
Como cada cinco años, México fue evaluado ante el Consejo de Derechos Humanos por los 47 países que integran este organismo intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas, como parte del Examen Periódico Universal (EPU). Este mecanismo especial supone una revisión periódica entre pares —los países se evalúan unos a otros— del historial en materia de derechos humanos de cada uno. El proceso ofrece una oportunidad para que los gobiernos nacionales compartan los avances u objetivos que han alcanzado, reconozcan obstáculos y retrocesos, así como para intercambiar las mejores prácticas en todo el planeta.
Como cada cinco años, previo a que el pleno del Consejo realice la evaluación del país en turno, los Estados remiten un informe nacional sobre el avance o cumplimiento de las recomendaciones en materia de derechos humanos recibidas en el ciclo anterior. En el documento que se envía, los gobiernos nacionales ofrecen un recuento de los cambios legislativos y normativos implementados, detalles y generalidades de las políticas públicas impulsadas, compendios de resoluciones judiciales relevantes, además de datos e información estadística para (tratar) de explicar la realidad nacional y la situación que se vive dentro de las fronteras nacionales.
Como cada cinco años, a las organizaciones de la sociedad civil —nacionales e internacionales— defensoras de derechos humanos, se nos abre la posibilidad formal de participar en el proceso de evaluación, ya sea al remitir informes sombra que se pondrán a disposición de todos los países representados ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, o bien, al acudir a su sede (en Ginebra, Suiza) para interactuar con las delegaciones de los demás países durante las pre-sesiones. El objetivo es que la sociedad civil pueda presentar su análisis y punto de vista respecto de la realidad que dibujaron los gobiernos nacionales en sus respectivos informes. Toda la información es utilizada para la evaluación final.
Como cada cinco años, el Estado mexicano remitió su informe nacional y reportó los avances en materia de derechos humanos sobre todas y cada una de las recomendaciones específicas recibidas en 2018, y que a comienzos de 2019 la administración del presidente López Obrador aceptó y se comprometió a atender. Entre ellas se incluyeron seis recomendaciones específicas para que el aborto voluntario fuera despenalizado en todo el país, y en este periodo, que inició en noviembre de 2023, el Estado mexicano tuvo que ofrecer información sobre su cumplimiento. México reportó al Consejo como avances en materia de aborto las sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 2021 y 2023, las reformas legislativas en 12 entidades que despenalizaron el aborto, y la publicación del Lineamiento Técnico para la atención del aborto seguro.
Como cada cinco años, desde GIRE participamos en el proceso de evaluación del EPU. En esta ocasión unimos esfuerzos con el Centro de Derechos Reproductivos, para comunicarle al Consejo de Derechos Humanos que, en México, pese a las importantísimas conquistas en materia de aborto legal y seguro acontecidas en los últimos cinco años, los pendientes siguen presentes.
Como cada cinco años, para comunicar la urgencia y la importancia de despenalizar el aborto, explicamos a las delegaciones del resto de los países la compleja regulación del aborto en México; el alcance de los efectos de las históricas sentencias de la Suprema Corte y por qué motivo no son iguales a la que se emitió —por ejemplo— en Colombia. También explicamos por qué, pese a la existencia de Lineamiento para la atención del aborto seguro emitido por la máxima autoridad sanitaria, su implementación continúa pendiente en una buena parte de las instituciones prestadoras de servicios de salud.
Como cada cinco años, para las organizaciones que defendemos los derechos reproductivos de las mujeres, niñas, adolescentes y hombres trans y personas no binaries con capacidad de gestar, fue un reto atraer la atención a la importancia del tema para las delegaciones de los demás países, pues las violaciones a los derechos humanos en un país como México son tristemente graves y se presentan en múltiples frentes: militarización, migración, libertad de expresión, personas con discapacidad, y un largo y triste etcétera.
Como cada cinco años, las organizaciones que participamos de una forma u otra en el Examen Periódico Universal de México logramos hacer que la comunidad internacional viera con lupa el panorama dibujado por el gobierno federal en su informe nacional. Gracias a ello, a comienzos de este año, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU emitió 318 recomendaciones específicas al Estado mexicano sobre violaciones y pendientes para nuestro país.
Como cada cinco años, afortunadamente, los derechos reproductivos no fueron olvidados por la comunidad internacional. Específicamente en materia de aborto, México recibió cinco recomendaciones provenientes de siete países donde se exige la despenalización del aborto en todo el país, así como la prestación de los servicios de aborto seguro para todas las personas que lo soliciten.
Como cada cinco años, el Estado mexicano aceptó la mayoría de las recomendaciones (304 de 318) recibidas, incluyendo las cinco en materia de aborto. Al hacerlo, el Gobierno Federal se ha comprometido en trabajar para dar cumplimiento a las recomendaciones y presentar avances dentro de cinco años.
En cinco años, cuando tenga lugar el 5° Examen Periódico Universal de México, esperamos que el aborto voluntario en México deje de ser un considerado como un delito en la totalidad del país y se garantice su acceso seguro a todas las personas que lo soliciten. Esperamos que en el 2028, el Estado mexicano informe el cumplimiento de estas recomendaciones. Ahí estará GIRE para corroborarlo.
* Francisco Cué M. (@PacoCue) es coordinador de Incidencia en Política Pública de GIRE.

Cómo, dónde y cuándo los gatos perdieron su carácter salvaje y desarrollaron estrechos vínculos con los humanos era un misterio que había intrigado a los científicos durante mucho tiempo.
Al más puro estilo felino, los gatos se tomaron su tiempo para decidir cuándo y dónde forjar vínculos con los humanos.
Según nueva evidencia científica, la transición de cazador salvaje a mascota mimada ocurrió mucho más recientemente de lo que se creía, y en un lugar diferente.
Un estudio de huesos encontrados en yacimientos arqueológicos sugiere que los gatos comenzaron su estrecha relación con los humanos hace solo unos miles de años, y en el norte de África, no en el Levante.
“Son omnipresentes, hacemos programas de televisión sobre ellos y dominan internet”, afirmó el profesor Greger Larson, de la Universidad de Oxford.
“La relación que tenemos ahora con los gatos comenzó hace unos 3 mil 500 o 4 mil años, en lugar de hace 10 mil años”.
Todos los gatos modernos descienden de la misma especie: el gato montés africano.
Cómo, dónde y cuándo perdieron su carácter salvaje y desarrollaron estrechos vínculos con los humanos ha intrigado a los científicos durante mucho tiempo.
Para resolver el misterio, los investigadores analizaron el ADN de huesos de gato encontrados en yacimientos arqueológicos de Europa, el norte de África y Anatolia.
Los científicos dataron los huesos, analizaron el ADN y lo compararon con registros genético de gatos modernos.
La nueva evidencia muestra que la domesticación de gatos no comenzó en los inicios de la agricultura, en el Levante. Ocurrió en cambio unos milenios después, en algún lugar del norte de África.
“En lugar de ocurrir en la zona donde la gente se estaba asentando inicialmente con la agricultura, parece ser un fenómeno mucho más propio de Egipto“, afirmó el profesor Larson.
Esto concuerda con lo que sabemos de la tierra de los faraones como una sociedad que veneraba a los gatos, inmortalizándolos en el arte y preservándolos como momias.
Una vez que los gatos se asociaron con las personas, fueron trasladados por todo el mundo y eran apreciados en los barcos como controladores de plagas.
Los gatos llegaron a Europa hace unos 2 mil años, mucho más tarde de lo que se creía.
Viajaron por Europa y llegaron a Reino Unido con los romanos, y luego comenzaron a desplazarse hacia el este por la Ruta de la Seda hasta China.
Hoy en día se encuentran en todo el mundo, excepto en la Antártida.
Y en un giro inesperado, los científicos descubrieron que un gato salvaje convivió durante un tiempo con la gente en China mucho antes de que aparecieran los gatos domésticos.
Eran los gatos leopardo, pequeños felinos salvajes con manchas similares a las de los leopardos, que vivieron en asentamientos humanos en China durante unos 3.500 años.
La relación temprana entre humanos y gatos leopardo era esencialmente “comensal”, en la que dos especies conviven sin causarse daño, explicó la profesora Shu-Jin Luo, de la Universidad de Pekín.
“Los gatos leopardo se beneficiaron de vivir cerca de las personas, mientras que los humanos no se vieron afectados en gran medida o incluso los acogieron como controladores naturales de roedores”, añadió.
Los gatos leopardo no fueron domesticados y siguen viviendo en libertad en Asia.
Curiosamente, se han cruzado gatos leopardo con gatos domésticos para dar lugar a gatos bengalíes, que fueron reconocidos como una nueva raza en la década de 1980.
La investigación se publicó en la revista Science y en Cell Genomics .
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