La prensa la ha denominado la “presidenta científica”; sin embargo, Claudia Sheinbaum destinará en 2025 el peor nivel de inversión para Ciencia, Tecnología e Innovación en 18 años: tan sólo el 0.16 % del Producto Interno Bruto (PIB). Esta baja de recursos en su primer año de gobierno limitará las ambiciones que ella misma planteó en su Plan México. Entre otras metas, ese documento proyecta aumentar la proveeduría local entre las empresas o, incluso, producir vacunas en México. En otros anuncios, también ha propuesto la creación de autos eléctricos nacionales. Con tan pocos recursos, se ve poco factible.
Luego del gran endeudamiento del expresidente López Obrador en 2024, la nueva administración de Claudia Sheinbaum se ha visto obligada a realizar un ajuste fiscal a gran escala en el presupuesto para 2025 en sectores como salud, seguridad o inversión. En específico, la asignación para ciencia y tecnología se redujo. Cabe aclarar que no todos los rubros fueron castigados: las becas y pensiones del bienestar incluso tuvieron aumentos, lo que refleja las verdaderas prioridades del Gobierno.
En 2025, el presupuesto destinado a Ciencia, Tecnología e Innovación será de apenas 57.8 mil millones de pesos (mmdp), lo que representa un recorte del 7.4 % (4.6 mmdp) en términos reales frente al monto aprobado para 2024. Esto será apenas el 0.16 % del PIB, mucho menor al 0.28 % que alcanzó en 2015 durante la administración de Enrique Peña Nieto (EPN), cuando llegó al máximo histórico de 89.9 mmdp. En total, el presupuesto de 2025 será un 35.7 % (32 mmdp) menor al punto más alto logrado, una alarmante disminución en el apoyo a la ciencia y la tecnología en México.
Para dimensionar, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda que los países inviertan al menos el 1 % del PIB en ciencia y tecnología, mientras que en América Latina el promedio es del 0.6 % y Brasil destina hasta el 1.2 %. En contraste, las potencias líderes en desarrollo tecnológico, como Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur, invierten el 2.8 %, 2 %, 3.2 % y 4.5 % respectivamente, subrayando el enorme rezago de México en este sector clave para el futuro.
La limitada inversión en ciencia afecta de modo directo el número de patentes. En 2023, México registró 15,630 solicitudes de patentes, lo que representó el 28 % de las 55,200 solicitudes realizadas en América Latina y el Caribe. Aunque esta cifra refleja la relevancia de México en la región, se encuentra muy por debajo de las 25,369 solicitudes registradas por Brasil, una diferencia de casi 10,000 patentes.
Al analizar estas solicitudes en proporción a la población, México alcanzó 119 patentes por millón de habitantes, superando el promedio regional de 86, pero aún por detrás de países como Chile, con 163, y Brasil, con 120. Que un país genere menos patentes que otro puede tener implicaciones significativas para su desarrollo económico, su capacidad de innovación y su competitividad en el mercado global.
La nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) será el principal ente promotor de la ciencia, tecnología e innovación en México. No obstante, nace con recortes presupuestarios comparada con los recursos que manejaba cuando se le conocía como Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt). La Secihti para 2025 contará con un presupuesto de 33 mmdp, lo que implica un recorte de 3.7 % (1.3 mmdp) frente al monto aprobado para 2024 del Conahcyt, y es 36.3 % (18.8 mmdp), menor a lo ejercido en 2015 cuando llegó a invertir hasta 51.7 mmdp para la promoción de la ciencia en el país.
Es más, este presupuesto de la Secihti es el más bajo para la promoción de la ciencia desde 2011, un retroceso presupuestario de 14 años en los recursos para la principal entidad encargada del desarrollo tecnológico y científico del país.
A partir de 2015 el presupuesto enfocado a la ciencia comenzó a reducirse progresivamente, lo que provocó la desaparición de varios programas en los años subsecuentes. Muchos programas desaparecieron desde 2016 y otros cuantos en 2019, con la llegada de López Obrador. Con Claudia Sheinbaum no desaparecen programas en su primer año de Gobierno, pero vale la pena destacar que el Secihti contará con sólo seis programas, cuando en 2015 el Conacyt llegó a contar con alrededor de una veintena (entre los que se creaban y los que desaparecían).
La desaparición de 11 programas en la última década conlleva una desarticulación de los esfuerzos del gobierno para promover la ciencia, tecnología e innovación. El apoyo a la innovación queda reducido a la entrega de becas a investigadores de posgrado y para aquellos que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores, pero abandona el alcance a otros actores como son empresas, entidades federativas y sectores productivos.
Mencionemos, como ejemplo, el programa Innovación Tecnológica para negocios de alto valor agregado. En 2014 llegó a contar con recursos de hasta 6.5 mmdp y operaba como un instrumento de financiamiento para fomentar en las empresas privadas la investigación, la innovación y el desarrollo de tecnología. En 2016 este programa cambió de nombre a “Innovación tecnológica para aumentar la productividad de las empresas” y existió hasta 2019. Así, desde 2020 no se cuenta con un programa enfocado únicamente a la innovación en empresas sin importar su tamaño. Si bien hay presupuesto para los programas nacionales estratégicos de ciencia, tecnología y vinculación con el sector social, público y privado, éstos atienden a un amplio espectro de población y están enfocados en gran parte a la investigación académica.
Aparte, sufren de limitaciones operativas y presupuestarias: se cuenta con 1.45 mmdp, que son inferiores a los 6.5 mmdp que se destinaban sólo para la promoción de la innovación en las empresas. Estos limitados recursos deben destinarse entre un grupo más amplio de beneficiarios. En términos operativos, estas iniciativas están prioritariamente enfocadas en el desarrollo de tecnologías, siempre que su destino sea atender necesidades del gobierno.
De acuerdo con el economista turco Dani Rodrik (2019), es necesario que el Gobierno impulse la innovación en sectores con el potencial de abrir nuevos paisajes industriales para el sector privado. De ahí la importancia de que se promuevan programas presupuestarios enfocados en expandir la educación, innovación y el desarrollo tecnológico, permitiendo la transferencia de conocimientos y tecnologías entre sectores productivos. Todo ello favorece el crecimiento sostenible y la confianza en el desarrollo económico a largo plazo.
* Jorge Cano, Carlos Vázquez y Christopher Cernichiaro son coordinador, investigador senior e investigador invitado, respectivamente, del Programa de Gasto Público de México Evalúa.
Este fin de semana, Washington se unió a la ofensiva israelí con un ataque preciso contra varias de sus instalaciones. Cómo fue el ataque y de qué manera va a responder Irán son algunas de las preguntas que aquí abordamos.
Estados Unidos se unió este sábado a Israel en los ataques contra Irán, marcando una escalada significativa en el conflicto de Medio Oriente, que podría desestabilizar la región y tener impactos globales.
Los bombardeos golpearon con precisión las instalaciones nucleares de Fordo, Natanz e Isfahán, informó el gobierno estadounidense.
Israel y EE.UU. han informado que su objetivo es detener el programa nuclear de Irán, que afirman estaba próximo a construir armamento nuclear.
“Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y darle un freno a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terror número uno del mundo”, dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, en una alocución televisada luego de los ataques.
Teherán insiste en que sus investigaciones con material nuclear tienen fines civiles.
El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, reaccionó a los hechos calificándolos como una “grave violación” a la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.
El diplomático añadió que Irán se reserva el derecho de tomar represalias.
Los sucesos de este fin de semana se suman a una ofensiva de mayor escala iniciada por Israel el pasado 13 de junio. Desde entonces, ambos países han intercambiado ataques.
Pese a sus ataques, EE.UU. afirma que no está en guerra con Irán y que no desea cambiar el actual régimen de gobierno del país. Y urgió al gobierno de Teherán a continuar con el diálogo para poner fin a su programa nuclear.
Esto, sin embargo, es incierto ante los hechos del fin de semana, que el mismo presidente estadounidense calificó de un “éxito militar espectacular” que produjo la destrucción “completa y total” de las tres instalaciones nucleares en Irán.
Esto es lo que sabemos del ataque.
El general estadounidense Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., declaró que la Operación Martillo de Medianoche involucró a 125 aeronaves militares, incluidos siete bombarderos furtivos B-2.
Uno de los objetivos fue Fordo, una planta de enriquecimiento de uranio oculta en una remota ladera montañosa, vital para las ambiciones nucleares de Irán.
Washington afirmó que también atacó otras dos instalaciones nucleares: Natanz e Isfahán.
Caine explicó que las evaluaciones iniciales indican que los tres objetivos nucleares iraníes sufrieron daños y destrucción extremos.
Debido a la profundidad de Fordo, solo EE.UU. cuenta con una bomba antibúnkeres lo suficientemente potente como para penetrar en el sitio: el penetrador de municiones masivo (MOP) GBU-57A/B.
La GBU-57 pesa 13.600 kg y, según los expertos, puede atravesar aproximadamente 18 metros de hormigón o 61 metros de tierra antes de explotar.
Debido a la profundidad de los túneles de Fordo, no se garantiza el éxito de la MOP, pero es la única bomba que podría aproximarse.
Caine confirmó durante una sesión informativa del Pentágono el domingo que, 14 bombas MOP se encontraban entre las “75 armas guiadas de precisión” utilizadas en los ataques contra Irán.
El general Caine dijo que tomará tiempo evaluar la magnitud de los daños causados por el ataque estadounidense.
“Los daños finales en combate tardarán un tiempo, pero una evaluación inicial indica que las tres instalaciones nucleares sufrieron daños y destrucción extremadamente graves”, declaró.
La Organización de Energía Atómica de Irán afirmó que el bombardeo de las tres instalaciones nucleares fue una “violación brutal” del derecho internacional.
Tanto Arabia Saudita como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), organismo de control nuclear de la ONU, afirman que no se ha producido un aumento en los niveles de radiación tras el ataque.
El subdirector político de la radiodifusión estatal iraní, Hassan Abedini, afirmó que Irán había evacuado estas tres instalaciones nucleares “hace tiempo”. En una aparición en la televisión estatal, dijo que Irán “no sufrió un gran golpe porque los materiales ya habían sido retirados”.
A las pocas horas del bombardeo estadounidense, Irán lanzó una nueva andanada de misiles que impactó en zonas de Tel Aviv y Haifa. Al menos 86 personas resultaron heridas, según informaron las autoridades israelíes.
Por su parte, también en el fin de semana Israel afirmó haber alcanzado decenas de objetivos militares en Iran. La Media Luna Roja iraní acusó a Tel Aviv de atacar hospitales y centros médicos.
Tras los ataques de EE.UU., en la mañana del domingo, Araghchi aseguró que Irán se reserva “todas las opciones” para responder.
También afirmó que Trump había “traicionado” a los estadounidenses a quienes se les había prometido el fin de su participación en las guerras.
El corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner, afirma que Irán debe elegir ahora entre tres líneas de acción estratégicas en respuesta al ataque estadounidense:
Israel lanzó un ataque sorpresa contra docenas de objetivos nucleares y militares iraníes el 13 de junio. Afirmó que su ambición era desmantelar el programa nuclear de Teherán, que, según el primer ministro Benjamin Netanyahu, pronto podría producir una bomba nuclear.
Irán insiste en que sus ambiciones nucleares son pacíficas. En represalia, Teherán lanzó cientos de cohetes y drones contra Israel. Desde entonces, ambos países han continuado intercambiando ataques, en una guerra aérea que ya dura más de una semana.
Trump lleva tiempo oponiéndose a que Irán desarrolle un arma nuclear. Se cree ampliamente que Israel las posee, aunque no lo ha confirmado ni negado.
En marzo, la directora de inteligencia nacional de EE.UU., Tulsi Gabbard, declaró que, si bien Irán había aumentado sus reservas de uranio a niveles sin precedentes, no estaba construyendo un arma nuclear, una afirmación que Trump calificó de “errónea”.
Durante la campaña electoral, Trump criticó a los gobiernos anteriores de su país por involucrarse en “guerras interminables estúpidas” en Medio Oriente, y prometió mantener a EE.UU. al margen de conflictos extranjeros.
EE.UU. e Irán mantenían conversaciones nucleares en el momento del sorpresivo ataque israelí. Hace tan solo dos días, Trump dijo que daría a Irán dos semanas para entablar negociaciones sustanciales antes de atacar, pero ese plazo resultó ser mucho más corto.
Con información de Thomas Mackintosh y Nadine Yousif de BBC News.
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