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Con más vocación qué protección: ser un maestro en zona serrana de Sinaloa en tiempos de guerra
Con más vocación qué protección: ser un maestro en zona serrana de Sinaloa en tiempos de guerra
Foto: Archivo/Cuartoscuro
4 minutos de lectura

Con más vocación qué protección: ser un maestro en zona serrana de Sinaloa en tiempos de guerra

En las zonas serranas de Sinaloa, los maestros enfrentan diariamente rutas peligrosas, enfrentamientos armados y la ausencia de protocolos claros. A pesar del riesgo, muchos siguen dando clases, adaptándose a la violencia con decisiones tomadas en conjunto con las comunidades.
15 de mayo, 2025
Por: Vanessa Beltrán / Revista Espejo

El reloj marca las 5:30. Un hombre acomoda su cabello y sale de su casa despidiéndose de su familia. Sabe que su trayecto al trabajo durará alrededor de cuatro horas. Lo ha hecho durante años. Hoy, lo que ha cambiado no es el camino, sino la seguridad con la que lo cruza.

Él es uno de los tantos maestros que trabajan en las zonas serranas de Sinaloa, lugares que por mucho tiempo han estado marcados por violencia en distintas expresiones: marginación, explotación laboral y violencia doméstica. Pero, actualmente, las actividades delictivas dentro de estos sectores han impactado de manera significativa.

Según el Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED) de la Secretaria de Educación Pública (SEP), Sinaloa cuenta con nueve zonas escolares distribuidas en contextos serranos, abarcando municipios como Badiraguato, Choix, Sinaloa de Leyva, Concordia, Mazatlán y Mocorito. En estas regiones, la docencia implica mucho más que enseñar: es recorrer rutas de riesgo, adaptarse a crisis cíclicas de violencia y confiar muchas veces en la comunidad más que en el Estado.

Lee: Localizan a hija y nietos de la expolicía Hendrika, secuestrados en Navolato, Sinaloa; ella sigue desaparecida

Desde septiembre de 2024, las comunidades serranas de Sinaloa, especialmente en Mocorito, Badiraguato y Choix, han sido escenario de una ola de violencia: enfrentamientos entre grupos delictivos, retenes ilegalesasesinatosdesplazamientos forzados que se han convertido en parte del cerro.Las escuelas no están a salvo.

Sierra de Mocorito, tierra caliente.

Algunos de los eventos que mencionaron los entrevistados para este reportaje fueron los siguientes: en enero de 2025, un convoy armado bloqueó la carretera entre Guamúchil y El Valle, zona de tránsito obligado para maestros rurales.

En marzo, reportes ciudadanos alertaron sobre disparos en comunidades cercanas a La Higuera y La Noria. El 1 de mayo se vivió una de las jornadas más violentas en el estado, provocando miedo y pánico en las calles del pueblo mágico de Mocorito, donde se reportaron balaceras que dejaron dos muertos.

Lourdes Higuera*, maestra de dicha zona, comenta que nada de esto derivó en una suspensión oficial por parte de la SEP. De las 13 escuelas de esta zona, solo cuatro trabajan de manera presencial, ya que la responsabilidad de decidir si asistir o no recayó totalmente en los maestros y los padres de familia.

“Decidimos entre padres y maestros si seguimos o no. Pero el miedo siempre está ahí”, contó la docente.

Vista aérea de Mocorito, Sinaloa
Vista aérea de Mocorito, Sinaloa| Foto: Gobierno de México

Aseguró que, en su caso, fueron los padres de familia quienes le pidieron que no regresará a la escuela, ya que consideraban demasiado riesgoso el camino hacia El Mezquite*, Mocorito. Por ello, se decidió que las actividades serían en línea hasta que la situación mejore.

Para muchos maestros de esta zona, la violencia no es nada nuevo. En mayo de 2014, un grupo de docentes tuvo que refugiarse durante cuatro días en la oficina de supervisión escolar tras enfrentamientos en las comunidades. Según palabras de la maestra Higuera, fue por miedo a que —por falta de una señal estable— no pudieran contactar con las autoridades en la cabecera municipal al momento de subir a la montaña.

“Nos mandaron a resguardo. No había señal, solo pudimos avisar por una llamada que no asistiríamos. A los niños les dejamos tareas básicas. No queríamos que pensaran que ya no había clases. Fue una manera de sostener lo poco que podíamos”, recordó la maestra.

Los maestros en zona coinciden en que las dinámicas dentro de la comunidad han cambiado. Cuenta una maestra rural de Mocorito que ya no se queda a platicar con madres de familia. Ya no deja salir a los niños solos. Permanece en la escuela con la puerta cerrada, pendiente de cada ruido.

“Antes bajaba dos veces por semana a comprar cosas para la escuela. Ahora solo salgo si es estrictamente necesario”.

Badiraguato, maestros entre balas

César Galindo, maestro con 40 años en la sierra de Badiraguato y coordinador del proyecto educativo Santa Gertrudis, describe su rutina con serenidad y contrarresta la situación de sus compañeros.

“Somos ciudadanos del mundo. Si vamos a un pueblo costero, convivimos con los pescadores. Si vamos a la sierra, convivimos con la sierra”.

El maestro César Galindo menciona que en años anteriores le tocó estar en medio de situaciones de enfrentamientos armados, aunque no directamente involucrado o cercano a la situación.

Maestros sierra Sinaloa
Sierra de Sinaloa| Foto: Cuarto/Oscuro

“Me han tocado eventos en otros años, en otras temporadas, en donde vamos a decir: está peleando un grupo acá y otro allá, y yo tengo que pasar (…) pasó por donde está el primer grupo, me esculcan y todo (…) luego paso con los contrarios, también te esculcan, te preguntan qué llevas”. dijo.

Aunque su zona ha permanecido sin violencia directa durante los últimos tres años, reconoce los riesgos.

“Una vez tuvimos que cruzar por el monte porque habían cerrado la carretera. Otra vez encontramos ponchallantas. Uno sabe que el 98 % de salir bien librado es obedecer”, relató con seguridad.

¿Y quién cuida a los maestros de Sinaloa?

A pesar del miedo, los docentes siguen enseñando. A veces desde casa, a veces desde aulas vacías. La SEP no ha emitido ninguna directiva clara para zonas de riesgo.

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“La escuela debe de estar abierta, nos dicen, pero nadie garantiza la seguridad de quien abre la puerta cada mañana”, sentenció la maestra Lourdes.

*Algunos nombres o lugares fueron cambiados a petición de los entrevistados

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Imagen BBC
Los sorprendentes beneficios que cantar tiene para la salud respaldados por la ciencia
8 minutos de lectura

Desde estimular el cerebro hasta reducir el dolor, unirse a otros para cantar (así como cantar en soledad) puede traer amplios beneficios.

03 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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Estamos en esa época del año en la que el aire empieza a vibrar con voces angelicales, o a resonar con algún que otro himno vigoroso, mientras los villancicos transmiten su indomable alegría festiva.

Pero estos cantores, se den cuenta o no, mientras llenan centros comerciales, estaciones de tren, residencias de ancianos y la calle de tu casa con canciones jubilosas, también están mejorando su salud.

Se ha descubierto que cantar, aporta una amplia gama de beneficios —que abarcan desde el cerebro hasta el corazón— para quienes lo practican, especialmente si lo hacen en grupo. Puede unir a las personas, preparar nuestro cuerpo para combatir enfermedades e incluso suprimir el dolor. Entonces, ¿valdría la pena alzar la voz para celebrar?

“Cantar es un acto cognitivo, físico, emocional y social”, afirma Alex Street, investigador del Instituto de Investigación de Musicoterapia de Cambridge, quien estudia cómo la música puede ayudar a niños y adultos a recuperarse de lesiones cerebrales.

Los psicólogos llevan mucho tiempo maravillados de cómo las personas que cantan juntas pueden desarrollar un poderoso sentido de cohesión social, e incluso los vocalistas más reticentes se unen al cantar. Investigaciones han demostrado que personas completamente desconocidas pueden forjar vínculos inusualmente estrechos después de cantar juntas durante una hora.

Como era de esperar, cantar tiene claros beneficios físicos para los pulmones y el sistema respiratorio. Algunos investigadores han utilizado el canto para ayudar a personas con enfermedades pulmonares, por ejemplo.

Efectos mensurables

Grupo de personas cantando villancicos
Getty Images
En esta época del año, no faltan los coros navideños.

Pero cantar también produce otros efectos físicos mensurables. Se ha descubierto que mejora la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Incluso se ha visto que cantar en grupos o coros refuerza nuestra función inmunitaria de una forma que simplemente escuchar la misma música no puede.

Existen diferentes explicaciones para esto. Desde un punto de vista biológico, se cree que cantar activa el nervio vago, que está conectado directamente a las cuerdas vocales y los músculos de la parte posterior de la garganta. La exhalación prolongada y controlada que implica cantar también libera endorfinas asociadas con el placer, el bienestar y la supresión del dolor.

Cantar también activa una amplia red de neuronas en ambos hemisferios del cerebro, lo que provoca que se activen las regiones que gestionan el lenguaje, el movimiento y las emociones. Esto, combinado con el enfoque en la respiración que requiere el canto, lo convierte en un eficaz calmante del estrés.

“Las respuestas de bienestar se hacen evidentes en voces, expresiones faciales y posturas más vívidas”, afirma Street.

Estos beneficios podrían tener raíces profundas. Algunos antropólogos creen que nuestros ancestros homínidos cantaban antes de poder hablar, utilizando vocalizaciones para imitar los sonidos de la naturaleza o expresar sentimientos.

Esto podría haber desempeñado un papel clave en el desarrollo de dinámicas sociales complejas, la expresión emocional y los rituales, y Street señala que no es casualidad que cantar forme parte de la vida de todos los seres humanos, tengan o no inclinación musical, señalando que nuestros cerebros y cuerpos están sintonizados desde el nacimiento para responder de forma positiva a las canciones.

“Se les cantan canciones de cuna a los niños y luego se cantan canciones en los funerales”, explica. “Aprendemos las tablas de multiplicar cantando y el abecedario mediante la estructura rítmica y melódica”.

Cantar en comunidad

Pero no todos los tipos de canto son igualmente beneficiosos. Cantar en grupo o coro, por ejemplo, promueve un mayor bienestar psicológico que cantar en solitario. Por esta razón, investigadores educativos han utilizado el canto como herramienta para promover la cooperación, el desarrollo del lenguaje y la regulación emocional en niños.

Los especialistas médicos también están recurriendo al canto para mejorar la calidad de vida de quienes sufren diferentes afecciones. Investigadores de todo el mundo han estudiado los efectos de unirse a coros comunitarios dedicados a sobrevivientes de cáncer y accidentes cerebrovasculares, personas con enfermedad de Parkinson y demencia, y sus cuidadores. Por ejemplo, cantar mejora la capacidad de articulación de los pacientes con Parkinson, algo con lo que se sabe que tienen dificultades a medida que la enfermedad progresa.

Personas mayores cantando
Getty Images
Se ha demostrado que cantar ayuda a las personas con Parkinson.

Cantar también representa una forma de mejorar la salud general, ya que se ha demostrado que es un ejercicio subestimado, comparable a una caminata rápida. “Cantar es una actividad física y puede tener beneficios similares al ejercicio”, afirma Adam Lewis, profesor asociado de fisioterapia respiratoria en la Universidad de Southampton, en Reino Unido.

Un estudio incluso sugirió que cantar, junto con diversos ejercicios vocales que realizan cantantes profesionales para perfeccionar el tono y el ritmo, es un ejercicio para el corazón y los pulmones comparable a caminar a un ritmo moderado en una cinta de correr.

Pero los investigadores también se interesan en destacar los beneficios, a menudo poco reconocidos, de participar grupos de canto para la psique de las personas que viven con enfermedades crónicas a largo plazo. Street explica que cantar permite a estas personas centrarse en lo que pueden hacer, en lugar de en lo que no pueden.

“De repente, se genera una sensación de igualdad en la sala, donde los cuidadores ya no son cuidadores, y los profesionales de la salud también cantan la misma canción de la misma manera”, dice Street. “Y realmente no hay mucho más que logre eso”.

Enfermedades respiratorias

Entre quienes han demostrado beneficiarse más del canto se encuentran las personas con enfermedades respiratorias crónicas, algo que se ha convertido en un importante foco de investigación para Keir Philip, profesor clínico de medicina respiratoria en el Imperial College de Londres. Philip advierte que cantar no curará estas enfermedades, pero puede servir como un enfoque holístico eficaz que complementa los tratamientos convencionales.

“Para algunas personas, vivir con disnea puede provocar que cambien su forma de respirar, volviéndola irregular e ineficiente”, dice Philip. “Algunos enfoques basados en el canto ayudan en esto en términos de los músculos utilizados, el ritmo y la profundidad [de la respiración], lo que puede ayudar a mejorar los síntomas”.

Uno de sus estudios más destacados consistió en aplicar un programa de respiración desarrollado mediante el trabajo con cantantes profesionales de la Ópera Nacional Inglesa como parte de un ensayo controlado aleatorio en pacientes con covid-19 de larga duración. Durante seis semanas, los resultados mostraron que mejoró su calidad de vida y alivió algunos aspectos de sus dificultades respiratorias.

Grupo de gente cantando
Getty Images
Para las personas con enfermedades respiratorias, cantar puede ser muy útil.

Al mismo tiempo, cantar no está exento de riesgos para las personas con afecciones subyacentes. El canto en grupo se vinculó a un evento de superpropagación en las primeras etapas de la pandemia de covid-19, ya que cantar puede emitir grandes cantidades de virus en el aire.

“Si tienes una infección respiratoria, es mejor faltar esa semana al ensayo del coro para evitar poner en riesgo a otras personas”, comenta Philip.

Pero quizás el beneficio más notable del canto es que parece contribuir a la autoreparación cerebral. Esto quedó ilustrado por la historia de la excongresista estadounidense Gabrielle Giffords, quien sobrevivió a un disparo en la cabeza durante un intento de asesinato en 2011.

A lo largo de muchos años, Giffords reaprendió a caminar, hablar, leer y escribir, gracias a terapeutas que utilizaban canciones de su infancia para ayudarla a recuperar la fluidez verbal.

Los investigadores han utilizado enfoques similares para ayudar a los supervivientes de un ictus a recuperar el habla, ya que cantar puede proporcionar las horas y horas de repetición necesarias para promover una nueva conectividad entre los dos hemisferios cerebrales, que a menudo se dañan tras un ictus agudo. También se cree que cantar mejora la neuroplasticidad del cerebro, lo que le permite reconectarse y crear nuevas redes neurológicas.

Joven cantando con un control remoto como micrófono
Getty Images
No importa si cantas mal, lo importante es hacerlo.

Hay teorías de que cantar también podría ayudar a las personas con deterioro cognitivo debido a la intensa exigencia que impone al cerebro, que requiere atención sostenida y estimula la búsqueda de palabras y la memoria verbal.

“Existe una creciente base de evidencia que respalda los beneficios cognitivos del canto en adultos mayores”, afirma Teppo Särkämö, profesor de neuropsicología en la Universidad de Helsinki, Finlandia. “Sin embargo, aún sabemos poco sobre el potencial del canto para ralentizar o prevenir el deterioro cognitivo, ya que esto requeriría estudios a gran escala con años de seguimiento”.

Para Street, toda la investigación que demuestra los poderosos efectos del canto, ya sea a nivel social o neuroquímico, subraya por qué es una parte tan universal de la vida humana. Sin embargo, una de sus preocupaciones es que, a medida que las personas pasan cada vez más tiempo conectadas a la tecnología en lugar de entre sí a través de actividades como cantar, relativamente pocas personas experimentan sus beneficios.

“Estamos descubriendo mucho, especialmente en la rehabilitación de lesiones cerebrales”, afirma. Apenas están empezando a surgir estudios que demuestran que cantar puede tener estos efectos, incluso en personas con lesiones importantes. Es lógico que podamos beneficiarnos tanto, ya que el canto siempre ha desempeñado un papel fundamental en la conexión entre las comunidades.

Quizás sea una razón más para disfrutar el cantar villancicos alrededor del árbol de Navidad este año.

*Este artículo fue publicado en BBC Future. Haz clic aquí si quieres leer la versión original en inglés.

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