Home
>
Analisis
>
Organizaciones
>
Blog de Intersecta
>
¿Fraternidad familiar?
Blog de Intersecta
Blog de Intersecta
Intersecta es una organización feminista dedicada a la investigación y a la promoción de políticas... Continuar Leyendo
12 minutos de lectura

¿Fraternidad familiar?

Desde 2016, el delito de violencia familiar es el segundo con más investigaciones penales abiertas en el país. El único delito que tiene más carpetas abiertas es el de robo. De ese tamaño es el problema, con todo y la cifra negra.
07 de mayo, 2020
Por: Adriana E. Ortega, Nicole Huete y Estefanía Vela Barba

En la conferencia matutina del 6 de mayo, una reportera le preguntó al presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el aumento en el número de llamadas relacionadas con la violencia contra las mujeres durante el confinamiento.1 Quería saber cómo estaba evaluando el gobierno este problema. El presidente le respondió que “no han advertido un incremento” en las denuncias. La reportera insistió, a lo que el presidente replicó que si bien “se partía del supuesto de que si se estaba más tiempo en las casas (…) podía darse más violencia familiar(,) esto no necesariamente está sucediendo porque no se puede medir con los mismos parámetros a todo el mundo”. “En México”, dijo, “tenemos una cultura de mucha fraternidad en la familia”. La reportera agregó que la familia es “también machista”. “Sí existe el machismo”, reviró el presidente, “pero también existe mucha fraternidad familiar. La familia en México es excepcional, es el núcleo humano más fraterno, esto no se da en otras partes, lo digo con todo respeto, o sea, son de las cosas buenas que tenemos”.

Muchas de las ideas expresadas por el presidente son francamente preocupantes. A continuación, argumentamos por qué.

1) hubo un aumento en los pedidos de auxilio en marzo

Lo primero que nos preocupa es la idea de que no han “advertido” un aumento en las denuncias. Actualmente, la ciudadanía cuenta con dos fuentes que permiten analizar si las personas recurren o no al Estado en busca de ayuda por casos relacionados con violencia familiar y con violencia contra la mujer. En concreto, está la información sobre las llamadas hechas al 911 y la referente a las carpetas de investigación abiertas por las fiscalías estatales del país —que son quienes lidian con el delito de “violencia familiar” —. Los últimos datos llegan hasta el 31 de marzo y son claros: sí hubo un aumento tanto en las llamadas al 911 relacionadas con la violencia contra la mujer, como en el número de carpetas abiertas en las fiscalías por el delito de “violencia familiar”.

Empezamos con las llamadas. Hace unos días, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) liberó el reporte mensual de llamadas al 911 relacionadas con la violencia contra las mujeres.2 El Reporte incluye seis distintas categorías de llamadas: aquellas relacionadas con “violencia contra la mujer”, “abuso sexual”, “acoso u hostigamiento sexual”, “violación”, “violencia de pareja” y “violencia familiar”. Si se juntan, solo en marzo de 2020, el SESNSP registró 115,614 llamadas. Son, en promedio, 155 por hora. Y son 21,096 llamadas más que en febrero (un aumento del 22% en la tasa) y 25,733 más que en enero de este año (un aumento del 28%). Si se comparan las cifras para cada marzo desde 2015, este último3 es el que tiene el mayor número de llamadas al 911. Las llamadas aumentaron. Los pedidos de auxilio incrementaron. Y de las seis categorías, la que más aumentó del año pasado a este –en un 64%– fue la de “violencia contra la mujer”.

¿Qué nos dicen los datos de carpetas de investigación? Solo en el mes de marzo, el número de investigaciones penales abiertas por el delito de violencia familiar en las fiscalías estatales ascendió a 20,232. Se abrieron, en promedio, 27 carpetas de investigación por hora. Son 2,438 más que las que se abrieron en febrero (un aumento en la tasa del 14%) y 4,381 más que las que se abrieron en enero de este año (un aumento en la tasa del 27%). Si se compara marzo de este año, con el de los últimos cinco años también hay un claro aumento. En marzo del año pasado, por ejemplo, se abrieron 16,397 investigaciones penales por violencia familiar. Es una diferencia de 3,835 carpetas (un aumento del 17% en la tasa).

De hecho, si se analiza cada uno de los meses desde 2015 –que es cuando se empezó a registrar este delito–, el mes de marzo de 2020 tiene la tasa más alta de apertura de investigaciones penales por el delito de violencia familiar. Lo increíble es que hubo un aumento a pesar de lo que distintas activistas y organizaciones han estado denunciando: que las mujeres están siendo rechazadas de las fiscalías cuando acuden a denunciar.

Dado que los datos llegan hasta el 31 de marzo, es difícil, por supuesto, atribuir el aumento a la política de quedarse en casa, que se implementó formalmente el 24 de marzo. Y para saber qué pasó en el mes de abril tendremos que esperar hasta el 20 de mayo, que es cuando el Secretariado Ejecutivo actualiza la información. Con la hasta ahora disponible, sin embargo, lo que no se puede afirmar es que las llamadas al 911 o las carpetas abiertas en las fiscalías relacionadas con la violencia familiar, en marzo, se quedaron igual. Sí aumentaron. Sí es un problema que se tiene que atender. La pregunta es cómo lo van a hacer.

2) La violencia en la familia es común

Lo que preocupa, sin embargo, no es solo el aparente desconocimiento de estos datos por parte del presidente, sino incluso su exaltación de la familia y su “fraternidad”. ¿Por qué? Porque la información existente en el país revela que la violencia familiar no es, realmente, excepcional. Sí: hay familias amorosas. Pero son millones las que no lo son también. Por eso una de las batallas básicas de las feministas ha sido, precisamente, la de desmontar el mito de la seguridad familiar y visibilizar la violencia que ahí ocurre.

Para dimensionarlo: de acuerdo con datos de la ENDIREH (2016), en México, el 44% de las mujeres mayores de 15 años han vivido al menos un incidente de violencia a lo largo de su última relación de pareja.4 ¡44%! Casi una de cada dos. El 40.1% reportó haber vivido violencia emocional, el 20.9% violencia económica, el 17.9% violencia física y el 6.5% violencia sexual. Estamos hablando de millones de mujeres. ¿Cómo calificar a esta violencia de excepcional?

De hecho, las agresiones experimentadas dentro de este contexto, superan a aquellas registradas en otros ámbitos. Por ejemplo, de las mujeres que reportaron haber contado con algún grado de educación, el 25.3% declaró haber vivido algún tipo de agresión durante su vida escolar; de aquellas que reportaron haber formado parte del mercado laboral, en algún punto de su vida, el 16.5% dijo haber experimentado al menos un incidente de violencia dentro de su lugar de trabajo.5 La familia, en otras palabras, al menos para las mujeres, parece ser el “núcleo” en el que se vive más violencia, no menos. Ese soñado espacio de “fraternidad”, para millones, insistimos, no es tal.

Ahora: el presidente tiene razón en el hecho de que la violencia familiar rara vez se denuncia (de las que vivieron violencia en la pareja, según la ENDIREH, el 78.6% no pidió apoyo a ninguna institución, ni presentó una queja o denuncia). A pesar de ello, desde 2016, el delito de violencia familiar es el segundo con más investigaciones penales abiertas en el país. El único delito que tiene más carpetas abiertas es el de robo. De ese tamaño es el problema, con todo y la cifra negra.

A todo esto hay que agregar, además, los asesinatos que ocurren en casa.6 Las Estadísticas de Mortalidad del INEGI, indican que, entre el 2000 y el 2018, del total de mujeres víctimas de homicidio, a 3 de cada 10 las asesinaron dentro de sus propios hogares (a los hombres, solo a 1 de cada 10 los asesinaron ahí). En el caso de las mujeres mayores de 65 años asesinadas, en este periodo de tiempo, a 6 de cada 10 las mataron en su casa. Para ellas la casa es el espacio de mayor riesgo.

Si bien en la mayoría de los casos no se registra si los homicidios ocurrieron o no en un contexto de violencia familiar, cuando sí se registra, el 57% de los asesinatos de las mujeres sí ocurrieron en un contexto de violencia familiar, mientras que en hombres estos disminuyen a 16%.7 De igual manera, en los pocos casos en los que se registró un vínculo de parentesco entre la víctima y su presunto agresor,8 en mujeres en el 50% de los casos quienes las asesinaron —todo indica— fueron sus propias parejas. En contraste, las parejas de los hombres no alcanzan ni el 1% como responsables de estos asesinatos.9

Los datos también revelan que, pese a los esfuerzos que en décadas recientes se han hecho por disminuir la violencia en casa, los homicidios en la vivienda simplemente no se han logrado reducir. El problema persiste. No sabemos si estos homicidios han aumentado durante la pandemia, esto es cierto. Y no lo sabremos sino hasta finales del 2021 que es cuando el INEGI publicará los datos del 2020. Lo que sí podemos afirmar es que si era una preocupación antes de la pandemia y el confinamiento, nuestros esfuerzos por reducirlos no solo no deben parar, sino que se deben redoblar.

3) ¿“Fraternidad” o trabajo no remunerado?

El Presidente insistió que en las familias mexicanas hay mucha “fraternidad”. Es difícil saber exactamente a qué se refiere con fraternidad, pero podemos suponer que, al menos parcialmente, su aseveración se relaciona con los cuidados que se proporcionan al interior de las familias. Lo que omite especificar es quiénes dentro de las familias son “fraternas” con los demás integrantes. Y no, el femenino no es gratuito.

Para todos los indicadores10 que tenemos disponibles sobre trabajo doméstico no remunerado, así como trabajo de cuidados, existe una brecha considerable entre hombres y mujeres. Son las mujeres quienes en promedio invierten más horas para realizar trabajo del hogar, cuidados de menores y cuidados de personas mayores, con enfermedad o con discapacidad; todos, por supuesto, sin pago. El porcentaje de mujeres que realiza dichos trabajos es también considerablemente mayor al de los hombres, para todos los rangos de edad, y el tiempo que le dedican casi triplica al de ellos.

Para dimensionarlo: mientras que las mujeres y niñas, en promedio, reportan realizar 48 horas de trabajo no remunerado a la semana, los hombres reportan 19. La diferencia es prácticamente de 29 horas. Cuando este trabajo se desagrega por tipo de labores, donde existe más disparidad es en los quehaceres domésticos –cocinar, planchar, limpiar–, en las que las mujeres invierten 25 horas a la semana en promedio contra 10 horas invertidas por los hombres. Es decir: dos veces y media lo que ellos.

Es en el cuidado de personas con alguna enfermedad, mayores de 60 años o con alguna discapacidad en donde la cancha está más pareja: las mujeres mexicanas, en promedio, dedican 35 horas a la semana —más o menos cinco horas al día— a este fin. Los hombres, por otro lado, dedican casi 24 —menos de tres horas y media por día—. La brecha semanal es de 11 horas y media. En cambio, cuando de cuidar a niñas, niños y adolescentes se trata, la diferencia crece considerablemente otra vez: mientras que las mujeres dedican casi 50 horas a la semana a esta actividad —lo que equivale a más de una jornada laboral de ocho horas, seis días a la semana—, los hombres solamente dedican 25. Dicho de otro modo: las mujeres en México invierten el doble del tiempo de manera semanal que los hombres a proporcionar cuidados de menores.

Pero eso no es todo. Siete de cada diez niñas y casi ocho de cada diez mujeres adolescentes en México realizan algún tipo de trabajo no remunerado dentro del hogar, mientras que en los niños y los adolescentes solamente son cinco de cada diez. Paradójicamente es en esos rangos de edad donde la brecha es más pequeña. Según los datos del INEGI, únicamente 58 de cada 100 hombres de entre 55 y 64 años realizan labores domésticas no pagadas, mientras que para las mujeres son 94 de cada 100. La diferencia es de 36 puntos porcentuales.

El porcentaje de hombres que realiza trabajo no remunerado dentro del hogar nunca supera los 64 puntos. ¿Y quiénes cargan con la responsabilidad de realizar el trabajo doméstico que permite a esos hombres vivir y trabajar? Los datos sugieren que las mujeres: 85 de cada 100 mujeres de entre 18 y 24 años —contra 52 hombres—, 92 de cada 100 de entre 25 y 34 años —contra 61 hombres—, 95 de cada 100 de entre 35 y 44 años —contra 63 hombres— y 95 de cada 100 mujeres de entre 45 y 54 años —contra 61 hombres— reportan realizar este tipo de trabajo.

Y es trabajo que, al menos para las mujeres, nunca para. En el caso de las personas mayores de 65 años, a quienes el presidente comúnmente hace referencia, solamente dos de cada diez mujeres en ese rango etario reportan no realizar trabajo no remunerado, contra cinco de cada diez hombres. Esto nos muestra no solamente una clara diferencia entre quiénes, efectivamente, llevan a cabo las labores domésticas, sino también entre quiénes pueden decidir no hacerlas.

Lo que nos sugiere toda esta información es que eso que el presidente llama “fraternidad”, muchas veces es en realidad trabajo no pagado de niñas, adolescentes y mujeres mexicanas. Un trabajo que sistemáticamente se invisibiliza y minimiza, salvo —parece— cuando se trata de exaltar a “la familia”. La misma “familia” que, como vimos, no duda en denigrar y humillar a estas mujeres. Más que alabar esta realidad, hay que luchar porque cambie. Las mujeres no pueden esperar más. No merecen esperar más.

* Adriana E. Ortega (@adriananana_) es analista de datos de Intersecta, Nicole Huete (@NicHuete) es analista de políticas públicas de Intersecta y Estefanía Vela (@samnbk) es Directora Ejecutiva de Intersecta.

 

 

1 El intercambio puede encontrarse a la hora 2:25:38 de la conferencia matutina, misma que está disponible en línea. También puede leerse en la versión estenográfica de la conferencia.

2 Los datos por desgracia no están en formato abierto. Y es muy difícil ver la evolución de las llamadas a nivel de las entidades federativas a lo largo del tiempo. Sería ideal que esto cambiara y el Secretariado Ejecutivo liberara la base en formato de datos abiertos. El contexto lo amerita.

3 Si se comparan las cifras de marzo con las de enero y febrero de este año, puede verse un aumento en todas, sin excepción. Si se comparan las cifras de marzo de este año, con las de marzo de los últimos cinco años, también puede verse un aumento en todas las categorías, con excepción de la relacionada con “violencia en la pareja”, que bajó en comparación con del último año (pero como quiera, es importante decirlo, estamos hablando de 22,628 llamadas hechas en un solo mes). Para efectos de este texto, hemos sumado los seis tipos de llamadas.

4 La ENDIREH solo está diseñada para medir la violencia que viven las mujeres, no la que afecta a los hombres. Por esta razón, no sirve para comparar sus experiencias en lo que a la violencia en la pareja y familiar se refiere. La única encuesta que permite hacer un comparativo por sexo de las violencias perpetradas por familiares es la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE), que mide la incidencia delictiva en personas adultas. Esta muestra que ciertos delitos, cuando son perpetrados por familiares, como es el caso de las amenazas, las lesiones y la violación, las víctimas son abrumantemente mujeres.

5 Estos datos pueden ser consultados en los tabulados de la ENDIREH 2016. Los tipos de violencia que se registran en los diferentes ámbitos son: emocional, física y sexual. Cabe señalar que en el ámbito de la pareja también se incluye la violencia patrimonial o económica.

6 Usamos el concepto de “homicidios” y “asesinatos” porque, actualmente, no es posible saber cuántos feminicidios hay en el país. La única información que tenemos es sobre el número de homicidios de mujeres que están siendo clasificados como feminicidios por las fiscalías al momento de iniciar una investigación penal, sin que quede claro por qué los clasifican así.

7 Entre 2003 y 2018, en el 95.6% de los homicidios de los hombres y en el 91.9% de los homicidios de las mujeres no se registró si hubo o no un contexto de violencia familiar.

8 Entre 2012 y 2017, en el 97.9% de los homicidios de los hombres y en el 95.1% de los homicidios de las mujeres no se registró si hubo o no un vínculo de parentesco entre la víctima y su presunto agresor; en el 0.6% de los casos de los hombres sí se registro un vínculo de parentesco, mientras que en las mujeres, se registró en el 3.6% de los casos.

9 Data Cívíca & Área de Derechos Sexuales y Reproductivos, Claves para entender y prevenir los asesinatos de las mujeres en México, 2019.

10 INEGI. Encuesta Intercensal 2015. Los datos se encuentran disponibles para consulta en el apartado Uso del tiempo del Atlas de Género.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Victoria regia: la asombrosa planta sudamericana que transformó los espacios en los que vivimos (y sigue inspirando revoluciones)
11 minutos de lectura

Un encuentro en la selva desencadenó una carrera entre jardineros, nobles, inventores… y transformó los espacios en los que vivimos.

06 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0
Victoria amazonica (Victoria regia) fotografiada en Guyana: flor blanca abierta y hojas flotando
Getty Images
Unos nenúfares que no solo fascinan por su increíble tamaño, capaz de soportar el peso de un niño, sino también por cómo transformaron la arquitectura.

El 1 de enero de 1837, mientras luchábamos contra las dificultades que las plantas del río Berbice presentaban a nuestro avance, vi en un pequeño arroyo una hoja gigantesca, cuyo borde se alzaba unos centímetros sobre el agua; y al acercarme más, me impresionó la aparición de una flor que, por su magnífica belleza, superaba todo lo que había visto hasta entonces“.

Así relató Sir Robert H. Schomburgk, explorador y botánico alemán al servicio del Imperio británico, en el Journal de la Real Sociedad Geográfica, su primer encuentro con la majestuosa planta acuática que pronto cautivaría a sus contemporáneos.

Schomburgk no fue el primero en maravillarse con semejante espectáculo.

Décadas antes, el naturalista checo-alemán Thaddäus Haenke ya había registrado sus hojas colosales cerca de la frontera entre Bolivia y Paraguay, y poco después el francés Alcide d’Orbigny también la describió durante sus viajes por Sudamérica.

Aun así, ni entonces ni ahora se atenúa el asombro que provoca contemplar por primera vez esta extraordinaria creación de la naturaleza.

Al Museo Nacional de Historia Natural de París llegaron hojas, flores y semillas, pero no les prestaron mucha atención.

En Reino Unido sucedió todo lo contrario.

El país estaba obsesionado por la botánica, con nuevas plantas llegando a diario, a medida que se exploraban nuevos territorios que se sumaban al que llegaría a ser el Imperio más grande del mundo.

La Guyana, en ese entonces llamada British Guiana, había sido cedida por los neerlandeses a los británicos dos décadas antes, pero hasta el viaje de Schomburgk aún era virtualmente desconocida para los europeos.

El hallazgo en ese lugar de tan formidable especimen coincidió con el ascenso al trono de la joven Victoria, así que no extraña que llevara su nombre: Victoria regia (más tarde Victoria amazonica).

Fue instantáneamente aclamada como una de las maravillas de la época victoriana y no sólo provocó una fascinación entre sus súbditos, sino también una feroz competencia entre los aristócratas por lograr que esa joya tropical floreciera lejos de su tierra natal.

Pero además, sus hojas inspiraron el diseño del Crystal Palace (el Palacio de Cristal) de Londres, un hito por su audacia y ligereza cuyo uso pionero de hierro y vidrio a gran escala así como su nueva concepción del espacio interior lo convirtió en piedra fundacional de la arquitectura moderna.

Imagen de la época mostrando panorámica del Crystal Palace
Getty Images
El Crystal Palace fue construido en apenas unos seis meses. Tenía más de medio kilómetro de largo y casi 300.000 paneles de vidrio, cada uno soplado artesanalmente.

Hoy seguimos viviendo su legado.

Su influencia -tanto técnica como conceptual- perdura en la mayoría de los edificios contemporáneos que privilegian la ligereza, la transparencia, la funcionalidad y la industrialización de los materiales.

La obsesión

Cuando las semillas de Victoria regia llegaron a Inglaterra, el reto de cultivarlas absorbió a algunos de los personajes más eminentes y emprendedores de la época.

No era porque se esperara que la nueva planta fuera fuente de algún remedio desconocido para la medicina o de alguna gran riqueza hasta entonces inexplotada, subraya Tatiana Holway en su libro “La flor del Imperio”.

La razón era la pasión… por las flores.

Todas las flores, desde las más comunes hasta las más raras, enloquecían a la sociedad británica de esa era, al punto que, quienes se podían dar el lujo, no dudaban en pagar más del equivalente de US$10.000 por un nuevo especimen.

Agrégale, en el caso de ese nenúfar amazónico, otros ingredientes: la aventura de encontrarla, traerla a Inglaterra y el desafío de hacerla crecer, lo que implicaba ambición hortícola, visión científica y fascinación por lo exótico.

Encima, por mucho que lo intentaron, resultó dificilísimo cultivarlas.

Aunque en el famoso jardín botánico londinense Kew Gardens los especialistas lograron que las semillas germinaran, no pudieron mantener vivas a las plantas durante los inviernos.

Crucialmente, allí y en los otros jardines botánicos y colecciones privadas que recibieron algunas de las semillas que envió Schomburgk, los horticultores y botánicos fracasaron en su empeño por que la Victoria regia floreciera.

Eso añadió un nuevo ingrediente que alimentó la obsesión: la gloria que supondría ser el primero en despertar la floración.

Así se desató una feroz competencia entre los aristócratas más acaudalados, cada uno empeñado en verla abrir sus pétalos en sus dominios.

Hoja vista por el revés
Getty Images
Las flores se convirtieron en objeto de deseo, pero fueron las hojas las que inspirarían una transformación.

La carrera por conseguirlo se tornó en un espectáculo cuyo público era internacional, y su escenario, los invernaderos desplegados por toda Inglaterra.

El más grande de todos, de hecho el edificio acristalado más grande del mundo en esa época, se llamaba el Great Stove (literalmente ‘la gran estufa’), y estaba en los jardines de Chatsworth House, el hogar ancestral de la familia Cavendish, cuyos varones primogénitos heredan el título de duque de Devonshire.

El duque y el jardinero

William Cavendish, el duque de Devonshire, dedicaba su atención a las plantas exóticas de su invernadero, asistido por un joven jardinero que pronto se haría célebre: Joseph Paxton.

Paxton era el hijo de un agricultor, y había sido uno de los primeros jóvenes en pedir una plaza en los jardines de entrenamiento de la nueva Sociedad Hortícola.

Fue una idea tremendamente atinada, porque de ahí fluyó su futuro.

El duque lo había contratado cuando tenía 23 años, y le había concedido la libertad de entregarse a sus pasiones en todos los aspectos de la horticultura, incluida la nueva y muy exclusiva ciencia de la construcción de invernaderos.

Ambos rebosaban de entusiasmo y planes ambiciosos, y con el dinero del duque y la imaginación del jardinero, comenzaron a experimentar con el vidrio, creando espacios que recreaban lugares distantes y ampliando la ciencia de la horticultura de formas novedosas.

Fue para resolver el problema de acomodar la creciente colección de plantas exóticas del duque que Paxton diseñó y construyó el Great Stove, que se extendía casi 70 metros de un extremo a otro y se alzaba más de 20 metros.

El costo fue enorme, pero el resultado, mágico, como comprobó en una visita la reina Victoria.

Quedó encantada con un paseo en carruaje en su interior, iluminado por 5.000 velas, con aves tropicales volando entre la exótica vegetación, peces en los estanques, cristales de roca y escaleras en espiral para poder ver las cimas de los árboles.

Nunca se había hecho nada parecido.

Foto del siglo XIX del conservatorio
Dominio Público/Foto: Charles Latham
Cuando Charles Darwin visitó el Great Stove en 1845, escribió: “Quedé cautivado por el deleite… La parte acuática se asemeja más maravillosamente a la naturaleza tropical de lo que hubiera imaginado”.

Lo que ni la reina, ni ninguno de los otros visitantes veían era lo que generaba ese calorsito que sentían al entrar al lugar.

Era una hazaña silenciosa.

Con ocho calderas ocultas, se mantenía la temperatura para simular una zona templada en un extremo y una zona subtropical en el otro.

Había túneles para transportar el carbón que alimentaba las calderas sin que los encargados fueran vistos, y tenía ventiladores en los cimientos de mampostería y en el techo para hacer circular el aire.

Las chimeneas también estaban escondídas para que el humo y vapor salíera lejos, en lo alto de una colina.

Así que cuando empezaron los intentos de cultivar Victoria regia en Inglaterra, entre todos los invernaderos importantes del país, incluido el de Kew Gardens, el Great Stove no sólo era el más grande, sino también el más avanzado.

Eso, y la fórmula de éxito: Paxton estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que floreciera, y Cavendish, dispuesto a pagar para que así fuera.

Pero el horticultor y el duque sólo recibieron semillas de esa planta amazónica por primera vez en 1849, más de una década después de que Schomburgk se topara con ella en Guyana y enviara un lote pequeño a Londres.

Capullos

En sus años de experiencia, Paxton había comprendido que si quería hacer que una planta floreciera, tenía que entender de dónde venía.

Sabía que para la Victoria regia necesitaba crear un entorno donde el agua se mantuviera en movimiento, así que instaló unas pequeñas ruedas en el estanque en el que las iba a cultivar.

Para mantener la temperatura adecuada, colocó tuberías bajo la tierra en el fondo.

Y se aseguró de que el agua tuviera lo necesario para alimentar las plantas.

Pronto sus plántulas empezaron a crecer, con la rapidez impresionante que las caracteriza: en su habitat natural, sus hojas pueden alcanzar un diámetro de unos tres metros a una velocidad increíble, de hasta 2,5 centímetros por hora.

En los invernaderos no alcanzaban semejantes proporciones, pero aun así desplegaban expansiones sorprendentes en poco tiempo.

Cuando el verano terminó, y las noches se hicieron más largas, Paxton supuso que sus Victoria regia morirían, como había sucedido hasta entonces.

No obstante, canceló un viaje que tenía previsto y le pidió al duque que le permitiera quedarse con ellas.

Y a principios de noviembre, le escribió para contarle que había salido un botón, que se había abierto, y que luego un tinte rosado se había extendido desde el centro hasta los bordes del pétalo.

Dibujo de la hija de Paxton sobre una hoja y él mirando
Dominio Público
Paxton demostró cuán asombrosas eran las hojas de la Victoria regia poniendo a su hija a flotar sobre una de ellas.

Paxton había ganado la competencia, y su premio era el prestigio.

Ufano, le escribió al director de Kew Gardens, Sir William Jackson Hooker.

“Estimado Sir William:

“La Victoria regia está ahora en plena floración en Chatsworth y continuará así, creo yo, durante una quincena o más, pues hay una sucesión constante de capullos asomando.

“Lo más probable es que sus plantas ya estén mostrando algo para este momento. Y si no, contemplar esta planta merece un viaje de mil millas.

“Tenemos hojas de casi cinco pies de diámetro (≈ 1,5 metros), y en este momento la planta tiene trece hojas”.

Un mundo acristalado

Con el tiempo se descubriría cuán extraordinarias eran estas flores que tanto esfuerzo había costado cultivar en Inglaterra y luego en Europa.

En 24 horas, cambian de género.

La primera vez que se abren, cuando se oculta el Sol, las flores son blancas, femeninas y receptivas al polen de otras plantas.

Atraen a una especie de escarabajos con un aroma dulce y envolvente, y lo animan a quedarse en su interior con un nectar delicioso y una temperatura más cálida que la ambiental, para que dejen el polen que traían.

Pero ser polinizada es solo la mitad de la batalla.

El nenúfar ahora debe asegurarse de que su propio polen sea transportado a otra flor.

Así que se cierran cuando sale el Sol, con los escarabajos adentro, y se transforman en flores masculinas, con polen.

Cuando las flores se abren la segunda noche, ya no son blancas sino rosadas, sin aroma ni calidez en su interior, todo para obligar a su inquilino nocturno a irse en busca de otra flor blanca a la cual polinizar.

Flor rosada
Getty Images
La segunda noche, las flores son rosadas y su género es otro.

Si bien las flores y otras características de la Victoria regia son fascinantes, fueron sus hojas, vastas y perfectamente estructuradas, las que llevaron a Paxton a intuir un principio capaz de transformar no solo los invernaderos, sino la arquitectura misma.

Deslumbrado por el entramado íntimo de aquellas hojas, no se conformó con admirarlas: las estudió con la precisión de un ingeniero.

Le maravillaba su extraordinaria capacidad de carga, sostenida por una red de venas acanaladas que formaban vigas y arcos naturales.

En 1849, tras lograr la primera floración en Chatsworth, colocó a su hija Annie, de 7 años, sobre una de las hojas gigantes para demostrar su solidez; la imagen apareció poco después en el Illustrated London News, una suerte de declaración pública de lo que aquella planta le había revelado y de lo que imaginaba construir.

“La naturaleza fue la ingeniera”, declararía en 1850 ante la Royal Society of Arts, mientras mostraba una hoja de Victoria regia como ejemplo de un principio estructural perfecto.

“La naturaleza ha dotado a la hoja de vigas y soportes longitudinales y transversales que yo, inspirándome en ella, he adoptado en este edificio”.

Se refería al Crystal Palace, una estructura que parecía desafiar las nociones mismas del espacio y la materia: vasta, transparente, casi ingrávida.

Paxton había pasado de ser un innovador en la jardinería al creador de un proyecto arquitectónico único.

Crystal Palace por dentro
Getty Images
El Crystal Palace fue el primer gran edificio que creó un “clima artificial” a escala masiva, y era desmontable, modular y totalmente prefabricado.

Su sistema de crestas y surcos, inspirado directamente en la geometría de la hoja, era capaz de sostener grandes superficies de vidrio con una ligereza inaudita y a su vez resistente, formada por piezas estandarizadas de hierro y vidrio que podían fabricarse en serie y ensamblarse como un gigantesco mecanismo.

El resultado fue algo sin precedentes: un colosal universo acristalado, casi irreal.

Es difícil imaginar la sensación de asombro que debieron experimentar los visitantes de ese entonces al contemplar aquel prodigio de vidrio y hierro que alojaba la Gran Exposición de 1851.

Su transparencia desorientaba la mirada; apenas proyectaba sombra, y su vastedad parecía desafiar las nociones mismas de espacio y materia.

La prefabricación, el diseño modular, el uso de la luz como material arquitectónico, inauguró una nueva manera de concebir los edificios, y vivimos en su legado.

El Crystal Palace brotó de la Victoria regia, “tan naturalmente como los robles crecen de las bellotas”, escribió Charles Dickens, y las hojas que lo inspiraron han alimentado la imaginación de artistas y arquitectos durante más de un siglo y medio.

Los científicos continúan estudiándolas, desentrañando sus secretos en busca de nuevas lecciones de ingenio.

Ligeras pero extraordinariamente fuertes y eficientes en el uso de la luz, sus estructuras sugieren caminos para la ingeniería, las construcciones flotantes y las tecnologías energéticas.

línea
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...