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La justicia y sus (muy limitados) datos

Después de más de diez años de investigación continua, hemos identificado cuáles son los problemas estructurales en la forma en que el sistema de justicia penal en México produce, gestiona y publica sus datos.
26 de diciembre, 2025
Por: Susana Camacho y Valeria Campuzano

Desde 2013, México Evalúa ha publicado Hallazgos evaluación y seguimiento del sistema penal en México, el reporte más completo sobre la procuración de justicia penal en el país. Es un proceso largo que comienza en los primeros meses del año con la definición de la estructura del análisis y el envío de solicitudes de información —tan solo este año fueron más de 500—. Continúa con el análisis de información cuantitativa y cualitativa, y culmina con la interpretación de resultados orientada a hacer el tema accesible para cualquier audiencia. Así, después de más de diez años, hemos identificado cuáles son los problemas estructurales en la forma en que el sistema produce, gestiona y publica sus datos.

Realizar reportes de seguimiento al sistema de justicia penal mexicano es un ejercicio democrático necesario, pero sumamente desafiante. Su complejidad y sus barreras fragmentan y dificultan su investigación. Los resultados revelan no sólo el estado del sistema de justicia, sino las limitaciones para analizarlo.

Con motivo de la próxima publicación de Radiografía del sistema de justicia penal de México Evalúa, compartimos aquí los siete retos que las autoridades deben atender para un mejor análisis y evaluación del sistema de justicia penal en México.

Reto 1. Disponibilidad limitada de información pública

Actualmente las dos principales fuentes abiertas de información en temas de justicia son: dos censos del INEGI —Censo Nacional de Impartición de Justicia Estatal (CNIJE) y Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal (CNPJE)— y los datos por delito del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Comparando el sector justicia con otros ámbitos, son muy pocas las fuentes abiertas. Ello restringe los ejercicios de análisis independiente y debilita los mecanismos de rendición de cuentas.

Si bien los censos cubren dos partes importantes del proceso penal, quedan vacíos que únicamente se pueden obtener mediante solicitudes de acceso a la información. Sin embargo, esto se ha limitado aún más, sobre todo a partir de la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Estas lagunas informativas se presentan sobre todo al hacer análisis por delitos, un examen crucial para definir políticas públicas encaminadas a abordar fenómenos criminales concretos.

Reto 2. Recorte de las fuentes de información

En 2025 recibimos la noticia de que la base de datos del Modelo de Evaluación y Seguimiento de la Consolidación del Sistema de Justicia Penal (MES), de la Secretaría de Gobernación, se dejó de actualizar porque no es prioridad para la actual administración. Ni siquiera se puede entrar al sitio donde publicaban indicadores estratégicos. A lo largo del tiempo, bases de datos y reportes oficiales han dejado de actualizarse o han desaparecido por recortes presupuestales, reestructuraciones administrativas o cambios de prioridades institucionales. Esta inestabilidad en las fuentes limita los análisis a través del tiempo con los que se podrían identificar patrones relevantes.

Reto 3. Periodicidad en la publicación de la información

En muchos casos, los datos se difunden con uno o incluso dos años de retraso. Por ejemplo, apenas en noviembre de 2025 se publicaron los datos de los tribunales de 2024. Este desfase limita su utilidad para la toma de decisiones oportunas y basadas en evidencia. Asimismo, la periodicidad anual limita mucho el tipo de análisis que se les puede aplicar, dejando fuera la posibilidad de hacer evaluaciones de impacto o de modelos que ahonden en causalidad.

Reto 4. Datos sin homologación

Sorprendentemente, cada fiscalía y cada tribunal define, clasifica y registra la información de manera distinta. No hay un formato único en para llevar el registro de carpetas de investigación ni de causas penales, cada entidad lo hace como mejor le acomode. Tampoco ha fortalecido sus capacidades institucionales con personal que, además de apoyar en sistemas informáticos, pueda analizar la información para definir políticas institucionales. Quienes recopilan la información suelen ser ingenieros en sistemas o personal administrativo (sin ningún conocimiento especializado en temas penales o políticas públicas en general), y su labor se limita a sistematizar los casos en archivos de Excel. Incluso algunos estados nos han reportado que no llevan ningún registro digital de sus carpetas de investigación. Es el caso de Morelos, donde su trabajo todavía se fundamenta en expedientes de papel.

Reto 5. Calidad de los datos

Con todo lo anterior, no es sorpresa que la mayoría de los datos no pasen procesos de validación ni verificación que aseguren su veracidad y calidad. Errores de captura, campos incompletos, inconsistencias internas y cambios metodológicos sin documentar impactan la confiabilidad de la información y obligan a destinar esfuerzos significativos a procesos de limpieza y transformación de datos. Por ejemplo, en reiteradas ocasiones lo que fiscalías y tribunales nos reportan en sus respuestas a nuestras solicitudes de información, no coincide con lo que reportaron al INEGI.

Reto 6. La escasa comunicación e interoperabilidad entre instituciones

El Código Nacional de Procedimientos Penales establece que en el proceso penal intervienen: Policías, Fiscalías, Tribunales, Defensorías Públicas, las Unidades de Medidas Cautelares, los Centros de Justicia Alternativa, además de los centros de atención a víctimas e incluso los centros penitenciarios. Parecería obvio que estas instituciones deben trabajar de forma conectada e incluso tener algún sistema que integre sus operaciones. En la práctica, solamente el sistema de justicia del estado de Querétaro está interconectado mediante un sistema propio: Cosmos. En el resto de las entidades, las instituciones operan de forma aislada. Ello impide dar seguimiento a los casos a lo largo de todo el proceso penal y dificulta la medición integral de la impunidad y las fallas sistémicas.

Reto 7. Lenguaje altamente técnico

La barrera de lenguaje que enfrentan los ciudadanos contribuye al desinterés público por la justicia —que a diferencia de la seguridad, no suele percibirse como un problema inmediato o cercano—. Los datos que nos dicen algo del sistema de justicia penal deben traducirse en mensajes que comprenda la ciudadanía para que se involucre en ella. Pero a la vez, necesitan conservar el rigor técnico que requieren las instituciones para tomar decisiones de política pública.

La limitada investigación en este ámbito no es casual: responde a barreras institucionales que dificultan el análisis riguroso y constante a través del tiempo. Reconocer los retos es un paso necesario para transformar los datos en insumos útiles para la toma de decisiones públicas.

En ese sentido, la próxima publicación del reporte de Radiografía del sistema de justicia penal y el desarrollo de la plataforma Data Justicia buscan fortalecer la evaluación del sistema de justicia penal e invitar a las instituciones a mejorar sus prácticas en datos.

* Susana Camacho es coordinadora del Programa de Justicia de México Evalúa y Valeria Campuzano es investigadora en dicho programa.

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Imagen BBC
“Feliz Navidad”: la canción de José Feliciano que llevó el español a la Navidad global
7 minutos de lectura

De seguro escuchas esta canción todos los años, aunque sea por casualidad al encender la radio. Lo que no sabes es que José Feliciano, el puertorriqueño que la compuso, enfrentaba uno de los momentos más difíciles de su carrera cuando se sentó a escribirla.

24 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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José Feliciano nació en Lares, Puerto Rico, y a los 5 años se mudó a Nueva York, en donde cultivó su carrera artística.

Son solo dos frases, acompañadas por el sonido de una guitarra, cantadas en inglés y en español. Pero esa sencillez, precisamente, convierte a “Feliz Navidad” en un clásico de las fiestas.

Y no solo en América Latina. El hit del puertorriqueño José Feliciano conquista las ondas radiales -y ahora las playlists- del mundo anglosajón desde su estreno en 1970.

Es la única canción de un artista latino en el Holiday 100 de Billboard, lista festiva en la que ocupa el duodécimo lugar.

Versionada por estrellas como Celine Dion, Michael Bublé, Raphael y Gloria Gaynor, también tiene adaptaciones inesperadas: desde el K-pop de BTS hasta el metal de It Dies Today.

“Ha sido tan versionada por su sencillez y facilidad de réplica. Pero también por ser bilingüe. Cuando Feliciano sacó esta canción, había muy poca música navideña bilingüe y eso la hizo inmediatamente memorable y especial”, le dice a BBC Mundo Leila Cobo, presidenta de Billboard Latin.

Cobo agrega que “Feliciano escribió el tema casi de broma”.

“De hecho, no quería grabarlo por lo simple que era. Fue el productor quien insistió”, añade.

El productor era Rick Jarrard, quien más tarde se convertiría en su gran amigo y colaborador. Fue él quien además le pidió que escribiera un sencillo para el álbum que también terminaría llamándose “Feliz Navidad”.

Un joven José Feliciano se presenta en el Newport Folk Festival, en Rhode Island, en 1964. Lleva una camisa de botones blanca, su guitarra en mano y unas gafas oscuras en la cara. Está sentado frente a un micrófono de la época.
Getty Images
José Feliciano ganó dos Grammy en 1968, con apenas 23 años. Pero ese mismo año vivió uno de los momentos más difíciles de su carrera artística.

“Sentí pánico”, contó el artista en una entrevista con el programa Today de NBC News.

“Porque se han escrito tantas canciones navideñas maravillosas, por gente como Irving Berlin. Y pensé: bueno, ¿cómo voy a escribir una canción que esté a la altura de esas?”, sostuvo.

Pero lo hizo.

Ahora Feliciano -con 80 años, siete premios Grammy y un Latin Grammy en más de seis décadas de trabajo- suena cada Navidad alrededor del mundo.

Sin embargo, la inspiración para el tema que lo inmortalizó le llegó en uno de los momentos más oscuros y difíciles de su carrera.

El golpe del himno nacional

El éxito musical de José Feliciano, un artista ciego de nacimiento, oriundo de Lares, un pueblo del oeste rural de Puerto Rico, comenzó en la década de los 60.

Para entonces cantaba en inglés. Su familia había emigrado a Nueva York cuando él tenía tan sólo 5 años. Allí aprendió guitarra y mezcló los ritmos latinos con el soul y el blues en los escenarios de Greenwich Village.

En 1968, gracias a su versión de Light My Fire de The Doors, ocupó los primeros lugares en las listas de Billboard y recibió dos Grammy.

Algunos críticos lo consideraban por entonces uno de los mejores guitarristas vivos, con una enorme inventiva y capacidad interpretativa.

Pero esa originalidad no siempre fue entendida y ese mismo 1968 le supuso un enorme costo al artista.

Era 7 de octubre y un joven Feliciano de 23 años llegó con sus gafas de sol y su guitarra al quinto partido de la Serie Mundial de Béisbol entre los Tigres de Detroit y los Cardenales de San Luis.

Frente a un estadio lleno entonó el Star Spangled Banner, el himno nacional estadounidense. Lo hizo de forma poco convencional, con toques de blues, soul y jazz, y mucho ritmo, lejos de la solemnidad tradicional.

Los Tigres ganaron, pero luego del juego de lo que menos se habló fue del deporte.

La interpretación de Feliciano fue repudiada por gran parte de los presentes, quienes le abuchearon, por considerar su versión una falta de respeto. Los medios, por su parte, tildaron su forma de cantar como un “sacrilegio”.

José Feliciano, con su guitarra en mano, sentado frente a un micrófono, con su cabello hasta los hombres y bigote, participa de un especial de NBC. No está claro el año de la foto, pero se le ve de mediana edad.
Getty Images
Feliciano compuso “Feliz Navidad” en el verano boreal de 1970 en los estudios de RCA en Los Ángeles, California.

Incluso pidieron que fuese deportado, aunque es ciudadano estadounidense por nacer en Puerto Rico.

“Arruinó mi carrera”, comentó el músico en una entrevista en 2006 con la agencia Associated Press.

“Las emisoras de radio dejaron de hacer sonar mi música. Fue realmente un momento duro para mí”, añadió.

De acuerdo con el artista, su versión buscaba resaltar la herencia afrodescendiente del país, que él conocía de cerca por haber crecido en la diversa comunidad neoyorquina.

“Sobre todo, quería expresar el amor que siento por este país en el que vivo. Cuando eres un pionero, es difícil. Lo hice a mi manera, con sentimiento, con soul”, continuó.

Las Ligas Mayores de Béisbol señalan en un blog que Feliciano fue el primer artista en darle un giro al himno nacional durante un partido, y que su hazaña fue lo que permitió que artistas posteriores como Jimi Hendrix y Whitney Houston interpretaran sus propias versiones.

Luego de esa controversia, y en medio del boicot de las emisoras de radio, fue que llegó “Feliz Navidad”.

La nostalgia boricua

“No queríamos sacar un álbum navideño sentimental. Así que decidimos hacerlo de otra manera”, le contó Feliciano a NPR en 2020, cuando su exitoso tema cumplió 50 años.

Por eso la melodía de Feliz Navidad es alegre, mencionó el artista en esa misma entrevista. Esto no significa que no esté cargada de nostalgia, la misma emoción que, según dijo, lo impulsó a escribirla.

Feliciano, miembro de una familia de 11 hermanos, recordó que aquel verano boreal en el que se encerró en los estudios de RCA en Los Ángeles para producir el álbum junto a Jarrard, extrañaba profundamente a sus seres queridos.

Pensó entonces en cómo su familia boricua celebraba la Nochebuena: con las parrandas, esos villancicos que los puertorriqueños suelen cantar de casa en casa y que, a diferencia de los que se entonan en EE.UU., se acompañan con los sonidos de los panderos de plena y otros instrumentos como las maracas y el cuatro (similar a una guitarra, pero con 10 cuerdas y un sonido agudo).

“Había otras canciones navideñas que eran bilingües. Por ejemplo, había una canción de Hugo Ríos, ‘Mamacita, ¿dónde está Santa Claus?’. Pero ‘Feliz Navidad’ era una entidad por sí misma. Expresaba la alegría que sentía en Navidad y, al mismo tiempo, el hecho de que me sentía muy solo. Extrañaba a mi familia, extrañaba cantar villancicos con ellos. Extrañaba toda la escena navideña”, sostuvo en su entrevista con Associated Press.

Cobo, de Billboard Latin, afirma que “Feliz Navidad” le recuerda a “Despacito”, el afamado tema de los también puertorriqueños Daddy Yankee y Luis Fonsi.

“Creo que en su momento, “Feliz Navidad” debió haber sido una revelación para las personas que no hablaban español y se dieron cuenta de que podían decir Merry Christmas en otro idioma”, comenta la periodista, editora y autora.

“Vislumbró las posibilidades comerciales de la música en español”, indica.

En 2009, “Feliz Navidad” entró al Salón de la Fama de los Grammy.

La vida de Feliciano, que en el momento de componer el tema atravesaba uno de sus periodos más difíciles, fue “transformada por completo”.

“Este álbum (‘Feliz Navidad’) lo estableció como un artista que también cantaba música original e inédita. Y la canción del mismo nombre es por la cual es más recordado y versionado. Es también la que le trae más dinero todos los años”, comenta Cobo.

Feliciano le dijo a Today que cree que su canción fue tan exitosa “porque nos une a todos”: “Nadie puede molestarse porque alguien cante ‘Feliz Navidad’ en español o en inglés”.

En 2006, el periodista de Associated Press Adrian Sainz le preguntó al boricua qué sentía al ser considerado el primer artista latino en la historia en lograr un crossover exitoso al mercado anglosajón.

Respondió que se sentía “orgulloso”, feliz de “abrir puertas” para otros intérpretes de habla hispana.

Y agregó: “Sólo espero que no perdamos lo que tanto luchamos por conseguir”.

Feliciano interpreta el himno de EE.UU. antes del juego de los Tigres de Detroit y los Yankees de Nueva York en el Comernica Park en Detroit, Michigan. Está sentado frente a un micrófono en medio del estadio, sostiene su guitarra, lleva sus gafas negras en la cara y el cabello hasta los hombros. La imagen es de 2010.
Getty Images
Años después de la controversia por su interpretación del himno nacional de EE.UU., Feliciano volvió en más de una ocasión a cantar en los partidos de las Ligas Mayores de Béisbol.
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BBC

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