Casagrande hacen coincidir las fechas de sus eventos.

“Queremos que los bombardeos de poemas se inscriban también en la historia con otra fecha en la que las ciudades recibieron, no bombas, sino poemas”.

El colectivo chileno trabajó en esta ocasión en coordinación con el festival de poesía de Róterdam Poetry International que inicia la celebración de su 25.ª edición.

“Ellos han sido clave. Nos invitaron y comisionaron para hacer esto”, explicó Prieto.

100 poemas y un guiño a Gabriela Mistral

El proyecto está armado con varios elementos. Como en ocasiones anteriores, Casagrande seleccionó poemas de 50 poetas chilenos de diferentes ciudades “avalados por sus publicaciones”.

Esta vez, la contribución local vino de otros 50 poetas neerlandeses escogidos por Poetry International, que también se encargó de hacer las traducciones correspondientes del y al español.

La temática de la poesía es variada y la única limitación es la longitud, pues los versos tienen que caber en un lado de un marcapáginas de 7 cm x 22 cm, y por el otro viene la traducción.

Una lluvia de poemas impresos en marcapáginas caen sobre Milán, septiembre 2015
Colectivo Casagrande/Angelo Stamerra
Una lluvia de poemas impresos en marcapáginas caen sobre Milán, septiembre 2015.

“Este año le hicimos un guiño a Gabriela Mistral [la premio Nobel de Literatura chilena] que recibió el galardón hace 80 años en 1945”, contó Prieto.

Los marcapáginas también vienen con un diseño especial que también se repite en la publicidad que se hace a través de las redes sociales y los medios locales y nacionales, además de en pancartas en sitios públicos.

El objetivo es que por lo menos asistan mil personas para que no quede un solo marcapáginas en el suelo. “Es algo bien importante”, dice Joaquín Prieto, “no sólo en términos de obtener los permisos sino también para darle sentido al proyecto”.

Pero en ninguno de los eventos han tenido problema con eso, ya que han contado con una asistencia de público entusiasta.

Personas en Róterdam alzan los brazos para alcanzar los marcapáginas con poemas que caen del cielo
Colectivo Casagrande/Poetry International/Peter Lodder

“Como niños”

“Las reacciones son maravillosas, en primer lugar porque llega como una sorpresa”, dice Joaquín Prieto del evento que suele empezar cerca del crepúsculo y dura aproximadamente una hora.

Un helicóptero, en el que van Cristóbal Bianchi y Julio Carrasco con media tonelada de poemas, sobrevuela el lugar donde se congrega la multitud mirando al cielo.

Joaquín está en tierra, comunicado con sus colegas para indicarles por dónde mejor arrojar los marcapáginas con los poemas expertos.

De pronto se ve una nube que se expande y los marcadores de libro van cayendo lentamente sobre su eje, revoloteando y brillando con luces que se apuntan a la nube.

“Lo que me motiva es que al estar abajo veo esa sensación, esos gritos, esos aplausos cuando cae la nube”, describe Prieto. “La gente empieza a comportarse en verdad como niños”.

Una mujer apunta al cielo mientras su hijo sostiene una colección de marcapáginas
Colectivo Casagrande/Poetry International/Eric Fecken
Los asistentes buscan coleccionar el máximo de poemas.
Un niño mira al cielo durante el evento de la lluvia de poemas
Colectivo Casagrande/Poetry International/Rosa Quist

Saltan para agarrar los primeros poemas, alzan a sus hijos para que los alcancen, otros niños corren tras los poemas que flotan más lejos. Algunos sacuden los árboles para soltar los versos que han quedado atrapados. Incluso hay unos que abren los paraguas al revés para atrapar la mayor cantidad.

Cuando los empiezan a leer se dan cuenta de que hay muchos distintos y se dan a la tarea de coleccionar todos los que puedan. “Cuando por algún motivo tienen uno repetido, entonces lo intercambian con otra persona”.

Así, un lugar que en una época fue devastado por un bombardeo militar es transformado en lugar de paz, de intercambio cultural, de conexión y de reflexión.

Un hombre y una mujer buscan atrapar uno de los poemas que caen en Róterdam
Colectivo Casagrande/Poetry International/Rosa Quist
Nadie quiere perder la oportunidad de hacerse a un poema.

Tres años de planeación

A pesar de que el despliegue dura sólo una hora, el éxito del evento depende de una cuidadosa y larga preparación.

Joaquín Prieto señala irónicamente que es casi como preparar un operativo militar. “En un proyecto en general nos demoramos como tres años en realizarlo”, dice.

Deben entrar en contacto con las municipalidades e instituciones culturales locales. Además de comisionar y seleccionar los poemas, diseñar los marcapáginas, crear una estrategia de publicidad, está todo el análisis logístico.

Se estudian los espacios que se van a utilizar, se adquiere la autorización para usar drones de observación y luego para sobrevolar con el helicóptero, y deben adherirse a los estándares de seguridad. “En algunas ciudades han llegado a ser 12 permisos los que se requieren”, comentó Prieto.

Fuera de eso, el tema meteorológico es fundamental.

“Nuestro gran enemigo es el viento, cuando cambia”, reconoce el artista de Casagrande. “Pero ya tenemos experiencia y siempre hemos hecho que la mayoría de los poemas caigan donde está la gente”.

El grupo ahora trabaja con climatólogos que les entrega los pronósticos del tiempo, las temperaturas y el viento.

Poemas llueven desde el cielo en Róterdam
Colectivo Casagrande/Poetry International/Rosa Quist
Las condiciones climatológicas deben ser favorables para que el evento tenga éxito.

Proyectos futuros

En la mira de Casagrande están las ciudades que representan las situaciones más dramáticas donde se lanzaron bombas sin ser un objetivo militar. Específicamente Dresde, Hiroshima y Nagasaki.

“Esos son lugares que nos interesaría hacerlos en el futuro”, afirmó Joaquín Prieto.

Sin embargo, son casos delicados, ya sea por el debate histórico que continúa sobre los autores, motivos y efectos de esos bombardeos, o por la manera en que esas ciudades prefieren conmemorar esos hechos.

“Hay una manera como conmemoran esto en Japón, que es con una ceremonia en silencio”, explica. “Es posible que tengan que digerir el proyecto más, cuál es el sentido, etc”.

Pero un miembro de Casagrande ya estuvo en Japón y siguen las conversaciones.

“Es un proyecto-arte. Lo importante aquí es la realización y las lecturas se lo dan las propias personas y los que les interesa darle la vuelta a lo que ha sucedido”, concluyó.

Las imágenes del Colectivo Casagrande y Poetry International tienen derechos reservados

Línea
BBC

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