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Israel, Irán y los vientos de guerra en Medio Oriente
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Israel, Irán y los vientos de guerra en Medio Oriente

Consolidar la narrativa de Israel como víctima, boicotear el acuerdo nuclear entre Teherán y Washington, y evitar procesos por corrupción que podrían llevarlo a prisión, las razones de Netanyahu para atacar a Irán.
14 de junio, 2025
Por: Adrián Marcelo Herrera Navarro

Los recientes ataques de Israel contra Irán no fueron menores ni simbólicos: se trató de al menos cinco oleadas de misiles y drones dirigidos a objetivos clave en Natanz, Isfahán, Teherán, Qom, Tabriz y Kermanshah. Los blancos incluyeron infraestructuras del programa nuclear iraní y altos mandos militares. Todo apunta a que, además de ataques convencionales, hubo operaciones encubiertas de la Mossad dentro del territorio iraní, con sabotajes a sistemas antimisiles e incluso drones lanzados desde dentro del propio país, replicando tácticas ucranianas en territorio ruso.

Pero ¿por qué ahora? ¿Qué busca Israel provocando directamente a Irán? Las respuestas son tan políticas como estratégicas.

En primer lugar, el gobierno de Netanyahu necesita desesperadamente que Irán responda. Al provocar un contraataque, Israel podría consolidar su narrativa como víctima ante la comunidad internacional y recuperar el respaldo de Occidente en medio del creciente descrédito internacional por la masacre en Gaza. El objetivo es claro: re-legitimar su posición a través del miedo al enemigo común.

Segundo, los ataques llegan en un momento delicado para la diplomacia. Justo un día antes, Omán anunciaba una nueva ronda de negociaciones entre Washington y Teherán para reactivar el acuerdo nuclear. Reactivar el acuerdo era importante para mitigar las sanciones económicas contra Irán al mismo tiempo que le daba una victoria diplomática a Donald Trump -que dicho sea de paso, fue el encargado de eliminar el acuerdo ya existente- sin embargo, el gobierno israelí considera como una amenaza a su seguridad cualquier prospecto de un acuerdo con Irán, y con este ataque, cualquier posibilidad de acercamiento quedó eliminada.

El tercer punto es interno, pero igual de crucial. La coalición que mantiene a Netanyahu en el poder está en crisis, pues la oposición en el Knesset (el parlamento israelí) junta cada vez más apoyos en contra del gobierno, al punto que un día antes del ataque, la oposición había intentado disolver el parlamento y convocar elecciones anticipadas, lo que podría poner fin a su gobierno. De caer, Netanyahu enfrentaría procesos por corrupción que podrían llevarlo a prisión. Así que sí: el primer ministro israelí parece dispuesto a incendiar la región con tal de salvar su pellejo político.

En este complejo tablero internacional, Estados Unidos aparece como actor ambiguo. Se sabe que la Casa Blanca estaba renuente a un ataque israelí, al punto que Trump había advertido a Netanyahu que no tomara ninguna medida que pudiera poner en peligro las negociaciones entre Estados Unidos e Irán sobre un nuevo acuerdo nuclear. Trump buscaba un nuevo acuerdo con Irán para anotarse un triunfo diplomático. Sin embargo, esto es un tema complejo, pues de acuerdo con el medio Axios, diversas fuentes israelíes declararon que la animosidad de Trump con Netanyahu y su renuencia a apoyar el ataque fue solo de cara al público, pero que en privado Israel contó con el apoyo estadounidense para realizar dicho ataque. Aun cuando en privado haya apoyado los ataques, ahora a la Casa Blanca no le quedó más opción que respaldar en público a su aliado histórico.

La reacción regional, sin embargo, ha sorprendido. Arabia Saudita -que hasta hace poco era uno de los principales rivales de Irán- condenó en términos duros el ataque, refiriéndose a Irán como su “hermana república islámica”. No es que Riad vaya a salir en defensa de Teherán, pero esta postura sí revela fracturas serias en la red diplomática de Estados Unidos en la región. Otro giro interesante es el papel de Siria: de ser el gran aliado de Irán, pasó a ser -en la práctica- una plataforma de lanzamiento de misiles israelíes, evidenciando el grado de cooptación del régimen sirio tras la caída de Bashar Al-Assad.

Lo que sigue es incertidumbre. ¿Qué tan mesurada será la respuesta de Irán? En el pasado, sus represalias han sido calculadas, incluso coordinadas con Washington. No está claro si esto obedece a una estrategia prudente o a limitaciones técnicas. Lo cierto es que el presidente Masoud Pezeshkian enfrenta ahora una difícil tarea: equilibrar las presiones de los sectores moderados con la furia de los radicales, en particular la de una Guardia Revolucionaria que ha sido duramente golpeada.

El riesgo de una escalada regional es real. El conflicto ya no es entre dos enemigos históricos: se está configurando como un nuevo eje de confrontación con consecuencias imprevisibles para el orden internacional.

* Adrián Marcelo Herrera Navarro (@adrianmarcelo96) es maestro en Ciencia Política por El Colegio de México, con especialización en temas de seguridad nacional y relaciones internacionales.

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Imagen BBC
Cómo es la bomba “rompebúnkeres” que EU utilizó por primera vez para destruir las instalaciones nucleares de Irán
4 minutos de lectura

Altos funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmaron que se utilizó esta arma guiada con precisión, de 13.600 kilogramos de peso, en un ataque coordinado con Israel.

22 de junio, 2025
Por: BBC News Mundo
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Entre las armas capaces de atacar las instalaciones nucleares subterráneas de Irán, hay una que utilizó EE.UU. en la madrugada de este domingo: el penetrador de municiones masivo (MOP) GBU-57A/B, la mayor bomba no nuclear “rompebúnkeres” del mundo, propiedad exclusiva de Washington.

Altos funcionarios del Departamento de Defensa confirmaron el uso de esta arma guiada con precisión, de 13.600 kg de peso, algo que también hizo el Pentágono el domingo en la mañana.

Se confirmó que es la primera vez que se utiliza esta bomba.

EE.UU. dijo que el programa nuclear de Irán había sido “destruido”, pero la televisión iraní aseguró que los daños no eran importantes y que las bases habían sido evacuadas previamente.

Según el gobierno de EE.UU., el GBU-57A/B es una “gran arma penetrante con capacidad para atacar búnkeres y túneles construidos a gran profundidad y fortificados”.

Con seis metros de longitud, se cree que es capaz de penetrar aproximadamente 61 metros bajo la superficie antes de explotar. Pueden lanzarse varias bombas seguidas, perforando aún más con cada explosión.

Fabricado por Boeing, el MOP nunca se ha utilizado en combate, pero se ha probado en el campo de misiles de White Sands, una zona de ensayos militares estadounidense situada en el estado de Nuevo México.

Es más potente que la Massive Ordnance Air Blast (MOAB), un arma de 9.800 kg conocida como “la madre de todas las bombas”, que fue usada en combate en Afganistán en 2017.

Un gráfico de la BBC muestra el funcionamiento del rompebúnkeres. Los gráficos muestran su altura (6,25 metros), su peso (13.600 kilos) y la profundidad a la que puede penetrar el hormigón (60 metros).

Arsenal limitado

“Las Fuerzas Aéreas de EE.UU. se esforzaron en idear armas de un tamaño muy similar a la MOAB, pero con la carga explosiva contenida dentro de una caja metálica extremadamente dura. El resultado fue el GBU-57A/B Massive Ordnance Penetrator (MOP)“, explicó hace unos días Paul Rogers, profesor emérito de Estudios sobre la Paz en la Universidad de Bradford (Reino Unido).

En la actualidad, solamente el B-2 Spirit estadounidense –también conocido como el bombardero furtivo– está configurado y programado para lanzar el MOP.

El B-2, fabricado por Northrop Grumman, es uno de los aviones de guerra más avanzados del arsenal de las Fuerzas Aéreas estadounidenses.

De acuerdo con su fabricante, el B-2 puede transportar una carga útil de 18.000 kg.

Gráfico que muestra cómo funciona la bomba GBU-57A/B
BBC

Sin embargo, las Fuerzas Aéreas de EE.UU. afirman que han probado con éxito que el B-2 puede transportar dos GBU-57A/B, lo que supone un peso total de unos 27.000 kg.

Este bombardero pesado de largo alcance tiene una autonomía de unos 11.000 kilómetros sin repostar, y de hasta 18.500 km con un repostaje en vuelo, lo que le permite llegar a casi cualquier parte del mundo en cuestión de horas, según Northrop Grumman.

Rogers afirmó que si alguna vez se utilizara el MOP contra un enemigo con defensas aéreas modernas, como Irán, a los bombarderos B-2 se unirían probablemente aviones de ataque furtivos F-22 para la supresión de las defensas, seguidos de drones para evaluar los daños y determinar si son necesarios más ataques.

El experto calculó que Estados Unidos tiene un arsenal limitado de estas bombas MOP.

“Probablemente, tengan un arsenal operativo de unas 10 o 20 de esas bombas en total”, afirmó.

Personal militar estadounidense manejando una bomba de penetración masiva de municiones (MOP) colocada sobre un camión
Whiteman Air Force Base via Facebook
Se cree que el MOP es capaz de penetrar unos 61 metros debajo de la superficie antes de explotar.

Fordo

Fordo es la segunda instalación de enriquecimiento nuclear de Irán después de Natanz, la principal.

Está construida en la ladera de una montaña cerca de la ciudad de Qom, a unos 95 km al suroeste de Teherán. Se cree que comenzó a construirse hacia 2006 y que entró en funcionamiento en 2009, el mismo año en el que Irán reconoció públicamente su existencia.

Además de estar enterrada unos 80 metros bajo roca y tierra, Fordo está protegida por sistemas de misiles tierra-aire iraníes y rusos.

En marzo de 2023, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) detectó partículas de uranio enriquecido con una pureza del 83.7%, casi apto para armamento, en el emplazamiento.

“Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y un alto a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terror número uno del mundo“, dijo Trump este sábado en una declaración televisada, después de haber anunciado el ataque contra Fordo y otras dos instalaciones nucleares, la de Natanz y la de Isfahán.

Irán siempre ha dicho que su programa nuclear es totalmente pacífico y que nunca ha pretendido desarrollar un arma nuclear.

Pero, la semana pasada, la Junta de Gobernadores del OIEA, formada por 35 países, declaró que Irán había incumplido sus obligaciones de no proliferación por primera vez en 20 años.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asiste a una reunión con los líderes del G7 en la Cumbre de Líderes del G7, el 16 de junio de 2025, en Kananaskis, Alberta. Vestido con traje azul marino, corbata roja y un pin de EE.UU., se sienta a la mesa con las manos cruzadas
Getty Images
Los ataques estadounidenses en suelo iraní se dieron en coordinación con Israel, confirmaron el presidente Trump y el primer ministro de ese país, Benjamín Netanyahu.
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