En 1917, el presidente Venustiano Carranza decretó el 15 de mayo como el día en el que se reconoce la labor educativa en México. Desafortunadamente, 108 años después, las y los docentes enfrentan condiciones complejas para ejercer plenamente.
El cuerpo docente desempeña un papel fundamental en la sociedad como formador de nuevas generaciones, guía en el desarrollo personal y social, además de ser promotores de valores. Su labor no se limita a la transmisión de conocimientos, sino que abarca la formación integral de individuos para el futuro. Las y los maestros preservan y transmiten saberes locales, lenguas originarias y tradiciones comunitarias, contribuyendo a una educación más inclusiva y con más relevancia cultural en la sociedad en la que se desempeñan.
Según datos de la SEP, al ciclo escolar en curso (2024-2025), se inscribieron 23 millones 907 mil 339 estudiantes en educación básica, que acuden a clases en 231 mil escuelas, con el apoyo de más de 1 millón 231 mil 733 docentes. A educación media superior, se inscribieron 5 millones 508 mil 572 estudiantes, a quienes atienden 425 mil 826 docentes, en 21 mil 249 planteles.
Las y los docentes enfrentan una sobrecarga de trabajo, debido a grandes cantidades de estudiantes por aula, múltiples asignaturas que enseñar, y la necesidad de cumplir con diversas responsabilidades administrativas y burocráticas. Además, a partir de la pandemia por COVID-19, el cuerpo docente ha tenido que brindar apoyo y educación socioemocional, tanto para regular y gestionar sus propias emociones, como para acompañar las situaciones que les ocurren a sus estudiantes.
A pesar de ser una fuerza de trabajo que impulsa a marchas forzadas el futuro de nuestro país, las condiciones laborales en las que se desempeñan, dejan mucho que desear. Por ejemplo, a nivel básico, durante el tercer trimestre del 2024 1.3 millones de docentes accedieron a un salario de apenas $8 mil pesos; según los indicadores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) los salarios mínimos de las y los docentes de preescolar, primaria y secundaria en México son menores a la media de los países que la integran.
Por si fuera poco, se registra una brecha salarial por género entre docentes. En 2024, las maestras obtuvieron un salario promedio de $7 mil 740 pesos, mientras que los maestros percibieron en promedio $8 mil 660 pesos, una cifra que no hace justicia a la población activa del sector educativo, pues la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE 2024) revela que aproximadamente el 66% de docentes en México son mujeres.
Este difícil panorama es algo que nos debe preocupar a todas y todos, no solo a quienes se dedican a la enseñanza. Ya que uno de los factores más importantes y determinantes para que niñas y niños puedan lograr aprendizajes de calidad y vivir experiencias que vayan formando su presente y su futura participación en la sociedad, definitivamente son las y los maestros que encuentren en su camino. Más allá de los planes, programas o políticas educativas, el cuerpo docente en México hace posible que sus estudiantes se apropien de todo aprendizaje, lo adapten a su contexto y lo conviertan en experiencias significativas.
En Save the Children la educación es uno de nuestros ejes de acción más importantes para proteger los derechos y el bienestar mayor de la niñez y adolescencia, sabemos de primera mano que nuestras acciones y programas no tendrían impacto si no fuera por la maravillosa y valiosa labor de las y los maestros de las comunidades. Tenemos más de 50 años en campo y nos sigue impresionando la vocación y templanza con la que cada día entregan lo mejor que tienen a cada niña, niño y adolescente que acompañan en su formación.
Por esto es que nos mantenemos firmes en nuestras acciones para incitar el fortalecimiento de la política de formación de agentes educativos, la inversión pública y la legislación y, en conjunto con gobiernos federales, locales y estatales, impulsamos la sensibilización y difusión de la importancia de la educación inicial de niñas y niños y del derecho al aprendizaje a través del juego.
Además, realizamos constantes capacitaciones que impulsen el potencial de las y los docentes, brindándoles herramientas educativas, lúdicas y también de salud mental para su propia experiencia y para su labor con niñas, niños y adolescentes.
“Yo tomé un curso de Save the Chidren donde nos trabajaban la parte del autocuidado, y ahí me di cuenta de que yo me estaba olvidando mucho de mí; me preparaba en todo, me preocupaba por todos los demás, pero me estaba olvidando de mí. Ese curso a mí me confortó muchísimo y me hizo valorarme y entender que, principalmente, si yo estoy bien, todo mi entorno va a estar muy bien” dice Viridiana, una de las profesoras a las que hemos podido impactar positivamente con nuestras acciones.
En palabras de las y los docentes de nuestros programas, un buen docente es aquel que, más que ser un sabelotodo, es un guía personal para los estudiantes. Para ser un buen profesor se necesita ser empático, amoroso, mantener activa su preparación, tener mucha paciencia, entrega, dedicación, firmeza y también tener carácter.
Ser docente en nuestro país es una labor y responsabilidad muy grande; la vida y el desarrollo de nuestras niñas, niños y adolescentes están en sus manos. Celebrar cada 15 de mayo con un regalo o una tarjeta no es suficiente; urge dignificar su profesión y hacer valer el impacto transformador de quienes dedican sus vidas a enseñar, porque los salones, sin docentes, son solo cuartos.
* Save the Children (@SaveChildrenMx) es la organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura. En México, trabaja desde 1973 con programas de salud y nutrición, educación, protección infantil y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recurrió a una ley federal poco utilizada que permite al gobernante federalizar a la Guardia Nacional bajo ciertas circunstancias específicas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el despliegue de dos mil soldados de la Guardia Nacional a Los Ángeles, ante una escalada en las protestas contra las redadas migratorias en la ciudad californiana.
La decisión del mandatario se impuso sobre la autoridad del gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, quien calificó la medida de “provocación deliberada”.
En la última semana, al menos 118 inmigrantes fueron arrestados en operativos realizados en varias partes de la ciudad. Esto generó un ambiente de tensión cuando multitudes se congregaron frente a negocios que presuntamente iban a ser blanco de redadas.
Según la oficina del alguacil del condado de Los Ángeles, los manifestantes se tornaron “cada vez más agresivos, lanzando objetos y mostrando comportamientos violentos”, lo que obligó a la policía a emplear gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.
Las autoridades locales informaron que hubo 29 detenidos.
Trump justificó su decisión alegando que Los Ángeles vive una “invasión y ocupación por inmigrantes indocumentados y criminales”, según escribió en su plataforma Truth Social.
“Ahora, turbas violentas e insurrectas acosan y atacan a nuestros agentes federales para intentar detener nuestras operaciones de deportación. Pero estos disturbios ilegales solo refuerzan nuestra determinación”, agregó.
“Se restablecerá el orden, los inmigrantes indocumentados serán expulsados y Los Ángeles será libre. ¡Gracias por su atención a este asunto!”, concluyó.
Más allá de las razones de Trump para movilizar a la Guardia Nacional, BBC Mundo plantea otras 4 preguntas para comprender lo que está ocurriendo.
Para contener los disturbios, Trump recurrió a una ley federal poco utilizada que permite al presidente federalizar a la Guardia Nacional bajo ciertas circunstancias específicas.
Normalmente, la Guardia Nacional de cada estado se activa únicamente cuando lo solicita el gobernador.
Sin embargo, en esta ocasión Trump eludió ese procedimiento invocando una disposición especial del Código de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (10 U.S.C. §12406), que contempla tres circunstancias bajo las cuales el presidente puede poner bajo control federal a la Guardia Nacional.
Trump indicó en su memorando que las protestas en Los Ángeles constituyen “una forma de rebelión contra la autoridad del gobierno de Estados Unidos”.
Expertos aseguran que esta es la primera vez desde 1965 que la Guardia Nacional es activada por orden presidencial sin el consentimiento del gobernador estatal.
En 1992, durante los disturbios provocados por la absolución de policías acusados de golpear al automovilista afroestadounidense Rodney King, el entonces presidente George HW Bush envió tropas federales, pero en ese caso fue el gobernador de California, Pete Wilson, quien solicitó el apoyo.
En 2020, tropas de la Guardia Nacional fueron desplegadas en algunos estados tras las protestas por la muerte de George Floyd.
Altos funcionarios del gobierno de Trump respaldaron la movilización militar. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmó en redes sociales que era una decisión “de sentido común” y agregó: “La violencia y destrucción contra agentes e instalaciones federales NO serán toleradas”.
El senador republicano por Oklahoma, Markwayne Mullin, declaró a CNN: “¿Parece que las protestas están bajo control? Absolutamente no”.
Sin embargo, varios funcionarios californianos rechazaron la intervención militar al asegurar que la policía local puede controlar los disturbios y que la presencia del ejército es innecesaria.
La congresista demócrata Nanette Barragán, quien representa a Paramount, una localidad de las afueras de Los Ángeles donde se registraron protestas, le dijo a CNN: “No necesitamos esa ayuda”.
“La Guardia Nacional solo empeorará las cosas”, añadió.
Sus palabras coinciden con las del gobernador Newsom, quien denunció en la red social X: “El gobierno federal está tomando el control de la Guardia Nacional de California y enviando dos mil soldados a Los Ángeles, no porque falten policías, sino porque quieren montar un espectáculo”.
Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, declaró también a ABC7 que el despliegue militar es innecesario.
Agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) realizaron redadas el viernes en zonas mayoritariamente latinas de Los Ángeles como parte de la ofensiva del gobierno de Trump contra la inmigración irregular.
Un portavoz confirmó que 44 personas fueron arrestadas ese día.
Estos operativos forman parte del objetivo presidencial de realizar “la mayor operación de deportación en la historia de EU”.
Los Ángeles, que tiene una numerosa población migrante, se ha convertido en un foco importante para esta política migratoria.
A principios de mayo, ICE anunció la detención de 239 migrantes indocumentados en una operación de una semana en la ciudad, aunque las cifras de arrestos generales no han cumplido las expectativas del gobierno.
En junio, la Casa Blanca incrementó su meta, estableciendo que ICE debería realizar al menos tres mil arrestos diarios.
Las autoridades han extendido cada vez más sus operativos a lugares de trabajo como restaurantes y tiendas minoristas.
Las recientes redadas en Los Ángeles, que generaron protestas, ocurrieron en un comercio mayorista de ropa y en una sucursal de la cadena de ferreterías Home Depot.
“Van a ver más redadas en lugares de trabajo de las que se hayan visto en la historia de este país”, afirmó Thomas Homan, el “zar de la frontera” del gobierno de Trump.
Esta agresiva campaña de deportaciones ha incluido el traslado de migrantes en aviones militares hacia la base de Guantánamo, centro militar estadounidense criticado por abusos contra los derechos humanos, antes de llevarlos a Luisiana.
Otros fueron enviados a una prisión de máxima seguridad en El Salvador, incluyendo al menos un migrante con estatus legal en EE.UU.
Algunos incluso fueron enviados a países con los que no tienen ningún vínculo de origen.
Muchas de estas acciones han enfrentado desafíos legales en los tribunales.
El viernes, varios manifestantes se enfrentaron con agentes federales frente a un comercio mayorista de ropa. Lanzaron objetos e intentaron impedir los arrestos. Los agentes federales respondieron usando granadas de estruendo y gas pimienta.
En Paramount, ubicada a unos 32 kilómetros del sur del centro de Los Ángeles, también se usaron gases lacrimógenos y granadas de estruendo contra manifestantes frente a una tienda Home Depot.
En redes sociales, ICE describió la situación así: “Nuestros valientes agentes fueron ampliamente superados en número: más de mil manifestantes rodearon y atacaron un edificio federal”.
En respuesta a las protestas, la policía de Los Ángeles confirmó que realizó 29 arrestos, casi todos por negarse a dispersarse, una falta menor, según informó CBS News, medio asociado de la BBC en EU.
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