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Violaciones a derechos humanos por ejercicio de la maternidad

Después de 16 años de trabajar en el IECM, Berenice fue acosada y hostigada para forzar su salida de la institución por considerar que "ya no era útil" tras ejercer su maternidad.
17 de abril, 2023
Por: Berenice Álvarez

En el año 2020, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) emitió la Recomendación 08/2020, en la cual evidenció la violencia laboral e institucional en contra de mujeres en el contexto de la maternidad por parte del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) y otras instituciones públicas de la ciudad, la cual perpetúa los estereotipos de género en la sociedad. Berenice, una de las personas reconocidas como agraviadas dentro de la Recomendación, por violaciones a sus derechos humanos, nos cuenta su historia.

2016: entre la memoria

Sin importar la fecha, 8 de marzo, 30 de abril, 1°, 10 de mayo, todos los días deberían ser propicios para ejercer nuestros derechos. Para que los protejan las autoridades, para que los garantice el Estado, y para que se respete el principio de legalidad, en virtud del cual todos los actos de las autoridades deben ser conforme a la ley, bajo la pena de invalidez.

Trabajé por 16 años en el IECM, donde se hablaba mucho de legalidad y de democracia, pero el respeto a las mujeres no fue incluido, ni para mí ni para mi hija. Diversas personas de altos y medios mandos realizaron actos que, por acciones y omisiones, daban a entender el mensaje de que la maternidad se castiga en el ámbito laboral, como si el vientre o cuidado materno “estuvieran cerrados por proceso electoral”.

Mi caso, a pesar de ser real, parece una historia de ficción: funcionarios del Instituto Electoral crearon documentos para demostrar que, al ejercer la maternidad, ya no era útil a la institución y realizaron en mi contra una serie de acciones tales como hostigamiento y acoso laboral para forzar mi salida de la institución. Al acudir ante diversas autoridades, incluido el Consejo General del IECM, me dijeron que nada podían hacer, siendo omisos ante la violencia hacia mis derechos y los de mi hija.

Y cuando pregunté a diversas autoridades por qué no se atendían mis múltiples peticiones de ayuda escritas, entregadas en oficio y a través de correos, se señaló que fue porque uno de los agresores aseguró que todo estaba bien.

No entraré a detalles que evidencian todas las formas que empleó el IECM para forzar mi salida laboral, sólo diré que la institución omitió el caso, no atendió mi denuncia y sólo posterior a que levanté la denuncia ante la CDHCM, se inició un procedimiento y se cerró, supuestamente, “por no existir elementos”.

Claro, los agresores no iban a hablar en su contra y a mí NO SE ME ESCUCHÓ.

2020: y el olvido…

Cuatro años después de ocurridos los hechos, a través de la Recomendación 08/2020 emitida por la CDHCM quedó el registro de la violencia laboral e institucional en contra de mujeres por parte del IECM. No obstante, aún no se evidencia a las y los agresores, la reparación no se ha dado y el olvido se asoma de repente.

No quisiera que se olvide esta recomendación porque es de suma importancia: fue la primera que “documenta la violencia en el contexto del ejercicio de la maternidad, así como la violencia de género como fenómeno grave que limita el ejercicio de derechos e impide su goce de un nivel de vida digno, al perpetuar estereotipos sobre su rol en la sociedad”.

Resultado de una enorme batalla por mis derechos, por los de mi hija y que a futuro, si el olvido no la alcanza, servirá para que muchas mujeres más no requieran pelear.

Si bien empecé sola, más tarde me acompañó GIRE, y aún me acompaña en el proceso. Y espero que muchas más personas, autoridades clave y organizaciones, hasta alcanzar la justicia, nos puedan acompañar.

Lamentablemente —porque nadie debería vivir algo así— se sumaron posterior a nuestro caso otros dos casos de mujeres, de sus hijas e hijos. La recomendación les incorporó y, aunque fue otra institución, el camino lo recorrimos en parte juntas.

Mi hija y yo tenemos seis años más, y la reforma electoral puede propiciar que desaparezcan oficinas del Instituto Electoral, y el olvido, mediado por la impunidad, que no se cumplan por completo las medidas de reparación que nos fueron reconocidas.

Hace casi tres años se dictó la recomendación y la reparación sigue pendiente. La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de la Ciudad de México sigue sin emitir los planes de reparación que deben ser cubiertos por el IECM. ¿Qué será, olvido o impunidad?

Mensaje a las autoridades: la justicia no está de más

A casi siete años de la violación de nuestros derechos humanos por parte del IECM, en los que diversas autoridades han cambiado, en que aún parte de las y los agresores cobran con cargo al erario público y han quedado impunes, hago un respetuoso llamado para solicitar apoyo:

  • A la jefa de Gobierno: vigilar y apoyar el cumplimiento de la recomendación, pedir a las autoridades involucradas generar mecanismos que permitan que nuestros derechos sean reparados y girar las medidas precautorias necesarias ante la incertidumbre de la reforma electoral.
  • A la presidenta de la CDHCM: acciones para avanzar en este proceso y girar las medidas precautorias necesarias ante la incertidumbre de la reforma electoral.
  • A la CEAVI: elaborar el proyecto de dictamen de la reparación integral sin mayor dilación; convocar y realizar la reunión que he solicitado por más de dos años para conocer el contenido de dicho proyecto, antes de su aprobación, e incorporar en el proyecto la perspectiva de género y el interés superior de la niñez; prever medidas precautorias ante la incertidumbre de la reforma electoral que inciden en nuestro caso.
  • A las y los integrantes del Consejo General del IECM: realizar las acciones o llamadas necesarias para evitar que se perpetúe la impunidad. No está de más establecer mecanismos creativos, diálogos necesarios o acciones innovadoras, solidarias o sororas en pro de nuestros derechos humanos.

Entre la memoria y el olvido, por la reparación de los derechos humanos debe hacerse todo lo posible para evitar la impunidad.

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Imagen BBC
¿La monogamia es natural? Lo que revela el nuevo ranking científico del reino animal
4 minutos de lectura

En lo que respecta a la monogamia, los humanos se parecen más a las suricatas y a los castores que a nuestros primos primates.

10 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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Un estudio que examinó los estilos de vida monógamos de diferentes especies halló que los humanos nos parecemos un poco a las suricatas en lo que respecta a la formación de parejas.

En nuestra vida amorosa, nos asemejamos más a estas mangostas sociales y unidas que a nuestros primos primates, según sugiere una clasificación de monogamia elaborada por científicos.

Con un 66% de monogamia, los humanos obtienen una puntuación sorprendentemente alta, muy superior a la de los chimpancés y los gorilas, y a la par de las suricatas.

Sin embargo, no somos ni mucho menos la criatura más monógama.

El primer puesto lo ocupa el ratón californiano, un roedor que forma vínculos inseparables para toda la vida.

Una cría de chimpancé se aferra a la espalda de su madre. Esta se apoya en la cabeza y los hombros de otro chimpancé, con un fondo de exuberante vegetación.
Getty Images
Los chimpancés son animales muy sociales y forman fuertes lazos afectivos, pero sus estructuras sociales son muy diferentes a las de los humanos.

“Existe una liga de élite de la monogamia, en la que los humanos se encuentran cómodamente, mientras que la gran mayoría de los demás mamíferos adoptan un enfoque mucho más promiscuo para el apareamiento”, afirmó Mark Dyble, investigador del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge.

En el mundo animal, el emparejamiento tiene sus ventajas, lo que podría explicar por qué ha evolucionado de forma independiente en múltiples especies, incluida la nuestra.

Los expertos han propuesto diversos beneficios para la llamada monogamia social, en la que las parejas se unen durante al menos una temporada de reproducción para cuidar a sus crías y ahuyentar a los rivales.

Dyble examinó varias poblaciones humanas a lo largo de la historia, calculando la proporción de hermanos de padre y madre (individuos que comparten la misma madre y el mismo padre) en comparación con los medio hermanos (individuos que comparten la madre o el padre, pero no ambos).

Se recopilaron datos similares para más de 30 mamíferos monógamos sociales y de otras especies.

Los humanos tienen un índice de monogamia del 66% de hermanos de padre y madre, por delante de las suricatas (60%), pero por detrás de los castores europeos (73%).

Mientras tanto, nuestros primos evolutivos se sitúan en la parte inferior de la tabla: los gorilas de montaña con un 6%, y los chimpancés con solo un 4% (al igual que el delfín).

En último lugar se encuentra la oveja de Soay, de Escocia, donde las hembras se aparean con múltiples machos, con un 0,6% de hermanos de padre y madre.

El ratón californiano ocupó el primer puesto, con un 100%.

Sin embargo, estar clasificados junto a suricatas y castores no significa que nuestras sociedades sean iguales: la sociedad humana es completamente diferente.

“Aunque la proporción de hermanos de padre y madre que observamos en los humanos es muy similar a la de especies como las suricatas o los castores, el sistema social que vemos en los humanos es muy distinto”, declaró Dyble a la BBC.

“La mayoría de estas especies viven en grupos sociales similares a colonias o, quizás, en parejas solitarias que se desplazan juntas. Los humanos somos muy diferentes. Vivimos en lo que llamamos grupos con múltiples machos y múltiples hembras, dentro de los cuales existen estas unidades monógamas o de pareja estable”, explicó.

Cuatro ovejas pastan en la hierba verde y fresca debajo de un muro de piedra. Son de color marrón oscuro y tienen un pelaje lanudo.
Getty Images
Las ovejas de Soay son las más promiscuas de todos los animales estudiados, según estos científicos.

Kit Opie, profesor del Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio, afirmó que este es otro elemento clave para comprender cómo surgió la monogamia en los seres humanos.

“Creo que este artículo nos proporciona una comprensión muy clara de que, a lo largo del tiempo y en diferentes lugares, los humanos son monógamos”, declaró.

“Nuestra sociedad se parece mucho más a la de los chimpancés y los bonobos; simplemente hemos tomado un camino diferente en lo que respecta al apareamiento”, agregó.

El nuevo estudio fue publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences.

BBC

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