
Margarita Molina Ríos, madre de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, murió este lunes.
El gobierno capitalino expresó su más sentido pésame a la mandataria a través de una esquela publicada en sus redes sociales.
“Acompañamos con profundo respeto y solidaridad a su familia en este doloroso momento, deseando que encuentren consuelo, fortaleza y paz”, señaló la administración local.

En una publicación de sus redes sociales del 2024, Brugada señaló la importancia de su madre en su carrera por la jefatura de gobierno.
“Cuando le compartí mi sueño de ser jefa de Gobierno para ayudar a quienes más lo necesitan, su apoyo fue incondicional. Siempre me ha alentado para alcanzar mis metas y ahora me verá orgullosa trabajar por nuestra Ciudad y por el bienestar de todas y todos ustedes”, escribió.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se pronunció al respecto extendiendo su solidaridad a sus familiares y amigos.
Múltiples instituciones locales, nacionales y servidores públicos han emitido mensajes de solidaridad y apoyo hacia la mandataria y su familia.
Margarita Molina Ríos, madre de Clara Brugada, tenía 96 años y vivía en la alcaldía Iztapalapa. Ella nació en San Cristóbal de las Casas, Chiapas y se mudó a la Ciudad de México cunado era adolescente.
En la capital, conoció a Roberto Brugada Macedo, con quien se casó y tuvo tres hijos: Roberto, Lourdes y Clara, actual Jefa de Gobierno. Vivieron en la que hoy alcaldía Benito Juárez hasta que su esposo falleció.

Al enviudar, Marita Molina se trasladó junto a su familia a Chiapas y años después regresó a la Ciudad de México, donde Clara Brugada estudió la carrera universitaria.

La estructura construida sobre el sarcófago que cubre el reactor que explotó en 1986 resultó dañada tras un ataque que Ucrania atribuye a Rusia.
El escudo protector que cubre el reactor nuclear de Chernóbil, en Ucrania, ya no puede cumplir su principal función de contención tras un ataque con drones a principios de este año, señaló la agencia de control nuclear de la ONU.
Los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) descubrieron que la enorme estructura, construida sobre el lugar del desastre nuclear de 1986, había perdido “sus funciones de seguridad primarias, incluida la capacidad de aislamiento”.
En febrero, Ucrania acusó a Rusia de atacar la central nuclear, un señalamiento que el Kremlin negó.
La OIEA afirmó que las reparaciones eran “esenciales” para “prevenir una mayor degradación” del refugio nuclear. Sin embargo, el experto ambiental Jim Smith le dijo a la BBC que “no es algo por lo que debamos entrar en pánico”.
El profesor Smith, de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), quien ha estudiado las secuelas del desastre de Chernóbil, afirmó que el mayor peligro asociado al lugar era el polvo radiactivo.
Sin embargo, añadió que “el riesgo es bajo” porque el polvo contaminado está contenido dentro de un grueso “sarcófago” de hormigón cubierto por el escudo protector.
La explosión de Chernóbil en 1986 expulsó material radiactivo al aire, provocando una emergencia de salud pública en toda Europa.
En respuesta, la antigua Unión Soviética construyó el sarcófago sobre el reactor nuclear.
El sarcófago solo tenía una vida útil de 30 años, lo que provocó la necesidad de una cubierta protectora para evitar fugas de material radiactivo durante los siguientes 100 años.
La OIEA informó que un equipo completó una evaluación de seguridad del sitio la semana pasada, después de que resultara gravemente dañado por el ataque con drones.
El ataque provocó un incendio en el revestimiento exterior de la estructura de acero.
Los inspectores indicaron que no se produjeron daños permanentes en las estructuras de soporte ni en los sistemas de monitoreo de la cubierta, y que se habían realizado algunas reparaciones en el techo.
Sin embargo, el director general de la OIEA, Rafael Grossi, declaró: “Una restauración oportuna e integral sigue siendo esencial para evitar una mayor degradación y garantizar la seguridad nuclear a largo plazo”.
Desde principios de diciembre, el organismo de control nuclear de la ONU ha estado evaluando la infraestructura energética de Ucrania mientras el país continúa defendiéndose de Rusia.
Rusia lanzó ataques aéreos nocturnos contra la ciudad de Kremenchuk, un importante centro industrial en el centro de Ucrania.
Además de evaluar Chernóbil, la OIEA ha estado inspeccionando las subestaciones eléctricas vinculadas a la seguridad nuclear.
“Son absolutamente indispensables para suministrar la electricidad que todas las centrales nucleares necesitan para la refrigeración de los reactores y otros sistemas de seguridad”, declaró Grossi.
“También son necesarias para distribuir la electricidad que producen a los hogares y la industria”, agregó.
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